miércoles, diciembre 17, 2008

BOSÓN DE HIGGS


El bosón de Higgs no es más que una "etiqueta" o bandera sobre la que quiere acogerse la propia justificación de los fantásticos gastos en medios y personal realizados por el CERN para construir el engendro tecnológico que supone el LHC (Large Hadron Collider). Ahora bien, el avance que se espera obtener en investigación básica y aplicada, que incide directamente en las mismas fronteras de la Ciencia, sí justificaría este desembolso.
Pero, ¿cuál es en realidad la importancia de la búsqueda del bosón de Higgs?...
Una "justificación física de esta importancia" aparece en el artículo: "Bosón de Higgs: Justificación física". El artículo puede leerse libremente en: "Geothesis.com, "Textoscientificos.com", "Biblopia.com" o "Simbiotica´s" (http://simbiotica.wordpress.com/).

lunes, diciembre 08, 2008

SIMBIOTICA

En la propuesta que llamamos "Simbiótica" nos adentramos en el mundo que se alimenta simbióticamente de la Ciencia y la Filosofía, dando a la primera una orientación que adorna a la pura materia de propiedades emergentes, y a la segunda de unos cimientos fuertes que parten de la propia Ciencia.
También quiere ser, al mismo tiempo, una propuesta para el renacimiento de la Filosofía, pues se establece en un campo extensivo y paralelo al de la Ciencia, dejando a un lado la propia Filosofía de la Ciencia y la Metafísica.
Gracias a "Simbiótica", la Ciencia logra desembarazarse de su tradicional materialismo intrínseco, pues como hemos dicho anteriormente, en ella la materia aparece adornada con nuevas propiedades emergentes.
Si queréis simpatizar con esta línea de actuación o aportar vuestro granito de arena, ver la página situada en el link del título.

jueves, noviembre 27, 2008

El cañón del Río Lobos


La ermita del cañón del Río Lobos
Por qué mirar los misterios más allá de nuestra vista, en lo más lejano, en recónditos mundos, si lo más bello, adornado con el más refinado misterio, lo tenemos ante nuestros ojos. En estas fechas una escapada a este singular lugar abrirá nuestro espíritu a horizontes más sugerentes, fuera de las preocupaciones cotidianas.

domingo, noviembre 23, 2008

NUESTRA HERENCIA



IMAGEN PARA EL
RECOGIMIENTO
(Ribadavia -Ourense)

lunes, noviembre 17, 2008

TEMPORADA DE SETAS


Tiempo de setas en la sierra de Guadarrama
Nueva temporada de setas en la zona de Peguerinos y Santa María de la Alameda (2008).
La afluencia de "seteros" este año está alcanzando un nuevo récord. Para los rezagados, aún están a tiempo.

miércoles, noviembre 12, 2008

UN NUEVO HUMANISMO (y V)

UN NUEVO HUMANISMO (y V)
Después del estructuralismo se abrió la posibilidad a nuevas alternativas, pero también, y a la vez, acechaban otros peligros. Tras largos años de realtivismo cultural que dejaron desarmado el pensamiento racionalista y democrático, ha venido el auge de la sin razón del fanatismo y la violencia de los fundamentalismos religiosos, raciales y étnicos, que tanto de Oriente como de Occidente, y bajo el nombre de "multiculturalismo", defiende anacrónicas y arcaicas formas de vida.
Es preciso que frente a los dogmáticos fundamentalistas, se vuelva a reivindicar la libertad de expresión, el diálogo democrático, etc. Y contra el relativismo se debe admitir que no todas las opciones tienen la misma validez; valores como la libertad, la igualdad y los que se establezcan en "el paradigma" a construir, están muy por encima de otros.
Hay injusticias particulares, pero para encararlas primero hay que creer en la justicia como un valor universal. Las libertades individuales y los derechos humanos, al relativizarlos, como dijo el propio Lévi-Strauss, corren el peligro de dejar de ser inalienables.
Aunque el mismo concepto de humanismo ha sido muy "manido" a lo largo de los años, al ser apellidado sucesivamente de clásico, moderno, cristiano, ateo, socialista, marxista, etc. encontramos en el humanismo defendido por Juan José Sebrelí en su obra "El olvido de la Razón", una base interesante para construir "el Paradigma". Sebrelí concibe el humanismo como "una forma de antropología filosófica que afirma el desarrollo histórico y la autonomía del hombre con respecto a toda entidad sobrehumana, sea ontológica, religiosa, social o política". Y lo vincula "al conocimiento racional, la moral laica y el sistema político democrático que garantiza las libertades individuales y los derechos humanos", adscribiéndolo "a una concepción universal y progresiva de la historia".
También es útil para la construcción del Paradigma, la filosofía que propone el autor de "El olvido de la Razón": "Una filosofía opuesta al relativismo y al nihilismo como al dogmatismo y al autoritarismo", que "tenderá a una sistematización abierta e incompleta", que vaya aproximándose de forma gradual a un conocimiento objetivo, en un progreso continuo hacia un absoluto que nunca se alcanzará del todo "porque su plenitud significaría el fin del pensamiento y el fin de la historia".
Sí debemos tener una convicción profunda en el destino de la humanidad, en lo que he denominado la "estirpe humana", a cuya preservación nos debemos todos, sin olvidar, por supuesto, el bienestar de las demás especies, en una armonía en que la reciente concepción ecológica nos ha situado: ¡el hombre y su entorno, su circunstancia, son una misma cosa!
Este humanismo de nuevo cuño que nos acerca a las estrellas bebe de muchas fuentes... pero debe seguir "la herencia de Platón": ¡Es el espíritu, el arcaico y novísimo espíritu, el que volverá a guiar sus pasos!
(De la obra "Paradigma". Copyrigt 2008)

