sábado, octubre 31, 2009

PEGUERINOS (Ávila) -Notas históricas-

Posada de Antares en Peguerinos


No son muchas las citas históricas que hagan referencia a Peguerinos. Su nombre tiene que ver con su principal fuente de subsistencia, la ganadería.
En el "Libro de la Montería" de Alfonso XI (siglo XIV) se dice: "Val de Infierno, et Peña Horcón es todo un monte, et es bueno de osso en ivierno"; "Peregrinos les buen monte de osso en ivierno";
En la Real Cédula de 20 de febrero de 1452 se citan los montes de Pinares Llanos (anteriormente pertenecientes a El Espinar -Segovia-, puesto que Peguerinos se segrega de El Espinar, obteniendo el privilegio de Villazgo, en el año 1776): "Que ningund viscayno que no fuere casado o desposado en dicha mi Çibdad e sus arrabales e tierra que no puedan labrar en la dicha dehesa de Valsayn ni pinares de Riofrío e Pinares Lanos e Garganta de Ruy Vasques e Pinar de Rascafría".
Del siglo XVI, se cuenta con una cita referente a La Cepeda, monte cercano que limita con Peguerinos y que pertenece a Sta. María de la Alameda (Madrid), de la que se efectúan peticiones de cortas para la construcción del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Peguerinos, El Espinar y otros 130 municipios pertenecientes a las provincias de Segovia, Ávila y Madrid, componen la llamada "Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia".
La capitalidad de esta última la ostenta la ciudad de Segovia, ejerciendo su alcalde el cargo de Presidente.
Según su Reglamento, del 10 de diciembre de 1918, la denominada "Junta de investigación y administración de los bienes de la Comunidad de la Ciudad y Tierra de Segovia" tiene por objeto la administración e investigación de los bienes, derechos y acciones correspondientes a la misma y preparar la división de los referidos bienes, derechos y acciones entre los pueblos interesados.
Territorialmente se divide para su gobierno y administración en 10 sexmos de honda tradición histórica: Posaderas, Cabezas, San Millán, Lozoya, San Lorenzo, La Trinidad, Casarrubios, El Espinar, Santa Eulalia y San Martín.
Los órganos fundamentales de gobierno de esta Comunidad son: la Junta de Sexmeros, compuesta por un sexmero de cada sexmo segoviano y presidida por el Presidente de la Comunidad, que no es otro, como dijimos, que el alcalde de Segovia; una Comisión Permanente nombrada por la Junta y un Presidente.
La historia reciente de Peguerinos tiene que ver, como es fácil suponer, con los acontecimientos trágicos de nuestra guerra civil; no en vano la línea del frente estuvo situada en su término durante gran parte de la contienda.

lunes, octubre 19, 2009

¡Esto sí es protección!



"FAMILIA UNIDA"

(Peguerinos Septiembre de 2009)

martes, septiembre 29, 2009

AL COMPAÑERO PERDIDO

AL COMPAÑERO PERDIDO
Al compañero Juliano,
mi estimado amigo Alfredo,
"Apróstata" apedillado,
por su humor fino y sereno,
en sus diatribas preciosas,
sin temores y sin miedo,
jocosas y bien sinceras,
y que se llevó al cielo.
De todos ha sido amigo
y caballero ante todo,
de inteligencia brillante
y de rápido acomodo.
De nuestro Club era miembro,
voluntario y solidario,
que aportaba su presencia
cuando era necesario.
Amigo de veinte años,
de coloquios compañero,
de una vida bien vivida,
de un personaje entero.
Eslabón indispensable
en nuestro grupo señero;
la huella que ha dejado
en nuestra alma llevemos.
Tu amigo: Alejandro Álvarez
(Del grupo de Google "Tu Club de los 60")

viernes, septiembre 18, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA ( y SCHOPENHAUER III)

"Desde principios de este siglo se ha querido atribuir con frecuencia vida a lo inorgánico; atribución muy falsa. Vivo y orgánico son conceptos convertibles; con la muerte cesa lo orgánico como tal. No hay en la Naturaleza línea mejor trazada que la que existe entre lo orgánico y lo inorgánico, es decir, entre aquello en que la forma es lo esencial y permanente y la materia lo accidental y mudable, y quello en que sucede a la inversa. No oscilan aquí los límites como tal vez ocurre entre animales y plantas, sólidos y líquidos, gases y vapores; así es que el querer suprimirlos no es más que llevar adrede la confusión a nuestros conceptos. Por el contrario he sentado yo que se atribuya Voluntad a lo no vivo, a lo inórgánico, pues para mí no es, como hasta aquí ha sido la opinión corriente, la voluntad un accidente del conocer, y, por lo tanto, de la vida, sino que la vida misma es manifestación de la voluntad, y la perceptibilidad de las manifestaciones de ésta y no otra cosa la materia misma. Así es que hay que reconocer un querer en todo esfuerzo que saque de la naturaleza un ser material y que forma propiamente esa naturaleza o se manifieste apareciendo en ella, no dándose, por lo tanto, materia alguna sin manifestación de voluntad".
"En los grados más bajos de la Naturaleza son del todo homogéneos y del todo uniformes la causa y el efecto, por lo cual vemos en ellos lo mejor posible la conexión causal".
"Mas, si entramos en el reino de los seres dotados de conocimiento, no hay ni semejanza ni relación alguna entre la acción y el objeto, que, como representación, la provoca".
"Allí donde es la causa más palpable la que produce el efecto, existe todavía lo misterioso, aquella X, o lo primariamente interno del proceso, el verdadero agente, lo en sí de esa manifestación, que se nos da al cabo más que como representación y según las formas y leyes de ésta, y que es esencialmente lo mismo que lo que nos es íntima o inmediatamente conocido como voluntad, en los actos de nuestro cuerpo, y que también se nos da como percepción y representación. Tal es el fundamento de la verdadera filosofía".
"El punctum controversiae es, pues, si pueden y deben subsistir juntas, y a la vez en un solo y mismo proceso la voluntad y la causalidad. Lo que dificulta la inteligencia de esto, sea donde quiera, es la circunstancia de que la causalidad y la voluntad nos son conocidas por dos maneras radicalmente diferentes: la causalidad por entero desde fuera, por entero, por entero inmediatamente y merced al entendimiento; y la voluntad enteramente desde dentro y de un modo enteramente inmediato, y que, por consiguiente, cuanto más clara sea en cada caso la inteligencia de la una tanto más oscura será la de la otra. De aquí, el que allí, donde la causalidad es más comprensible, lo sea menos la esencia de la voluntad, y donde se anuncia sin género de duda ésta, esté la causalidad tan oscurecida que puede un entendimiento rudo atreverse a negarla".
"La responsabilidad tiene por condición la libertad y ésta a la originalidad. En efecto, quiero porque soy, y por lo tanto tengo que ser antes de querer. Así, pues, la aseidad de la voluntad es la primera condición de una ética seriamente concebida, y con razón dice Spinoza que: se dice libre a aquello que existe por su sola necesidad, determinándose a obrar por sí sola".
"No cabe imaginarse seriamente la indestructibilidad de nuestra verdadera esencia por la muerte no admitiendo la aseidad de la voluntad, como es también difícil hacerlo a no considerar la separación fundamental de la voluntad respecto al intelecto".
"Es justo que, como hombre serio, se me conceda el que hablo sólo de cosas que conozco real y efectivamente y que no uso más que palabras a que doy un sentido completamente preciso, pues sólo así puede uno comunicarse con los demás, teniendo mucha razón Vauvenarque al decir que la claridad es la buena fe de los filósofos".

viernes, septiembre 11, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (SCHOPENHAUER II)

A continuación expondremos algunas citas de su obra: "Sobre la voluntad de la naturaleza". De inmediato captaremos su fino pensamiento.
"La Voluntad es la única cosa en sí, lo único verdaderamente real, lo único originario y metafísico, en un mundo en que todo lo demás no es más que fenómenos, es decir, mera representación que esta Voluntad, digo, presta a cada cosa, sea lo que fuere, la fuerza porque puede existir y obrar, que, por consiguiente, no solo las acciones arbitrarias de los animales, sino hasta los instintos orgánicos de su cuerpo animado y la forma y constitución misma de ellos, hasta la vegetación de las plantas, y, por último, en el reino inorgánico, la cristalización, y, en general, toda fuerza originaria que se manifieste en fenómenos físicoquímicos y hasta la gravedad misma que todo esto en sí, y fuera de la representación, es lo mismo que en nosotros hallamos cual Voluntad, de la que tenemos conocimiento más inmediato o íntimo que cabe".
"En mi doctrina, lo eterno e indestructible en el hombre, lo que forma en él el principio de vida, no el alma, sino que es, sirviéndonos de una expresión química, el radical del alma, la Voluntad. La llamada alma, es ya compuesta: es la combinación de la voluntad con el intelecto. Este intelecto es lo secundario, el posterius del organismo, por este condicionado, como función que es del cerebro. La voluntad, por el contrario, es lo primario, el prius del organismo, aquello por lo que este se condiciona".
"La percepción y el pensamiento se explicarán siempre, y cada vez mejor, por el organismo; pero jamás será explicada así la voluntad".
"Lo que ante todo hace falta, es distinguir la voluntad del albedrío, teniendo en cuenta que puede existir aquella sin éste, como lo presupone mi filosofía toda. Albedrío se llama a la voluntad cuando alumbra el intelecto".
"Por donde quiera que llega a su fin la explicación de lo físico choca con algo metafísico, y donde quiera que esté esto metafísico al alcance de un conocimiento inmediato, nos dará, como aquí, a la voluntad".
"La voluntad del animal como cosa en sí, está fuera del tiempo, pudiendo ser, en tal sentido, más originaria que el animal mismo".
"Síguese de mi doctrina que todo ser es obra de sí mismo".
"En el hombre es donde primero se separan netamente el motivo y la acción, la representación y la voluntad. Mas esto no suprime la servidumbre del intelecto bajo la voluntad".
"La pura objetividad y netitud con que se presentan las cosas en la intuición (este conocer fundamental y riquísimo de contenido) está en cada momento en razón inversa de la parte que en las mismas cosas toma la voluntad, siendo el conocer in-volitivo condición y hasta esencia de toda concepción estética". (De la obra del autor "Paradigma". Ver "Simbiotica´s Blog).

