domingo, junio 07, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (HEIDEGGER y III)

Que esto sea una estructura puramente pre-ontológica significa que van envueltas en ella posibilidades distintas de enfrentarse con el ser. Para esclarecerlo, Heidegger apela a ese estado de ánimo fundamental que es la angustia. En la angustia, nos dice, parece que se nos escapan todas las cosas, y quedamos flotando en un puro ser vacío de todo ente, sin asidero alguno. Esta pérdida de los entes es el fenómeno de la nada, y aquello en que quedamos flotando es un puro ser sin ente a que asirse. La angustia sólo es posible por la temporeidad.
En el horizonte de la temporeidad comprendemos que el sentido del ser es mucho más vasto de lo que hasta ahora había parecido. Hasta ahora se entendía por ser un carácter de las cosas "que están ahí". Pero este carácter no es más que un modo de ser entre otros, y, además, ni tan siquiera es el modo primario. Hay un modo de ser primario que Heidegger llama Zuhandenheit, neologismo germano difícil de traducir: las cosas en tanto que están a mano, sea para servirnos de ellas, sea para vivir con ellas en el sentido más amplio del término. El ser como algo que está ahí tiene una gran amplitud, ya que uno de sus modos es lo que llamamos realidad. Pero realidad es solamente un tipo de ser dentro de las cosas que están ahí; no todo lo que está ahí es real en el sentido con que, por ejemplo, las ciencias estudian la realidad. Hay otros modos de ser. Ante todo, el ser en el sentido de consistir. Hay además otro modo de ser que es la vitalidad. Hay, finalmente y sobre todo, el tipo de ser que es el Dasein en el hombre. Como este dasein o existencia es tempórea, el ser de la existencia no hace de ésta algo que simplemente está ahí, sino algo que acontece. El ser de la existencia es historicidad.
En definitiva, el ser es lo que preóntológicamente y ontológicamente determina y descubre lo que son los entes; el ser es "como-luz", que decía Aristóteles. La metafísica clásica, según Heidegger, había considerado las cosas en tanto que son; pero nunca se había hecho cuestión del ser en y por sí mismo. Allende la metafísica es menester, pues, una ontología. El objeto de la filosofía es el ser en cuanto tal. Aristóteles nos había dicho que la filosofía se pregunta qué es el ente. Por una sustitución de la palabra ente por la palabra ser, Heidegger reasume casi todas las fórmulas aristotélicas en sentido puramente ontológico.
Heidegger es el filósofo del ser, pero de hecho subordina éste a la prioridad de la Nada, que no sólo es la condición previa para que aparezca el ser, sino también el miedo que atenaza al hombre. En el opúsculo "¿Qué es la metafísica?", dice: "La Nada no es sólo el contra-concepto de lo existente, sino que pertenece originariamente a él".
En los años 1929 y 1930 Heidegger cae bajo la influencia principal de Nietzsche; su lectura confirma su ateísmo y su convicción de "Dios ha muerto", y para él, no sólo el Dios teológico cristiano, sino todos los sucedáneos ideológicos surgidos a partir del Renacimiento y la Ilustración, como el humanismo, el liberalismo, el socialismo, etc.
En su "Introducción a la metafísica", Heidegger constata que Europa está "atenazada" entre Rusia y Norteamérica, que en su opinión representaban la objetividad histórica y real de lo mecánico y cuantitativo, de lo anti-heróico. En sus palabras: "Rusia y América son ambas, metafísicamente hablando, lo mismo; la misma triste función de la técnica desenfrenada y la organización ilimitada del hombre medio". De este modo trataba de justificar su apoyo a Alemania, por ser "el pueblo metafísico" o "más amenazado", para que luchara contra este estado de cosas.
Heidegger advierte de los peligros de la técnica "cuando esta menoscaba nuestra relación originaria con el ser y nos hunde en la factilidad de los entes", instrumentalizándonos y dejándonos atrapar por los objetos que nosotros mismos hemos creado.
Nuestra existencia es preocupación surgida de la angustia de vernos proyectados en un mundo en el que tenemos que ser a pesar nuestra. Provenimos de una nada y nos realizamos como un proyecto que se encamina hacia la muerte, y por eso la angustia es constitución del Dasein, porque es la condición de un "ser caído y solitario" que "ni puede contar con Dios" ni posee remedio alguno a esa condición.
La solución es hacernos responsables de nuestra propia vida, asumiendo nuestra propia muerte sin dejarnos fagocitar en nuestra relación con los objetos y sus funciones. El ocultamiento de lo terrible de nuestra condición transforma nuestra vida en inauténtica.
Así que, según Heidegger, la autenticidad consiste en reconocer que somos un ser para la muerte; ésta es la única vía de acceso a la libertad.
Para terminar, decir que tanto el existencialismo como la hermenéutica, se han construido en parte en un inevitable diálogo con la obra del filósofo. (De la obra del autor "Paradigma" en "Simbiotica´s Blog"):