viernes, noviembre 07, 2008

UN NUEVO HUMANISMO (IV)

UN NUEVO HUMANISMO (IV)


Para Teilhard, entre el animal y el hombre no hay sólo una diferencia de grado, sino de naturaleza; cada especie tiene una esfera psíquica apropiada determinada por el lugar que cada especie ocupa en el árbol de la vida.
El padre Teilhard utiliza el término "previda" para referirse al episodio "inorgánico" del cosmos, teniendo el sentido de anticipación de la llamarada vital que en el futuro avasallará el interior de esas partículas. En ellas ya existe la llama de la vida, el fluido vital, ese "élan" bergsoniano que se exteriorizará en el momento preciso. Y es que la Materia guarda en sí misma todas las potencialidades de la vida.
Para Teilhard, la inteligencia humana está ya bastante prefigurada en la preinteligencia que representa el instinto. La Materia es la matriz del Espíritu, pero la Vida no forma parte de la esencia de la Materia.
Teilhard llama "las libertades" al contenido consciente que habita en el interior de la Materia. También supone que vivencias y percepción constituyen las notas básicas de la "inteligibilidad".
La Materia crea la ilusión de la diversidad, de la multiplicidad, cuando la auténtica realidad es el Espíritu, el ser, que es la Unidad. El camino de la consciencia, del psiquismo, es la condensación, la concentración en sucesivas síntesis.
A la energía del cosmos, el padre Teilhard la identifica con el amor. Cuando las personas acceden a la cumbre del Ser Personal, no disminuyen su onticidad, como piensan los panteístas, diluyéndose en el ser divino, sino que acentúan su autoposesión.
Para el padre Teilhard el Espíritu es un fenómeno, y gracias al Espíritu, el Universo desde su origen hasta el presente, cobra una nueva fisonomía, la de la coherencia.
La Evolución es la energía que transforma el fenómeno a lo largo del tiempo y el espacio. Pero la concepción dinámica del ser que preconiza el padre Teilhard tiene que ser armonizada, por encima de cualquier cosa, con la ontología del ser creado.
El factor tiempo, para Teilhard, se ha incrustado en la esencia del ser, dotándolo de movimiento, de energía.
La energía cósmica, centralizada en el hombre, tiende hacia el Pleroma, o unión ultraenergética con lo Uno, pero sin posible confusión, puesto que el Punto Omega absorbe, sin diluirlo, lo personal, a través de un movimiento, de una energía, de las cosas, el hombre hacia el Omega; movimiento al que llama "amor". Amor que consiste en un mirar de todos, la Humanidad, en la misma dirección (Punto Omega).
Teilhard nos dice que el Autor de la creación es Dios, por lo que en este sentido, es el Alfa. Pero también Dios es la culminación de la Evolución, el Omega. Es, pues, Principio y Fin. Así que, el Mundo es lo que queda encerrado en ese "entreparéntesis" que es Dios.
El tiempo aparece, así, como el nuevo "demiúrgo" de un crecimiento permanente, gracias a la integración que de él hacemos. Nosotros mismos lo incorporamos como duración, en el curso de nuestra vida.
La concepción cósmica global de Teilhard de Chardin, pues, es la de un Universo en continuo crecimiento o enriquecimiento ontológico, evolucionando apoyándose en el sustrato de su estructura atómico-molecular, y centralizado y dirigido en y para el hombre respectivamente. Humanización del cosmos o cosmización del hombre, quien da al primero el sentido direccional ascendente que marca el itinerario del Alfa al Omega.
La imagen sublime del Universo teilhardiano entroncado en el mismo Dios, posee un indudable atractivo. La Materia, la Nada (sin "espiritualización" alguna) se va empapando del Espíritu, en su lento caminar hacia la Unidad Suprema.
Partiendo de todas esta ideas es fácil adentrarse en una especie de "nuevo humanismo", que seguramente marcará nuestro futuro, dirigiéndonos, sin solución de continuidad, hacia "el paradigma" que buscamos.

sábado, noviembre 01, 2008

UN NUEVO HUMANISMO (III)

