domingo, noviembre 13, 2022

Involución mortecina

 "Hacia la tricolor".

Cinismo, hipocresía, autocracia: son signos de un "nuevo orden".

La doblez de las palabras, los significados contrapuestos, la perversión del lenguaje, son índices de la maldad de dirigentes que solo buscan el provecho propio.

Así, "progresismo" en realidad esconde una "involución" que nos retrotrae a períodos anteriores a aquellos en los que dominaba la clase media por fin, en una sociedad previamente antigua, retrasada y preindustrial. ¡Con lo que costó llegar a construir tal clase media, con los únicos medios del país, sin ayuda exterior, elevando la potencialidad industrial hasta llegar a ser la octava potencia industrial del mundo!



Ahora, no solo no se reconoce, sino que se persigue cualquier expresión que simplemente reconozca la verdad de tales logros.

Ese cinismo hipócrita que expresé al principio se ha impuesto a las sempiternas "virtudes" que así fueron reconocidas en la sociedad de todos los tiempos, de ahí los "aires mortecinos" que "adornan" a la sociedad actual: "nuestras virtudes mueren" barridas por un sinsentido de defectos que se esconden en una sociedad viciada donde la hipocresía, la mentira y el odio son la base de las relaciones sociales, tan falsas como lo son las clases opresoras que, ahora sí, no provienen de la derecha.

La mejor definición, por consiguiente, de tal estado de la cuestión se resume en el encabezamiento del artículo, una sociedad atacada por un virus fatal, una regresión a nuestros peores momentos históricos, lo que significa el "progresismo" absurdo de una "evolución mortecina".

martes, octubre 25, 2022

La envidia como lacra social

 Otro de los temas profusos donde los haya.

Los enfoques o perspectivas desde los que se se ha enfocado rayan en el infinito. Como siempre, mi posición es una de tantas y tantas pero se circunscribe a mi espacio vital más cercano, a ese empuje emotivo que me obliga a abordar e intentar paliar o corregir, desde mi modesta acción, la problemática más evidente.

¿La envidia es un problema español "peliagudo"?... Analizando las opiniones escritas de nuestros más grandes pensadores: Unamuno, Ortega, el mismo Cervantes... así lo parece. Indudablemente nuestra historia patria ha tenido mucho que ver en esa confluencia de opiniones al respecto. Según el nobel Cela "el español es envidioso, el anglosajón hipócrita y el francés avaricioso"... lugares comunes que en ningún modo pretendo avalar.

Yo, en cambio, preferiría hablar de los males que acompañan al "envidioso". La envidia no son los celos, que requieren una "trialidad"(tres agentes), y no la bipolaridad (dos agentes) que se da en la envidia.

Se habla de una "envidia sana", cosa que en mí provoca rechazo: ¡no creo que de nada malo (envidia) pueda aparecer nada bueno (sano)! Al revés, los cánticos a la igualdad y el reconocimiento de la "no discriminación" por sexo, religión y pensamiento consagrados en la Constitución española, no avalan la "discriminación positiva" de la mujer respecto al hombre según las leyes LGTBI de España.



La envidia no es un acicate para nada: ¡Es un verdadero mal social!

Una vez sentada, en mi opinión, la "maldad" de tal sentimiento, no me queda más que dar ciertos consejos a aquellos que la padecen, y más como brumoso sentimiento que solo acarrea problemas para ellos: odio, ira, sentimiento de inferioridad, deterioro fisiológico con incidencia grave en la salud, etcétera.

El "ahuyentar" el "insidioso" comportamiento envidioso solo tiene beneficios para el afectado: alegría de compartir los logros de sus allegados, felicidad mutua que ayuda a fortalecer lazos, empatía hacia los demás, hacia el mundo, satisfacción consiguiente sobre los propios logros potenciando las virtudes, y alguno más.

Y es que la envidia se hace más perniciosa, hasta vil, cuando el enfoque de la misma alcanza a los propios familiares: hermanos (cainismo), padres e hijos, etcétera... Y lo más triste: ¡al envidiado no le queda más remedio que el alejamiento para no alimentar, siquiera inconscientemente, la aflicción del envidioso!

¡Cúrate de la envidia, una lacra para ti mismo!

lunes, octubre 17, 2022

¿Quién pierde?: ¡Europa! ¿Quién gana?: ¡China!

 "EE.UU, en cierto modo, para su decadencia."

A un plazo medio o un poco más largo: ¿Qué trasluce los recientes acontecimientos mundiales relacionados con la presente guerra entre Rusia y Ucrania?

A mi entender, aparte de las evidentes urgencias que acarrea una guerra nada menos que en el centro del panorama europeo con el peligro, ahora sí, de una posible conflagración nuclear (no abordo tal posibilidad porque si no de nada vale lo que pueda decir ahora), se vislumbra lo que posiblemente acaecerá en el tablero mundial una vez superada ésta.

En mi opinión Rusia no hace más que desgastarse ante la no disimulada satisfacción de la potencia americana. Veladamente China, teórico aliado de Rusia, con cierta preocupación, pero con la sutil esperanza de deshacerse de un posible enemigo futuro, no pone especial interés en enfriar el enfrentamiento que desangra a uno y a otro adversario.

De inmediato, en contra de lo que oficialmente afirma, EE.UU se ve beneficiado con su ayuda a uno de los bandos al aumentar su producción de material bélico que venderá a sus aliados, y la venta de productos energéticos como gas licuado o petróleo ante la crisis mundial provocada por dicho enfrentamiento.

No se ocultan los tremendos problemas que acarrea en la sociedad norteamericana la problemática racial, una bomba de relojería de consecuencias tremendas. Hace tiempo que la superpotencia americana no permanece en su punto más álgido: se empezó a ver su suave decadencia desde hace algunos años, por eso necesita el acicate de un nuevo reajuste en el orden mundial que, en cierto modo, espera obtener con los nuevos acontecimientos. Su poder económico se ve seriamente comprometido ante el auge chino, y hasta de forma acelerada su mismo poderío militar.

Para mí es más que evidente que es el continente europeo quien más va a perder con la guerra en curso: se nota ya con claridad con la subida de la inflación, la crisis energética y la escasez de productos básicos para su industria. Con el más que posible desgaste de Rusia y la crisis que está empezando a azotar a los estados de la UE, es el continente europeo en su totalidad quien, de forma fulminante empieza a perder el papel que hasta hace muy poco poseía en el concierto mundial.

Resumiendo mucho, estos son los inconvenientes que de forma grave están socavando a las sociedades de Occidente: el multiculturalismo; el empuje del islam ante el decrecimiento de los valores cristianos; los problemas raciales internos hijos de una inmigración caótica; las propias leyes llamadas en conjunto LGTBI; la agenda 2030; el surgimiento de nuevas potencias en la órbita asiática, y alguna otra cuestión más difícil de identificar.



