jueves, abril 04, 2024

Hecho consumado e Idealismo Analítico (Continuación)

 II. El Idealismo Analítico de Bernardo Kastrup

Un resumen de los planteamientos de Bernardo Kastrup expuestos en su obra "Pensando la ciencia".

El idealismo analítico postula un campo transpersonal de la actividad mental más allá de nuestras psiques personales.

Hay un mundo mental ahí fuera, igual que nosotros somos intrínsecamente mentales. Ver las cosas de esta manera sortea por completo el problema difícil de la consciencia, puesto que ya no necesitas salvar la infranqueable brecha entre la mente y la no mente, entre la cualidad y la cantidad, ahora todo es mental, cualitativo, y la percepción no consiste más que en modular un conjunto (personal) de cualidades para ajustarlo a otro (transpersonal).

Al no ser capaces de reconocer la naturaleza (los materialistas) de su propia consciencia a través de la introspección autorreflexiva, mezclan la materia con las cualidades de la experiencia. Piensan que el mundo material es el contenido de la percepción. (No es así, pero lo material es necesario, imprescindible para evocar lo que siente el cerebro).

* Notas propias al respecto: Esta es la conexión que elimina el problema difícil de la consciencia. La materia es necesaria e imprescindible para que se manifiesten las cualidades en el cerebro. La evolución en lo material, pues, "atrae" o hace manifestarse al mundo cualitativo - en el cerebro, por supuesto. El mundo cualitativo puede llegar al Omega -Dios-, gracias a la evolución en lo material -la evolución de la vida.

 Continúan las afirmaciones de Kastrup:

Para un idealista, sólo hay mente, siendo la materia nada más que el aspecto de ciertos procesos mentales desde un punto de vista determinado.

El fundamento de la existencia es la consciencia fenoménica.

En mi opinión, ese "algo ahí fuera" es la naturaleza experencial, esto es, consiste en actividad mental transpersonal. Dicha actividad mental sólo se nos presenta como el universo inanimado.

Lo que hay ahí fuera, sea lo que sea, no tiene, más allá de la actividad mental individual un estado definitivo antes de ser observado.

El entorno en sí mismo no comprende objetos con posición, forma, etc. precisos, sino que consiste en posibilidades o tendencias superpuestas.

Por disociación, la consciencia animal formaría múltiples alters desunidos como tú y como yo; esto es, la vida es la apariencia de un proceso disociativo a un nivel universal cuando se observa desde el otro lado de su límite disociativo.

Las propiedades físicas resultan de una interacción entre nuestros propios procesos mentales y los procesos mentales transpersonales dentro de los cuales vivimos. Esta interacción es lo que los físicos llaman observación o medición, lo que amplifica cognitivamente una de las posibilidades superpuestas de ahí afuera y conduce a la impresión de que habitamos un mundo físico determinado. Así pues, el mundo físico no es más que una imagen en la mente individual del observador, cada uno de nosotros percibe su propio mundo físico, definido por el contexto de sus propias observaciones.

Mantengo que sólo hay una consciencia animal.

Desde el interior (1ª persona) cada ser vivo, junto con el universo inanimado como un todo, es una entidad consciente.

Desde el exterior (2ª o 3ª persona) nuestras respectivas vidas interiores se presentan con la forma de aquello a lo que llamamos "materia" o "cualidad física".

La "materia" -toda materia- es simplemente el nombre que atribuimos a la apariencia de la vida interior consciente desde el otro lado de su límite disociativo. Éste es el motivo que hya correlaciones tan estrechas entre la experiencia interior y las pautas mensurables de la actividad cerebral.

Los procesos mentales transpersonales, que sustentan y sirven de fundamento al universo inanimado, no implican necesariamente metacognición. La metacognición es nuestra capacidad humana para evaluar explícitamente nuestra propia actividad mental, lo cual requiere algo más que la pura consciencia fenoménica. Una experiencia es metacognitiva si, además de tener la experiencia, el sujeto sabe que la tiene. La metacognición permite la deliberación, el razonamiento y la planificación. Los procesos mentales puramente instintivos, por otra parte, son aquellos que, pese a ser conscientes, carecen de metacognición. Dado que las leyes de la naturaleza se antojan estables y predecibles, la actividad mental transpersonal que subyace en el universo inanimado es instintiva, no metacognitiva.

En opinión del autor, la consciencia universal no tiene necesariamente un plan; puede estar haciendo lo que está haciendo sólo porque tiene la disposición inmanente a ello.

La "materia" es la etiqueta útil que ponemos a los contenidos de una modalidad particular de la experiencia: la percepción.

Pienso que los contenidos de la percepción -me refiero a las disposiciones particulares de las cualidades perceptibles, como el color, el sabor, el olor, etcétera- no son más que representaciones o fenómenos del mundo tal cual es en sí mismo. Lo que he estado llamando "apariencias extrínsecas" son equivalentes, al menos en gran parte, a las "representaciones" de Schopenhauer y de los "fenómenos" de Kant.

De acuerdo con el idealismo analítico, el andamiaje del espacio-tiempo y las percepciones básicas que lo pueblan son mecanismos cognitivos que hemos desarrollado como especie, no existencias independientes, por eso están integrados en el organismo.

A diferencia de las percepciones básicas (píxeles), esta narrativa interior se transmite por la cultura y la educación. Es precisamente una de esas historias vinculadas a la cultura la que conduce hoy a la mayoría de las personas a mirar al mundo exterior y ver objetos discretos hechos de materia fuera de la mente.

Las cantidades son útiles para describir diferencias relativas entre cualidades ya conocidas de manera experencial, pero falla por completo al ocuparse de las cualidades mismas.

Sostengo que el mundo exterior está construido por estados experienciales transpersonales que se presentan a nosotros en forma de lo que llamamos "materia". La materia, por tanto, no es sino la apariencia extrínseca -la imagen- de la experiencia interna. En los seres vivos, la "materia" que constituye su cuerpo es la apariencia extrínseca de sus estados experienciales individuales (siendo esta la razón por lo que las partes mensurables de la actividad cerebral se correlacionan con la experiencia interna). En el caso del universo inanimado, la "materia" es la apariencia extrínseca de los estados experienciales transpersonales.



Para Zeilinger "no tiene sentido suponer que lo que medimos [esto es, observamos] en un sistema posee realidad [independiente].

A continuación Kastrup expone diferentes opiniones al respecto.

"La física cuántica se despide de la realidad" (Cartwrigt, 2007).

"Algunas predicciones de la MC son incompatibles con la no contextualidad (independencia respecto a la observación), incluso para una amplia e importante clase de teorías no locales" (Leggett, 2003).

Resultados experimentales de los que se informó en el 2007 (Gröblacher) y el 2010 (Romero) han confirmado estas predicciones. Reconciliar estos resultados con el actual paradigma requeriría una redefinición profundamente contraintuitiva de lo que llamamos objetividad (¿realidad?). (¿Hay que ignorar estas anomalías?).

Tomados en conjunto estos experimentos, indican que el mundo cotidiano que percibimos no existe hasta que es observado, lo que a su vez sugiere que la mente desempeña un papel fundamental en la naturaleza.

Y recientes experimentos parecen haber demostrado el aspecto central y definitorio de la MCR (Mecánica Cuántica Relacional) de Carlo Rovelli (1996), que el mundo físico, en efecto, depende del observador de manera análoga al movimiento (Proietti et al, 2019; Emerging Technology from de arXiv, 2019).

El mundo consiste en una superposición unitaria de potencialidades (en la medida en que las personas pueden saber, antes de ser representado a través de la percepción consciente). Esta superposición -indivisible, puesto que el entrelazamiento cuántico impide que los elementos de la superposición sean describibles separadamente unos de otros- es incompatible con la existencia de objetos individuales separados y de eventos con propiedades determinadas.

* (Nota propia: ¿Explicaría esto la unicidad del ser vivo, de la segunda manifestación del universo? - Ver la parte III de este artículo).

La decoherencia no obvia ni excluye la posibilidad de que la consciencia sea la agencia que hay detrás del colapso de la función de onda.