UN NUEVO HUMANISMO (III)


El hombre como persona trasciende los mismos límites espacio-temporales que le contiene, poniéndose en comunicación con lo supracósmico, o el Espíritu que mora en la bóveda de lo Absoluto.
La Reflexión es el tránsito entre un psiquismo inconsciente, a uno consciente, en donde las propiedades psicofísicas, psicoquímicas y neuronales, no sólo son ya fuentes, sino puentes o instrumentos, de otra actividad más elevada, la del espíritu por medio de la Reflexión.
Para Teilhard, la vida cósmica, la vida orgánica y la vida reflexiva, son tres estados que se unifican o reúnen en un cuarto y decisivo que es la vida metacósmica, donde la trascendentalidad es su nota más característica.
El padre Teilhard descubre un sentido de "convergencia" en la Evolución, y este nuevo sentido hace que el hombre no se considere "extraviado" en el concierto cósmico, sino más bien, como una "flecha" direccional de la Evolución.
Para Teilhard, el hombre es necesario para la Evolución, y por ser necesario, la Evolución preparó el terreno para su aparición, así que, a la fuerza, la Evolución tenía que desembocar en el hombre.
La "ontogénesis de fondo" lleva a toda la Materia hacia lo más complicado y lo más consciente, en la llamada ley de la "complejidad-conciencia" formulada por el padre Teilhard y que indica que a mayor complejidad mayor conciencia.
La conciencia ha evolucionado a partir de una fase difusa, apenas perceptible, hasta su radicación en el ser humano. En el hombre se ha encontrado consigo misma, se ha convertido en consciente, en conciencia reflexiva, de ahí que el hombre no sólo "sabe", sino que "sabe que sabe".
El hombre, lentamente, comienza a encontrarse con los otros hombres, a correflexionar. El yo empieza a descubrir al tú, el uno al otro. Comienza una leve, pero ascendente, solidaridad. Es la malla que cubrirá paulatinamente la Tierra.
Para Teilhard, el contacto comunitario, la solidaridad, el sentirse parte de un todo, al que llamamos "Humanidad", permite "sentir" la cercanía del "tú". Es como si la vinculación al Ser no fuese más que una vinculación a un ser.
Teilhard define la Noosfera como "una membrana continua de lo Pensante alrededor de toda la Tierra", es la materia altamente espiritualizada.
El "yo" de cada uno de nosotros, aún, no se siente comprometido con el "otro", no es un "tú" frente al "yo", dualidad esencial para que exista el verdadero diálogo, pilar de la Humanidad.
Según el padre Teilhard, entre el "yo" y el "tú" (prójimo) debe existir una corriente de amor, gratuito, desprendido, pero, también trascendente, que no se detenga en el prójimo, sino que continúe hasta el verdadero destinatario del mismo, Dios.

martes, octubre 28, 2008

UN NUEVO HUMANISMO (II)

UN NUEVO HUMANISMO (II)


Otro eje fundamental, a mi modo de ver, en la construcción del Paradigma es la cosmovisión del científico y filósofo jesuita francés Teilhard de Chardin (1881-1955). La intuición que refleja su pensamiento es fruto de una meditación en su interioridad, que puede sernos muy útil.
De forma muy resumida haré un bosquejo de sus ideas, tomado de mi obra "El parto de Dios".
La Ciencia debe convertir a la realidad, en su dualidad espíritu-materia, en su objeto, integrando en una unidad tanto el objeto como el sujeto. La materia espiritualizada, sublimada, humanizada es el núcleo de las cosas, conformadora de la Totalidad, es la materia integral.
La Evolución es el desdoblamiento de esta materia integrada, su paulatina y creciente espiritualización y sublimación hasta la confluencia en la punta de flecha de la Evolución: el Hombre.
La potencia reflexiva que adorna al hombre es un estado superior que la Evolución ha alcanzado. Y es que el hombre no sólo da sentido a lo demás humanizándolo, sino que puede autocontemplarse, descubriendo el mundo de la conciencia consciente.
Un principio esencial del ser es que aspira a continuar siendo, a "permanecer" en el ser. Pero, también aspira a "seguir siendo", y sobre todo, seguir siendo... más, o sea más de lo que ahora es. Solo un ser perfeccionante, evolucionante, puede satisfacer esa necesidad interna de ser continuamente más. Esa aspiración a ser cada vez más, es un ansia de querer enriquecer continuamente su ontología u onticidad.
Para Teilhard, el mundo lleva el sello del Espíritu, disimulado entre los fenómenos físicos. Por eso el ser humano siente una especie de ligazón que le ata al Universo. El hombre, pues, es una realidad vinculada al Universo.
En el ente del hombre confluyen el ser con su absolutación (el hombre no "casi es", sino que "es" ser - ser pleno) e intemporalidad, y el tiempo que es consustancial al Universo. Es decir: lo absoluto que es el ser y lo absoluto que es el tiempo. Ambos parecen unificados en él.
El padre Teilhard dice que la energía físico-química, cósmica del principio, la energía biológica posterior, ha sido sustituida en el hombre por el amor, síntesis de la pasión y la emoción.
Para Teilhard, el amor es la búsqueda de lo otro, para su encaje con lo amado. El Proceso de Personalización finaliza en el tú a tú con el Espíritu, con la adquisición de una nueva conciencia humana. En su opinión, personalidad e individualidad son opuestas en el hombre; en el punto Omega, la individualidad se apaga, mientras que la personalidad brilla aún más.
Espiritualidad y libertad son las cualidades que describen a la persona. El hombre evoluciona aflorando el espíritu en su esencia; gracias a la libertad, el ser personal crea, pues su vocación es la de crear.
El hombre descubre su interior por la reflexión, mediante la introspección, descubriendo que está compuesto por ser y no ser. Onticidad y nada conviven, pues, en él. El choque entre estos dos factores ocasionan dolor, sufrimiento, angustia existencial. Según Teilhard, la nada siembra la duda, la vacilación, la temporalidad en la precaria onticidad humana.
Para Teilhard, el mal es la inclusión de la nada en el ser, la precariedad óntica de la realidad humana, que no tiene otra solución, otro antídoto, que la inmortalidad, permanencia garantizada en el ser, participando en la eternidad de Dios, máxima garantía de la inmortalidad. La Evolución se desenvuelve a partir de la Materia, y dicha "cosmogénesis" es irreversible, dirigiéndose a una meta, al absoluto, la Divinidad, porque, como movimiento que es, ha de tener un principio y un fin.
Para Teilhard, la Materia es precaria, paraíso negativo del mal y la nada, puesto que la Materia está lejos del ser. Pero la realidad surge de la materia, como el hombre, por ello, participa de las mismas miserias que la Materia, pero también de sus grandezas, de su espiritualización, que permitirá su futura armonización con el Espíritu. Ambos extremos se fusionarán en una eterna y celestial simbiosis, el Punto Omega.