¿Qué obraría a favor de China? A mi entender: un sistema político fuerte que cercena las libertades individuales en cuanto se oponen a lo colectivo, lo que facilita su auge económico; un potencial humano impresionante dirigido prioritariamente al desarrollo de la economía y la consecución de la hegemonía mundial; el declive paulatino de la superpotencia que lideraba el mundo hasta hace muy poco; y alguna otra causa más difícil de evaluar.

¡El mundo está cambiando, si Europa no se pone de inmediato las pilas, su destino está más que escrito!

domingo, octubre 02, 2022

La labor del filósofo

Sesudos pensadores, filósofos de lo esencial, metafísicos, simples hombres de ciencia afrontando temas trascendentales sobre el universo, la vida, el hombre... son multitud y en todas las épocas. 

Por otra parte, nuestra vida, individualmente es corta, extraordinariamente corta... Dice el pope, el místico, el creyente que al óbito entraremos en otra dimensión, para unos el llamado "paraíso", para otros la oscuridad de las sombras, el infierno... así que, ¿para qué nos aferramos en dar respuestas al sin fin de preguntas que nos acucian, que nos angustian, cuando al cabo de unos años, no muchos, nos adentraremos en unos mundos (gloriosos, angustiosos, etcétera) que aportarán las respuestas definitivas a tales incógnitas?... ¿No sería más provechoso "vivir la vida" como se presente, olvidando los devaneos de la mente en tal sentido?

Parece que algo no cuadra, pues la evolución parece ser que nos ha conducido a esa situación del pensador, del filósofo en lo que se ha llamado la "búsqueda de la verdad"... Y a la evolución no le "gusta" jugar, y no suele conducirla el azar, pues necesita una "perseverancia" para alcanzar un objetivo tan claro... Sí, hay una línea evolutiva que nos ha conducido hasta aquí.

No obstante, es claro que la "meditación" en esa línea, casi siempre nos proporciona la relajación del espíritu, una felicidad interna, la del sabio con sus continuos ¡Eurekas!

Mas, la aparente paradoja debería tener una explicación, al menos a grosso modo...

Por otro lado, la muerte supone la imposición de una barrera infranqueable entre lo que llamamos "vida", y lo que "pudiera haber" más allá...

Es cierto que la ciencia, la historia, el saber humano crece con la aportación continua de las diversas criaturas que han existido anteriormente, potenciada enormemente con la palabra, la escritura y los formidables medios de expresión y comunicación que los últimos tiempos han proporcionado... aportación de criaturas "vivas", nunca de muertas que no han podido, ni pueden comunicarse con nosotros: ¡Es cosa de vivos!



¿De qué vale que todas las incógnitas tengan su respuesta en ese otro mundo "especulativo" de después de la muerte?... Las respuestas deben encontrarse en "este otro lado", el de los vivos, si queremos que las soluciones se propaguen en el universo real y físico que conocemos, en particular en la propia humanidad.

La evolución sí, ha creado el "acicate" para seguir investigando, intentando averiguar y descifrar las claves del entorno, de todas nuestras preocupaciones, sobre todo porque como acabo de exponer, si individualmente solo podemos aprovechar una parte de nuestro esfuerzo en pos de lo explicitado, colectivamente es un asunto básico, primordial para la sociedad y del que nos beneficiamos tradicionalmente.

Cierto es que en general imaginamos que tras la muerte entraremos en una fase en que la evolución futura debería de conducirnos hacia el Ser Supremo como culminación de algo grandioso: el Todo... Así que sin expresarlo, imaginamos una cierta evolución en ese otro mundo que nos llevaría, tras innumerables evos (si pudiera definirse el tiempo allí), al fin expresado.

Yo creo que aquí reside el error: ¡No existe ninguna suerte de evolución en ese otro mundo!... lo que supone que tras el óbito es inmediato (sin connotaciones temporales) el acceso a ese Todo propuesto: ¡Ese Todo es el "encuentro" con la Criatura Suprema nada más fallecer!... Es, pues, imprescindible, ya que no hay "evolución" en la otra vida (no hay movimiento), que nuestros esfuerzos se centren aquí, en el tiempo del "presente", el de la acción, para que la evolución que conocemos nos conduzca a ese Todo anhelado, y en el que las contribuciones de cada uno de nosotros haga posible la propia creación de tal Criatura Suprema, lo que no es óbice para que desde el futuro, esta última implante la semilla que en el pasado, y tras nuestras aportaciones (somos criaturas libres), conduzca a ese glorioso Futuro. (La retroacción del tiempo -cuántica- lo hace posible.)

Ese impulso evolutivo, ¿no será un presentimiento de lo que nos depara el futuro?

miércoles, septiembre 28, 2022

El misterio de la mente

 Una vez más acudo al símil de la "mirada a través de la ventana". Observemos al entorno, la naturaleza, el exterior a nosotros mismos a través de esa "mirada por la ventana".

Sabemos que las "neuronas espejo" son la base el fenómeno empático: ¡Gracias a ellas llegamos a sentir lo que siente la criatura que vemos enfrente (a través de la ventana)! (Conexión con el sentimiento o las sensaciones del otro.)



Ahora, imaginemos que en vez de ver a otra criatura a su través (de la ventana), sea un espejo el que nos refleje a nosotros mismos... Las neuronas espejo realizarán igualmente su labor: ¡Sentiremos lo que siente la criatura del espejo que, por cierto, en este caso somos nosotros mismos! ¿Qué ocurrirá entonces?... Curioso, se produce una "identificación" por reflexión "desde tal espejo". Una identificación que no solo supone un reconocimiento de la imagen, sino de la propia sensación, de nuestros sentimientos: ¡Un reencuentro con nuestra propia esencia!: ¡Aquí se hace evidente, aún de forma inconsciente, el nacimiento de la "mente"! En mi opinión, el misterio de la mente tiene sus tentáculos en esa "reflexión empática" que proviene de la identificación en uno mismo, y el solape esencial en esa "empatía propia".

¿Es ese el camino para ir desvelando el "misterio de la mente"?

sábado, septiembre 24, 2022

La excepcionalidad de la mente

 Todo acontecimiento, proceso o hecho biológico que se desarrolla en el cuerpo, lo hace en el organismo entero, precisamente por ser una unidad, una individualidad, por eso tiene repercusiones sobre todos los subconjuntos de células o partes diferenciadas del cuerpo: aparato circulatorio, aparato digestivo, órganos de los sentidos u otros tan básicos como el corazón, los pulmones, el hígado, los riñones, etcétera, y cómo no, el cerebro. En todos ellos se notan ciertos cambios: en la tensión arterial, también, en las hormonas... y sobre todo en el "producto" más esencial del propio cerebro: ¡la mente!


