sábado, marzo 29, 2008

CONTROLANDO EL SÚPER YO

CONTROLANDO EL SÚPER YO


Si no realizamos un esfuerzo suplementario de voluntad por parte de nuestro yo, éste se verá dominado por el súper yo y sus aliados: la hipnosis y la sugestión.
Y es que la tendencia natural en el ser (sin ese esfuerzo de voluntad) es el "dominio" del súper yo sobre el yo. Realmente, a lo largo de toda la historia, en casi todas las sociedades se ha "usado" esta tendencia natural del ser del hombre, para establecer los sistemas o jerarquías sociales, por "manipulación" del súper yo, que es en lo que consiste sustancialmente la religión. Y aquí no está lo malo del asunto, puesto que es bueno que el ser posea una cierta jerarquía en su "constitución" interna, lo que es una "apoyatura" para ese mismo ser al poder "situar", así, en el sitio más elevado o principal a la "esencia" más básica del ser, que está íntimamente relacionada con la "esencia del mismo universo" y del Espíritu Supremo, que siempre radicaría en ese cenit del Ser. Lo malo, decimos, es que ese cenit de la intimidad del ser "esté suplantado" u "ocupado" por otros principios, ideas, etc., en suma, elementos que no se corresponden con la "trascendencia de la posición ocupada". Estamos analizando el mecanismo de tal circunstancia, que como vemos es altamente eficaz, pero tanto para lo bueno como para lo malo... ¡La limpieza, la pureza de tal punto sublime o cenit debería ser de una "escrupulosidad" sublime!... ¡Diablo o Dios!... ¡Es tan fácil la adulteración de este "punto" clave!
A medida que el hombre conozca más y más la naturaleza de su espíritu, los "mecanismos" que lo componen y lo prefiguran, deberá poner un mayor y escrupuloso cuidado para mantenerlo fuera de toda posible "contaminación".
No es que el hombre deba ser "bueno", es que tiene que ser "forzosamente bueno", a medida que va conociendo más y más de sí mismo.
Todo conduce , por una u otra vía, a la elevación de ese espíritu del hombre hacia horizontes insospechados, en una vorágine expansiva que supone un cambio cualitativo en dirección a ese Dios que creíamos tan potente como lejano.
Un último apunte antes de abandonar estas reflexiones. La llamada estructura "dinámica" del ser (inconsciente -clásico-, yo, súper yo) no es más que "funcionalidad", "movimiento", nunca una verdadera estructura; dicha estructura del ser viene mucho mejor reflejada en otras obras de este autor ("El ser y la vida", "Nada y Dios", etc.). Ahora bien, este concepto "dinámico", sí parece útil en relación al comportamiento o conexiones entre yo y súper yo en fenómenos tales como la "sugestión" (autosugestión) y el hipnotismo.