miércoles, octubre 22, 2008

UN NUEVO HUMANISMO (I)

UN NUEVO HUMANISMO (I)


Como siempre se dijo, la "necesidad" obliga a los hombres a unirse, la necesidad o algo percibido por todos como un peligro. El hombre actual, antes que tarde, se transformará en "hombre galáctico", y entonces los sobresaltos, además de los ya conocidos (terrorismo, amenaza atómica, cambio climático, etc.), pueden venir "del exterior", oportunidades y peligro a la vez, como se presenta en cualquier aventura. Ese reto magnífico de la aventura espacial, a la que el hombre no puede sentirse ajeno, pues supondría un suicidio a un plazo medio, será el aglutinante del género humano, de la estirpe humana, y sobre él debe edificarse "el Paradigma" que tenga como primera característica, una vez más "por necesidad", su "constancia" a lo largo de grandes períodos de tiempo, como amortiguación ante los peligros de "autodestrucción" que últimamente ha representado el desbocado desarrollo de la Tecno-ciencia.
En la obra del autor "Paradigma" se establece la tesis de la conveniencia de seguir lo que habiamos denominado "la herencia de Platón" y no la llamada "herencia de Aristóteles", para alcanzar el paradigma buscado.
El repaso a la pura filosofía, en la que el genio alemán destaca sobremanera, es una herramienta que considero básica para el objetivo propuesto. No obstante, se sugieren y se ponen sobre el papel unos puntos básicos en la dirección de la recuperación del camino hacia la "interioridad", en los que la "ontología del ser" es parte principal. Creo que formará parte sustancial del Paradigma de la sociedad venidera el auge de la Meditación, el desarrollo de nuestra autoconciencia. (Ver la obra del autor "Ciencia y meditación" -Editorial "Letra Clara").
Además, creo que una serie de "lemas" podrían formar parte del Paradigma:
Es preciso ir hacia la preeminencia de la individualidad sobre el puro gregarismo.
El amor debe siempre prevalecer sobre la compasión.
En ese desarrollo de la autoconciencia, la libertad en las estructuras sociales es básica para que estas últimas permitan el fomento, fortalecimiento y crecimiento de las "potencialidades" individuales.
El respeto a la idiosincrasia de cada pueblo, a su cultua, religión y costumbres debe ser prioritario.
Una permanente lucha contra todo lo que suponga alienación de las mentes, como las realidades artificiales poporcionadas por los distintos tipos de droga, debe formar parte de nuestra "moralidad".
Otras cuestiones también pueden aportar su grano de arena a la "construcción del Paradigma".
De la obra de Julián Fernández Gutiérrez "¿Qué es lo ultrahumano?", entresacamos algunas:
"El arte, todas las manifestaciones de éste así como la moral y la filosofía, como las religiones, han sido estimulantes, vamos a decir así, del sentimiento. Todo el problema de la Creación es entendimiento y, por ello, las mentes intuitivas de las generaciones anteriores se dirigían a potenciar éste. Porque si reparáis en otra cosa, al lado de los constructores de religiones, de aquellos hombres grandes sentidores alrededor de cuyo núcleo se construyeron las religiones y los conceptos morales ha habido otros sentidores de parecida categoría que han sido los artistas todos, y cuya misión consistió en ir introduciendo en el mundo un poquito de sentimiento, ir haciendo sentir a la humanidad. Ese Miguel Ángel, Beethoven, Wagner, Goya, El Greco, Goethe, Cervantes, Homero, Shakespeare y tantos otros (no puedo meter a todos) han ido derramando, con sus creaciones, el presupuesto, las bases, para que la humanidad fuera sintiendo."
Y también: "Sólo permanece la idea, esa vibración impalpable". "Todo el mundo ha tenido razón, su razón".
"Cada filósofo es una singularidad y que el ve la vida desde un punto de vista suyo".
"No somos más que materia pura, desde que nacemos. Mera materia, sí; así de claro como dicen los de la orilla opuesta. Pero esto es lo más maravilloso y, al mismo tiempo, divino. Que esta materia piense, que esta materia sienta y que esta materia accione".
"No es el alma que escapa cuando mueres, en cada instante ha escapado algo de ti mientras estás vivo".
"Pero ya saldrán otros humanos mejor dotados para ir perforando, ampliando, esta brecha de dotar al mundo de una nueva filosofía que, en realidad, tiene que ser una ciencia trascendente, sólo eso. Con esto es suficiente".
(De la obra "Paradigma". Copyright 2008)