miércoles, septiembre 02, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (SCHOPENHAUER I)

ARTHUR SCHOPENHAUER (1788-1860)

Nació en Danzing y murió en Frankfurt del Nain. Estudió en Gotinga y Berlín, doctorándose con una tesis sobre la cuádruple raíz del principio de razón suficiente (1813). En 1831 se retiró a Frankfurt, consagrado a la actividad de escritor. En 1844 publicó la segunda parte aumentada de "El mundo como voluntad y representación" (escrita en 1819 por primera vez). En 1836 publica "Sobre la voluntad de la Naturaleza".
Su vida y carácter singulares lo hacen único al ser uno de los primeros filósofos ajeno al mundo académico, gozando de una popularidad sin precedentes.
Por la belleza y claridad de su prosa. así como por la inclinación a relacionar la filosofía con el arte fue el preferido de hombres de letras y artistas.
Hijo de un rico comerciante y una popular novelista, fue un hedónico (un amante de la buena vida), en contradicción con su pesimismo y misantropía. Su obra, "El arte del buen vivir", es una especie de texto de autoayuda en el que refleja tal tendencia.
Schopenhauer repudiaba a los románticos, aunque fue una especie de neorromántico o puente entre el romanticismo y el decadentismo típico de finales del siglo XIX. Su teoría del impulso vital triunfante sobre la razón realmente lo vinculaba con ambos movimientos.
Su concepto de "voluntad", oscura pulsión inconsciente e irracional, reaparecería transformada en la "voluntad de poder" de Nietzsche, la "vida" de los vitalistas, el "élan" de Bergson, y la "líbido" freudiana.
Su teoría del deseo nunca saciado tuvo dos insólitas derivaciones: los acordes no resueltos en la música de Richard Wagner y el deseo sexual no satisfecho de Freud.
Schopenhauer fue un adelantado de la teoría psicoanalista al mostrar la subordinación de la conciencia al inconsciente y la represión de recuerdos perturbadores.
Tuvo una profunda influencia en Nietzsche, Freud, Heidegger, etc. Aunque considerado un filósofo romántico, muchos de estos enfoques son injustos dada la seriedad y realismo de su filosofía. Hay que reconocer fundamentalmente su profundo amor a la verdad, cuestión que brilla en su persona hasta cimas difícilmente superables, hasta el punto que no quiso rectificar ni un ápice su filosofía en las cuestiones cruciales de la libertad humana. Su filosofía es una disertación limpia y clara de puro raciocinio, y consecuente con sus pensamientos hubo de rodear de negatividad a la libertad humana, cuando sus pensamientos parecían dirigirlo en sentido contrario... En el fondo se lamentaba de que contra lo que hubiese querido no encontraba explicación a la libertad humana... La realidad es que uno de los problemas que no llegó a resolver como él quería era, precisamente, el de la libertad humana, habiéndose dado a este tema, en mi opinión, una importancia excesiva al considerar que la filosofía de Schopenhauer conduce al nihilismo o la nada, lo que en modo alguno es cierto... Mejor habría que decir que Schopenhauer, que tanto había hecho por la verdad, no pudo llegar a resolver el problema trascendental de esa libertad humana, sin embargo, resolvió multitud de otros problemas igualmente importantes gracias a su mente verdaderamente privilegiada. (De la obra del autor "Paradigma". Ver "Simbiotica´s Blog).

martes, agosto 18, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (y SCHELLING III)

Schelling nos dice que lo finito no puede provenir de lo infinito "por disminución", puesto que cualquier emanación es tan absoluta como la anterior, o sea, no hay transición "continua" de lo absoluto a lo real. El mundo sensible sólo puede imaginarse como una ruptura de lo absoluto "por medio de un salto". Ese salto lo explica Schelling acudiendo a la idea de su "caída", caída que es tan eterna como lo absoluto mismo "del que se desgaja". En lo absoluto habría una realidad independiente que se separa con violencia de él. Realidad que sitúa en el mundo de las ideas, lo otro absoluto que "deviene" al separarse del verdadero absoluto. "al romper con él". El origen de la caída para Schelling es la libertad. La razón de la caída, por consiguiente, de esta producción no reside en lo absoluto, sino en "la realidad misma" que debe ser considerada como independiente y libre. Y el fundamento de la posibilidad de la caída reside en esa libertad.
La producción del mundo real y su caída son para Schelling una especie de teogonía trascendental que desemboca en una cosmogonía.
Schelling advierte que la libertad (considerada como un principio absoluto) es anterior al idealismo, lo que significa que sería el pivote del mundo.
No solo lo absoluto se transforma en libertad, sino que lo absoluto se convierte también en voluntad. "El fondo sin fondo (Ungrund) de la divinidad, su ser originario (Ursein) ha de concebirse como voluntad, ya que sólo la voluntad es capaz de explicar la posibilidad del bien y del mal".
La realidad "es el anhelo que el Eterno siente de engrandecerse a sí mismo... Por ello es también en sí misma voluntad".
Schelling nos dice que Dios tiene los mismos principios que nosotros, y precisamente en nosotros se observan dos principios: uno inconsciente y oscuro y otro consciente.
Mas en Dios tales dos principios, aunque distintos, no son separables, y en el hombre sí se da esta separación. Tal separación es la posibilidad del bien y del mal.
"Lo absoluto es autogénesis, movimiento, evolución, paso de lo implícito y potencial a lo explícito y actual. En esto consiste su vida, su existencia, su productividad y creatividad. La creación se concibe, pues, como actualización y manifestación de la existencia de Dios". "Actualizarse, exteriorizarse es para Dios una exigencia absoluta de su existencia".
"La razón no basta para fundamentar la realidad, ya que es incapaz de dar razón de su propia realidad".
Schelling utiliza para designar a Dios la expresión de "Señor del Ser".
"Si Dios, en efecto, tiene relación no sólo con el ser de la idea sino con el ser que existe fuera de la idea, entonces muestra su realidad independiente de la idea y se muestra como Señor del Ser (mundo)". (De la obra del autor"Paradigma". Ver "Simbiotica´s Blog").

lunes, agosto 03, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (SCHELLING II)

La naturaleza sería el "espíritu visible", siendo el espíritu "naturaleza invisible".
"El experimento es una pregunta hecha a la naturaloeza a la que la naturaleza está obligada a contestar".
Así que, si la naturaleza es un producto del espíritu, hay que reconocerle no tan sólo una organización o finalidad inmanente, sino también un proceso de desarrollo, una potencialidad que es en sí la historia del espíritu, el verdadero Telos de la naturaleza, "el devenir espíritu del espíritu".
La naturaleza es una bella durmiente que despierta de forma progresiva de la inconsciencia a la conciencia.
Si existe el camino que va de la naturaleza al espíritu, existirá el camino inverso, el que va del espíritu a la naturaleza. Lo subjetivo sería lo primero, el único fundamento de la realidad, el único principio que explicaría el resto.
Por la autoconciencia el yo deviene objeto para sí mismo. Ahora bien, para que el yo llegue a ser autoconsciente (se haga objeto para sí mismo), es necesario que se oponga a algo.
El yo se "pone" a sí mismo, y por este acto pone "algo opuesto", un objeto real, mas esta actividad producto del yo es inconsciente.
Schelling introduce el "querer" como acto originario de la libertad, por el que el "yo" o la inteligencia, que hasta entonces se desplegaba en el plano del conocer se transforma en activo y libre poder, iniciando así el tránsito de la filosofía teórica a la práctica.
El mundo visible sería la encarnación y representación de lo invisible. Para Schelling "en realidad de verdad lo finito no existe, sólo existe la unidad de lo finito con lo infinito".
Cada potencia expresa la totalidad absoluta de forma relativa, constituyendo una forma de la autoconciencia de la identidad absoluta. "En Dios coincide como indiferencia lo que en el mundo aparece como diferencia".
Mas, ¿cómo se llega de la indiferencia a la diferencia de sujeto y objeto? ¿Cómo se explica la existencia de los objetos finitos en el espacio y en el tiempo?
El mundo está en lo absoluto, pero no es idéntico a este último.
En su opúsculo "Filosofía y religión", Schelling introduce el concepto de "ruptura" para explicar cómo surge la existencia finita.
"Lo absoluto no puede ser conocido sino en tanto que se conoce a sí mismo, lo que lleva a cabo por la transformación de su identidad en realidad, es decir, por la producción de las ideas eternas de las cosas. Lo absoluto se ve a sí mismo (idealidad) en el espejo de sus ideas (realidad)".
"Las ideas constituyen la auto-objetivación de Dios, su devenir eterno y, en este sentido, su "otro absoluto". (De la obra del autor "Paradigma". Ver "Simbiotica´s Blog")

viernes, julio 17, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (SCHELLING I)

FRIEDRICH WILLHELM JOSEPH VAN SCHELLING (1775-1854)