lunes, mayo 25, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (HEIDEGGER II)

Para Heidegger el ser es algo distinto de la esencia. La esencia es el ente, pero no es el ser. Esta diferencia entre el ser y el ente es lo que Heidegger llama diferencia ontológica. No solo las realidades, sino incluso las esencias de Husserl, pertenecen al dominio de lo óntico; las esencias de Husserl son , pues, para Heidegger, nuevas "generalidades ónticas".
Solo el ser es lo ontológico, y, recíprocamente, lo ontológico concierne al ser en su diferencia con los entes. El sentido del ser es el problema radical de la filosofía; su objeto formal es el ser y no el ente. La filosofía es pura y simplemente ontología.
Husserl había llegado a las esencias ónticas mediante una reducción trascendental de la realidad fáctica, mediante una trascendencia que nos ha llevado de todo lo real a su esencia. Pero este acto no es suficiente, porque el ser no es una cosa o esencia más. El ser es siempre y sólo ser del ente. Por consiguiente, hay que prolongar, en cierto modo, la trascendencia en una línea distinta, la trascendencia que nos lleva de todo ente al ser. Para la constitución del ser ante nuestra mente, el tiempo desempeña también una función constituyente; en él se constituye el sentido del ser. El ser y el tiempo, en su unidad radical, se le convierten a Heidegger, pues, en la estructura del problema ontológico.
Para Heidegger la comprensión del ser es el acceso a todo ente. El hombre es un ente en cada una de cuyas acciones trata de ser de una manera o de otra; cada una de sus acciones se ejecuta, pues, con vistas al ser que se va a ser. Este "en vista de" es justo la comprensión del ser del hombre mismo. Y en esta comprensión va envuelta, por tanto, de una manera imprecisa y pre-ontológica, la comprensión del ser. De ahí que el hombre es el ente que consiste en que le es presente (Da) el ser mismo (Sein). Por esto el ente humano es lo que Heidegger llama Da-sein. El hombre es, pues, aquel ente cuyo ser consiste en la presencia del ser. Por esto no puede entenderse el ser desde el hombre (es el error de toda la antropología filosófica al uso), sino que ha de entenderse al hombre desde el ser, pues el hombre vive con vistas al ser. El hombre es lo que es por y desde el ser. Ahora bien: ser, sistere, desde (ex) algo, es justo lo que se llama ex-sistencia. La esencia del Dasein es, pues, ex-sistir desde el ser, existir con vistas a ser su ser propio para ser sí mismo. Aquí existir no significa el hecho de tener existencia real, sino que significa el modo como llega el hombre a ser lo que es. El hombre no puede caracterizarse ni por tener existencia real ni por ser lo que es, sino por el modo como en lo que es; esto es, existiendo. En definitiva, el hombre como ente es Dasein, y el ser de este ente envuelve como momento suyo la comprensión del ser. Por esto la ontología fundamental es análisis ontológico del dasein, es una análisis existencial. La vida real y efectiva del hombre tiene carácter óntico; sus vivencias todas, lo único que ha entendido Dilthey, son algo óntico; la manera de vivirlas y el tipo de ser que en ellas se plasma es un asunto de la vida personal de cada cual, que ha de resolverse ónticamente. Pero el carácter ontológico de esta vida óntica es la existencia, porque la vida entera es sólo algo vivido en vista del ser. Mientras "vida" es algo óntico, "existencialidad" es algo ontológico.
La existencia (Dasein) se encuentra entre las cosas esbozando sus proyectos y sus posibilidades para existir. Y el horizonte de este esbozo de posibilidades es justo lo que Heidegger llama mundo, algo completamente distinto del mundo como totalidad de las cosas o entes. La comprensión del ser, en vista del cual y desde el cual el hombre existe, es, pues, también, una comprensión del mundo. La comprensión de mí mismo y de todos los entes intramundos sólo es posible porque mi ex-sistencia precede ontológicamente a todo ello. Existo, en efecto, previamente desde el ser para realizar ónticamente mi vida. Mi existencia, pues, es en cierto modo algo "pre-cursor", en el sentido etimológico de la palabra. Entonces el modo de existir desde el ser envuelve formalmente la posibilidad de venir desde el ser que aún no somos, pero vendremos a ser. Este "por-venir" pertenece intrínsecamente al sentido del ser desde el que existimos; el ser de la existencia tiene, pues, intrínsecamente, este sentido de futurición. El ser como pre-anuncio de nuestra propia existencia es lo que llamamos futuro. El futuro, pues, no es un momento posterior del tiempo, sino un momento del ser de la existencia misma.
Y esta unidad de este ser desde el que existimos es lo que Heidegger llama temporeidad. No se trata del tiempo, ni como sucesión ni como durée, ni como fluencia, sino de la unidad del ser desde el ser que existimos; es la tridimensionalidad intrínseca del "ex" mismo. La temporeidad es el tiempo originario; lo demás es tiempo vulgar e impropio, es sólo "ser el tiempo". El hombre, como ente, es Dasein, y el ser de este ente es temporeidad. A esta temporeidad es a la que pertenece, como momento intrínseco suyo, la comprensión del ser. Y por esto es la temporeidad el sentido del ser de nuestra existencia, y por ella estamos allende nosotros mismos, estamos trascendiéndonos.
De esta forma, aún pre-ontológica, es como la trascendencia y la comprensión del ser, a diferencia del ente, pertenecen a la existencia humana. (De la obra del autor "Paradigma". Ver Biblopia.com).