viernes, octubre 10, 2008

AMOR Y CREACIÓN (y III)

AMOR Y CREACIÓN (y III)


La afirmación de ser Dios, siempre hay que referirla al llamado "Cuerpo Místico" (concepto que gusta usar a este autor, pero que puede asimilarse en verdad a la "Unidad múltiple", todo un misterio que supera nuestra misma inteligencia y que es patrimonio del Ser Supremo), así que no es que nos "identifiquemos" con Dios, sino que formamos parte de Él -su Cuerpo Místico-; si queremos, mejor, es una "identificación" referida a la "Unidad múltiple".
El enfoque anterior nos da unas perspectivas muy amplias, ayudándonos a resolver cuestiones fundamentales que en muchísimas ocasiones han inducido a error (aún a quien escribe), por ejemplo, en lo concerniente a la separación entre animales y otros seres "inferiores" con el hombre en lo que supone el grado de "dignidad suficiente" para la aparición de la Moral, y el acceso al mismo Paraíso. Gracias al citado enfoque quedan obviados los tabúes tan manidos de la imposibilidad del alcance celestial de tales seres "inferiores". La realidad es que tanto seres humanos, como los demás seres participan de o en dicho "Cuerpo Místico".
El error de muchas religiones (entre ellas las hinduistas) ha sido considerar que mientras el Ser no se deifique (identificación con Dios) no puede unirse a Él, de ahí el Samsara y la cadena de reencarnaciones (hasta que en una de ellas -en un tiempo, tal vez prácticamente infinito- pueda alcanzarse la Iluminación).
La clave está en los diferentes "lugares" del "Cuerpo Místico" en que queden "incluídos" cada uno de dichos seres, mucho más "relacionados" con el polo de la emoción-sensación que el de la información-representación. (Todo Ser es un aglomerado de sensación y representación).
Habría que recordar, en honor a situar cada cuestión en su punto justo, que algunos seres (por ejemplo, las mascotas), tiene un "encuadre" en el Cuerpo Místico muy "mediatizado" por los propios seres humanos con los que están íntimamente relacionados -es a través o por intermedio de los mismos que se "engarzan" con la divinidad.

martes, octubre 07, 2008

AMOR Y CREACIÓN (II)

AMOR Y CREACIÓN (II)