Fue un niño precoz, pues muy joven aún publicó varios escritos geniales. Su obra central, "La edad del mundo", no apareció hasta después de su muerte. En 1841 asiste a un verdadero reconocimiento en Berlín como opositor de Hegel; entre sus oyentes filósofos tan importantes como Kierkegaard, Bakunin y Engels. Schelling también es considerado como el anti-Kant del idealismo alemán, pues al contrario que Kant intenta superar toda barrera entre la Razón y lo Absoluto. Anti-Kantiana, anti-fichtiana y anti-hegeliana es también su defensa de la naturaleza, a la que asigna una funión positiva y a la que reivindica como una manifestación intrínseca de lo Absoluto y "como el momento real-histórico de la esencia de Dios". La Naturphilosophie de Schelling es una física ético-especulativa con inspiración en la filosofía presocrática, enriquecida por el subjetivismo trascendental del idealismo alemán. Schelling soñaba con una reconciliación entre el espíritu pagano de los antiguos y el cristianismo, por la vía de una paganización de éste y una cristianización de aquél. Para Schelling, el restablecimiento de la vieja unidad entre Individuo y Cosmos, entre Filosofía y Religión, es la tarea que incumbe a la "Filosofía de la naturaleza", destinada a convertirse en "fuente de contemplación y el conocimiento de Dios".
Diríamos que el yo absoluto de Schelling es "mi" yo absoluto, y también "lo absoluto a secas", con los caracteres de divinidad, aseidad, infinitud, eternidad, omnipotencia, etc. que suelen atribuírsele.
La intuición intelectual, como en Fichte, es la aprehensión inmediata del yo en el acto de su autoplanteamiento, pero en Schelling deriva hacia la visión pura del mundo suprasensible, continuando a Platón y Jacobi.
La naturaleza que no es aún yo en acto, es ya un yo en potencia.
Para Schelling el absoluto no es expresamente ni yo ni no-yo, ni sujeto ni objeto, ni espíritu ni naturaleza, sino la raíz indiferenciada de ambos.
Yo y no-yo mutuamente se condicionan. No hay objeto sin sujeto, pero tampoco hay sujeto sin objeto.
El yo absoluto sólo puede conocerse en un acto "que rebasa la temporalidad".
Schelling se pregunta: "¿Por qué existe un mundo de objetos y sujetos finitos y no únicamente el yo absoluto e infinito?" ¡Nada es más difícil de explicar que lo finito!
Lo absoluto no es subjetivo, sino que es transubjetivo y transobjetivo, a la vez.
En opinión de Schelling, objeto y conciencia están mutuamente condicionados: la conciencia surge en tanto que el objeto aparece. Así que cabe concebir que la autoconciencia es el fin al que tendería el espíritu a través de la producción del objeto, con lo que habría toda una serie de acciones del yo que precederían a aquella autoconciencia.
Schelling nos dice que el mundo infinito no es más que nuestro espíritu creador con sus infinitas producciones y reproducciones. Nos dice que los grados de desarrollo de la naturaleza serían producciones del espíritu, mediante las que este espíritu se elevaría a la conciencia y a la libertad, así que la naturaleza de esta forma entraría a formar parte del espíritu humano. (De la obra "Paradigma". Ver "Simbiotica´s Blog").

viernes, julio 03, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (y HEIDEGGER III)

Que esto sea una estructura puramente pre-ontológica significa que van envueltas en ella posibilidades distintas de enfrentarse con el ser. Para esclarecerlo, Heidegger apela a ese estado de ánimo fundamental que es la angustia. En la angustia, nos dice, parece que se nos escapan todas las cosas, y quedamos flotando en un puro ser vacío de todo ente, sin asidero alguno. Esta pérdida de los entes es el fenómeno de la nada, y aquello en que quedamos flotando es puro ser sin ente a que asirse. La angustia sólo es posible por la temporeidad.
En el horizonte de la temporeidad comprendemos que el sentido del ser es mucho más vasto de lo que hasta ahora había parecido. Hasta ahora se entendía por ser un carácter de las cosas "que están ahí". Pero este carácter no es más que un modo de ser entre otros, y, además, ni tan siquiera es el modo primario. Hay un modo de ser primario que Heidegger llama Zuhandenheit, neologismo germano difícil de traducir: las cosas en tanto que están a mano, sea para servirnos de ellas, sea para vivir con ellas en el sentido más amplio del término. El ser como algo que está ahí tiene una gran amplitud, ya que uno de sus modos es lo que llamamos realidad. Pero realidad es solamente un tipo de ser dentro de las cosas que están ahí; no todo lo que está ahí es real en el sentido con que, por ejemplo, las ciencias estudian la realidad. Hay otros modos de ser. Ante todo, el ser en el sentido de consistir. Hay, finalmente y sobre todo, el tipo de ser que es el Dasein en el hombre. Como este Dasein o existencia es tempórea, el ser de la existencia no hace de ésta algo que simplemente está ahí, sino algo que acontece. El ser de la existencia es historicidad.
En definitiva, el ser es lo que pre-ontológicamente y ontológicamente determina y descubre lo que son los entes; el ser es "como-luz", que decía Aristóteles. La metafísica clásica, según Heidegger, había considerado las cosas en tanto que son; pero nunca se había hecho cuestión del ser en y por sí mismo. Allende la metafísica es menester, pues, una ontología. El objeto de la filosofía es el ser en cuanto tal. Aristóteles nos había dicho que la filosofía se pregunta qué es el ente. Por una sustitución de la palabra ente por la palabra ser. Heidegger reasume casi todas las fórmulas aristotélicas en sentido puramente ontológico.
Heidegger es el filósofo del ser, pero de hecho subordina éste a la prioridad de la Nada, que no sólo es la condición previa para que aparezca el ser, sino también el miedo que atenaza al hombre. En el opúsculo "¿Qué es la metafísica?", dice: "La Nada no es solo el contra-concepto de lo existente, sino que pertenece originariamente a él".
En los años 1929 y 1930 Heidegger cae bajo la influencia principal de Nietzsche; su lectura confirma su ateísmo y su convicción de "Dios ha muerto", y para él, no sólo el Dios teológico cristiano, sino todos los sucedáneos ideológicos surgidos a partir del Renacimiento y la Ilustración, como el humanismo, el liberalismo, el socialismo, etc.
En su "Introducción a la Metafísica", Heidegger constata que Europa está "atenazada" entre Rusia y Norteamérica, que en su opinión representaban la objetivación histórica y real de lo mecánico y cuantitativo, de lo anti-heroico. En sus palabras: "Rusia y América son ambas, metafísicamente hablando, lo mismo; la misma triste función de la técnica desenfrenada y la organización ilimitada del hombre por el medio". De este modo trataba de justificar su apoyo a Alemania, por ser "el pueblo metafísico" o "más amenazado", para que luchara contra este estado de cosas.
Heidegger advierte de los peligros de la técnica "cuando esta menoscaba nuestra relación originaria con el ser y nos hunde en la facticidad de los entes", instrumentalizándonos y dejándonos atrapar por los objetos que nosotros mismos hemos creado.
Nuestra existencia es preocupación surgida de la angustia de vernos proyectados en un mundo en el que tenemos que ser a pesar nuestra. Provenimos de una nada y nos realizamos como un proyecto que se encamina hacia la muerte, y por eso la angustia es constitución del Dasein, porque es la condición de un "ser caído y solitario" que "ni puede contar con Dios" ni posee remedio alguno a esa condición.
La solución es hacernos responsables de nuestra propia vida, asumiendo nuestra propia muerte sin dejarnos fagocitar en nuestra relación con los objetos y sus funciones. El ocultamiento de lo terrible de nuestra condición transforma nuestra vida en inauténtica.
Así que, según Heidegger, la autenticidad consiste en reconocer que somos un ser para la muerte; ésa es la única vía de acceso a la libertad.
Para terminar, decir que tanto el existencialismo como la hermenéutica, se han construido en parte en un inevitable diálogo con la obra del filósofo. (De la obra del autor "Paradigma". Ver "Simbiotica´s Blog").

miércoles, junio 24, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (y FICHTE II)

Apuntemos a continuación algunos razonamientos de Fichte.
La verdad es que el yo se conoce inmediatamente a sí mismo, y en esto consiste precisamente ese concepto de yo, visión que constituye su esencia. Tal unión del ser y del ver es algo que no puede afirmarse de ningún objeto. En otras palabras, el ser del objeto no existe para sí mismo sino para otro, es objeto para un sujeto. El yo, en cambio, existe para sí.
El yo no puede entenderse como una cosa, sino como un puro obrar, sin ningún otro ser que obre tras él.
Todo sería secundario respecto a la acción: "surge únicamente en ella como un producto".
Ni el "yo pienso", ni el "yo soy" es en último extremo a lo que lleva la reflexión, sino realmente el "yo actúo".
Debería haber alguna "autointuición" del entendimiento, ya que sin ella sería imposible cualquier conciencia del yo.
La autoconciencia del yo sería intuición y no conocimiento.
El yo es el principio supremo de todo saber, que no queda sino deducirlo por reflexión como aquel acto puro que está en la base de la conciencia.
Nada hay en el entendimiento que con anterioridad no estuviera en la imaginación.
El poder de la abstracción absoluta se llama razón, ahora bien, en el momento en que la razón hace abstracción de todos los objetos, o sea, de la esfera entera del no-yo, sólo queda el yo. Entonces, la reflexión recae finalmente sobre el sujeto: el yo se dirige hacia sí mismo, descubriendo detrás de toda objetividad su propia esencia, y alcanzando así la autoconciencia.
El hombre se define como conciencia o reflexión del ser, saber del ser que no es él, imagen del ser absoluto. Es decir, el hombre es la existencia (Dasein) de Dios. En la conciencia de Dios ex-siste o está-ahí (ist da), pero encubierta y escondida por las propias leyes de la conciencia que lo percibe en el "mundo". (De la obra "Paradigma". Ver "Simbiotica´s Blog").

miércoles, junio 17, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (FICHTE I)

JOHANN GOTTIEB FICHTE (1762-1814)