Aunque no hay duda de que cada organismo -de acuerdo con la MCR- pueda habitar su propio mundo de percepciones, "los organismos están rodeados por un entorno común de pensamientos, lo que evita el solipsismo, al menos en esencia". (Afirmación de Richard Corn Henry de que "el universo es por entero mental". Revista Nature 2005).

El problema es que la teoría cuántica contradice nuestra comprensión intuitiva de lo que significa real. De acuerdo con la teoría, si dos partículas reales A y B son preparadas de una manera especial (se supone entrelazadas, en mi opinión), lo que Alicia ve cuando observa la partícula A depende de cómo Bob observa al mismo tiempo la partícula B, aunque ambas partículas -así como Alicia y Bob- están separadas por una distancia arbitraria (para mí, esto es normal, considerando que A y B  tienen una realidad compartida debido a su entrelazamiento). Según el razonamiento expuesto por Kastrup, esta "acción fantasmal a distancia" (Einstein) contradice o bien la causación local, o bien la misma noción de que las partículas A y B son "reales", en el sentido de existir con independencia de la observación.

Pero resulta que ciertas propiedades estadísticas de las observaciones (Leggett, 2003) -confirmadas experimentalmente (Cartwrigt, 2007)- indican lo último: que las partículas no existen con independencia de la observación. Y puesto que la observación consiste en última instancia en lo que se aprehende en la pantalla mental de la percepción, la consecuencia puede ser que "el universo es por entero mental".

La raíz de todas estas incertidumbres filosóficas es la suposición no examinada de que sólo existen las cantidades físicas.

Según Andrei Linde "nuestro conocimiento del mundo no comienza con la materia, sino con las percepciones".

En ausencia de un absoluto, de un sustrato independiente del observador, el mundo físico de la MCR sólo puede ser los contenidos de la percepción. Pero para Bernardo Kastrup, junto con los contenidos de la percepción también hay, desde luego, categorías mentales no perceptivas, como los pensamientos.

La mecánica cuántica no predice pensamientos, sino sólo el despliegue de la percepción. En opinión de Kastrup, todas las cantidades físicas que se despliegan en la pantalla de la percepción pueden surgir como relaciones entre pensamientos. Esta línea apunta a la mente como el sustrato primario de la naturaleza, cuyos estados discernibles constituyen la información.

Entonces, el pensamiento -cuyas características ambigüedades tal vez sean lo que los estados de superposición cuántica representan en última instancia- subyace en toda la naturaleza, no sólo en los organismos vivos.

El mundo físico de un organismo observador puede surgir de una interacción -una pauta de interferencia- entre los pensamientos de este organismo y los pensamientos transpersonales que subyacen en el universo inanimado que lo rodea.

Una de las implicaciones teóricas más extrañas de la mecánica cuántica es que observadores diferentes pueden dar cuenta de manera diferente -aunque con idéntica validez- de la misma secuencia de eventos.

Para Kastrup las cantidades físicas se limitan a describir nuestras percepciones y, por tanto, depende de cada uno de nosotros como observadores.

En los últimos años, el grupo de Donald Hoffman en la Universidad de California, en Irvine, ha mostrado que nuestro aparato perceptor no ha evolucionado para representar al mundo verídico, como es en sí. (Pero sí para la supervivencia). Si viviéramos el mundo tal y como realmente es, estaríamos abocados a una rápida extinción (Hoffman, 2009; Hoffman y Singh, 2012).

El universo es una construcción mental desplegada en la pantalla de la percepción. Es a este universo mental al que nos está conduciendo la Física, no a los aspavientos ni a los juegos de palabra del realismo de la información.

Solo hay una salida razonable: considerar nuestras percepciones como un panel de indicadores que proporcionan la información más importante, aunque sea de manera indirecta, sobre el universo mental de ahí fuera.

El futuro de la física -y de toda la Ciencia- es la mente; no solo la individual, la del lector o la mía, sino la mente como la esencia transpersonal que confiere a la materia su realidad interna. Ahí radican las soluciones a los enigmas de la mecánica cuántica, al problema mente-cuerpo y a las, por lo demás, extrañas conexiones entre las matemáticas y la física. ("Universo matemático" de Max Tegmark).


lunes, abril 01, 2024

Hecho consumado e Idealismo Analítico

 Una nueva teoría que afecta a la Cuántica y la globalidad del hecho científico es el objeto de este artículo que se desarrollará en tres partes, siguiendo el siguiente esquema:

I.   El observador HC

II.  El Idealismo Analítico de Bernardo Kastrup

III. Materia y consciencia: las dos manifestaciones del universo


I. El observador HC

Parece mentira que con tanta alusión en la Física al observador, no se haya producido el estudio en profundidad de este agente principal de la Cuántica... Se afirma y se niega continuamente el papel de la consciencia en relación a la realidad (es un problema, ni mucho menos resuelto de la MC). Un tema peliagudo que se une a la irresoluble cuestión de la propia esencia de la consciencia... Un quebradero de cabeza para los científicos ("el problema difícil de la consciencia").

Si tanta importancia tiene la cuestión, a favor o en contra, ¿no es hora de abordar seriamente el significado y el papel de este observador, al que aludimos siempre en los experimentos de la MC?

Pero, en primer lugar, ¿a qué tipo de observador nos estamos refiriendo? ¿Quién es realmente el protagonista o el agente de la observación, la medida?

¿Es lo mismo un observador humano que un instrumento mecánico o físico al que se le atribuyen las mismas aptitudes prácticas?

Pues bien, en mi opinión, hay un enorme error en el que inciden continuamente los investigadores que proyectan experimentos cuánticos, y es que confunden e igualan los anteriores... Rotundamente niego la mayor: el experimentador humano y su medidor instrumental no son lo mismo... Al final de la cadena, un humano levanta el "acta notarial" que ¡certifica la medida!

Desde tal punto de vista, pues, el problema del observador (de la medida) se reduce al de la consciencia, su significado, su esencial naturaleza.

Y tan así lo veo, que afirmo que el observador consciente posee un estado único que es su "interioridad", que no está sometida al vaivén de estados que supone la llamada "superposición de estados", tal como presupone en general el propio mundo cuántico en todo "objeto" material , de acuerdo con la función de onda cuántica de Schrödinger. Esta "interioridad" es un estado único que no mide el propio sujeto o individuo: ¡no hay medición, porque es un estado único basado en la "intuición" y la "sensación" interna! Precisamente, esta anulación de la supuesta "superposición de estados", sería el elemento claramente definitorio de la consciencia.

Yo llamo a este observador humano (extensible a otros seres vivos, quizás no a todos) "el sometido a la propiedad del Hecho Consumado", resumiendo HC, es decir: Observador HC.

Nuevamente y como gran simplificación, el observador HC es el dotado de consciencia, y de igual forma, la consciencia, al menos en lo que se refiere a la medida, solo "habita" en el observador HC.

¡Aquí tiene el científico la posibilidad de avanzar en el esclarecimiento y explicación de lo que es y supone ese fenómeno tan extraordinario de la consciencia!

Asignar a cualquier instrumento de medida construido por el hombre la propiedad esencial de la observación es un absurdo... El instrumento, como tal materia inanimada, sí está sometido a la "superposición de estados" (los suyos), y es necesaria la participación de una consciencia para la "decantación" de un estado (o un colapso de la función de onda como predice la clásica interpretación de Copenhague de la Cuántica).

De un plumazo, la paradoja del gato de Schrödinger, y su derivada "el amigo de Wigner", dejan de serlo: "Una consciencia (el observador humano) decanta un estado que se hace realidad por su intercesión, cosa que un observador teórico instrumental (aparato) será incapaz de realizar, ¡si una mente humana no da constancia de tal medida!"... Un observador humano exterior a tal hecho, no puede incluir en el sistema conjunto, objeto de medición e instrumento, al observador humano interior (el sistema inicial).



Con referencia al problema del observador y lo observado conviene traer ahora a colación, lo que nos dice la propia Wikipedia dentro de la conocida interpretación de la Mecánica Cuántica Relacional (MCR).