La Creación, pues, fue inevitable. Una vez que Dios apareció, la Creación fue inmediata. Lo mismo acontece respecto a nosotros y nuestros "actos creativos". Ahora bien, ¿cuáles son los límites de esa "correspondencia"? Dios nos creó por amor, pero ¿cuánto amor "debes" desarrollar hacia tu creador en aras de la justa correspondencia?... En mi opinión, viene definida por aquel mandato: "Ama a tu prójimo como a ti mismo"... Si a "tu prójimo" lo identificamos con Dios (el prójimo, internamente es distinto de Dios, pero "desde el exterior" -lo que nos atañe- es como el propio Dios; Dios "mantiene", como si duplicase, nuestra naturaleza, para darla, o para que ocupe "el hueco" en el universo de interrelaciones que es el mundo material), debemos a amar a Dios lo mismo que te amas a ti mismo. ¡Esa es la relación o equivalencia entre amores!... Si lo más prístino del amor es el narcisismo inicial (nuestra identidad), la identidad en la correspondencia indica que dada la variabilidad de los objetos externos (identificados externamente con Dios) y la imposibilidad de su variación a nuestro antojo, es preciso que seamos nosotros internamente los que cambiemos al unísono, para que así "nuestros objetos internos" (nuestro Ser) coincidan con los externos: el mundo o Dios. Todo en clave de amor o apego.
Por consiguiente, nuestro trabajo debe ser de "modelación" de nosotros mismos, armonizándonos con el mundo "sustentado" por Dios. La creación de Dios, el acto divino, requiere por justicia, nuestra voluntad de realización de acciones armónicas con el entorno de nuestro mundo, nuestro universo.
Nuestro "estar en el mundo" no es independiente de todo lo demás, es decir, no podemos erigirnos como creadores independientes, asumiendo el papel del propio Dios. Nuestro "estar en el mundo" tiene que ver indefectiblemente con nuestra propia creación. ¡La aparición desde la Nada, no es una donación gratuita, conlleva el acto libre de la inmersión en Dios! (Como componentes del Cuerpo Místico, somos el mismo Dios, por ello la afirmación anterior es lo mismos que decir que Dios libremente elige ser Dios, así, por este acto de voluntad -diferida- Dios elige crearse -a sí mismo- de la Nada).
Prácticamente, la ética que trasluce todo esto es el acatamiento de la voluntad de Dios en todas sus manifestaciones.
El deseo "unilateral" (el que nace por un impulso interno, no como "pulsión" interna del amor a Dios) es, por tanto, rechazable y no lícito para toda criatura temporal y limitada como nosotros. Lograr o alcanzar tal tipo de deseo (el amor a Dios), debe ser la consecuencia de la reiteración y el empeño en el amor de Dios, para que adopte las características de un hábito que nos acompañe a lo largo de nuestra cotidiana existencia.

miércoles, octubre 01, 2008

AMOR Y CREACIÓN (I)

AMOR Y CREACIÓN (I)


El amor es una necesidad: ¡No es el origen del amor una correspondencia!
Pero al igual que el origen del amor es unilateral, "se ama", la no correspondencia posterior produce dolor en esa reflexión "posterior" del amar: ¡He aquí el origen del odio!
El amor, pues, es como una "extensión" del yo propio, en forma de "apego". Se tiene apego a algo y por eso se le ama: ¡Se necesita amar! Y es que amar es "vivir verdaderamente", no es vivir con la pasividad que conduce al vacío, puesto que amando se "crece", se siente el significado de la vida... Todo Ser, por consiguiente, necesita amar en principio, y aún más que ser amado... La necesidad de amar es prioritaria a la necesidad de de ser amado... Mas una y otra necesidad están muy cerca, pues hay un continuo "movimiento" de reflexión entre ambas, de forma que la falta de la segunda puede llegar a apagar fácilmente la primera... Pero, repetimos, lo primario es la necesidad de amar, y es tanta esa necesidad que el rechazo producido por el "no ser amado", "trastoca" el "objeto" de aquel amor (no se ve igual que antes), y como consecuencia "apaga" el amor, y ese desaire, la imposibilidad del desarrollo de la complacencia en el amor, es un desengaño tan "vívido" que se transforma en odio.
La vacuna contra tal odio, entonces, es la correspondencia en el amor.
Lo anterior, que podría tacharse de banal, no lo es para el "acto creativo", puesto que toda creación parte de un "acto de amor". El amor es el móvil, por ello se crea... No para que lo creado (los seres) alabe a su creador, sino que es una "inmanencia" del creador, una necesidad interna, de expansión del ser interno hacia afuera en forma de amor. Ahora bien, posteriormente, en la observación de la obra creada (reflexión), son otros los sentimientos.
Si el amor nace como una fuerza de adentro hacia afuera, no se ve que sea lo más original "el objeto" del amor, es más, no existiría tal objeto de ese amor si dicho objeto no fuera algo interior al Ser, es decir, una "expansión" del sí mismo hacia el exterior del Ser... Con ello, sí aparecen los objetos, primariamente "equivalentes" al "objeto interno" por puro narcisismo, pero, posteriormente, y de inmediato como objetos independientes que por tal "empiezan a desviarse de esa primera impronta". Y ya transformados en "objetos" (externos al Ser) de ese amor, sólo pueden seguir sustentándose como tales por "correspondencia". La "transformación propia del objeto" como ente transitorio, requiere que los "inputs" recibidos por el Ser (creador), en las sucesivas retroalimentaciones de la correspondencia, no lleguen a "traspasar los límites" definidos por la propia "relación de ese amor", en cuyo caso se produciría el rechazo propio del odio.

sábado, septiembre 27, 2008

LA ATEMPORALIDAD DEL SER (y III)

LA ATEMPORALIDAD DEL SER (y III)