Si Kant podría simbolizar la víspera de la Revolución Francesa y Hegel su fase napoleónica, Fichte sería en sus inicios el jacobismo moral de la Revolución.
Fichte, al igual que Kant da prioridad a la razón práctica sobre la razón teórica: "Nosotros no actuamos porque conocemos, sino que conocemos porque estamos destinados a actuar". Y trasciende a Kant al sustituir la "cosa en sí" por el "Yo absoluto". Pero este Yo absoluto, piedra angular de su sistema de pensamiento, no es un yo cerrado y excluyente, sino por el contrario, está estructuralmente vinculado a los demás: El individuo de Fichte es inseparable de la categoría de "otredad" o "no-Yo". El autor de la "Doctrina de la Ciencia" nos dice que el hombre es sólo plenamente hombre "en comunidad" con los otros hombres: "El concepto de "individualidad" es un concepto alterno o recíproco (Wechselbegriff), esto es, un concepto que sólo puede ser pensado en relación a otro pensamiento... Por lo tanto no es nunca mío, sino mío y tuyo, un concepto común en el que dos conciencias se unen en una".
Fichte argumenta: "Yo adquiero conciencia de mi propio ser, no como elemento de algún patrón más amplio, sino en el choque con el no-ser, el Anstoss, el violento impacto de la colisión con la materia inerte, a la que opongo resistencia y debo subyugar con miras a liberar mi designio creativo".
Fichte describe el yo como "actividad, esfuerzo, independencia. Desea, altera y transforma el mundo, tanto en el pensamiento como en la acción, de acuerdo con sus propios conceptos y categorías". Esto había sido concedido por Kant como un proceso inconsciente e intuitivo, mas Fichte aseguraba que se trataba de "una actividad consciente y creativa... Yo no acepto nada porque deba hacerlo", insistía, "lo creo porque así lo deseo". En su opinión, existen dos mundos, y el hombre pertenecía a los dos: el mundo material del "ahí afuera", gobernado por causas y efectos, y el mundo espiritual, interno, "en el que soy por completo ni propia creación". Este último planteamiento originó un cambio radical en el entendimiento de la propia filosofía. "Mi filosofía depende del tipo de hombre que soy y no al contrario".
La voluntad adquirió una importancia singular en la psicología humana. Según Fichte, todas las personas razonan básicamente de la misma manera, diferenciándose por el contrario en su voluntad.
La revalorización del trabajo sigue a este razonamiento, pues sólo mediante el trabajo como expresión de la voluntad, puede el hombre imponer una personalidad propia y creativa en la naturaleza. Lo que contaba ahora más que el propio éxito mundano eran los motivos, la integridad, la sinceridad, la espiritualidad. Lo importante era la intención, no la sabiduría en sí.
Aparece una inversión de valores, pues al afirmar que el hombre se creaba a sí mismo, se negaba la existencia de una naturaleza del hombre cognoscible que determinase cómo ésta actúa, reacciona y piensa. Se negaba, entonces, cualquier posible ciencia de los valores, ya que los valores humanos no eran algo a descubrir, sino algo que "se creaba", por tanto imposibles de describir y sistematizar, "pues no son hechos ni entidades del mundo", al estar fuera del ámbito de la ciencia o la ética. (De la obra del autor "Paradigma". Ver "Simbiotica´s Blog").

domingo, junio 07, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (HEIDEGGER y III)

Que esto sea una estructura puramente pre-ontológica significa que van envueltas en ella posibilidades distintas de enfrentarse con el ser. Para esclarecerlo, Heidegger apela a ese estado de ánimo fundamental que es la angustia. En la angustia, nos dice, parece que se nos escapan todas las cosas, y quedamos flotando en un puro ser vacío de todo ente, sin asidero alguno. Esta pérdida de los entes es el fenómeno de la nada, y aquello en que quedamos flotando es un puro ser sin ente a que asirse. La angustia sólo es posible por la temporeidad.
En el horizonte de la temporeidad comprendemos que el sentido del ser es mucho más vasto de lo que hasta ahora había parecido. Hasta ahora se entendía por ser un carácter de las cosas "que están ahí". Pero este carácter no es más que un modo de ser entre otros, y, además, ni tan siquiera es el modo primario. Hay un modo de ser primario que Heidegger llama Zuhandenheit, neologismo germano difícil de traducir: las cosas en tanto que están a mano, sea para servirnos de ellas, sea para vivir con ellas en el sentido más amplio del término. El ser como algo que está ahí tiene una gran amplitud, ya que uno de sus modos es lo que llamamos realidad. Pero realidad es solamente un tipo de ser dentro de las cosas que están ahí; no todo lo que está ahí es real en el sentido con que, por ejemplo, las ciencias estudian la realidad. Hay otros modos de ser. Ante todo, el ser en el sentido de consistir. Hay además otro modo de ser que es la vitalidad. Hay, finalmente y sobre todo, el tipo de ser que es el Dasein en el hombre. Como este dasein o existencia es tempórea, el ser de la existencia no hace de ésta algo que simplemente está ahí, sino algo que acontece. El ser de la existencia es historicidad.
En definitiva, el ser es lo que preóntológicamente y ontológicamente determina y descubre lo que son los entes; el ser es "como-luz", que decía Aristóteles. La metafísica clásica, según Heidegger, había considerado las cosas en tanto que son; pero nunca se había hecho cuestión del ser en y por sí mismo. Allende la metafísica es menester, pues, una ontología. El objeto de la filosofía es el ser en cuanto tal. Aristóteles nos había dicho que la filosofía se pregunta qué es el ente. Por una sustitución de la palabra ente por la palabra ser, Heidegger reasume casi todas las fórmulas aristotélicas en sentido puramente ontológico.
Heidegger es el filósofo del ser, pero de hecho subordina éste a la prioridad de la Nada, que no sólo es la condición previa para que aparezca el ser, sino también el miedo que atenaza al hombre. En el opúsculo "¿Qué es la metafísica?", dice: "La Nada no es sólo el contra-concepto de lo existente, sino que pertenece originariamente a él".
En los años 1929 y 1930 Heidegger cae bajo la influencia principal de Nietzsche; su lectura confirma su ateísmo y su convicción de "Dios ha muerto", y para él, no sólo el Dios teológico cristiano, sino todos los sucedáneos ideológicos surgidos a partir del Renacimiento y la Ilustración, como el humanismo, el liberalismo, el socialismo, etc.
En su "Introducción a la metafísica", Heidegger constata que Europa está "atenazada" entre Rusia y Norteamérica, que en su opinión representaban la objetividad histórica y real de lo mecánico y cuantitativo, de lo anti-heróico. En sus palabras: "Rusia y América son ambas, metafísicamente hablando, lo mismo; la misma triste función de la técnica desenfrenada y la organización ilimitada del hombre medio". De este modo trataba de justificar su apoyo a Alemania, por ser "el pueblo metafísico" o "más amenazado", para que luchara contra este estado de cosas.
Heidegger advierte de los peligros de la técnica "cuando esta menoscaba nuestra relación originaria con el ser y nos hunde en la factilidad de los entes", instrumentalizándonos y dejándonos atrapar por los objetos que nosotros mismos hemos creado.
Nuestra existencia es preocupación surgida de la angustia de vernos proyectados en un mundo en el que tenemos que ser a pesar nuestra. Provenimos de una nada y nos realizamos como un proyecto que se encamina hacia la muerte, y por eso la angustia es constitución del Dasein, porque es la condición de un "ser caído y solitario" que "ni puede contar con Dios" ni posee remedio alguno a esa condición.
La solución es hacernos responsables de nuestra propia vida, asumiendo nuestra propia muerte sin dejarnos fagocitar en nuestra relación con los objetos y sus funciones. El ocultamiento de lo terrible de nuestra condición transforma nuestra vida en inauténtica.
Así que, según Heidegger, la autenticidad consiste en reconocer que somos un ser para la muerte; ésta es la única vía de acceso a la libertad.
Para terminar, decir que tanto el existencialismo como la hermenéutica, se han construido en parte en un inevitable diálogo con la obra del filósofo. (De la obra del autor "Paradigma" en "Simbiotica´s Blog"):

lunes, mayo 25, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (HEIDEGGER II)

Para Heidegger el ser es algo distinto de la esencia. La esencia es el ente, pero no es el ser. Esta diferencia entre el ser y el ente es lo que Heidegger llama diferencia ontológica. No solo las realidades, sino incluso las esencias de Husserl, pertenecen al dominio de lo óntico; las esencias de Husserl son , pues, para Heidegger, nuevas "generalidades ónticas".
Solo el ser es lo ontológico, y, recíprocamente, lo ontológico concierne al ser en su diferencia con los entes. El sentido del ser es el problema radical de la filosofía; su objeto formal es el ser y no el ente. La filosofía es pura y simplemente ontología.
Husserl había llegado a las esencias ónticas mediante una reducción trascendental de la realidad fáctica, mediante una trascendencia que nos ha llevado de todo lo real a su esencia. Pero este acto no es suficiente, porque el ser no es una cosa o esencia más. El ser es siempre y sólo ser del ente. Por consiguiente, hay que prolongar, en cierto modo, la trascendencia en una línea distinta, la trascendencia que nos lleva de todo ente al ser. Para la constitución del ser ante nuestra mente, el tiempo desempeña también una función constituyente; en él se constituye el sentido del ser. El ser y el tiempo, en su unidad radical, se le convierten a Heidegger, pues, en la estructura del problema ontológico.
Para Heidegger la comprensión del ser es el acceso a todo ente. El hombre es un ente en cada una de cuyas acciones trata de ser de una manera o de otra; cada una de sus acciones se ejecuta, pues, con vistas al ser que se va a ser. Este "en vista de" es justo la comprensión del ser del hombre mismo. Y en esta comprensión va envuelta, por tanto, de una manera imprecisa y pre-ontológica, la comprensión del ser. De ahí que el hombre es el ente que consiste en que le es presente (Da) el ser mismo (Sein). Por esto el ente humano es lo que Heidegger llama Da-sein. El hombre es, pues, aquel ente cuyo ser consiste en la presencia del ser. Por esto no puede entenderse el ser desde el hombre (es el error de toda la antropología filosófica al uso), sino que ha de entenderse al hombre desde el ser, pues el hombre vive con vistas al ser. El hombre es lo que es por y desde el ser. Ahora bien: ser, sistere, desde (ex) algo, es justo lo que se llama ex-sistencia. La esencia del Dasein es, pues, ex-sistir desde el ser, existir con vistas a ser su ser propio para ser sí mismo. Aquí existir no significa el hecho de tener existencia real, sino que significa el modo como llega el hombre a ser lo que es. El hombre no puede caracterizarse ni por tener existencia real ni por ser lo que es, sino por el modo como en lo que es; esto es, existiendo. En definitiva, el hombre como ente es Dasein, y el ser de este ente envuelve como momento suyo la comprensión del ser. Por esto la ontología fundamental es análisis ontológico del dasein, es una análisis existencial. La vida real y efectiva del hombre tiene carácter óntico; sus vivencias todas, lo único que ha entendido Dilthey, son algo óntico; la manera de vivirlas y el tipo de ser que en ellas se plasma es un asunto de la vida personal de cada cual, que ha de resolverse ónticamente. Pero el carácter ontológico de esta vida óntica es la existencia, porque la vida entera es sólo algo vivido en vista del ser. Mientras "vida" es algo óntico, "existencialidad" es algo ontológico.
La existencia (Dasein) se encuentra entre las cosas esbozando sus proyectos y sus posibilidades para existir. Y el horizonte de este esbozo de posibilidades es justo lo que Heidegger llama mundo, algo completamente distinto del mundo como totalidad de las cosas o entes. La comprensión del ser, en vista del cual y desde el cual el hombre existe, es, pues, también, una comprensión del mundo. La comprensión de mí mismo y de todos los entes intramundos sólo es posible porque mi ex-sistencia precede ontológicamente a todo ello. Existo, en efecto, previamente desde el ser para realizar ónticamente mi vida. Mi existencia, pues, es en cierto modo algo "pre-cursor", en el sentido etimológico de la palabra. Entonces el modo de existir desde el ser envuelve formalmente la posibilidad de venir desde el ser que aún no somos, pero vendremos a ser. Este "por-venir" pertenece intrínsecamente al sentido del ser desde el que existimos; el ser de la existencia tiene, pues, intrínsecamente, este sentido de futurición. El ser como pre-anuncio de nuestra propia existencia es lo que llamamos futuro. El futuro, pues, no es un momento posterior del tiempo, sino un momento del ser de la existencia misma.
Y esta unidad de este ser desde el que existimos es lo que Heidegger llama temporeidad. No se trata del tiempo, ni como sucesión ni como durée, ni como fluencia, sino de la unidad del ser desde el ser que existimos; es la tridimensionalidad intrínseca del "ex" mismo. La temporeidad es el tiempo originario; lo demás es tiempo vulgar e impropio, es sólo "ser el tiempo". El hombre, como ente, es Dasein, y el ser de este ente es temporeidad. A esta temporeidad es a la que pertenece, como momento intrínseco suyo, la comprensión del ser. Y por esto es la temporeidad el sentido del ser de nuestra existencia, y por ella estamos allende nosotros mismos, estamos trascendiéndonos.
De esta forma, aún pre-ontológica, es como la trascendencia y la comprensión del ser, a diferencia del ente, pertenecen a la existencia humana. (De la obra del autor "Paradigma". Ver Biblopia.com).