Pero, dentro de todos aquellos subsistemas u órganos de la criatura viva, la mente (el cerebro) es "algo especial", pues de ella depende el "reconocimiento propio", nuestra identidad, la psiquis que a grandes rasgos y finalmente es una verdadera simbiosis entre "información" y "sensación"... y aquí la sensación es fundamental, pues el mismo pensamiento está "preñado" de esa sensibilidad, sensación y sentimiento de nuestra vitalidad más profunda... Tal identificación, el producto más elaborado de la evolución, es un proceso excepcional de la vida, pues la mente, de esta forma, puede confundirse con la misma esencia de la vida, que como dije en repetidas ocasiones, no sería más que un "aglomerado de información-sensación".

La excepcionalidad de la mente, lo es de la propia vida, con ella lo que brotó inconscientemente de la materia, llega a "adueñarse" de esta última, al llegar a ser "consciente" de su propia existencia, y por ende de dominar sobre ella.

¡La excepcionalidad de la mente!

martes, septiembre 20, 2022

¡Dinero!... lo que me atañe

 Evidentemente es un tema que llena estanterías de libros, y no solo de economía...

No es mi propósito abarcar tan ingente cantidad de información y opiniones sobre el mismo, ni una mínima parte... Solamente expreso lo que más incide, el día de hoy, en mi vivencia alrededor de tal concepto.

Dinero lo hay de todo tipo, pues su uso desde tiempos inmemorables ha tenido que ver con el intercambio de bienes, y la "practicidad" de su uso. Hoy, por supuesto, existen infinidad de formas en que aparece en la sociedad: digital, monetario, en divisas, en metales preciosos, etcétera. Más no quiero referirme a su materialidad, a su forma física o de dominio común en las transacciones financieras: ¡Hablo de dinero en general y su repercusión directa en mi vida (y la de muchos en circunstancias parecidas)!

No es lo mismo para uno, por supuesto, el dinero que dedica a la compra de acciones o bonos, cuando el volumen que se aporta no está sometido a excesivo riesgo o incertidumbre, dado que su monto no es necesario para nuestro vivir ordinario. Si dedicamos una cierta cantidad de dinero del cual podemos prescindir, sin merma directa en nuestra forma de vida, a estas ocupaciones especulativas, cual si fuera un juego, por ejemplo en la bolsa, su pérdida en una persona sin problemas de orden psicológico (avariciosos, obsesivos, etcétera), no ocasionará mayores perjuicios que un simple inconveniente, una experiencia poco agradable.

Otra cosa sería cuando tal monto de dinero, sí es preciso para subsistir, o simplemente cuando su pérdida lesione gravemente el estilo de vida, o las necesidades del día a día... A este respecto, no hace muchos años que un trabajador parisiense llegó a suicidarse, cuando al rebajarle su salario que le permitía vivir al límite de sus necesidades, la pequeña cuantía retenida ocasionó dejar de cubrir tales necesidades ordinarias, porque que para él así parecía.



Y a estos casos me refiero, cuando hablando del dinero expongo en el título del artículo: "en lo que a mí me atañe" (y a muchos otros en condiciones semejantes). Y es que hay un abismo, a efectos prácticos, entre lo que representa el dinero del primer ejemplo, al que llamaré "dinero especulativo", al del segundo, que me atrevería a afirmar que pasa a ser vital para uno: le llamaré "dinero vital propio" (Dvp). Dvp es subjetivo, pues, tremendamente subjetivo, pero omnipresente para uno mismo: ¡es el que más nos interesa, el que tiene la capacidad de poder cambiar nuestra vida, nuestras costumbres, nuestro "nivel" de vida! Y que diferencia, tremenda diferencia, representa para uno el significado del dinero real (que yo llamo "despectivamente" especulativo), y ese "dinero vital propio", una diferencia como de la noche al día... Por supuesto que el dinero, en sentido amplio, financieramente para la economía, y como concepto es el "real", pero para cada uno de nosotros el importante, el trascendental es el "vital propio"( Dvp). ¡Cuídense los poderes de no "socavar" la hacienda personal de ese "Dvp" tan necesario!... ¡La incidencia social de medidas en tal sentido es un sunami que puede llevarse por delante al propio sistema político!

Como alarma social: ¡Seamos muy empáticos con nuestros semejantes en tal punto!

miércoles, septiembre 14, 2022

"Sí-mismo" y tiempo

No quiero añadir una nueva acepción al concepto clásico de Jung sobre el tema, ni desarrollar otras alternativas como Atman, la interpretación de Freud o el Self heideggeriano...

Sí considero al "sí-mismo" como la raíz del Ser como individuo, con lo que el "yo consciente" y el inconsciente estarían en su seno.

En fin, para mí, el "sí-mismo" es lo más sustancial del hombre, pero lo que me gustaría transmitir es que tal "sí-mismo" habitaría en un espacio "metafórico" que iría desde el nacimiento hasta la defunción; un espacio donde el tiempo no tendría significado, al igual que la durée de Bergson, y sin embargo, sí se dan modulaciones: hay movimiento interno. Pero ese "nacimiento" y "defunción" que incumbe al "sí-mismo" no está "anclado" en el tiempo; podría permanecer en un período indefinido de aparente muerte o ausencia de señales, reviviendo o apareciendo posteriormente.



El "sí-mismo", pues, no tiene definido el tiempo en su interior. El tiempo es algo "ajeno" a él: simplemente aparece cuando la necesidad de la acción (hacia el exterior) requiere de una interacción a la que llamamos "presente"; entonces sí se configura la "flecha del tiempo": lo que es anterior a esa acción (pasado) y lo que será posterior a tal acción (futuro).

La interacción "presente" juega las veces (salvando la indiscutible distancia ontológica) que el intercambio, por ejemplo, de fotones en la interacción electromagnética entre electrones. La partícula "fotón" en la interacción electromagnética, sería la "partícula temporal" "presente" entre las "esencias" distintas del "sí-mismo" (individualidades), y generalizando, cuando el "sí-mismo" debe relacionarse con el entorno (mundo), al desarrollar su potencialidad como sujeto (acción). En resumen: el tiempo es una creación del "sí-mismo", ajena a él, a su esencia.

La prolongación del "sí-mismo" después de la muerte, es una "entelequia": ¡Seguimos tan ignorantes al respecto como siempre!:¡Nadie "ha vuelto" para contarlo!

jueves, julio 07, 2022

El presente lo es todo, pero casi...

"Pasado y futuro prestan al presente la capacidad de decisión".

Presente... parecería que solo existe el presente. Así lo afirma con rotundidad la Física que desde cierto punto de vista puede considerarse ya clásica, aunque a mi entender mejor habría que llamarla "determinista"... Y aquí habría que incluir, extrañamente para algunos, tanto la Mecánica de Newton como la relativista de Einstein: ¡Todo (físicamente) se reinscribe desde un experimentador (aséptico) provisto de una unidad de medida material (metro, etcétera), y de un reloj que da una medida temporal! Precisamente, totalmente definidas en el "presente", marco en el que se desenvuelve el experimentador, y donde realiza, por consiguiente, sus "mediciones".