Corolario: "Los seres no están en una reencarnación, en la rueda de las reencarnaciones, como resultado de no poseer la "potencia" suficiente para alcanzar la divinidad... Todo lo contrario, los seres están "dentro de la divinidad" siempre, y no necesitan de esa rueda o cadena de reencarnaciones, ni siquiera el Ser más "insignificante", menos complejo o menos desarrollado".
Al morir cualquier Ser, lo único que queda descompuesto con su cadáver son los "nexos" de conexión con los demás seres, que igual que él están en "período de autocreación". Pero el Ser "completo a su muerte" es imperecedero y parte intrínseca de Dios en la llamada Unidad Múltiple... ¡Identificación sin pérdida de personalidad!
Cabe entonces una verdadera rectificación a nuestra postura expuesta en obras anteriores a "Superego", puesto que no "eleva de nivel" un ser superior a los inferiores (permitiéndoles así entrar en lo que llamábamos Cuerpo Místico). Ese "nivel" lo tenía ya cada Ser, mejor, más que nivel, la "potencia" de la atemporalidad dentro del "Cuerpo" del mismo Dios, de la Unidad Suprema. La finitud, la caducidad de los seres es ficticia... ¡La muerte es la liberación de las cadenas-nexos (universo físico material), que se esfuman para cada Ser como un mal sueño!
La llamada "quiebra de la evolución" (que establecimos en ensayos como "Nada y Dios", etc.) ha de ser interpretada ahora en el sentido de que es la autorreflexión del hombre la que le hace no ascender a la eternidad (algo sustancial para todos los seres), sino consciente de su papel como hijo de Dios en el universo material y por ello copartícipe en su labor creativa: ¡Nos hemos hecho creadores!
La pervivencia y reiteración en la idea de reencarnación es una reminiscencia como meme de la filogenia humana, revivida por los procesos de "rememoración del nacimiento" y otros anteriores.
El universo es movimiento continuo, y la agrupación momentánea o temporal del sistema que forma el cuerpo de un Ser, tarde o temprano, en su movimiento se deshará, se descompondrá, pero esa sólo es la "vestidura" del Ser (aunque una vestidura tan especial que le ayuda a autocrearse). En el mundo de los seres no existe el tiempo, y por tanto el movimiento, así que no hay posibilidad de descomposición, entre otras cosas porque el Ser se alimenta de amor y el amor no es un compuesto.

miércoles, septiembre 24, 2008

LA ATEMPORALIDAD DEL SER (II)

LA ATEMPORALIDAD DEL SER (II)


Mas este "paralelismo" entre universo y Dios, no puede extenderse de igual modo al caso humano, al espíritu humano, por cierto, error muy frecuente que ha contribuido en gran medida a la confusión de ideas del momento actual.
El espíritu del hombre no es su presencia material en el universo, ni tan siquiera el conjunto de su historicidad (desde el nacimiento a su muerte).
"El universo no hace limitado a Dios", ni siquiera el conjunto ilimitado de posibles universos... Ambos serían infinitos, ilimitados.
Pero el hombre en su historicidad es limitado, acotado, finito... y, ¿quién dice que el espíritu humano sea finito?... Aquí el paralelismo falla. La materialidad del universo no "parece" acotar el Espíritu de Dios... Mas la "materialidad" de la "historicidad" del cuerpo humano, sí acota el espíritu humano, lo limita... ¡El espíritu humano sobrepasa con creces los límites de la materialidad del cuerpo!
El espíritu humano en su "interioridad profunda" es parte de la subjetividad absoluta de Dios, y por tanto, atemporal (fuera de la materialidad del espaciotiempo). Ello equivale a una "deificación" del mismo: ¡una subida de nivel desde lo limitado, lo finito, a lo infinito temporal de lo atemporal!
La esencia humana (el espíritu humano) necesita de su presencia en el universo para su "autocreación", presencia finita, material, de toda su historia... La presencia en el universo es finita, pero crea una naturaleza, una esencia que no lo es... El nivel finito de la presencia del hombre (todo es finito dentro del universo material), no significa nada más que el "entrecruzamiento" necesario, o los nexos entre los distintos seres para que pueda ser posible la autocreación de su naturaleza, pero esos nexos no son la "sustancia" del espíritu, diríamos que verdaderamente no tienen nada que ver... Y es que, ya no el hombre, sino todos los seres son en su interioridad profunda atemporales, como "componentes" insustituibles de la "Subjetividad Absoluta". (Realmente todos los seres en conjunto "equivalen y conforman" la Subjetividad Absoluta -es la propia definición de esta última).

viernes, septiembre 19, 2008

LA ATEMPORALIDAD DEL SER (I)

LA ATEMPORALIDAD DEL SER (I)