lunes, mayo 18, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (HEIDEGGER I)

MARTÍN HEIDEGGER (1889-1975)


Nace y muere en Messkirch, Baden (Alemania). De familia católica, entra como becario en el Instituto de Constanza en 1906, preparándose para la carrera sacerdotal, la que abandona posteriormente para dedicarse a la filosofía. En 1909 ingresa en la Universidad de Friburgo con el neokantiano Heinrich Ticket. Concluye sus estudios universitarios en 1913 con una tesis sobre "La teoría del juicio en el psicologismo". De 1912 a 1923 fue asistente de cátedra de Husserl, y de 1923 a 1928 Catedrático de Filosofía en Marburgo. En 1929 reemplaza a Husserl como profesor titular en la Universidad de Friburgo, y publica "Kant y el problema de la metafísica". Tres años después llega al puesto de Rector y se afilia al partido nacionalsocialista, pero un año después renuncia a su cargo, lo que no le libró de las duras críticas de sus contemporáneos.
Su primera gran obra es "Ser y tiempo" (Sein und Seit), aparecida en 1927, fecha que coincide con la inestabilidad de la República de Weimar, el ascenso del fascismo europeo y la crisis general de los valores humanistas. "Ser y tiempo" es un ataque filosófico radical contra el espíritu de la época, caracterizado, según Heidegger, por la "caída del Ser" (Seinsverfall). El filósofo parte del supuesto de que el ser ha sido olvidado y que toda metafísica, desde Platón al mismo Hegel, no sólo no había resuelto este problema, sino que por el contrario había impedido su solución.
Heidegger intenta delimitar con precisión los ámbitos de lo ontológico (ser), por un lado, y lo óntico (ente), por otro, escisión que asimila al primero, al ser con la permanencia y la eternidad, en oposición al sumamente efímero y cambiante ente. Dicha escisión prtende eliminarla a través de un enraizamiento del ser en la llamada temporalidad.
Hasta 1942, dedicado intensamente a la labor docente realiza los siguientes cursos: "Introducción a la metafísica" (dictado en 1935 y publicado en 1953), "Lecciones sobre Hegel" (1939), "Hölderlin en la esencia de la poesía" (1936) y "El origen de la obra de arte", base una obra más amplia que titula "Caminos en el bosque".
Al acabar la guerra mundial, se le prohíbe enseñar entre 1946 y 1951, período en el que escribe "Carta sobre el humanismo".
Heidegger intenta establecer una ontología distinta, una superación de la metafísica tradicional que se olvida de la cuestión del ser, mediante una analítica existencial.
El Dasein (ser-ahí) es el hombre, aquel ser que posibilita que el ser esté presente y pueda ser interpretado, pero no ha de entenderse como cosa, sino como un poder-ser, el lugar en el que se manifiesta, y despliega sus posibilidades.
Este poder-ser que es el hombre está condicionado por la facticidad. El Dasein se despliega en el absurdo de lo dado, lugar que le preexiste desde siempre y desde el cual se proyecta más allá de sí mismo, como modo de realizarse como proyecto: no es todavía lo que tiene que ser y ha de dejar de ser lo que ahora es; el hombre es una anticipación de sí mismo porque es un ser-en-el-mundo.
Heidegger propone volcar la fenomenología de Husserl en la hermenéutica, pues aquella no se libra de prejuicios, ni es una descripción neutral y transparente de lo real.
Cualquier respuesta a una pregunta acerca de la realidad está manipulada de antemano, pues siempre existe una precomprensión acerca de todo lo que pienso (consecuencia del uso del lenguaje), y esta precomprensión de las cosas produce una circularidad natural en la comprensión que va de lo incomprendido a lo comprendido, y que ha sido denominada "círculo hemenéutico". Este círculo hermenéutico no es exactmente un límite o un error del conocimiento, sino algo intrínseco al mismo hombre e igualmente inevitable, pero que sin embargo constituye una oportunidad que nos permite conocer el todo a través de las partes y viceversa.
(De la obra del autor "Paradigma", publicada en Biblopia.com)

sábado, mayo 09, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (y JASPERS III)

"Sólo en el movimiento de nuestro existente temporal, mediante él, encontramos una paz que ya no es una angustia paralizante ante lo fáctico privado de posibilidad, sino la perplejidad ante la realidad eterna: paz que se manifiesta en la infinitud de fenómenos temporales y que engendra una satisfacción profunda dentro de la perplejidad".
"En cuanto pienso, existe siempre la posibilidad".
"Intentamos hacer perceptible la realidad con un segundo ejemplo: la realidad se nos aparece como historicidad".
"La eterna realidad no es encontrada como otro subsistente intemporal ni como algo que dura en el tiempo. Mas bien la realidad es para nosotros una transición. Alcanza una existencia precisamente en cuanto se resuelve, de nuevo, como existencia. No logra la forma de la duración, tampoco la de un orden constante, sino la de un naufragio".
"Entre la nada y el todo, siempre sólo como un paso, sin la perfección de una totalidad que abraza al todo, el hombre es, de todos modos, real unicamente como ser histórico".
"La realidad existe sólo en el presente, y como presente es histórica, irrepetible".
"Sólo mediante la historicidad puedo ser consciente del verdadero ser de la trascendencia, sólo mediante la trascendencia el ser caído deviene sustancia histórica".
"Y, sin embargo, es rasgo esencial de la existencia misma el querer ponerse en comunicación con la unidad que junta los elementos más lejanos y a la que pertenecen todos".
"La unidad existe, si existe, sólo en la trascendencia".
"Que lo real no se limita a existir es una experiencia fundamental".
"Lo que siempre existe debe devenir".
"Y, sin embargo, existe trascendencia sólo allí donde cesa la posibilidad, no existe en el tiempo sin la historicidad, y no existe sin la unidad".
"La satisfacción más profunda sólo puede radicar precisamente en la realidad que es la realidad misma, infinita y perfecta, por la cual y en la cual existe todo lo que somos y lo que es para nosotros; pero nos hacemos conscientes de esta realidad, únicamente en el camino de la apariencia, en concreción histórica".
"La trascendencia es la potencia por la que soy verdaderamente libre por su causa. Su lenguaje más claro se expresa a través de mi misma libertad".
"Con el saber de la finitud, esa fe exige la historicidad como el único modo de la realización propia".
"El cerciorarse de la realidad se expresa, pero no se realiza, mediante el pensamiento".
"La filosofía no puede producir el mito. Pues en él está, si está él ahí, la realidad misma: la filosofía únicamente puede jugar con mitos y adivinarlos indirectamente".
"En general se puede decir: aquello que se puede contar únicamente como historia, es la realidad".
"En el filosofar experimento la realidad de la trascendencia, sin mediación, mediante sí mismo, como lo que yo mismo no soy". (De la obra "Paradigma". Ver "Simbiotica´s Blog")

martes, mayo 05, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (JASPERS II)