A grosso modo, la coordenada temporal del universo, en este tipo de física (determinista), está perfectamente definida en la consabida línea temporal: pasado-presente-futuro... El presente, expresado en el imaginario popular, es "donde vivo" y como tal, donde ejerzo mi acción sobre el entorno del universo... Aquello que no puedo "manejar" pues ya pasó, sería el "pasado", y aquello que tampoco puedo "manejar", pues no está aún presente ante mí, es el "futuro"... ¡El "presente", pues, es donde puedo ejercer mi capacidad de decisión!


Pero es que el universo no es, ni mucho menos, completamente determinista, y no quiero usar el tópico einsteniano : "Dios no juega a los dados"... Agua pasada que no necesita más justificación. En esta "ampliación" del universo hacia lo complejo, la cuántica, el caos, etcétera, el "presente" en cierto modo "difumina" sus fronteras: ¡ya no son nítidas, pues su estricta fijación, nos hace incurrir en errores, a veces de gran calado!

En resumen y filosóficamente (filosofía de la ciencia; no como ente metafísico), el presente "ya no lo es todo", de alguna forma "pasado" y "futuro" parecen "pretender" apropiarse de alguna de esas cualidades del "presente"... ¡Qué si no representa el futuro configurado por "probabilidades" de los distintos "estados" del presente!, o ¡la enigmática retroacción temporal del pasado en diferentes líneas de tiempo de cierta propiedad cuántica!

Sí, parecería, como cito en el título del artículo, que el "presente" parece todo, pero "casi"... y ese "casi" hace referencia a lo que acabo de exponer (alusión a la "transcurrencia" del tiempo).

En una visión amplia del entorno universal donde se desarrolla nuestra experiencia vital, aún en nuestra actividad "presente" no hay modo de dejar de incluir "retazos" del pasado y "posibilidades" del futuro: ¡Mi presente, mi acción actual, debe de tener muy en cuenta, siempre, el pasado que nos precede, y el futuro que adivinamos o presentimos! ¡No desliguemos la realidad actual de la que nos ha precedido, y de la que (yo diría que aquí está la "moralidad social) debemos intentar crear en el futuro!, ya que como la evidencia nos confirma, "pasado y futuro prestan al presente su capacidad de decisión".

sábado, mayo 07, 2022

¿Cómo desalojar del Poder a un dictador?

 Los recientes acontecimientos aconsejan indagar sobre un asunto que se antoja hoy prioritario: ¿Cómo desalojar del Poder a un dictador?

El asunto no es nuevo, pues su origen se remonta casi a los mismos momentos de la aparición de la vida social en la humanidad.

En mi opinión, existía hasta hace bien poco la esperanza de que la evolución de la propia democracia llegaría a corregir tal desequilibrio de la vida social. El resultado palpable a día de hoy es que no ha sido así. Creo que existen diversas causas que han producido el fenómeno. A mi entender, al menos han sido las siguientes:

1) La democracia no se ha extendido lo suficientemente en el mundo; es más, los estados "autocráticos" o totalitarios parecen haber llevado la delantera a los que llamamos democráticos (desde la perspectiva de occidente).

2) La "partitocracia" de muchas de las pretendidas democracias actúan como un cáncer que desvirtúa los principios democráticos más puros.

3) Los defectos advertidos en las sociedades democráticas consideradas más avanzadas, hacen a ciertos partidos (con cada vez más partidarios) pedir la corrección de lo que consideran errores sociales desde una perspectiva que en ciertos puntos se asemeja a principios de aquellos estados autocráticos... Lo justifican en bien de una mayor eficacia de los medios disponibles, aferrándose en muchos casos a nacionalismos de corte nada moderno... y al final no se dan cuenta que indirectamente están afianzando a los citados estados autocráticos.

4) El aprovechamiento de tales grietas en las sociedades democráticas, buscando su disgregación (caso de la UE, ciertos regionalismos, etcétera) por sistemas o naciones que buscan su hegemonía en el concierto mundial (caso de China o Rusia) que, ciertamente a nivel global, representan un retroceso en los niveles de derechos y libertades del individuo.



Y sigo diciendo que la amenaza de "holocausto nuclear" no es baladí; me remito a las palabras del genio alemán Einstein: "No sé como se desarrollará la tercera guerra mundial, pero en la cuarta lucharemos con palos y piedras".

Y si nos encaminamos, tristemente, hacia sociedades si no totalitarias, sí con caracteres visiblemente autocráticas, el problema fundamental para el ciudadano es: ¿Cómo desembarazarse de (llamémosles por su nombre) tales dictaduras?... O sea: ¿Cómo desalojar del Poder a un dictador, o a unos dictadores (para el caso es lo mismo, pues todo dictador se rodea de una clase privilegiada) que constituyen la clase dirigente?

De antaño, tal problema solía resolverse "parcialmente", en el sentido de que tal dictadura, tras un período confuso, solía desembocar en otra: "Unos se libraban de tales ataduras, pero otros distintos heredaban el mal"... y en muchos casos, ese cambio se producía violentamente, traumáticamente por medio de una guerra: "Encumbramiento y disolución de Imperios".

Ahora bien, hay un matiz distinto, la "globalidad" de toda incursión en cualquier lugar del planeta ocasiona un desastre total en el mismo: ¡los problemas graves son múltiples, como el cambio climático o el citado holocausto nuclear!... De ahí el enorme dilema de la actual invasión de Ucrania por parte de Rusia, con la continua amenaza de la utilización del arma atómica... o la nada imprevisible "absorción de Taiwán" por el gigante asiático... ¡El mundo actual aparece plagado de nubarrones tremendos que amenazan su simple supervivencia!

La seriedad de tales planteamientos requiere, al menos un análisis mucho más detallado de todo ello, que por resumir lo circunscribiría al dilema: ¿Cómo desalojar del Poder a un dictador?

jueves, abril 21, 2022

PENSAMIENTOS

 Una nueva obra de Alejandro Álvarez Silva aparece en la plataforma Lulu. El autor es Licenciado en Ciencias Físicas, con una larga trayectoria como divulgador científico y articulista en diversas revistas de ciencia y filosofía.



Sus obras de temario científico son las siguientes: "Ciencia, Filosofía, Religión. Una visión armónica", "Nuestro universo",  "El ser y la vida", "Física para filósofos", "Vida y mente", "Empatía y otras cuestiones", "Multiverso y realidad", "El tiempo (una revisión)", "¿Sueño o realidad?" y "Consciencia y sensación".