Consideremos el observador O, midiendo el estado del sistema cuántico S. Se asume que O tiene información completa sobre el sistema, y que O puede anotar la función de onda,          l ψ>, describiéndolo. Al mismo tiempo, hay otro observador O´ que está interesado en el estado de todo el sistema O-S, y O´ tendría también información completa.

Para analizar este sistema formalmente, consideremos un sistema S que puede tomar uno de los estados designados por I ↑> y l ↓>, ketvectores en el espacio de Hilbert Hs. El observador O desea realizar una medición en el sistema. En el momento t1, este observador puede caracterizar el sistema de la siguiente manera:

|Ψ>= ∝|↑>+β|↓>,

donde |∝> al cuadrado y | β > al cuadrado son probilidades de encontrar el sistema en los estados respectivos, que obviamente suman 1. Para nuestros propósitos, podemos suponer que en un solo experimento, el resultado es el estado propio | ↑ >. Entonces, podemos representar la secuencia de eventos en este experimento, con el observador O haciendo la observación de la siguiente manera:

t1               →          t2

∝ | ↑ > + β | ↓ > → |↑ >

Este sería el caso A. Y sería la descripción del observador O del evento de la medición. Ahora bien, cualquier medición es también una interacción física entre dos o más sistemas. En consecuencia, podemos considerar el producto tensorial del espacio de Hilbert Hs⛒Ho, donde Ho es el espacio de Hilbert habitado por vectores de estado que describen O. Si el estado inicial de O es |init>, algunos grados de libertad en O se correlacionan con el estado de S después de la medición, y esta correlación puede tener dos valores: | O↑> o | O↓>, donde la dirección de las flechas en los subíndices corresponde al resultado de la medición que O ha hecho en S. Si ahora consideramos la descripción del evento de medición por el otro observador, O´, quien describe el sistema combinado S+O, pero que no interactúa con él, a continuación se da la descripción del evento de medición de acuerdo con O, de la linealidad inherente al formalismo cuántico:

t1                                        ⟶                                        t2

(∝ | ↑ > + β | ↓ >) ⛒ | init>   →  ∝ | ↑ > ⛒ | O↑> + β | ↓ > Ⓧ | O↓ >

Este sería el caso B.

Así que si no hay variables ocultas u otros factores, los dos observadores O y O´ darían relatos diferentes de los eventos t1 y t2.

Una opción para solucionar esto sería otorgar un estatus preferido a un observador o tipo de observador en particular, lo que intentaremos a continuación al introducir los observadores citados anteriormente, HC.

Hay una clara diferencia entre la medición (interacción física) que realizan directamente sobre S los observadores HC, y la pseudomedición (sin interacción) que realiza O´ sobre la medición verdadera de O.

No puede haber una medición simultánea verdadera de O y O´. Si HC está en O, su medición es verdadera. Si HC está en O´ sería una pseudomedición (por no haber interacción según lo observado en la medición de O, por la propia definición de MCR). Pero si hay interacción de HC en O´, no puede aplicarse el caso B.

En el caso de la existencia simultánea de HC en O y O´, solo vale la medida de O, caso A.  O´ realizará una medida verdadera de del sistema O-S, sin que perciba ninguna correlación entre O y S, es decir no aparecerán | O↑> y | O↓>.

De ahí los resultados tan paradójicos de muchos experimentos cuánticos, al tomar como válidos observadores puramente materiales como electrones y sobre todo cuantos de luz, fotones, que no son en absoluto HC.

En conclusión, la MCR sería válida si introducimos el concepto de observador HC, lo que permitiría o se asemejaría a la interpretación cuántica clásica de Copenhague.

En consecuencia, consciencia y HC (observador) son indisolubles, mejor, son lo mismo: ¡Este salto conceptual, en mi opinión, es trascendente! Viene a cuento, siguiendo con mis apreciaciones, la valentía intelectual de Albert Einstein, salvando por supuesto las distancias, de erigir y aceptar de forma rotunda las nociones de espacio y tiempo relativos que aparecían en sus fórmulas de la relatividad especial... Se requiere mucha valentía intelectual para asumir ese trascendental cambio en el mundo newtoniano, ese salto abismal en las concepciones más básicas, obra de un genio adornado de las convicciones más profundas en sus propias capacidades intelectuales... De igual forma, esas convicciones tan fuertes le apartaron del posterior desarrollo de la Mecánica Cuántica, en su suposición de la existencia de variables ocultas y la "acción fantasmal".

sábado, marzo 09, 2024

Mensajes del futuro

 El concepto de durée debido a Henri Bergson tiene la potencia suficiente par hacernos comprender ese fenómeno al que se ha llamado déjà vu, en su acepción más generalizada... Y si no exactamente la durée, sí algo similar que yo mismo he tratado de expresar con el concepto de segunda manifestación de la naturaleza en el ser vivo... El hecho es que espacio y tiempo, definidos en Física como atribuciones o enmarques de la materia, no son capaces de expresar suficientemente lo que es en esencia la mente y las mismas cualidades que se presentan al respecto en los seres vivos... Por eso un concepto parecido o similar a la durée debida al pensamiento de Henri Bergson, se acerca más a lo que ocurre en la mente del ser vivo, es especial el humano... Esto explica mejor como el presente no se "ancla" simplemente en la instantaneidad del tiempo físico, pues el presente (donde tiene lugar la acción) va a caballo entre el pasado y el futuro: ¡el pasado no es ya, y el futuro aún no es!... Solo una especie de "sublimación", más o menos extendida en el tiempo de la Física, explica la mente, la sensación y el comportamiento en el ser vivo.



Aún cuando estemos actuando en el presente, nos valemos de la realidad fehaciente del instante que comprende partes del pasado (y se adivina ciertamente como un "presentimiento" del futuro), pero no un pasado "reliquia" de lo que pasó en su momento, sino por la durée, un pasado que de alguna forma ya participó de esto mismo en aquel pasado, algo que supera el tiempo físico, transformándolo en un tiempo del ser vivo, el que "manda" en la psiquis y la mente... Desde un punto de vista propio del materialismo (de la abstracción física), la Ciencia que ha existido hasta ahora lo "desestima", un error que hace que nunca pueda explicarse desde tales parámetros lo que es la consciencia. Por supuesto, entonces, todo esto puede comprenderse mejor con la teoría del idealismo analítico defendida por Bernardo Kastrup (Pensar la ciencia). Pero ese "anclaje" en el pasado supone (pensémoslo bien), una "acción" del presente en el pasado, lo que es lo mismo, del futuro sobre el presente, a través de una vía que, puramente para salvaguardar la estricta Física, solo puede venir por otro camino, que en mi opinión no puede ser más que la del "presentimiento", la sensación interna... Esta sería la explicación más plausible del fenómeno déjà vu, en otras palabras y en cierta forma, los mensajes del futuro.

¡No hay brujería, sino otra forma de abordar los misterios de la mente y la propia consciencia!

martes, febrero 06, 2024

La vida es sagrada y su preservación debe de ser nuestro "Evangelio" (III)

                                            ANEXO

Enlaces a los artículos siguientes:

-¿Entendemos el universo?: ¡las claves! 

-Las claves del universo

-El Know-how de la segunda manifestación del universo

-¿Qué es la segunda manifestación del universo o de la naturaleza?

-La esencial soledad del ser humano

-Correcciones a la obra "Consciencia y sensación"

-La punta de lanza en la creación del ser

-Psiquis, mente y consciencia

-La segunda manifestación de la naturaleza/universo (Know-how)

-Cosmovisión (1ª parte)

-Cosmovisión (2ªparte)

-Más allá de nuestra vida: ¿Cómo sería el cielo?