lunes, mayo 18, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (HEIDEGGER I)

MARTÍN HEIDEGGER (1889-1975)


Nace y muere en Messkirch, Baden (Alemania). De familia católica, entra como becario en el Instituto de Constanza en 1906, preparándose para la carrera sacerdotal, la que abandona posteriormente para dedicarse a la filosofía. En 1909 ingresa en la Universidad de Friburgo con el neokantiano Heinrich Ticket. Concluye sus estudios universitarios en 1913 con una tesis sobre "La teoría del juicio en el psicologismo". De 1912 a 1923 fue asistente de cátedra de Husserl, y de 1923 a 1928 Catedrático de Filosofía en Marburgo. En 1929 reemplaza a Husserl como profesor titular en la Universidad de Friburgo, y publica "Kant y el problema de la metafísica". Tres años después llega al puesto de Rector y se afilia al partido nacionalsocialista, pero un año después renuncia a su cargo, lo que no le libró de las duras críticas de sus contemporáneos.
Su primera gran obra es "Ser y tiempo" (Sein und Seit), aparecida en 1927, fecha que coincide con la inestabilidad de la República de Weimar, el ascenso del fascismo europeo y la crisis general de los valores humanistas. "Ser y tiempo" es un ataque filosófico radical contra el espíritu de la época, caracterizado, según Heidegger, por la "caída del Ser" (Seinsverfall). El filósofo parte del supuesto de que el ser ha sido olvidado y que toda metafísica, desde Platón al mismo Hegel, no sólo no había resuelto este problema, sino que por el contrario había impedido su solución.
Heidegger intenta delimitar con precisión los ámbitos de lo ontológico (ser), por un lado, y lo óntico (ente), por otro, escisión que asimila al primero, al ser con la permanencia y la eternidad, en oposición al sumamente efímero y cambiante ente. Dicha escisión prtende eliminarla a través de un enraizamiento del ser en la llamada temporalidad.
Hasta 1942, dedicado intensamente a la labor docente realiza los siguientes cursos: "Introducción a la metafísica" (dictado en 1935 y publicado en 1953), "Lecciones sobre Hegel" (1939), "Hölderlin en la esencia de la poesía" (1936) y "El origen de la obra de arte", base una obra más amplia que titula "Caminos en el bosque".
Al acabar la guerra mundial, se le prohíbe enseñar entre 1946 y 1951, período en el que escribe "Carta sobre el humanismo".
Heidegger intenta establecer una ontología distinta, una superación de la metafísica tradicional que se olvida de la cuestión del ser, mediante una analítica existencial.
El Dasein (ser-ahí) es el hombre, aquel ser que posibilita que el ser esté presente y pueda ser interpretado, pero no ha de entenderse como cosa, sino como un poder-ser, el lugar en el que se manifiesta, y despliega sus posibilidades.
Este poder-ser que es el hombre está condicionado por la facticidad. El Dasein se despliega en el absurdo de lo dado, lugar que le preexiste desde siempre y desde el cual se proyecta más allá de sí mismo, como modo de realizarse como proyecto: no es todavía lo que tiene que ser y ha de dejar de ser lo que ahora es; el hombre es una anticipación de sí mismo porque es un ser-en-el-mundo.
Heidegger propone volcar la fenomenología de Husserl en la hermenéutica, pues aquella no se libra de prejuicios, ni es una descripción neutral y transparente de lo real.
Cualquier respuesta a una pregunta acerca de la realidad está manipulada de antemano, pues siempre existe una precomprensión acerca de todo lo que pienso (consecuencia del uso del lenguaje), y esta precomprensión de las cosas produce una circularidad natural en la comprensión que va de lo incomprendido a lo comprendido, y que ha sido denominada "círculo hemenéutico". Este círculo hermenéutico no es exactmente un límite o un error del conocimiento, sino algo intrínseco al mismo hombre e igualmente inevitable, pero que sin embargo constituye una oportunidad que nos permite conocer el todo a través de las partes y viceversa.
(De la obra del autor "Paradigma", publicada en Biblopia.com)

