jueves, enero 30, 2020

Una tarde de poquito sol...


Una tarde de poquito sol, pero suficiente... Sí, porque aunque hay nubes en el cielo, alternan blancos y grises y unos tímidos rayos alegran el día que, por lo demás, siendo invierno, últimos de enero y casi las cinco de la tarde, la temperatura raya más en lo primaveral...

Después de muchos días desapacibles, con lluvias alternas pero frecuentes, algo de nieve en la Sierra y ventoleras, se agradece este "impasse", hasta nuevos acontecimientos...

Las noticias del coronavirus llenan los telediarios, así que un paseo para despejar es de lo más recomendable.

Hoy dedico esta letras al meritorio y aconsejable "descanso del espíritu", olvidado hoy, pero que llenaba innumerables horas antaño, cuando la vida adolecía del ageteadro deambular del presente, y del omnipresente móvil que todo lo llena esclavizando al ciudadano actual.

Recuperar aquella maravillosa "pérdida de tiempo" del antiguo, después de los avatares del trabajo para la subsistencia... aquellas horas sentados al sol, con o sin los compañeros de batalla... Sí, algo que aún pueden practicar los habitantes de tantos y tantos pueblos abocados al despoblamiento, a los que se ha dado en llamar la "España vaciada"... ¿Vaciada por quién?... ¿No basta con llamarla España "casi" vacía?... puesto que no hay culpable en ello. Son los imperativos de los tiempos: múltiples causas, pero ninguna "personalizada"...

Sí, esa "España vacía" adolece de muchos servicios... pero en cambio goza de la añoranza de lo antiguo (paz, tranquilidad, goce de la vida, etcétera)... Claro está que tal bien es mucho más apreciado por los "urbanitas", más que por los que allí viven...

En fin, como perteneciente a esta última "especie", esos ratos de acogimiento bajo los rayos del sol invernal que caen sobre mi rostro, me causan un grato placer...

"Una tarde de poquito sol"...