-No hay infierno, mas el cielo es un gran desconocido (1ª parte)

-No hay infierno, mas el cielo es un gran desconocido (2ª parte)

-El papel de la "sacrosanta" Ciencia

-El gran simio "feliz"

-La palabra es "sublimar"

-Cosmovisión: El sentido del universo

Mis

                                    



                                                    Confesiones


                                  Una "incipiente" fe del Futuro




                                         Comprende las tres partes del artículo:

La vida es sagrada y su preservación debe de ser nuestro "Evangelio"



                  Autor: Alejandro Ramón Álvarez Silva


lunes, febrero 05, 2024

La vida es sagrada y su preservación debe de ser nuestro "Evangelio" (II)

 Globalismo sí, siempre que nos conduzca a este fin prioritario, pero no en otras cuestiones como la abolición o decaimiento de la riqueza idiosincrática de los diversos pueblos, naciones y culturas que están provocando una fuerte oposición in crescendo en nuestras sociedades.

Claro que debemos encontrar un método eficaz para producir la estigmatización de las fuerzas opresoras con matices de autocracia que pululan por doquier.

Hay que hacer que sea imposible que cualquier nación o poder fáctico o de cualquier índole pueda imponerse a los demás. Aquí la la globalización es necesaria (por parte de la ONU, o cualquier otro organismo supranacional elegido al respecto) para establecer el modelo más eficaz para conseguirlo, que a mi entender debe de ser una aplicación de la IA, donde la Criptografía cuántica en el orden mundial sería capaz de advertir de los peligros que acechan y de forma inmediata, haciendo posible su eliminación preventiva: "la manipulación de cualquier elemento individual sería advertida por los demás", si se cumplen las expectativas de encriptación a partir del "entrelazamiento cuántico".



Bueno y ya puedo dar rienda suelta a la serie de artículos que propongo como base de la "incipiente fe" del futuro.

Me refiero a los siguientes artículos aparecidos en dos de mis Blogs; "Foro Esencia" y "El Imperio de la verdad":

-¿Entendemos el universo?: ¡La clave"! (*)

-Las claves del universo. (*)

-El Know-how de la segunda manifestación del universo. (*)

-¿Qué es la segunda manifestación del universo o de la naturaleza? (*)

-La esencial soledad del ser humano. (*)

-Correcciones a la obra "Consciencia y sensación". (*)

-La punta de lanza en la creación del ser. (*)

-Psiquis, mente y consciencia. (*)

-La segunda manifestación de la naturaleza/universo (Know-how). (*)

-Cosmovisión (1ª parte). (*)

-Cosmovisión (2ª parte). (*)

-Más allá de nuestra vida: ¿Cómo sería el cielo? (*)

-No hay infierno, mas el cielo es un gran desconocido (1ª parte). (*)

-No hay infierno, más el cielo es un gran desconocido (2ª parte). (*)

-El papel de la "sacrosanta" Ciencia. (*)

-El gran simio "feliz". (*)

-La palabra es "sublimar". (*)

Todo ello realmente surgió a partir del artículo clave publicado en Simbiotica´s Blog allá por el año 2016, de título: "Cosmovisión: El sentido del universo".

Como colofón a lo expuesto, y para completar el artículo "Más allá de nuestra vida: ¿Cómo sería el cielo?", permítaseme añadir una píldora a toda esta visión. Opino que el óbito que precede a nuestro alumbramiento en la nueva dimensión por-mortem no supone la disolución de nuestro "elemento vital de la segunda manifestación construido a lo largo de nuestra vida", y sí su ingreso como "acompañante" de aquel Ser citado origen y fin de todo (desde el Alfa al Omega), en eso que algunos llamaron cielo: ¡No es una "unificación" con el mismo, sino un "acompañamiento" en el que se conserva la "individualidad"! Y en mi opinión, esa especie de "amalgama" celestial se sustenta en la libertad, la voluntad y el amor.

¿Es la "incipiente" fe del futuro?

(*) Anexo. (Los enlaces a los artículos citados aparecerán en la parte III del artículo)

sábado, febrero 03, 2024

La vida es sagrada y su preservación debe de ser nuestro "Evangelio" (I)

 Un resumen de los planteamientos que asumo en su integridad, viene reflejado en el artículo de la Vanguardia de 29/09/2023 de Joaquín Callabel, titulado "Las claves del respeto a los animales". No es cuestión de repetirme, así que invito a los lectores a acudir al mismo.

Muchas religiones en sus preceptos incluyen ese amor por la vida en general, y en especial la vida animal. No obstante resalta en su defensa la religión Jain debida a Mahavira, que tiene sus inicios en el siglo VI antes de Cristo, adoptando ideas que provienen de la misma época védica. El budismo también hace referencia a los "seres sintientes", pertenecientes a uno de los "seis reinos". Todo ello procede del concepto de Ahinsa, "respeto hacia los seres capaces de sentir", y la no violencia, especialmente defendida por Gandhi, desde el punto de vista de que "la empatía con todo lo vivo es una condición necesaria de moralidad".



Contemporáneamente muchos autores han defendido ese respeto por la vida desde diferentes posiciones, como Peter Singer, desde el "vegetarismo". E igualmente la poesía de Rabindranath Tagore está imbuida de toda esta sensibilidad.

Otros autores (Russell y Burd) hacen unas recomendaciones en dirección a la preservación del bienestar animal, en la acción del hombre sobre el animal con la aplicación de la regla de las tres erres: Reducir, Reemplazar y Refinar.

Podríamos definir el "bienestar animal" como "el estado de armonía física y psíquica entre el organismo y el ambiente que le rodea".

Y es que la opinión más generalizada es que "el hombre moralmente es responsable del mantenimiento del sistema ecológico".

Una vez hecha esta presentación, voy a introducirme en conceptos más metafísicos que, como no, atañen a aspectos de las creencias humanas que, en mi opinión, constituirán el verdadero sanctasanctórum de una "incipiente" fe, más acorde con los tiempos presentes y el más probable inmediato futuro.

La religión, mejor, las ideas religiosas habrán de irse configurando alrededor de una idea base que debe ser común, no solo para el hombre como estirpe, sino para la indudable vida extraterrestre, extrasolar y extragaláctica.

Considero fuera de toda duda, la existencia de un formidable Poder cósmico, por encima de toda consideración de orden ideológico y hasta científico que de razón de la enormidad del Cosmos en que vivimos, de sus leyes reconocidas y por conocer, con la suficiente potencia para poder explicar tamaño hecho creativo y presencial.

Y sigo creyendo que eso, "Él y su obra", para nuestro corto entendimiento (relativo a la grandiosidad de tal obra) requiere un descenso de "lo puramente abstracto a lo concreto"...

Y eso, en mi opinión, nos responsabiliza a los que nos consideramos sus hijos (no los únicos, por supuesto).

Y particularizando en la humanidad, ante la sombría perspectiva de los acontecimientos actuales (peligro atómico, calamidades climáticas provocadas, etcétera), ¿queremos ser precursores de un futuro espléndido que nos conduzca al summum de una vida en confluencia con el Omega de tal Ser, o por el contrario, precipitarnos en una extinción, muy posible a mi parecer y el de muchos pensadores -reloj del fin del mundo-?

(Continuará en la parte II)

viernes, diciembre 22, 2023

El gran simio "feliz"

 ¡Hablamos del hombre!, un primate homínido con casi los mismos genes que chimpancés y orangutanes (alrededor del 99%).

El proyecto gran simio abordó, a grandes rasgos, la casuística de los grandes simios, primos hermanos del propio hombre, dotándoles de ciertos derechos, en cierta forma a imagen del humano.



Y hago esta referencia en el sentido de poder abordar la verdadera naturaleza del hombre, evidentemente muy alejada de lo que subyace tras los recientes hallazgos sobre robótica e inteligencia artificial (IA). Ciertamente el humano no es un robot, no es nada artificial en cuanto a ser un producto o criatura creada por la tecnología humana. El hombre es pura naturaleza, al igual que todos los otros seres pertenecientes al Reino animal. Para ser exactos, pertenece al filo de los cordados, al subfilo de los vertebrados, a la clase de los mamíferos, al orden de los primates, a la familia de los homínidos, al género Homo y a la especie Sapiens.

Para muchos representa la cima de la naturaleza, de la evolución. Esa ascendencia, en realidad supone, pues, el origen de toda su evidente sensibilidad, proveniente de tal naturaleza animal y su historia evolutiva. Otras posibles especies, terrestres o no, artificiales o naturales, lógicamente dispondrán de otras sensibilidades que no son las nuestras.