Sus obras de temario filosófico son: "La alfombra mágica", "El parto de Dios", "Palabras de mi jardín", "Nada y Dios", "El cierre del círculo", "Melodía en las estrellas", "Superego", "Ciencia y meditación", "Tempo e irracionalidad", "Paradigma", "Accesible e inaccesible" y "Antes de la Ciencia y... después de ella".

En el caso que nos ocupa, "Pensamientos", diría que pasa a ser la principal obra del autor, porque aunque elaborada en los últimos años, encierra en sí toda su trayectoria vital que ha hecho posible la maduración de una filosofía vitalista, muy original en sus planteamientos, entreverada de continuo por razonamientos puramente científicos.

La obra contiene más de 130 artículos, publicados en tres de los Blogs del autor, y abarcan temas como la consciencia, la mente, el fenómeno vital, etcétera, y que van desde el año 2016 a 2022.

Lo dicho, una obra fundamental para el conocimiento de la obra completa del filósofo y científico Alejandro Álvarez Silva.

martes, abril 05, 2022

La "aparición" de la mente

 El funcionamiento de la mente es un tema peliagudo que junto con el significado de la conciencia constituyen dos de los principales problemas a resolver por la ciencia actual. En este artículo no me referiré a ellos, sino a algo aún más básico: el entendimiento, siquiera somero de lo que es la mente y su "aparición". Juzguen ustedes.



Para ello invito, en primer lugar, a las siguientes reconsideraciones:

- El meollo de la cuestión consiste en la "transformación" de lo múltiple (cantidad) en lo unitario (cualidad).

- La cantidad de "chispas" de lo material (lo múltiple) se "transforma" en la cualidad (unicidad) de la mente. El símil: Del corpúsculo (partículas) a la onda (unitaria).

Y al revés:

- La mente (unicidad) se "desparrama" hacia todos los resortes del cuerpo (multiplicidad). Símil: De la onda al corpúsculo... Lo que representa "la acción de la mente sobre el cuerpo".

De todo ello se deduce la necesaria existencia de una "chispa" (¿ínfima?) indefinible en la pura materia que explicaría la  aparición (¿energía?) de la mente (con ello la vida).

(*) Así, la materia y su estructura (complejidad) equivale (aunque no se identifica) a la existencia de una mente propia (cuando hay "vida").

Un ejemplo nada rebuscado, sería el comportamiento de cada especie de perro -su temperamento-, algo que conocemos los dueños de las mascotas, y que se aprecia en conjunto, más allá de su individualidad: la semejanza corporal entre los individuos de cada especie, es suficiente para apreciar un comportamiento o temperamento parecido entre todos los miembros de dicha especie. Así, es apreciable el comportamiento de los caniches, de los cocker, etcétera.

En resumen:

La semejanza con la transmutación de las propiedades de la física clásica, a las del mundo cuántico, sobre todo y en particular la propiedad del "entrelazamiento cuántico", que pasa de múltiples sistemas (partículas), a un solo sistema (el que significa las partículas entrelazadas) es obvia, sería muy parecida a la "transformación" de la materia-cantidad- multiplicidad en mente-cualidad-unicidad.

(*) Esa especie de bifurcación o transmutación de la materia-información en la mente va acompañada también de la aparición de la sensación como proa de la aparición del mundo de cualidades que supone la consciencia, la voluntad, el libre albedrío, y un largo etcétera.

Y no estoy hablando de la constitución y el funcionamiento de los cerebros, sustento de la mente, que constituyen parte de las numerosas teorías de la mente, entre las que tienen un importante papel las teorías holonómicas y holográficas del cerebro, etcétera.

¡Vayamos a lo más esencial de la "aparición" de la mente!

martes, enero 18, 2022

Historia auténtica y voluntad integradora

 Sin tiempo, ¿Qué es lo que queda?... ¡La historia!... En mayúscula o minúscula, ¡qué más da!

El tiempo se fue, ¿también dejó de existir la historia?...

La historia es eso, "pasado"... y el pasado ahí está: ¡Es lo que quedará de nosotros (y de todo) cuando "nos vayamos"... Hay Historia con mayúscula que corresponde a pueblos y a civilizaciones, por cierto muy tergiversada por el poder de cada momento... Y hay otra historia personal de cada uno, que nos incumbe a cada uno de nosotros y en la que no caben autoengaños, ni tergiversaciones, pues el testigo que somos nosotros mismos está dentro, y ¡bien la conoce!

Ahora bien, dentro de cada una de esas historias con minúscula, yo hago una distinción, o mejor, cualifico de modo distinto unas de otras, desde el punto de vista de la autenticidad... Todos sabemos cuándo somos auténticos, al actuar, al pensar, al desenvolvernos de acuerdo con nuestra verdadera esencia, sin tapujos, sin tergiversación cuando nuestro interlocutor somos nosotros mismos... No caben cinismos, puesto que no representa ninguna ventaja engañarse a sí mismo. Pero como todo, necesita cierta "preparación", cierta práctica que da el tiempo y la noble satisfacción de considerarnos a nosotros mismos "auténticos"... Ese es mi ideal: ¡ser auténtico!


Aún, para el mismo genio alemán (Einstein), el tiempo era relativo, que pasado, presente y futuro dejaban de tener importancia por sí mismos, al depender en gran medida del estado de movimiento de los sistemas inerciales.

Ahora, los hechos, los acontecimientos, en suma la historia sí queda establecida "para siempre"... Es eterna, pues se confunde con el periplo vital de cada criatura... Pero lo que hace grande a una historia es su autenticidad; una vida auténtica es la aspiración máxima a la que podemos llegar, y no me refiero a comportamientos vitales paralelos a ideas, creencias o ideologías: ¡lo auténtico, autopromulgado por uno mismo, es superior a todo ello...!

Otro planteamiento básico al respecto, considerando que el universo todo es la suma de sus elementos (vivos o no) con sus propias circunstancias, es la "integración" en ese sistema global, en el sistema holístico que interconecta todo... ¡Qué mejor que integrarnos a la perfección en tal sistema global, cual si fuese un "cuerpo único"! Pues bien, tal integración, dada la variedad tanto cualitativa como cuantitativa de sus elementos constituyentes, solo necesita una cosa por nuestra parte: la "voluntad", la voluntad integradora que emulando a Schopenhauer, es el móvil de todo lo que existe. La voluntad como "querencia" de integración en ese todo de la forma más armónica posible.

Y todo esto es una filosofía de vida que modestamente invito a seguir, a saber: ¡Una historia auténtica y una voluntad integradora!

domingo, enero 02, 2022

El sueño de una noche febril

 ¡Dichoso coronavirus!... Lo que más se oía justo al final de 2021... ¡No lo sé; lo mismo un simple resfriado!... ¡Tanto se parece a Ómicron, la última variedad de la Covid!