En su libro "Psicología de las concepciones del mundo", Jaspers analiza las diversas visiones del mundo en figuras representativas. Distintos caminos del pensar, según él, se reflejan en la práctica de la vida, pues la visión del mundo sobrepasa el carácter de generalidad vigente de la concepción científica del mundo: las visiones del mundo son posiciones de la voluntad que se basan en decisiones existenciales.
A nivel planetario Jaspers ve sólo dos alternativas: una es el Weltimperium o "imperio mundial" basado en un poder central, y otra un "orden mundial" (Weltordnung), que asegure la unidad de la Humanidad prescindiendo de aquella unidad de poder. Él se pronuncia por esta segunda opción, siguiendo así las enseñanzas de su maestro Kant, que en sus escritos se había inclinado a favor de una estructura federal como el modelo más conveniente para la regulación de las relaciones entre los Estados. En su obra "La bomba atómica y el futuro de la Humanidad" escribe: "Es necesario crear una situación de paz mundial basada no en el miedo sino en el Derecho. Sin la paz mundial es inevitable el hundimiento de la Humanidad".
Al igual que hemos hecho con otros filósofos, a continuación vamos a entresacar, como muestra de su fino pensamiento, algunos párrafos de su obra "Filosofía de la existencia".
"La verdad de la existencia se acredita como auténtica conciencia de la realidad".
"... la verdad se define formalmente como la revelación de lo otro que nos viene al encuentro..."
"El rasgo esencial de la razón es la voluntad hacia la unidad".
"La razón penetra donde la unidad es destruida siempre, para recoger en la ruptura una verdad de ésta y para impedir que con esta ruptura sobrevenga un quebranto metafísico, es decir, el desgarrarse del ser mismo. La razón origen del orden, acompaña a todo lo que rompe el orden".
"La razón es, por tanto, la voluntad de comunicación total".
"La razón es la penetración continua hacia lo otro".
"Por tanto, la razón es la posibilidad, común a los surgimientos originarios, de desarrollarse, de abrirse, de devenir puros, de que se expresen y se pongan en relación".
"La razón, ligada a la existencia, por la que está producida y sin la que perecería, posibilita, por su parte, la verdad de la existencia que se realiza y que se manifiesta".
"Aunque la razón no produzca nada por sí misma, y sin embargo, puede, estando presente en el corazón íntimo de todo lo abarcador, despertar al todo, efectuar su realización y llegar a ser verdad".
"La razón es, en el abandono de todo saber bien determinado, la condición de toda otra verdad".
"La razón -como existencia- existe mediante un salto fuera de la cerrada inmanencia del ente. Parece una nada frente a los fenómenos inmanentes, como es el intelecto".
"La razón es "mística para el intelecto", que se desarrolla también en todas sus posibilidades para crearse su propia comunicabilidad".
"Buscamos entonces la realidad de nuestro propio ser en el ser mismo de nuestra esencia independiente".
"La auténtica realidad es el serque no puede pensarse como posibilidad".
", lo real es lo que hace oposición a todo ser pensado".
"El pensar no puede alcanzar la realidad por sí mismo. Encalla en la realidad".
"También la realidad del pensador mismo precede a su pensar. Somos los dueños de nuestro pensamiento". (De la obra "Paradigma". Ver "Simbiotica´s Blog").

martes, abril 28, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (JASPERS I)

KARL JASPERS (1882-1969)


Nace en Oldenburgo y muere en Basilea. Estudió medicina y trabajó desde 1909 en la Clínica Psiquiátrica de Heildelberg. De 1916 a 1920 fue profesor de psicología en la Universidad de Heildelberg, y desde 1920 Catedrático de Filosofía en dicha universidad. En 1948 se instaló en Basilea, en cuya universidad fue profesor hasta 1961.
Desde 1931 Jaspers estudió la obra de Kierkegaard, pero su punto de partida fue Kant. Según Habernas el existencialismo jaspersiano es un "neokantismo", sin embargo tomó de Kierkegaard la "reflexión sistemática y metódica a partir de la experiencia personal". Como Kant, Jaspers niega la posibilidad del conocimiento absoluto, pues la "cosa en sí" o verdad última es inaccesible a la mente humana. Ese muro infranqueable que separa al sujeto de la verdad objetiva convierte la vida en trascendencia, que no es revelación de una verdad metafísica, sino búsqueda incesante de una orientación en medio de la más radical inseguridad.
También como Kant niega que la existencia de Dios puede demostrarse con argumentos lógicos, ya que Dios no es "revelación", sino "ocultación".
Aunque Jaspers parte de la experiencia personal, su sistema de pensamiento no es una variante del subjetivismo o de la filosofía del yo, puesto que es la comunicación con los otros donde cimenta el sentido de la vida individual. "Ser sí mismo es sólo real en comunicación con otros sí mismos". (Reschenschaft und Ausblick).
Una comunicación intersubjetiva no es un simple contacto en el plano de la convencionalidad, sino que tiene como supuesto previo la toma de conciencia de la persona como ser en sí. Y la comunicación tampoco ha de entenderse como una superación definitiva de la soledad: es un proceso dialéctico que contiene esa alternancia, como momentos constitutivos, tanto el principio de la soledad como el de la comunicación. "Yo no puedo llegar a ser yo mismo sin entrar en comunicación, y no puedo entrar en comunicación sin estar solo". (Philosophie).
Para Jaspers el ser humano enfrenta el mundo con diferentes actitudes: objetivas, que llevan a lo asequible, al movimiento, a la comprensión de su situación y la elección de sus posibilidades; autorreflejadas, que están referidas a cuando nos vemos a nosotros mismos, con nuestras particularidades, nuestro mundo o vida vivida; y entusiásticas, que se refieren a cuando la mirada y la reflexión apunta a lo ilimitado.
En opinión de Jaspers, las imágenes del mundo nos conducen a la comprensión del mundo y a la percepción de la fuerza que encierran para el alma humana. Y estas imágenes pueden ser: sensitivo-espaciales, como la de Giordano Bruno; anímico-culturales, como las que se describen por la historia de las culturas, y la metafísica del propio mundo. Con esta última imagen del mundo percibimos que el mundo busca la totalidad y lo último. De esta forma, Jaspers arriba a la vida del espíritu, afirmando que mientras las imágenes del mundo son "abstracciones que aíslan lo que de hecho existe junto, que tratan como elementos autónomos lo que tiene existencia solamente en servicio o como fenómenos de fuerza", su posición es más profunda que tal imagen del mundo, pues concibe que la esfera del espíritu es más abarcadora, ya que comprende la totalidad de la vida humana. La vida del espíritu llevaría al hombre a llegar a ser sí mismo y la auto-conciencia y la experiencia de la voluntad acontecen en la reflexión, por lo que: "cuanta más conciencia, tanto más sí mismo".
(De la obra "Paradigma", publicada en Biblopia.com)

domingo, abril 26, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (SCHELER)

MAX SCHELER (1874-1928)


Nace en Munich. De madre judía y padre alemán, se convirtió al judaísmo al contraer matrimonio. Estudió en las universidades de Berlín, Heidelberg y Jena.
Se vio influido por el pensamiento de Dilthey (vitalismo historicista), Nietzsche (vitalismo irracional) y Eucken (vitalismo espiritulista), pero fundamentalmente por su maestro Husserl con quien trabajó en Göttingen de 1909 a 1913. Del propio Husserl tomó la pasión por salir al encuentro de "las cosas mismas", aplicando la descripción fenomenológica. Scheler aplicó el método a áreas que todavía no habían sido exploradas por los fenomenólogos, como la vida ética, la emocional, la religión, etc.
Sus obras más importantes son: "Esencia y forma de la simpatía", "El formalismo en la Ética y la ética material de los valores", "De la revolución de los valores", "De lo eterno en el hombre","Escritos sobre Sociología y teoría de la Cosmovisión", "Las formas del saber y la formación", "Las formas del saber y la sociedad" y "El lugar del hombre en el Cosmos".
La trascendencia mayor de su obra se refiere a sus reflexiones sobre los valores ("axiología"). Husserl había puesto el énfasis en la reflexión sobre los objetos intencionales de la razón (las ideas); Scheler lo puso sobre la intencionalidad de las emociones y sus objetos intencionales (los valores). A los valores sólo se puede acceder por la intuición emocional, pues la razón es ciega para el valor.
Para Scheler los valores son siempre los mismos, no cambian, pues hay un "cosmos objetivo de valores", por eso se opone con firmeza a la pretensión de Nietzsche de "crear valores". Scheler opina que lo que cambia es nuestra percepción de los mismos, porque cada época, cada cultura, decubre unos valores e ignora otros.
Scheler nos dice que los valores están ordenados jerárquicamente. Primero están los religiosos (sagrado/profano), luego los espirituales (bello/feo, justo/injusto, verdadero/erróneo), luego los de la afectividad vital (bienestar/malestar, noble, innoble) y en último lugar los valores de la afectividad sensible (agradable/desagradable, útil/dañino).
Lo importante sería vivir en armonía, no optando por unos valores y renunciando a otros, pero hay que vivir los valores inferiores de un modo tal que se encuentren ordenados a los superiores.
La intención de Scheler fue superar el dualismo y la ruptura generados por la falsa opción entre vitalismo y racionalismo.
(De la obra "Paradigma" publicada en Biblopia.com).

martes, abril 21, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (Y HUSSERL V)