Por consiguiente, ese gran simio que somos solo será "feliz", cuando se satisfagan sus necesidades de todo tipo, que estén íntimamente relacionadas con tal sensibilidad.

Entonces, podemos aquí, solo con carácter descriptivo y no limitativo, citar la famosa y clásica Pirámide del psicólogo Abraham Maslow sobre las motivaciones humanas, tan relacionadas con la sensibilidad animal, al menos en cuanto a la Fisiología, la Seguridad y la Afiliación (aceptación social), en especial del Primate y el Simio. Los dos niveles superiores, el Reconocimiento y Autorrealización, serían más propios del hombre (Homo) en su evolución histórica.

En la jerarquía de tal Pirámide, las fuerzas de crecimiento lo representa el movimiento ascendente, y las fuerzas represivas empujan las necesidades prepotentes hacia abajo.

El humano, pues, será tanto más feliz cuanto más se "afilie" al movimiento ascendente de las fuerzas de crecimiento en la Pirámide: ¡Ahí se encuentra su felicidad!

Desde el inicial mantenimiento de la homeostasis que asegura la supervivencia (respiración, digestión, descanso, etcétera), su búsqueda de seguridad (familia, salud, etcétera) conducirá a la llamada necesidad de Afiliación (amistad, afecto, etcétera), y de Reconocimiento (confianza, respeto, éxito, etcétera).

Y, evidentemente, su mayor felicidad la encuentra en su Autorrealización, que el mismo Maslow la definía como moralidad, creatividad, espontaneidad, falta de prejuicios, aceptación de hechos y resolución de problemas.

El gran simio (el hombre) es feliz así, pues su sensibilidad nacida de su naturaleza queda de esta forma satisfecha. El mundo de cualidades de la segunda manifestación del universo, propuesta en artículos anteriores, queda de tal modo perfilada para el ser humano. Su felicidad intemporal, su esencia, queda entonces definitivamente colmada.

¡Vivir es llegar, morir es volver!

sábado, diciembre 16, 2023

¿Eres Tú, o soy yo? Naturaleza prodigiosa

 El Arnoya y Allariz: la ribera fluvial más bucólica y hermosa de la sempiterna Galicia.



El lago "verde" portugués, el río Cávado y Villarinno da Furna.

Lobios, Riocaldo y el Parque Peneda-Gerês, la raya mágica galaico-portuguesa.

La "Festa da Historia" de la tierra del ribeiro: Ribadavia.

Las sierras de Peneda, Basteiro y Laboreiro, Melgado, Celanova y el "pulpo a feira".

El romántico palacio portugués de Pena, la Serra de Sintra, el Monte de la Luna: el entorno de Sintra.

Puertollano, Alcalá de Calatrava y los conos de los volcanes extinguidos.

El puente de la Mocha, Valdemaqueda, Robledo de Chavela y las tierras bañadas por el río Cofio.

El bosque encantado de Cañada Mojada (Peguerinos).

Los pazos de Lobios -casa do Curro- (Ourense), el río Limia, el antiguo poblamiento romano bajo el embalse de Las Conchas y la antigua tribu de los Galegos.

Compostela (Ourense) en los años gloriosos, y Aceredo, el pueblo que reaparece sobre las aguas del pantano.


(Entresacado de Simbiotica´s Blog)

lunes, diciembre 11, 2023

El papel de la "sacrosanta" Ciencia

 Importante sí, trascendental no tanto.

Con Clarke y sus leyes futuristas se aseguraría que su futuro es verdadera magia: "el sustituto futuro de la Religión".

No es magia, aunque nos maravillen los adelantos técnicos que trae consigo... Por ejemplo, ¿cómo medir longitudes más pequeñas que un milímetro, si nuestro propio pulso nos equivoca mucho más allá, aunque usemos la más sofisticada y perfecta cinta métrica existente?... Simplemente cambiando el método: haciendo  intervenir dos hitos científicos como la longitud de onda de la radiación y el proceso de interferencia, que no tiene nada que ver con lo anterior. Claro, y tales cambios nos producen asombro, que es la antesala de la creencia en la magia; pues igual ocurre con muchas y muchas aplicaciones de la Ciencia que de forma práctica suponen los adelantos técnicos obtenidos con su aplicación.



Pero no desvirtuemos los hechos, la Ciencia descubre cosas a veces insospechadas, pero que en verdad eran preexistentes: "no crea nada nuevo, solo descubre lo que existe ya". Yo diría que el método científico es enormemente eficaz, pero no "alumbra" nada que no existiera ya en la naturaleza.

El verdadero asombro llega al percibirse las maravillas que se ocultan en la propia naturaleza (universo), y que la Ciencia trata de desvelar. Llamémoslas leyes, hitos asombrosos, pero "la Ciencia no los crea"; la afirmación contraria es totalmente errónea... y no es que ya alguien los hubiese creado o descubierto antes, sino que existen en sí, por sí, y no necesitan de la mano del hombre, de su inteligencia, ahora bien, sí para su conocimiento, y por consiguiente su utilización en beneficio de aquel.

Repito, la maravilla no es el avance científico y técnico, por más que ordinariamente se confunda con nuevas creaciones de realidad... La maravilla es que tales hitos existen y existieron desde siempre, con lo que la eterna cuestión sigue vigente: ¿de dónde proceden?

No obstante lo dicho, el papel de la Ciencia no desmerece en absoluto, dada su "eficacia", aunque no "alumbre" nada.

domingo, diciembre 03, 2023

¡Solo quiero una democracia de verdad!

 ¡Nada más y nada menos!... ¿Dónde está el progresismo de este Gobierno?... Cierto es que algunos/as han progresado ¡ostentosamente!... ¿Y los más?




Nos habíamos acercado a una democracia europea que no desmerecía de las de otros países cercanos y aliados. ¡Qué curioso!... aquella "terrible" dictadura hizo posible el desembarco en una democracia plena.

Nuestra pretendida democracia progresista ¿nos va a dar una mayor calidad democrática, o conducirá a una tiranía autocrática?... Tenemos todas las papeletas para lo segundo.

El hacer casi imposible la alternancia política, representada por el levantamiento de muros para aislar a otras políticas ajenas a la propia, el hacer indistinguible la separación de poderes, la elevación a "popular" de las mayorías simples existentes en el Congreso, rechazando las mayorías cualificadas (3/5, etcétera) -democracia representativa-, el ataque sistemático al poder judicial, juzgando a jueces por parte de congresistas (parecería que el pueblo solo es de ellos), indica claramente el deterioro democrático del que difícilmente se sale, según las enseñanzas históricas.

¿Europa no toma en seria consideración tales ataques en su vertiente sur, que no es más que el "caballo de Troya" que pretende llevarla a un mundo sin retorno?... ¡O toma medidas contundentes, o la marea nos arrastrará a todos!

Mi grito de libertad: ¡Una democracia de verdad!

martes, noviembre 28, 2023

Más allá de nuestra vida: ¿Cómo sería el cielo?

 Continúo con la Cosmovisión propuesta recientemente en este mismo Blog.

Me gusta  calificar (por más novedoso) al Caos inicial, la Nada o el Tao como "lo que hubiere", una acepción propia que trata de soslayar los conceptos existentes al respecto por demasiado maníos dentro de las distintas corrientes filosófico-científicas.



Mi nuevo estudio se refiere al "mundo" de la segunda manifestación del universo. Dije en los artículos referidos a la Cosmovisión citada, que los elementos del mundo de la segunda manifestación, inmediatamente después del Big Bang son escasos, puesto que casi solo existen "potencialidades" (posibilidades) de los elementos que aparecerán más tarde a lo largo de la evolución, o sea, pasamos de la potencia al acto, cual sugerían los antiguos sabios griegos. Sucesivamente, pues, se crean nuevos elementos "inseminados" por las distintas estirpes de seres vivos. Pero la segunda manifestación solo se expresa en los "Kuerpos" (extensión sui generis del cuerpo de los seres vivos)´

Expuse que el tiempo y el espacio que rigen en el mundo de la primera manifestación (movimiento), no son válidos en la segunda, y continuaba diciendo que los elementos de esta segunda manifestación son "imperturbables", o sea, se sitúan fuera del tiempo, puesto que el cambio aquí no es posible.