En concreto, me tocó la noche del 29 de diciembre pasado... Una noche que casi pasé en vela, debido a la fiebre que me invadía, aunque no pasó mucho más allá de los 38 grados y no tardó mucho en remitir tras la medicación correspondiente.

Pero, para mí, esto no fue lo más importante de esa noche, y sí, para alguien que busca en cada circunstancia su significado y trascendencia, la sensación, la inspiración que las musas sembraron en mi conciencia.



Y es que, en ese "duermevela", entre sueño y sueño, en el límite difuso de consciencia e inconsciencia, las musas como dije, me hicieron ver una realidad que hasta entonces se me escapaba, y era algo que pude comprobar mentalmente entre quiebros y equilibrios, en pequeñas experiencias mentales que mi "duermevela" me permitieron... Intenté imaginar alguna posibilidad de presentar a mi atención algún elemento que no procediera de las "pulsiones" del inconsciente: ¡Nada, imposible!... sin la energía que proporcionaba la pulsión, nada podía aparecer en mi consciencia. Las imágenes que aparecían como elementos (*) en el "entorno mental", siempre procedían de una "pulsión" (energía) que procedía del inconsciente... Una vez que aparecen, la consciencia era capaz de elegir entre ellas, decidiendo así el camino que quería seguir, pero nunca al revés... ¡El inconsciente, pues, es el verdadero "creador" de la  vida mental, pero la consciencia toma el mando después, aprovechando y beneficiándose de esa energía (impulso) del inconsciente!

Sería algo así, usando términos físicos, como que los "estados de la mente" los crea el inconsciente, pero su "decantación" en pensamientos es obra de la consciencia... ¡Una revelación de las musas, que solo el sueño de una noche febril la hizo posible!


(*) Los elementos mentales de cada pulsión inconsciente, adoptan formas variadas según las distintas características y capacidades mentales de cada criatura.

jueves, diciembre 02, 2021

Recapitulación y conclusiones II (Consciencia y sensación)

He traído a colación la teoría del filósofo José Díez Faixat por una razón principal: el aunar en una dualidad la energía y la consciencia, entre otras dualidades (aunque en el fondo exista una realidad absoluta no-dual). He de confesar que en un primer momento y con mi mentalidad de físico, se me hacía muy difícil imaginar que energía y consciencia, conceptos tan distintos, pudieran formar parte de algo común a las dos (no se me había ocurrido la hipótesis que ahora sostengo). El ¡eureka! que ha supuesto en mi pensamiento abrazar la hipótesis de consciencia y sensación como cualidades de la materia en un estado característico, me ha hecho reconsiderar la teoría de Faixat como un referente, muy arriesgado sí, pero dotado de indudable belleza y armonía... La considero, pues, como una fuente de la que puedan beber los investigadores que pretendan adentrarse en el extraordinario y complejo fenómeno de la consciencia.

He dedicado un capítulo a la empatía y las neuronas espejo, porque junto a la intersubjetividad y los "mapas cerebrales" hacen posible la "reflexión" que integra no ya el entendimiento, sino la sensación y la emoción, que si no imprescindibles para la "toma de conciencia", si son necesarias y suficientes para, "nada menos" que la "construcción del yo".


En el capítulo 8 expuse un somero análisis del movimiento llamado "Pansiquismo", sin que necesariamente sea seguidor de tal corriente, que por cierto, va añadiendo cada vez más adeptos. Lo expongo  por la "posibilidad" de que la materia, aún en su nivel más bajo de complejidad, pudiera poseer un hálito, una conciencia mínima que, curiosamente, también figura en los planteamientos de la teoría entrópica-sintrópica de Faixat.

Como creo que ya existen propuestas de explicación de la consciencia, o más bien, de las características que deben cumplir un grupo de partículas materiales para poderlas considerar un sistema consciente, he citado algunas de ellas que, en mi opinión, pueden aportar bastante al respecto. El capítulo 7 las contempla. Ahora bien, ninguna resuelve el problema de fondo de la "emergencia" de la consciencia, lo que a mi entender, sí sucede en la hipótesis propuesta en este trabajo, al defender el monismo que representa en sí la propiedad intrínseca de la materia llamada sensación.

En el capítulo 6 expongo algunos experimentos que avalan la tesis de que la Teoría Cuántica tiene mucho que ver con el tema de la consciencia. La teoría de Penrose-Hameroff ya es un clásico sobre ello, y los recientes experimentos de laboratorio en China son un indudable apoyo a su teoría.

Solo me queda aclarar que no trato de descubrir ni presentar una teoría elaborada que pueda explicar la sensación y la consciencia (el problema "difícil" de Chalmers), simplemente quiero convencer a mis colegas, y hasta a mí mismo de que poseemos el nivel científico suficiente para poder afirmar, y por ello seguir en esta misma senda en nuestras investigaciones, que la sensación-consciencia no es más que un estado de la materia-energía que se presenta cuando la misma se adorna de las siguientes características:

1) Existe un campo electromagnético craneal cuya expresión son las ondas cerebrales.

2) Existe una continua retroalimentación (feedback) entre entradas y salidas (inputs y outputs).

3) El mundo cuántico es en último extremo, con sus propiedades más significativas (entrelazamiento y efecto túnel), el verdadero motor de la consciencia.

Mucho se ha avanzado en cuanto a las teorías del caos, la complejidad y los estados estables fuera del equilibrio apuntados por Onsanger y Prigogine, y muchos otros descubrimientos referentes al metabolismo de los seres vivos, pero aquí solo me he ceñido, y es mucho, créanme, al difícil problema de la consciencia-sensación.

Por último, he de advertir que la hipótesis que promulgo en modo alguno restringe a la sensación-consciencia, las cualidades ordinarias conocidas de pensamiento, voluntad, libre albedrío, etcétera. ¿Quién nos dice que por encima de la consciencia tal como la conocemos, no existan otros estados de la materia que encierren en sí la expansión de esa consciencia a otros ámbitos apenas imaginados?... La materia-energía aún podría encerrar muchos más misterios, pues su evolución futura es una incógnita.

                                                              Alejandro Álvarez Silva

(Final del ensayo del autor, Consciencia y sensación)

martes, noviembre 30, 2021

Recapitulación y conclusiones I (Consciencia y sensación)

 En este pequeño trabajo he tratado de presentar la evidencia del monismo en un tema tan comprometido como el presente, que a mi modo de ver no es más que el fruto de una inevitable evolución que desde los tiempos de Descartes se ha ido produciendo hasta nuestros días. Descartes expuso claramente, en su momento histórico, una hipótesis revolucionaria en el campo de las ciencias y la filosofía, la del dualismo alma-cuerpo, zanjando una cuestión que permanecía en el ambiente y que era lo que podía permitir el grado de conocimiento científico de aquel momento (no se podía ir más allá), ante la evidencia de cualidades tan distantes y hasta contrapuestas, que se adivinaban en la materia (inerte y sentiente por un lado; cuerpo y alma por otro). Era inimaginable, entonces, que ambas cosas fueran simplemente dos estados distintos de la materia, obviamente porque la ciencia estaba en su desarrollo a años-luz del que disfrutamos en la actualidad.