La maravilla del universo provoca tal admiración que incita a identificar al mismo con la fuerza que lo hizo posible (aún cuando para algunos dicha fuerza reside en sí mismo), así se produce una identificación entre las mayores potencias posibles: Dios y el universo. La Ciencia es (veladamente) uno de los sostenes de tal postura; por ello y para no suponer la existencia de tal Criatura (y es que en el fondo la Ciencia es profundamente materialista, atea), se trata de imaginar un sistema o una teoría en la que no sea necesario un "motor inicial", por el contrario, todo sería producto del "puro azar", y este azar es, por supuesto, totalmente "materialista"... Más, el cómo se llegó a ese punto, llamémosle vacío primordial, o cualquier otro supuesto origen deducido del simple azar, ni siquiera se aborda, simplemente se obvia del entorno de la Ciencia.
Y en verdad pudiera identificarse ese universo, que considerado en conjunto, en toda la flecha del tiempo -pasado, presente y futuro- es prácticamente infinito en el tiempo, e infinito en el espacio, al poder aparecer nuevos big bangs en cualquier localización ( o lo que pudiese asimilarse a tal), con la infinitud del mismo Dios; más si consideramos el maravillosos ajuste entre todas las constantes y magnitudes físicas. Pero Dios, una vez establecido tal paralelismo (con el que, digamos desde ahora, no nos sentimos identificados), no sería el universo "presente" actual, sino todo el universo (sumado a todos los posibles universos) histórico pasado y el del futuro.

viernes, septiembre 12, 2008

EL INCONSCIENTE VIVIFICADOR DE LAS IDEAS (y II)

EL INCONSCIENTE VIVIFICADOR DE LAS IDEAS (y II)


La clave, pues, sería en cierto modo la identificación de tales ideas con el concepto que hemos establecido de "representación". Esto significa que la "encarnación" de la idea tiene como vehículo el inconsciente, tal como ya hemos comentado, lo que se va estableciendo a lo largo de la filogénesis de la especie y hasta del propio individuo; buena parte del "inconsciente colectivo" habría sido construido a partir de este hecho.
Al menos en el hombre existe otra "manera" en que las "ideas se encarnan" en la estructura humana que tiene que ver con la sofisticación de su órgano cerebral y el sin fin de facultades, muchas aún no descubiertas, que posee y que hace posible que esa "incorporación de ideas" (representaciones) adopte una variedad de formas. Pero en toda verdadera asimilación de ideas existe en el fondo una actitud que propicia una cierta sensación o sentimiento; sabemos por experiencia que es así como se afianza eficazmente el aprendizaje, o incorporación de outputs, sumamente eficaz, repito, si interviene aquel "darse cuenta" y el propio entendimiento. Por ello, "el recuerdo", en su manifestación, viene siempre "impregnado" de esa componente de afectividad, que es lo que queda de la huella de sensaciones y sentimientos existentes en el momento del "marcaje" en la memoria.

jueves, septiembre 04, 2008

EL INCONSCIENTE VIVIFICADOR DE LAS IDEAS (I)

EL INCONSCIENTE VIVIFICADOR DE LAS IDEAS (I)


Dentro del conjunto de ideas que ocupan las mentes, hay una básica que existe desde el primer ser vivo hasta el mismo hombre, que es el "yo", primera idea de dicho ser vivo y que sigue conservándose como "yo" aún en el propio hombre, aunque eso sí compartida con la otra multitud de ideas o representaciones que anidan en la mente humana.(Este yo no sería, en el caso general, el altamente estructurado propio de la criatura humana).
El psiquismo sería la fuerza básica u original que existe en el fondo de toda criatura (algo así como el inconsciente). La mente es el "universo de ideas" de un cerebro -también, por supuesto, donde se "mueve" esa otra idea, el yo. Pero la mente no es patrimonio exclusivo del yo, es más, alguna de tales ideas pueden "desplazar" al yo (no anularlo, quedando este último como aletargado).
Quien "enciende" las ideas -las pone en movimiento- es el psiquismo básico profundo, no el yo. El cerebro es el órgano que responde más a su visión objetiva (desde fuera). La mente es la mirada del mismo desde dentro. Y esa "mirada" es la que corresponde al yo.
Es, pues, el inconsciente "quien da vida" a las ideas (o representaciones del interior del cerebro, asimilable a la memoria): ¡El inconsciente es un sumidero de ideas "vivientes"!... Esta es, por consiguiente, la clave de la "vivificación" de las ideas, considerando tales ("vivientes") aquellas "capaces de mover a los cuerpos".
El inconsciente de un ser vivo es capaz de "incustrar en la materia" (o "traer a la vida") a las ideas. (En el hombre, muchas veces creemos que es el "entendimiento" quien "trae las ideas" a la mente, es decir, las hace "reales", pero no es más que un espejismo, pues hasta que la idea se transforma en representación -lo que requiere un cierto sentimiento o una toma de posición- no adquiere "vivificación"). Y el proceso se inicia cuando el primer bit de información "siente" su propia existencia en los mismos orígenes del universo. Toda idea "materializada" ya posee en sí el sentimiento de conservación (esta es la característica original del meme) -lo que representa una "tendencia a la inmovilidad" en un mundo que internamente tenga definido el movimiento, cual el mundo material-, por eso pugnará por "conservarse" en la mente (su verdadero universo).