Ahora, respecto a lo escrito con anterioridad, quiero expresar un matiz, para mí ciertamente importante: el "ser", la "esencia" de la criatura viva, es un compuesto de las dos manifestaciones: de la primera el "Kuerpo"; de la segunda el correspondiente "elemento" perteneciente al mundo de cualidades. Es cierto que la "incisión" de tal elemento de la segunda manifestación en el "Kuerpo", entre otros efectos, añade la "individualidad/unidad" al "compuesto esencial" que es el ser vivo, y aquí está el importante matiz. Tal "individualidad/unidad" cabalga sobre la primera y segunda manifestación, en particular, es ya independiente de la segunda manifestación... ¿Qué ocurre, por consiguiente, al óbito?... Una pregunta que nos habíamos planteado desde el principio.

El "Kuerpo", la parte material que lo constituye, es "utilizado" por múltiples criaturas vivas, consecuencia del ciclo vida-muerte de los seres, "la muerte de unos hace renacer a otros", pero cada ser vivo tuvo durante cierto tiempo tal "Kuerpo" (complejo sistema material que acompaña a cada criatura viva), y a la vez forma un "compuesto único" con el correspondiente elemento de la segunda manifestación.

Es una evidencia la descomposición de tal compuesto en el óbito; el "Kuerpo" vuelve a incorporarse a la materia (¿inerte?) de la que procede, y el elemento cualitativo correspondiente de la segunda manifestación, aún cuando es "imperturbable" deja de manifestarse en cualquier otro "Kuerpo" diferente.

Pero, ¿qué ocurre con aquella "esencialidad" del ser vivo, caracterizada sobre todo por la individualidad/unidad?... Ya no es, exclusivamente, un elemento (cualitativo) de la segunda manifestación, pues supera toda limitación en lo espacial y lo temporal (ya no es su mundo). Ocurre lo que aconteció en la primera y prístina transformación de "lo que hubiere"; después de la propia desaparición del universo de las coordenadas espacio-temporales, tras su destrucción, con la paralela desaparición del mundo cualitativo de la segunda manifestación, vuelven a diluirse esa primera y segunda manifestación en la misma esencia que constituía aquello que definí como "lo que hubiere"... ¿Cuál sería, entonces, verdaderamente, la consecuencia global? Sencillamente, el proceso evolutivo de la creación de los seres producido en el universo que conocemos, cotidiano, "transformaría" la indiferenciación absoluta del prístino "lo que hubiere", en un nuevo "lo que hubiere" dotado de "esencias" individuales/únicas: ¡Se han creado los seres, si queremos expresarlo así, los espíritus, en el críptico mundo del futuro absoluto de nuestra existencia!... ¿El mismo Dios sería una de las criaturas creadas en tal proceso?

Como la danza de la vida no es una "emergencia" de la materia, la disolución del cuerpo material, no hace fenecer al ser. Así que podemos afirmar con Lao-Tse que "vivir es llegar (en una creación continua) y que morir es volver (al Tronco-raíz del Todo)".

lunes, noviembre 06, 2023

Cosmovisión (2ª parte)

 El "mundo de cualidades" que define la segunda manifestación de la naturaleza, posee el mismo "prístino" origen que el material de la primera manifestación. Desde el presumible Big Bang, vigente en la primera manifestación, con la creación del espacio y el tiempo, también aparece la segunda manifestación del universo, dotada de pocos elementos aún, entre los que se supone estaría la sensación/sentimiento de "pertenencia" de las primeras agrupaciones materiales y que desembocaría en la vida que ahora conocemos. Y así fue posible la evolución en el mundo material de la primera manifestación que fue acompañada por un incremento parejo de los elementos de la segunda manifestación.

Resultado, el mundo de cualidades con, únicamente, "potencialidades" (posibilidades) de elementos que podrían a aparecer, se fue completando con nuevos elementos, desde la potencia al acto, que "alumbrarían" las sucesivas estirpes de de seres vivos que irían a apareciendo en el mundo de la primera manifestación en su complejidad creciente, impulsada por la evolución.

Este es el cuadro global completo. Y lo más especulativo acompaña al origen y al posible final de todo ello. El origen o Alfa se refiere, y así prefiero expresarlo, a "lo  que hubiere" antes del Big Bang descrito por la ciencia: nuevos ciclos, ad eterno, que desembocasen el los llamados Big Crunch, todo ello en lo que se refiere a la primera manifestación; o ciclo único, desde un Alfa a un Omega; y aún más, simplemente un Alfa extendido hasta el infinito temporal.

Particularmente, me inclino más por un Alfa y un Omega, definidos en cada período o ciclo del mundo, pero el "eterno retorno" no es descartable.



Lo importante es que esos Alfa y Omega tienen una correspondencia en la segunda manifestación. Al principio del tiempo (Big Bang) los elementos del mundo de la segunda manifestación son escasos, y sucesivamente son creados nuevos elementos que lo van llenando... Ahora, tal manifestación solo se expresa en los "Kuerpos", o complejos sistemas materiales que acompañan a los seres vivos (vida en el sentido más amplio posible).

Así que en el Alfa, espacio y tiempo (energía) son creados. En el Omega, el mundo de la primera manifestación se diluye por autodestrucción, según el Big Crunch o el Big Rip (gran desgarramiento), y el fin paralelo de la segunda manifestación le acompaña. Igual que en el Alfa, "lo que hubiere", que según el Oriente sería el Tao, para otros la Nada, o también el Caos, se transforma en los dos mundos de la primera y segunda manifestación, en el Omega vuelven a "diluirse" en la "indiferenciación", similar a lo que he definido como "lo que hubiere".

El tiempo (igual el espacio) rige en el mundo de la primera manifestación (movimiento), no en el de la segunda. Quiero decir que los "elementos" de la segunda manifestación son "imperturbables" (fuera del tiempo), pues aquí el cambio no es posible, naturaleza "ad eterno", así que el elemento de la segunda manifestación que representa la individualidad/unidad es imperecedero, hasta el expresado Omega, hito sobre el que tenemos un desconocimiento completo, terreno propio de las creencias religiosas.

El especulativo Dios de las mismas se "escondería" detrás de las leyes existentes (en ambos mundos) en el universo.

¡Eso es todo!

viernes, noviembre 03, 2023

Cosmovisión (1ª parte)

 Estamos tan lejos de tener una explicación satisfactoria de los principales misterios que rodean a la andadura humana, como lo ha sido siempre desde tiempos de antaño.

¿Qué hay de nuestro papel en el universo, el mundo?

Demasiadas hipótesis y casi ninguna certeza. La soberbia de la ciencia actual es paradigmática... No entra en profundidad en asuntos trascendentales: la "anterioridad" al origen material del universo; la formación o aparición de la vida; la misma emergencia de la psiquis, la mente, y sobre todo la consciencia/conciencia humana.

Tenemos que basarnos, una vez más, en suposiciones que presumiblemente atañen, singularmente, a lo más básico y también trascendente.

Si en tales temas queremos dar forma a una explicación mínimamente coherente, sobre todo desde el punto de vista de un apaciguamiento de la angustia trascendental que nos acompaña al abordar tales misterios, nuevamente debemos de aportar algunas ideas que puedan acompañar o apuntalar nuestras creencias.

Sobre esto no puede expresarse la ciencia, pues no puede asirse a ninguna objetividad manifiesta, seguramente por lo irrepetible de tales fenómenos que rebasan en mucho nuestra capacidad; tampoco las creencias religiosas en uso, basadas en dogmas o ciertos libros o escrituras "sagradas" aportan la necesaria base empírica.

Así que, después de años de sucesivas elucubraciones que han incidido de forma notable en la misma raíz de mi  propia consideración acerca del especulativo espíritu que creo que poseemos, o del mismo significado de lo que denominamos "el estar en el mundo" de la criatura humana, al igual que el de otras criaturas de su entorno tan dignas de su vivencia, como lo somos nosotros, no puedo por más que volver a emitir las hipótesis que aún cuando ya han sido expresadas en bastantes de mis escritos, conviene recordar o al menos concretar desde el punto de vista de la cosmovisión que proponen.