El mundo clásico del espacio y el tiempo absolutos de la física newtoniana, no podía siquiera imaginar que ese tiempo y espacio formaban conjuntamente un nuevo elemento llamado "línea del universo", que se mantenía incólume ante el relativismo de aquellos otros, y que solo se modificaba por los efectos gravitatorios del tensor masa-energía. Ni por asomo podía imaginar que la masa adornada de la propiedad de la inercia no era más que energía muy concentrada, de acuerdo con la magistral fórmula e Einstein, E= mc²... Y en esa época pensarían que no estamos en nuestro sano juicio, al establecer en nuestra vida cotidiana los extraordinarios eventos que suponen asumir las sorprendentes propiedades (acción "fantasmal de Einstein" debida al "entrelazamiento cuántico", la superación de barreras del "efecto túnel", etcétera) de la teoría Cuántica.

Indudablemente, ha habido una formidable evolución de la ciencia en todos los campos: informática, neurociencia, física fundamental, etcétera, etcétera. En mi opinión, esta evolución ha podido, ahora sí, disolver, como esfumándose, aquel dualismo cartesiano, ante el monismo que promulgo y que parece despuntar cada vez más claramente en el ambiente científico... Sí, ahora sí, la materia puede explicar cuantos fenómenos observamos, para ser exactos, la materia-energía... Las diferentes cualidades (qualias) que se observan, no proceden de mundos diferentes, sino de uno solo, el de la Física, el de la materia-energía, que está "empoderada" con todas estas cualidades o propiedades referidas. Dicha materia-energía no solo posee las propiedades que hasta ahora se le suponían (Física clásica), incluida la portentosa Mecánica Cuántica con sus paradójicas propiedades, sino que contiene, a saber, un estado que posee la extraordinaria propiedad de la "sensación" (materia sentiente) y su complementaria consciencia (voluntad, libre albedrío, etcétera).

(Continuará en la última entrega del ensayo Consciencia y sensación)

lunes, noviembre 22, 2021

Materia sensible

 Las condiciones necesarias para la materia sensible, o signos claros para adivinar su existencia en un sistema material, son las siguientes:

a) Existencia de un campo electromagnético abrazando el conjunto.

b) Feedbacks o retroalimentaciones consustanciales al sistema, en un movimiento continuo de vaivén entre entradas y salidas.

d) Dominio de la cuántica en lo más esencial de sus procesos.



b) Retroalimentación

La segunda condición necesaria que nos desvela igualmente la experiencia, es la reflexión que supone la retroalimentación o feedback existente en casi todos los subsistemas del cerebro, entendida como que las salidas u outputs se redirigen hacia las entradas o inputs, controlando en cierta forma sus comportamientos, algo que se encuentra en todos los sistemas complejos de la ingeniería, la economía o la misma biología.

 En mi ensayo, "Consciencia y sensación", se describe el concepto de la automática llamado "retroalimentación". Solo decir que para Artur Rosemblucth "el comportamiento controlado por realimentación negativa (homeostasis), aplicada a un animal, al ser humano o a las máquinas es un principio determinante".

La reflexión sobre sí es imprescindible para el conocimiento de uno mismo, del Ser en sí, condición obligatoria para el posterior hecho de la sensación, sobre una sensibilidad de la materia-energía que se vuelve sobre sí misma.

En mi obra "El cierre del círculo" me extiendo sobre el aspecto metafísico de esa reflexión.

Todo sistema, estructura, posee información, pero la sensación constituye una información un tanto especial, es una información "personalizada", y todo ello por la retroacción, la retroalimentación o los distintos feebacks que originan una suerte de "círculos" (los outputs regresan como inputs), y la información afectada "vuelve sobre sus propios pasos", lo que constituye la base sustancial de la "sensación", de la "sensación" de la propia estructura, y con ello un conjunto de nuevas cualidades relacionas con ella aparecen: Voluntad, consciencia, inteligencia, etcétera.

Recapitulando y resumiendo, yo diría que la "energía" posee un estado concentrado al que llamamos "materia", constituida por la información, que en el aspecto sensible, constituye el "yo", y que supone una "consciencia". Así que la evolución, a través de estructuras cada vez más complejas, hace posible la transformación de la energía en consciencia.

(De la obra del autor Consciencia y sensación)

viernes, noviembre 12, 2021

Sensación

 Ahora sí, tengo que exponer el porqué hago tanto hincapié en la "sensación" y no el la "conciencia", tan en boga en los último años, y que acapara en gran medida el esfuerzo de numerosos equipos científicos. Sencillamente, creo que lo más básico es la "sensación", puesto que sin "sentir" no puede haber consciencia de nada; lo primero es la "sensación" y a ella me remito.

Según Antonio Damasio: "Evaluamos nuestro entorno y juzgamos nuestra experiencia conforme a un aglomerado de razón y emoción". Y también: "Las emociones son los resortes de nuestra conducta, sin emoción... no hay mucho". Y continúa: "Todos los recuerdos que tenemos son recuerdos emocionales, positivos o negativos".

Y "sentir" requiere una reflexión hacia sí; no un movimiento pasajero que cruza sin detenerse en algo, menos en su esencia, en la propia energía que representa el campo electromagnético "que necesita esta sensibilidad".


Dediqué una obra entera, "El cierre del círculo", a encontrar, aunque fuera vagamente, lo que es el Ser. Me refiero a la vivencia del ser vivo, que en su interior anida un espíritu que solo puede definirse cuando se "cierra el círculo". Así, en mi otra obra "Accesible e inaccesible" exponía:

"La esencia de la sensación es la misma radicalidad del Ser: es hija de la partición o cuantificación del Ser (su transformación en una secuencia de presentes). La esencia de la sensación hunde sus raíces en la misma esencia del Ser: ¡Las sensaciones del yo son las sensaciones temporales del Ser, dicho esto de forma impropia, porque el Ser no está circunscrito al tiempo (ni siquiera al mismo universo).

Como la sensación va unida a un determinado "cierre del círculo" la semejanza en las estructuras materiales (representaciones) es la ley que rige, también en las sensaciones; la semejanza en estructuras va acompañada de semejanzas cualitativas entre sensaciones correspondientes (las que acompañan a cada uno de los distintos "cierres del círculo" comparados)."

Claro que inmediata a la sensación aparece la consciencia, pero la consciencia puede referirse a cualquier cosa, no necesariamente a sí mismo. Y la sensación, no necesariamente precisa la "consciencia de sí"... La sensación puede ser mentalmente inconsciente.

