Escribo en el artículo del Blog Foro Esencia del 9 de Septiembre de 2025, titulado "La Presencia y la durée de Bergson", lo siguiente:
"Los pasados subjetivos del instante presente de cada criatura, que son los presentes teóricos de cada momento anterior, en verdad son construidos por el propio yo. Me explicaré. Precisamente el presente actual, para que no haya posible equivocación, voy a denominarle Presencia. Pues bien, la Presencia se considera a sí misma el Presente, y todos los instantes anteriores percibidos son su pasado, sus distintos momentos pasados, que teóricamente coincidirían con cada presente anterior.
Pero, bien sabemos, que esos presentes pasados no se corresponden milimétricamente con los pasados correspondientes u objetivos advertidos por observadores externos. Todo es debido a los fallos, mejor, cambios que sufre nuestra memoria a lo largo del tiempo. Sabemos, por ejemplo, de la extrañeza que se presenta ante nuestros ojos al volver a ver un escenario del pasado que guardamos en nuestra memoria: resulta que, a veces, casi ni se parecen."
Y continúa:
"Aparte de la Ley de semejanza propuesta en varios de mis escritos, es la sensación interna de nuestra propia realidad, la que pone en común estos pasados de la Presencia, además de todas las condiciones del entorno precisas, en el que aquel presente (pasado) se produjo, junto con las acciones, sensaciones, sentimientos, etc. correspondientes. Creo firmemente que es la sensación, globalmente y pormenorizadamente, la que vuelve a rememorarse al recordar, y los pasados son almacenados memorísticamente de esta forma. Un signo, un sentimiento, etc. pueden rememorar esos pasados que son para la Presencia los que almacenó en su memoria."
Y también:
"Así que desde tal punto de vista, son las sensaciones-emociones, con sus diversos matices, quienes gobiernan el enlace entre los pasados, la Presencia y el posible futuro, algo no objetivo", es decir, algo fuera del estricto espacio-tiempo de la Física, fuera ya, por consiguiente, del puro dominio científico actual. (Teóricamente, emociones y sentimientos raramente podrían provenir del futuro, pero sí de un futuro construido de parecida forma a la de los pasados de la durée bergsoniana.)
Con estas premisas, voy a atreverme a sugerir una nueva teoría que en verdad he alumbrado hoy mismo. Consiste en aplicar ahora cuanto expuse acerca de la segunda manifestación del universo, y en particular la aparición de nuevos elementos que acompañan a las estructuras materiales (Kuerpos) de las criaturas vivas. Elementos que van apareciendo en paralelo con los nuevos seres vivos, y que proceden del Omega que va inundando o impregnando a toda la Creación.
Quiero decir que cada presente (pasado) se ve inundado de la emanación sensación-sentimiento que proveniente del Omega corresponde a su estructura material (Kuerpo -un concepto definido en obras anteriores), y las circunstancias de ese presente. Todo ello se almacena en la memoria accesible por la Presencia. Entonces, la durée se corresponde con el símil de un rosario en el que cada una de sus cuentas son las sensaciones-sentimientos de cada uno de aquellos presentes que, ahora, son el completo pasado de la Presencia, lo que también alcanzaría, a través de cierta neblina, al futuro que se inscribirá en la durée.
Este complejo elemento de la segunda manifestación del universo sería la durée de la criatura viva, que como tal elemento de la segunda manifestación es indestructible, eterno, es decir, existe más allá de las coordenadas espacio-temporales.
Así que, resumiendo, el universo comprendería, además de la materialidad físico-química conocida (primera manifestación del universo), como expresé en otros artículos, los elementos de la segunda manifestación, entre ellos la durée de cada criatura viva. Los elementos de la primera manifestación están sometidos al cambio (mundo material); los de la segunda manifestación (durée, mundo de cualidades, etc.) son imperecederos: ¿Serían, en cierta forma, la eternidad defendida por las confesiones religiosas?
¡Una incógnita persiste en el ambiente y que guarda en sí la esperanza de una forma de perdurar más allá de la muerte física!