Primera y segunda manifestación en el universo de la criatura viva han sido descritas profusamente en variados de tales escritos, por lo que no voy a hacerlo una vez más, solo decir que la primera se inscribe en lo que conocemos como el mundo material que describe nuestra ciencia física, y la segunda se enmarca en ese "mundo de cualidades" al que se referían muchos filósofos. La interface de ambos mundos sería el origen de la psiquis, el mundo de lo mental. Expuse anteriormente que en ese mundo material, lo importante en relación a la vida son los cuerpos (Kuerpos en la ampliación propuesta) que acompañan a las criaturas: una forma de agrupación de moléculas unificadas en base a las funciones que realizan, y gracias a las propiedades básicas de la segunda manifestación, en particular la "individuación".

El mundo cuántico, o teoría cuántica tiene mucho que ver en tales procesos, con sus sorprendentes propiedades de entrelazamiento, superposición, efecto túnel, etcétera.

Pues bien, la realidad, en mi opinión, no está dada de antemano en su totalidad, ya que las consciencias de los observadores (medidas), en su papel de concreción de estados (decoherencia), "incrementa" esa realidad, en particular en la formación de los sistemas materiales (Kuerpos) sobre los que se asienta la vida. Precisamente, cada sistema complejo (Kuerpo) se ve inmerso, paralelamente, en un elemento de la segunda manifestación de la naturaleza llamada, globalmente, "sensación". Sin tal "sensación" la vida no es posible, pues esta última, como defendí muchas veces, es un "aglomerado de información (DNA) y sensación". Y es tal "sensación" la que da el carácter o la propiedad de unicidad/individualidad a la criatura viva.

(Continúa en un segundo artículo)

domingo, octubre 22, 2023

Psiquis, mente y consciencia

 Yo diría que la interface entre la primera manifestación de la naturaleza y la segunda constituiría la psiquis/consciencia. Pero esto serían trazos mayores que requieren una mayor aproximación.

La psiquis, la mente es la interface entre lo que "asciende" desde la materialidad (primera manifestación) -unicidad-,  y lo que "desciende" de la segunda manifestación -sensibilidad-.



Sería una amalgama de ambas, unicidad/sensibilidad, lo que constituye la psiquis/mente: tiene esta doble naturaleza. Por ello la sensación (segunda manifestación), a través de ella (psiquis/consciencia) influye sobre la materia por medio de la unicidad, unicidad que se refiere a dar unidad a los sistemas materiales (primera manifestación). Seguramente, mecanismo relacionado con las propiedades del mundo cuántico como el entrelazamiento, la superposición o el condensado Bose-Einstein. Un artículo reciente al respecto de la revista Esquire, escrito por Susan Lahey, puede leerse aquí.

De igual forma, la materia a través de esa adquirida sensibilidad influye sobre la segunda manifestación: sensaciones, emociones y hasta pensamientos. Los pensamientos (que siempre hemos concebido dentro de la segunda manifestación) son influidos y  hasta construidos, entonces, por la primera manifestación (materialidad). Así que estas serían las vías sobre las que la consciencia puede conectar con todo el universo, tal como supone el artículo se Susan Lahey antes citado, y cómo el soma (Kuerpo) es influido por el pensamiento y al revés... De ahí procede la mente y hasta la consciencia.

Pero dentro de los pensamientos hay una Jerarquía, como expuse cumplidamente en mi antigua obra Superego.

Sin ir más lejos por ahora, decir que existen diferentes niveles en las conexiones cuánticas referidas a la unicidad, de acuerdo con el ámbito en el que nos movamos: la mente en el cerebro (pensamientos); la intersubjetividad en el universo.

¡Un nuevo mundo, nuevas capacidades se abren ante nuestros ojos!

miércoles, octubre 18, 2023

La punta de lanza en la creación del ser

 "No hay emergencia, pero sí prioridad".

La proa de la construcción del "barco" (el ser) lo representa la primera manifestación (la estructura material- Kuerpo), consecuencia de la evolución que sería la "fuerza" original. Mas el "baño" (la forma) proviene de la segunda manifestación: "como un traje hecho a su medida, aportando la importantísima propiedad de la individualidad/unicidad". Todas esas propiedades que en conjunto denominamos "mundo de cualidades" beben de esa fuente. Se asemejaría, salvando las indudables diferencias, a la construcción de un objeto por el hombre: la última fase es la pintura que le da su aspecto último... claro que aquí la "pintura" es lo mas  esencial.

Y la fuerza que "tira" desde el interior de esa estructura material es la de "pertenencia", un sentimiento interno de su unicidad, de ser único: un "impulso" interno como ser/criatura.

Así que la creación de un ser tiene por origen varias causas. La principal, las propiedades globales inscritas en el propio universo de las que emanan todo lo demás. Moldea esa primera manifestación, el Kuerpo, la evolución; y remata la obra la segunda manifestación. La primera es pura objetividad, común para todos los seres y dominio de la Ciencia; la segunda es la que da su verdadera esencia al ser, el conjunto de sensaciones que percibe y le conduce a la consciencia y en el hombre a la conciencia... Es hora de citar que también contribuye a la creación la propia psiquis, mente del observador, quien da fe de existencia y con ello construye la propia realidad base del entorno donde "trabaja" la evolución: círculos que comprenden acciones y retroacciones "rodeando" a una sensación interna, lo que propuse o definí en una de mis obras como "el cierre del círculo".



Desde todo este sistema de cosas ya sugerí que el mundo en realidad es una creación de las consciencias/conciencias.

Todo cuanto acabo de expresar es el resumen de todo lo propuesto en mis últimos artículos aparecidos en los dos blogs: "El imperio de la verdad" y este mismo Blog, "Foro Esencia".

Que estamos ante una cosmovisión, una metafísica... no me parece mal la idea, aunque en estos tiempos parece una anacronía. No es cuestión de endulzar la píldora: las cosas son como son, llamémoslo como queramos.

¡El mundo es tan maravilloso como imaginamos, aunque tiempos turbulentos enmarañen nuestro entendimiento!

viernes, octubre 13, 2023

La esencial soledad del ser humano

 El Nuevo Testamento (Biblia) pone en boca de Jesús las siguientes palabras: "Ama a Dios sobre todas las cosas, y a tu prójimo como a ti mismo". "Ambos mandamientos son el mismo".

A mi entender, ello equivale a una "identidad" o "equivalencia" entre Dios y el prójimo, lo que supone elevar el nivel del prójimo, nuestros semejantes, la sociedad, al del mismo Dios, lo que a mi juicio es excesivo... Además, en mi opinión, paradójicamente y en cierta forma, el hombre, la sociedad actuando como tal, que para mí sería no más que pura masa o número, y hasta la misma oración en sociedad ("Religio") en el caso religioso, adoptarían el mismo papel que el proletariado del marxismo: ¡Curioso, "comunismo", "marxismo", desde lo más básico equivaldrían a la comunidad cristiana que sigue los preceptos del Nuevo Testamento...! Yo diría, salvando los matices, que estamos ante una visión del cristianismo parecida a la defendida por el filósofo Nietzsche.



Sin embargo, el sino del hombre es su tremenda individualidad en su esencia más fundamental, pues "nace solo... y acaba feneciendo solo". Y es que el sentimiento más profundo del hombre ante la infinitud de Dios es su sí-mismo, su presencia inapelable ante el críptico, misterioso y formidable Ser divino: ¡él solo, sin sociedad que le valga con el único equipaje de su ser interno!