Una vez establecidas las premisas básicas, conviene perfilar las circunstancias más evidentes que acompañan a aquella materia-energía que consideramos sentiente, viva.

Hay un amplio consenso respecto a lo que consideramos seres vivos, dejando a un lado aquellos cuyo reconocimiento presenta aspectos dudosos, como pueden ser los virus...

Es, pues, conveniente para caminar con pie seguro, que nos circunscribamos a seres cuya empatía respecto al ser humano no está en discusión; sin ir más lejos, los, propios mamíferos.

El campo mental de aves, mamíferos y otros animales está más que comprobado en la evidencia de la existencia de ondas cerebrales que pueden medirse en sus cráneos. Ciñámonos, pues, a ellos.

(De la obra "Consciencia y sensación" -Introducción-) Consciencia y sensación

martes, noviembre 09, 2021

Los límites del reduccionismo

 Aplicar el reduccionismo a situaciones o entornos donde no es apropiado, conlleva errores que en bastantes ocasiones pueden llegar a trastocar en gran medida el asunto de que se trata.

Una de las situaciones se refiere a la "qualia", sobre todo cuando se aborda desde la orilla de la pura materia (inerte), y se quiere reducir a ella todos los aspectos de la "qualia" (sensación, consciencia, etcétera).

Y es que hay cosas "irreducibles", pues su esencia es completamente diferente a la primera... Entiéndaseme bien, aunque la "qualia" pudiera ser una propiedad (cualidad) de la materia-energía, tal propiedad es "irreducible" a otras como la inercia, el espín o cualquier otra de las bien establecidas por la Ciencia hasta ahora.

Y no vale hablar de "isomorfismos"(Max Tegmark), lenguaje matemático, a aplicar por semejanza, por ejemplo en la psicofísica de la ley de Weber-Fechner.

Sabemos que dicha ley es una relación cuantitativa entre la magnitud del estímulo físico y su percepción subjetiva. Esta ley fue emitida por Ernst Heinrich Weber en 1860 a través de su libro Elemente der Psychophysik y elaborada en su forma actual por Gustav Theodor Fechner. En esencia nos dice que "si un estímulo crece en progresión geométrica, la percepción evoluciona en progresión aritmética". Así que la relación entre el estímulo y la percepción corresponde a una escala logarítmica. O sea, existe una relación entre la magnitud objetiva de un estímulo físico y la percepción cognitiva de dicho estímulo. Nuestra capacidad de apreciación de un cambio se basa en el "valor relativo de la variación respecto al valor de partida".

También, hay que distinguir entre percepción y sensación. Una sensación no implica necesariamente que la persona se dé cuenta de lo que la estimula, sensorialmente.

la sensación se transforma en percepción cuando tiene algún significado para el individuo. La percepción aumenta o se fortalece conforme se enriquece la experiencia  y la cultura del sujeto.


Aunque existe una relación entre el estímulo y la percepción-sensación, como dije, no puede aventurarse una especie de isomorfismo que los "iguale" en su esencia. El estímulo es "esencialmente físico", y la sensación, aunque ampliamente modulada de acuerdo con la ley psicofísica de Weber-Fechner, posee una esencia "irreducible" a cualquier otra propiedad o cualidad material.

Su irreducibilidad se ve claramente reflejada en la teoría de Tononi sobre la consciencia -Teoría de la Información Integrada o IIT.

A saber, la medida de la irreducibilidad del repertorio de estados del sistema, o cantidad de consciencia, según IIT, se denomina Φ (phi) y se mide en bits, usando herramientas matemáticas como la divergencia Kullback- Leibler o la distancia del movedor de tierra (EMD), aunque resulte computacionalmente intratable para sistemas suficientemente complejos como el cerebro humano. Y es que para IIT la experiencia subjetiva es un hecho fundamental e inapelable.

-La divergencia de la información es una medida no simétrica de la similitud o diferencia entre dos funciones de distribución de probabilidad.

-La EMD es la medida de la distancia entre dos distribuciones de probabilidad sobre una región D o métrica de Wasserstein (coste mínimo de convertir una pila de arena en otra).

El antirreduccionismo de IIT guarda paralelismo con el monismo de doble aspecto y el dualismo de propiedades, ya que asevera que la subjetividad es un propiedad abstracta fundamental como la carga o el espín -inherente en mayor o menor medida en todas las cosa propiamente dichas.

No busquemos la explicación de la consciencia en un reduccionismo a partir de las propiedades físicas conocidas de la materia. La "qualia" tiene entidad propia: ¡es la propiedad que hace que la materia-energía "sienta", se centre en sí misma!

lunes, noviembre 01, 2021

La consciencia y la sensación como "propiedades" de la materia: ¡Un nuevo estado!

 Conocemos como estados de la materia al sólido, al líquido y al gaseoso, a los que habría que añadir el plasma, el condensado de Bose-Einstein, el condensado de Fermi, el supersólido (Helio-4) y los estados de alta energía.

Ahora bien, la materia-energía, en términos relativistas del tensor debido a Einstein,  podemos considerar  también que posee otros "estados más básicos" aún: la energía como tal, y la materia que es energía sumamente concentrada, base de la energía nuclear, de acuerdo con la conocida fórmula, E=mc². Desde tal punto de vista, hay que considerar otro tipo de estado básico de la energía-materia, la "materia sentiente" que constituye el sistema de partículas que constituye el "cuerpo" de los seres vivos.

Es una forma o estado de la materia-energía que se presenta cuando se dan ciertas condiciones mínimas necesarias.


 Tales condiciones, a saber, 1) la existencia de un campo electromagnético intracraneal (en seres craneados), 2) profusas retroalimentaciones, y 3) dominio cuántico en los niveles más básicos, hacen posible la existencia de la "sensación" en un sistema de partículas, y con ello la "vida".

Hasta ahora las cualidades que se definían a partir de la consciencia y la sensación, parecían distinguirse con facilidad de la que poseía lo que denominamos "materia inerte" (la materia estudiada hasta ahora por la Física, adornada de la propiedad característica de la "inercia"). Se construían así dos mundos aparentemente distintos, casi opuestos, base del cartesianismo de Descartes: mundo material (cuerpo) y mundo espiritual (alma, qualitas). Pues bien, la Ciencia es ya suficientemente madura para establecer el "monismo" de considerar solo la existencia de un solo ente, la materia-energía y no los dos del dualismo cartesiano.

La materia es única, pero posee tres formas o estados básicos: energía que podríamos considerar simple; materia a secas; y "materia sentiente". ¡Consciencia y sensación, y todas las "qualias" definidas no son más que propiedades de la materia-energía, cuales la inercia, la temperatura, etcétera!

Una descripción de tal hipótesis aparece en la nueva obra de este autor: "Consciencia y sensación", publicada en la plataforma de Bubok. Consciencia y sensación