Estas vivencias no forman una mera "serie", sino que las unas se van constituyendo a partir de las otras. La constitución de las vivencias es genética: constitución es génesis trascendental. Esta génesis tiene tres aspectos. En primer lugar, un ego no puede tener en un momento una vivencia cualquiera. Dadas unas vivencias, el ego no puede tener sino aquellas que sean compatibles con las anteriores. La compatibilidad constituye un carácter formal de las vivencias en cuanto a vivencias. El primer carácter de su determinación es, pues, la coposibilidad con las vivencias que se han tenido "ya". Y este "ya" expresa la temporalidad de la constitución vivencial.
Pero hay un segundo aspecto en la determinación constituyente: la génesis constituyente es sistemática. Las vivencias constituyen sistema: es el sistema de la conciencia. Dentro de las vivencias compatibles, las vivencias son función unas de las otras: cada una determina intencionalmente las siguientes. Esta determinación y no el fluir psíquico, es lo que constituye el carácter unitario de la conciencia.
Finalmente, como esta funcionalidad sistemática es temporal, la génesis trascendental es de carácter histórico: es una historia trascendental del ego.
La fenomenología al reducir toda la realidad a fenómeno, renuncia a explicar; se limita a comprender. Por tanto, en la génesis trascendental no tengo causas, sino algo completamente distinto: motivos.
Al sistema de vivencias determinado por la evidencia es a lo que Husserl llama Razón.
Toda esta idea de la constitución es una nueva idea de la subjetividad. Frente al subjetivismo psicológico y antropológico, la subjetividad que Husserl concibe es radicalmente distinta: el sujeto no hace el objeto, ni es éste una mera representación mía. Tampoco se trata de un sujeto trascendental en el sentido de Kant: porque, ya lo dijimos, el sujeto no impone sus formas al contenido del objeto. Tampoco se trata de un usual objetivismo. Primero, porque no se trata de una objetividad de los conceptos, sino de todo correlato intencional, y segundo, porque este correlato no es algo que simplemente "está" constituido ante la conciencia, sino que lo está porque la conciencia misma es constituyente. La subjetividad es constituyente. Y este es un nuevo concepto del sujeto. Subjetividad es un hacer que las cosas se vayan manifestando, dándose a la conciencia tales como son en sí. Se trata de un hacer desde mí mismo, pero de un hacer manifestarse. Desde el sistema de mis vivencias, el mundo se va constituyendo y queda constituido como sentido de mi ego en él.
La evidenciación fenomenológica deja a las cosas tales como son. Y si son irracionales, las deja en su irracionalidad. La evidencia de que algo es irracional es para mí la razón de su irracionalidad. Lo irracional, pues, tiene su puesto en la filosofía de Husserl, a la que él llama idealismo trascendental.
(De la obra "Paradigma" publicada en http://www.Biblopia.com/)

viernes, abril 17, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (HUSSERL IV)

Toda conciencia, además de manifestar su objeto, es un "yo puedo" hacerlo más manifiesto. La conciencia no sólo manifiesta, sino que hace manifestarse al objeto. Este "poder" es de índole intencional. No es el poder tener intención, sino el tener la intención de poder tenerlas. El "poder" (können) intencional es esencial al yo; todo yo es no solo un "yo intuyo", sino un "yo puedo intuir". Y es que todo objeto, además de darnos lo que actualmente nos da, es algo que por su propia índole prefija sus manifestaciones ulteriores. Dicho en otros términos: junto a las intenciones "actuales" hay las intenciones "potenciales", que prefijan los sentidos implícitos que competen a cada tipo de objeto determinado. La intención actual prefija las intenciones posibles, y a su vez cada intención posible prefija el curso de ulteriores intenciones actuales. De esta suerte, cada intención y cada intuición es a un tiempo el correlato de un "yo puedo". El carácter sistemático de las vivencias intencionales tiene como correlato objetivo la estructura sistemática del objeto y de su conexión con otros objetos. Y este sistema objetivo es lo que propiamente constituye la esencia, el ser, del objeto.
Este poder de variación del objeto puede aplicarse a éste de las maneras más diversas, incluso en forma meramente imaginaria. Para la conciencia fenomenológica, un objeto imaginado es susceptible de darnos conciencia de lo que es él, al igual que un objeto percibido. La imaginación es, para Husserl, una "cuasi-experiencia".
En la fenomenología constituyente Husserl aborda el problema decisivo de la "constitución" de la conciencia. En ella el sujeto, el ego, nos abre el área de lo objetivo: el ego es subjetividad trascendental. He aquí el problema filosófico radical: la subjetividad, el ego, como constitución trascendental de la objetividad. Al problema del objeto de la filosofía, Husserl respondió con el concepto de reducción. Al problema de la posibilidad de la filosofía, Husserl respondió con el concepto de intuición. Al problema de la cuestión radical de la filosofía responde con el concepto de constitución.
El tiempo es un "ahora" en que tengo la intención del antes y el después. Por esto mientras la conciencia fluye en durée, el tiempo mismo no fluye, sino que es fluencia, el ámbito temporal constituido por la intención del ahora. Solo la durée así "abarcada" en la mismidad de una intención del "ahora" es tiempo.
El tiempo, así fenomenológicamente entendido, es la forma de la constitución. Y en esta forma se constituye tanto la posibilidad de tener noema objetivo, como el sistema de las vivencias mismas.
La unidad del tiempo como estructura intencional de un mismo "ahora", hace posible que, a pesar de la instantaneidad fluente de la conciencia, tengamos intencionalmente el ámbito de una presencialidad permanente. Lo que pasó y lo que aún no es, es presente de un mismo ahora, el mismo ahora que constituye el sentido de la intención por instantánea que sea. La temporalidad hace posible que a pesar del fluir del término de cada intención puntualmente considerada podamos, sin embargo, hablar de un mismo objeto. Sólo por la temporalidad puede haber un objeto que sea "el mismo" para mí. La temporalidad funda, pues, la presencialidad y la mismidad del objeto.
Esta temporalidad fenomenológica es la forma de la constitución no sólo del objeto, sino también de las vivencias mismas en cuanto vivencias mías. No es que sólo cada vivencia sea mía, sino que la serie entera de vivencias en cuanto serie es "mi" Vida vivencial, la vida de un mismo yo, que es justo el mismo gracias precisamente a esta identidad temporal. En el tiempo fenomenológico se constituye, pues, la identidad formal del yo en mis vivencias. El ego no es un soporte extrínseco de las vivencias, sino que es su polo subjetivo. El problema de la constitución es, sobre todo, el problema de como se va constituyendo la serie de vivencias del ego.
(De la obra "Paradigma", de Alejandro Álvarez Silva, publicada en Biblopia.com)

martes, abril 14, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (HUSSERL III)

La conciencia no sólo tiene un objeto, sino que hace que haya objeto intencional para ella, y lo hace desde ella misma. No es que la intentio produzca desde sí misma el contenido del objeto; sería un subjetivismo que Husserl rechaza enérgicamente. Pero lo que la intentio, y sólo la intentio hace, es fundar la posibilidad de la manifestación del objeto intencional tal como éste es en sí mismo. La intencionalidad es el fundamento de la posibilidad de toda manifestación objetiva para mí. La intentio, pues, el "de", es respecto del objeto no una mera correlación subjetiva, sino un a priori de su manifestación. Esta es la creación de Husserl: La intecionalidad no es sólo "intrínseca" a la conciencia, funda desde sí misma la manifestación de su objeto. Y este fenómeno de intencionalidad es lo que temáticamente llama Husserl vivencia.
Precisamente porque la conciencia es intencionalidad, tiene como término suyo un objeto que es su intentum propio, lo que Husserl llama noema.
El noema no es "contenido", sino mero "término" intencional de la conciencia, algo que es manifiesto en ella, pero que no es ella misma ni parte de ella. Este término intencional tiene tres caracteres. Ante todo, lo que acabamos de decir: es algo "independiente" de la conciencia. En la conciencia se nos manifiesta su noema tal como es en y por sí mismo, es decir, con plena objetividad. Objetividad no es realidad, pero el noema no puede darse sin la conciencia.
La conciencia como intentio y como intentum no es sólo de índole cognoscitiva; todo modo de conciencia tien su noema propio. Así, el modo de conciencia que llamamos "estimar" tiene como correlato noemático, objetivo e independiente de ella, el "valor".
La aprioridad de la intencionalidad consiste concretamente en que la intentio es lo que abre el área del sentido objetivo del noema, el cual es, entonces, el sentido objetivo de la intentio. La conciencia es un acto que desde sí mismo abre el área del sentido; es, como dice Husserl, un sinngebender AKT. El sentido del noema no depende de la conciencia sino del noema mismo. Pero que el objeto sea sentido noemático, eso se debe a la conciencia. Y en esto consiste el sinngebender AKT, el acto de "dar" sentido. La unidad del sentido objetivo del noema es justo lo que, según Husserl, es el "ser". Ser es unidad de sentido objetivo. El noema, el puro fenómeno, es ser como esencia. Pues bien, la esencia de la esencia es "ser" como sentido objetivo. Como tal, el ser se funda en la conciencia misma.
La intención de un objeto inmediata y originariamente dado a la conciencia es lo que Husserl llama intuición. Como Husserl ha puesto "entre paréntesis" todo el mundo real, la intuición es entonces pura y simplemente el ver lo manifiesto originalmente manifestado, y tan sólo en cuanto manifestado, es decir, como mero correlato intencional de la conciencia pura.
La intuición directa y originaria de lo dado en cuanto dado, y sólo en cuanto dado, es una evidencia absoluta de lo que "es" lo dado.
Para Kant, el principio supremo es el "yo pienso", una facultad ciega de síntesis. En cambio, para Husserl, el principio radical de la filosofía es una intuición evidente y evidenciadora.
(De la obra "Paradigma", editada en "Biblopia.com")

lunes, abril 06, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (HUSSERL II)