Mucho hemos valorado, filosóficamente hablando, la comunidad, la sociedad, hasta el punto de que algunos han asegurado que el hombre lo es en cuanto a la sociedad en la que vive, minusvalorando su propio valor interno, su sí-mismo... Yo creo que es un gran error. Diría mejor que desde una funcionalidad básica, el hombre es el resultado de una evolución, finalmente biológica, que creó la especie y cada uno de los individuos que la componen pero, además, y para estos propósitos, yo definiría también una especie de "evolución transversal"; quiero decir que el tiempo fue moldeando las agrupaciones que al individuo hombre le dotaron de mayor protección ante la naturaleza, en un principio hostil, hasta formar las sociedades actuales, pero eso no cambia lo fundamental que es el significado de cada individuo como tal ante el juicio de Dios. La evolución biológica le creó hombre, y así nació; desarrolló su vivencia apoyado en los diversos adelantos que procuró tal "evolución transversal", de la que hablo ( escritura, técnica, grupos sociales, etcétera), pero sigue siendo genuinamente un ser que acaba (acompañado o no) tan solo como nació, y este es su único bagaje ante la presencia divina; "un único diálogo entre tú y el Creador".

¡No una religión gobernada por sacerdotes o gurús; no una agrupación; no un primera persona del plural, sino simplemente la primera persona del singular que eres tú, tu sí-mimo!

Así cabe preguntarse: ¿Cómo una dictadura comunista como lo es China, ha sabido enfundarse los beneficios del capitalismo?... Capitalismo nacido de la evolución de las sociedades cristianas (protestantes, católicas, etcétera). Precisamente por la importancia que ambos regímenes (comunismo, cristianismo) le han dado al número, a la masa, a la sociedad, ante la paradoja de que el hombre es esencialmente individualista, al menos ante la presencia de Dios.

Se me ocurre que una derivación de todo lo anterior podría resolver en cierto modo el sempiterno problema del mal. Si nos damos cuenta, el mal (también el bien) solo queda claramente definido dentro de la sociedad, de las comunidades (así lo reflejan los códigos de justicia humanos). La individualidad esencial del hombre parece "diluir" tal concepto: ¡Ante Dios tal concepto se antoja superfluo!... La "evolución transversal" creó las sociedades, por consiguiente, su imperfección (definida como tal) no es atribuible a Dios. En resumen, no existe el trascendental problema del mal "aireado por tantas confesiones religiosas".

Este artículo pertenece al trabajo del autor (Alejandro Álvarez Silva) titulado "El Desprendimiento: Testamento para el buen morir". Dicha obra puede copiarse gratis desde el siguiente enlace: Desprendimiento.

viernes, octubre 06, 2023

El Know-how de la segunda manifestación del universo

 Este artículo es continuación de los artículos: "¿Entendemos el universo?: ¡La clave!" (Foro Esencia); "Las claves del universo" (El Imperio de la verdad); y el trabajo "El Desprendimiento: Testamento para el buen morir" (Editorial Bubok). Yo diría que una "concreción" sobre distintos aspectos de los mismos.

¿A qué viene la traslación del concepto mercantilista "Know-how" a estos ámbitos?... Simplemente para no confundir el tratamiento clásico de la primera manifestación (lo material) que se refiere, lógicamente, a la Ciencia, a este otro mundo caracterizado por su "inaccesibilidad" tomada como lo significativamente poco abordable por la ciencia pura (ver mi obra "Accesible e inaccesible"); su subjetivismo requiere una inmersión en el sí- mismo... Entonces, para no hablar de ciencia (evitar equívocos) me he inclinado por el "Know-how", desde el punto de vista del "conocimiento práctico", la "habilidad" de realizar un estudio serio sobre la segunda manifestación.

Resulta que si ponemos dos barreras (no del todo infranqueables), metafóricamente, en ambos extremos de la segunda manifestación -que serían: el "velado manto de la brujería" (vmb), por un lado, para no introducirnos más allá de la metafísica; y, por otro, el materialismo puro de la físico-química clásica-, aparece un nítido e intercalado mundo que puede ser estudiado mediante un cierto "Know-how" de conocimiento práctico y técnicas habilitadoras.



Para mí, y con este enfoque, se incluirían dentro de la segunda manifestación, muchas especialidades médicas, como la Psicología, la Psiquiatría, la clínica del dolor, etcétera. Y hasta podría explicarse (lo explicitaré en un nuevo artículo) la "sincronicidad" de Jung y Pauli -simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido pero de manera acausal-.

En cierto modo todas estas ideas nos hacen retomar el pensamiento de Aristóteles sobre la materia y la forma (serían la primera y segunda manifestación, respectivamente). O, salvando las distancias, la res cogitans y la res extensa de René Descartes.

Una antigua forma práctica de abordar la conexión entre ambas manifestaciones, la representa, a mi forma de ver, la Ley de Weber-Fechner que estable una relación cuantitativa entre la magnitud de un estímulo físico (primera manifestación) y el cómo es percibido (segunda manifestación), lo que permitió en su día considerar a la Psicología y más particularmente a la Psicofísica como probables ciencias incipientes (para mi, más que ciencia, el Know-how de esta segunda manifestación).

En esencia, dicha ley establece que "si un estímulo crece en progresión geométrica, la percepción evoluciona en progresión aritmética", por ejemplo, un estímulo 10 con una percepción 110, si se incrementa a 20, la percepción crece hasta 120. En otras palabras: Nuestra capacidad de apreciación ante un cambio se basa en el "valor relativo de la variación respecto al valor de partida". El porcentaje aproximado es totalmente subjetivo dependiendo de la sensibilidad de cada individuo.

Generalmente la ley se aplica a estímulos sensoriales que podríamos denominar primitivos como la luz, el ruido, el olor, etcétera, o compuestos (que se derivan al combinarse en un sexto sentido alguno de los anteriores) como el peso, la velocidad, la presión, el calor, el dolor, etcétera.

Matemáticamente la ley se escribe así: dp=k dS/S (p estímulo; S sensación), cuya integración produce p=k ln S+C.

Siempre pareció extraño ese cierto paralelismo entre estímulo y sensación, lo que para algunos (materialistas) se zanjó tildando de puramente materialista a la sensación (mero neurotransmisor, una sustancia química). Pero si aplicáramos este mismo razonamiento a todo, el materialismo subyacente elimina, simplemente "extirpa" toda explicación satisfactoria de la "conciencia"... Del abuso de estas prácticas se ha llegado a la situación actual sobre el tema: ¡el problema "difícil" de la conciencia, en estimación del filósofo David Chalmers, y su "inescrutabilidad"! (Ver mi obra "Consciencia y sensación" de la editorial Bubok)

¡Se abre una ventana, aprovechémosla!

viernes, septiembre 29, 2023

¿Entendemos el universo?: ¡La clave!

 Cualquier "proceso" en un organismo vivo (al menos en el hombre) tiene dos manifestaciones básicas: la que se ve (materialidad, sujeta a las leyes físicas y biológicas conocidas); y la que se "siente" (todo aquello que se define como el "mundo de cualidades": la sensación rojo (color), los diferentes niveles de dolor, etcétera).

Ambas manifestaciones son una dualidad que no puede separar una aspecto de otro, están ineludiblemente unidas, cual la dualidad física entre onda y partícula. Pero, precisamente, la Ciencia se caracteriza por negar la segunda manifestación. Por otro lado, al espiritismo, el alma religiosa, etcétera, establecen la independencia de esta segunda manifestación respecto a la primera (materialidad).

Ambas actitudes son un craso error. En el organismo vivo (en el hombre y el animal, por supuesto) no puede darse una de esas manifestaciones, sin la otra. Y es que ambas, han de evolucionar hacia el punto de confluencia.

Y estoy en el convencimiento de que esa doble manifestación es la "característica" de la vida... Ahora bien, ¿la simple complejidad de un sistema o cuerpo material, produce la segunda manifestación (sensación)?... Es algo que hay que estudiar y definir.



Yo diría que tal es la más amplia definición de vida que pueda existir. En mis repetidas alusiones de mis escritos: "El aglomerado información- sensación". El humanoide  no solo debe ser muy sofisticado e inteligente, sino debe de ser sensitivo.

Y recalco: ¡No estoy diciendo nada nuevo! Estimo que la única virtud de lo trascrito anteriormente, radica en la claridad con que se presenta algo que instintivamente sabemos, pero que aún para mí ha representado un verdadero ¡Eureka!

martes, septiembre 12, 2023