lunes, octubre 17, 2022

¿Quién pierde?: ¡Europa! ¿Quién gana?: ¡China!

 "EE.UU, en cierto modo, para su decadencia."

A un plazo medio o un poco más largo: ¿Qué trasluce los recientes acontecimientos mundiales relacionados con la presente guerra entre Rusia y Ucrania?

A mi entender, aparte de las evidentes urgencias que acarrea una guerra nada menos que en el centro del panorama europeo con el peligro, ahora sí, de una posible conflagración nuclear (no abordo tal posibilidad porque si no de nada vale lo que pueda decir ahora), se vislumbra lo que posiblemente acaecerá en el tablero mundial una vez superada ésta.

En mi opinión Rusia no hace más que desgastarse ante la no disimulada satisfacción de la potencia americana. Veladamente China, teórico aliado de Rusia, con cierta preocupación, pero con la sutil esperanza de deshacerse de un posible enemigo futuro, no pone especial interés en enfriar el enfrentamiento que desangra a uno y a otro adversario.

De inmediato, en contra de lo que oficialmente afirma, EE.UU se ve beneficiado con su ayuda a uno de los bandos al aumentar su producción de material bélico que venderá a sus aliados, y la venta de productos energéticos como gas licuado o petróleo ante la crisis mundial provocada por dicho enfrentamiento.

No se ocultan los tremendos problemas que acarrea en la sociedad norteamericana la problemática racial, una bomba de relojería de consecuencias tremendas. Hace tiempo que la superpotencia americana no permanece en su punto más álgido: se empezó a ver su suave decadencia desde hace algunos años, por eso necesita el acicate de un nuevo reajuste en el orden mundial que, en cierto modo, espera obtener con los nuevos acontecimientos. Su poder económico se ve seriamente comprometido ante el auge chino, y hasta de forma acelerada su mismo poderío militar.

Para mí es más que evidente que es el continente europeo quien más va a perder con la guerra en curso: se nota ya con claridad con la subida de la inflación, la crisis energética y la escasez de productos básicos para su industria. Con el más que posible desgaste de Rusia y la crisis que está empezando a azotar a los estados de la UE, es el continente europeo en su totalidad quien, de forma fulminante empieza a perder el papel que hasta hace muy poco poseía en el concierto mundial.

Resumiendo mucho, estos son los inconvenientes que de forma grave están socavando a las sociedades de Occidente: el multiculturalismo; el empuje del islam ante el decrecimiento de los valores cristianos; los problemas raciales internos hijos de una inmigración caótica; las propias leyes llamadas en conjunto LGTBI; la agenda 2030; el surgimiento de nuevas potencias en la órbita asiática, y alguna otra cuestión más difícil de identificar.



¿Qué obraría a favor de China? A mi entender: un sistema político fuerte que cercena las libertades individuales en cuanto se oponen a lo colectivo, lo que facilita su auge económico; un potencial humano impresionante dirigido prioritariamente al desarrollo de la economía y la consecución de la hegemonía mundial; el declive paulatino de la superpotencia que lideraba el mundo hasta hace muy poco; y alguna otra causa más difícil de evaluar.

¡El mundo está cambiando, si Europa no se pone de inmediato las pilas, su destino está más que escrito!