La actitud que Husserl propugna se cifra en un solo concepto: reducción, reducción a fenómeno puro.
Lo que desde el tiempo de los primeros griegos hasta nuestros días constituye el "qué" de algo es lo que se ha llamado su "esencia" (Wesen). Y la esencia es aquello que una cosa "es". Esencia es el ser de las cosas. Por esto el resultado de la reducción fenomenológica es el descubrimiento de la esencia, del ser. En su doble dimensión eidética y trascendental, el fenómeno puro es esencia, es ser: ser hombre, ser piedra, etc. A cambio de haber colocado entre paréntesis la realidad de las cosas sustentada por la creencia fundamental, lo que hemos cobrado es nada menos que el ser mismo de las cosas, su esencia. Y éste es el objeto de la filosofía. El ente de Aristóteles, el objeto de Kant, el hecho científico de Comte y el hecho inmediato de la conciencia de Bergson, ceden el paso, por reducción a fenómeno, a la pura esencia, al ser como esencia.
Toda realidad de hecho es relativa a su esencia, pero en cambio la esencia misma no es relativa al hecho. Puesto en suspenso el carácter de realidad, tenemos ante nosotros algo absoluto. Todo relativismo viene de la realización fáctica de la esencia.
En absoluto no sólo este objeto, sino su manifestación para la conciencia. Cuando percibo algo como realidad, cabría siempre la posibilidad de un error, de una alucinación o ilusión. Pero si suspendo este carácter de realidad, entonces me quedo con lo percibido tal como se manifiesta y en tanto que se manifiesta es una conciencia. El posible carácter alucinatorio o real del objeto de la percepción es perfectamente indiferente. La conciencia en reducción se basta a sí misma; es el único ente que no necesita de ningún otro para ser. Es, pues, el único ser absoluto.
La conciencia es, en su pureza primaria, un nuevo "darse cuenta" de algo: la conciencia es siempre y sólo "conciencia-de", precisamente en cuanto puro darse cuenta de algo. Reducida la actividad mental a este momento de puro darse cuenta, me hallo instalado en la conciencia pura. A esta conciencia pura es a la que es manifiesto el fenómeno o esencia.
La conciencia pura, la "conciencia-de" es algo que sólo es conciencia en cuanto lo es "de" algo. Toda conciencia está dirigida hacia algo. Y este dirigirse hacia algo es lo que desde tiempo inmemorial venía llamándose intencionalidad.
La intencionalidad ante todo es ese momento según el cual la conciencia es algo que sólo lo es "de" otro algo. En este aspecto la conciencia es un intentio, o como dice Husserl, es una noesis. La cuestión está en cómo entiende Husserl este intentio. Por lo pronto, no se trata de una "relación" entre un acto y su objeto; no es un acto concluso frente al objeto, sino que sólo es conclusa como acto en su referencia misma a éste. Dicho en otros términos: el "de" no es una relación de la intentio al objeto, sino que es la estructura misma de la intentio. En su virtud, toda conciencia envuelve intrínsecamente la "existencia intencional" de su objeto. No se trata de una existencia y de un objeto reales, sino de algo distinto: de una existencia y de un objeto intencionales.
(Copyright 2009 -De la obra del autor "Paradigma"-)

viernes, abril 03, 2009

LA FILOSOFÍA AL ENCUENTRO. (Filosofía alemana)

En sucesivas aportaciones, revisaremos de forma global la obra de varios filósofos alemanes que, a mi parecer, representan la cumbre de la filosofía occidental, y que pueden constituir la base sobre la que construir el Paradigma que no hemos empeñado en intentar construir. (Ver la obra del autor "Paradigma").
EDMUND HUSSERL I (1859-1938)
Estudió Astronomía, Matemática, y también Filosofía con "su genial maestro" Franz Brentano, que le incitaría al desarrollo de la fenomenología. DE 1901 a 1916 fue profesor en Gottinga, y después en Friburgo hasta 1928. Fue un verdadero buscador de la verdad, nunca satisfecho con el resultado de sus indagaciones, en su mayor parte publicada después de su muerte. Se consideraba como " perpetuo principiante".
Su obra está dedicada a explicar, partiendo de la conciencia, el mundo fenomenológico en sus múltiples manifestaciones. Como su maestro Brentano, Husserl mantiene la tesis de que la conciencia significa siempre intencionalidad o "conciencia" de algo. La conciencia aprehende (erfassen) los fenómenos externos por medio de la Wesenschan o "intuición esencial", concepción que Husserl expone en sus "Investigaciones lógicas", que aparecen entre 1901 y 1902 y que le darían notoriedad.
Husserl tiene especial cuidado en liberar a la lógica de la psicología. En sus palabras: "La Psicología se ocupa de la conciencia empírica, la Fenomenología de la conciencia pura". (De su obra, "Philosophie als strenge wissenschaft" -"La filosofía como ciencia rigurosa"-).
El filósofo rechaza la filosofía basada en concepciones ideológicas, por eso se distanció no solo del psicologismo, sino también del historicismo hegeliano y neohegeliano, el naturalismo, el realitivismo, el empirismo, el pragmatismo y el escepticismo.
En su opinión, toda realidad objetiva está no solo vinculada a la conciencia, sino que está constituida por ella. Para él, el mundo objetivo no es nada, si no adquiere esencialidad o significación a través de la intencionalidad o trascendencia subjetiva.
Husserl, igual que Kant, define la fenomenología como una "ciencia apriorística" anterior a los hechos. Nos dice: "La fenomenología excluye los resultados del conocimiento obtenidos por las ciencias empíricas". Cree que el paso previo para eludir el conocimiento vulgar o inmediato y ascender a un modo superior de conocimiento es la llamada "reducción eidética" o "epoché", que Husserl la explica como un "desconectar" la realidad (Auschalten), una puesta entre "paréntesis" (In Klammer setzen"). Al ser la intencionlidad común a toda conciencia, Husserl se ve obligado a trasladar el problema de la verdad a la intersubjetividad y el "mundo de la vida", no logrando superar el hipersubjetivismo de su sistema de ideas.
Poco antes de su muerte reconoce no haber alcanzado la meta que se había trazado. Así escribe resignadamente en "Crisis" (1935): "El sueño de la Filosofía como ciencia seria, apodíctica y rigurosa ha tocado a su fin.
La fenomenología de Husserl fue criticada y desechada posteriormente por Derrida ("El problema de la génesis en la filosofía de Husserl") por el problema de la génesis (noción fundamental en la fenomenología husserliana), que para Derrida consiste en que tanto la temporalidad como el significado deben ser generados como actos previos del sujeto trascendental, pero la subjetividad trascendental debe ella misma ser constituida por un acto de génesis. Por tanto, la noción de génesis en el sentido fenomenológico subyace tanto a la temporalidad como a la atemporalidad, la historia y la filosofía, lo que para Derrida es una "tensión" que ve finalmente sin solución.
No obstante, por la importancia sobre los planteamientos acerca de la construcción del Paradigma, seguiremos desgranando los pensamientos de Husserl. (Copyright 2009).

domingo, marzo 29, 2009

LA REALIDAD FÍSICA, por Alejandro Álvarez Silva

La realidad es onda de probabilidad y partícula (ambas). (Dualidad onda-corpúsculo).
La medida tiene que ver con la partícula, es decir, con la interacción, y la interacción es un intercambio de partículas.
La historia (la vida biológica, etc.) sólo puede escribirse sobre sucesos, que realmente son medidas (el suceso está determinado, que en esto consiste una medida). Por consiguiente, como sólo podemos tener constancia de las medidas (sucesos), es como si "nuestra" historia (todas las historias) estuviese construida solamente sobre una parte de la realidad, la que tiene que ver con el suceso, la medida, la partícula que macroscópicamente es lo cotidiano, por eso a esta "cotidianidad" ordinariamente llamamos realidad, pero como vemos, ésta no es la realidad total, la realidad verdadera, que es un aglomerado de solidez-partícula, y evanescencia-onda de probabilidad. (La realidad es discreta, indeterminada).

lunes, marzo 09, 2009

OPERADORES CUÁNTICOS DE CREACIÓN Y ANIQUILACIÓN, por Alejandro R. Álvarez Silva.

Como sabemos, el estado de un sistema cuántico se describe por medio de la función de onda, pues ésta contiene en sí toda la información físicamente de interés, al poder calcularse a partir de ella el valor esperado de cualquier variable dinámica, gracias al amplio uso que se realiza de los operadores matemáticos hermíticos que tienen la propiedad de que sus autovalores son siempre reales. Así lo son todas las magnitudes físicas, llamadas observables.
En Cuántica son de amplio uso los operadores de creación y aniquilación, que son utilizados para "crear" o "destruir", respectivamente, una partícula (fotón, bosón, electrón, etc.) en el estado i en un sistema cuántico determinado.
La integridad de este artículo puede leerse en BIBLOPIA (http://www.biblopia.com/).

domingo, febrero 15, 2009

El porqué de las dimensiones "extra"

http://personales.ya.com/casanchi/fis/porquedimensiones01.pdf

En este artículo se trata de explicar el porqué el físico tuvo que ampliar el número de dimensiones, aparte de las tres espaciales y el tiempo, como artificio matemático que diese explicación a los fenómenos observados en la naturaleza.

El trasfondo físico de la geometría relativista einsteniana

http://www.textoscientificos.com/fisica/articulos/trasfondo-fisico-geometria-relativista-einsteniana

En este artículo se trata de explicar cuál es el verdadero trasfondo que subyace en la formulación geométrica de la Teoria de la Relatividad General de Albert Einstein.

miércoles, diciembre 17, 2008

BOSÓN DE HIGGS


El bosón de Higgs no es más que una "etiqueta" o bandera sobre la que quiere acogerse la propia justificación de los fantásticos gastos en medios y personal realizados por el CERN para construir el engendro tecnológico que supone el LHC (Large Hadron Collider). Ahora bien, el avance que se espera obtener en investigación básica y aplicada, que incide directamente en las mismas fronteras de la Ciencia, sí justificaría este desembolso.
Pero, ¿cuál es en realidad la importancia de la búsqueda del bosón de Higgs?...
Una "justificación física de esta importancia" aparece en el artículo: "Bosón de Higgs: Justificación física". El artículo puede leerse libremente en: "Geothesis.com, "Textoscientificos.com", "Biblopia.com" o "Simbiotica´s" (http://simbiotica.wordpress.com/).

lunes, diciembre 08, 2008

SIMBIOTICA

En la propuesta que llamamos "Simbiótica" nos adentramos en el mundo que se alimenta simbióticamente de la Ciencia y la Filosofía, dando a la primera una orientación que adorna a la pura materia de propiedades emergentes, y a la segunda de unos cimientos fuertes que parten de la propia Ciencia.
También quiere ser, al mismo tiempo, una propuesta para el renacimiento de la Filosofía, pues se establece en un campo extensivo y paralelo al de la Ciencia, dejando a un lado la propia Filosofía de la Ciencia y la Metafísica.
Gracias a "Simbiótica", la Ciencia logra desembarazarse de su tradicional materialismo intrínseco, pues como hemos dicho anteriormente, en ella la materia aparece adornada con nuevas propiedades emergentes.
Si queréis simpatizar con esta línea de actuación o aportar vuestro granito de arena, ver la página situada en el link del título.