sábado, mayo 09, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (y JASPERS III)

"Sólo en el movimiento de nuestro existente temporal, mediante él, encontramos una paz que ya no es una angustia paralizante ante lo fáctico privado de posibilidad, sino la perplejidad ante la realidad eterna: paz que se manifiesta en la infinitud de fenómenos temporales y que engendra una satisfacción profunda dentro de la perplejidad".
"En cuanto pienso, existe siempre la posibilidad".
"Intentamos hacer perceptible la realidad con un segundo ejemplo: la realidad se nos aparece como historicidad".
"La eterna realidad no es encontrada como otro subsistente intemporal ni como algo que dura en el tiempo. Mas bien la realidad es para nosotros una transición. Alcanza una existencia precisamente en cuanto se resuelve, de nuevo, como existencia. No logra la forma de la duración, tampoco la de un orden constante, sino la de un naufragio".
"Entre la nada y el todo, siempre sólo como un paso, sin la perfección de una totalidad que abraza al todo, el hombre es, de todos modos, real unicamente como ser histórico".
"La realidad existe sólo en el presente, y como presente es histórica, irrepetible".
"Sólo mediante la historicidad puedo ser consciente del verdadero ser de la trascendencia, sólo mediante la trascendencia el ser caído deviene sustancia histórica".
"Y, sin embargo, es rasgo esencial de la existencia misma el querer ponerse en comunicación con la unidad que junta los elementos más lejanos y a la que pertenecen todos".
"La unidad existe, si existe, sólo en la trascendencia".
"Que lo real no se limita a existir es una experiencia fundamental".
"Lo que siempre existe debe devenir".
"Y, sin embargo, existe trascendencia sólo allí donde cesa la posibilidad, no existe en el tiempo sin la historicidad, y no existe sin la unidad".
"La satisfacción más profunda sólo puede radicar precisamente en la realidad que es la realidad misma, infinita y perfecta, por la cual y en la cual existe todo lo que somos y lo que es para nosotros; pero nos hacemos conscientes de esta realidad, únicamente en el camino de la apariencia, en concreción histórica".
"La trascendencia es la potencia por la que soy verdaderamente libre por su causa. Su lenguaje más claro se expresa a través de mi misma libertad".
"Con el saber de la finitud, esa fe exige la historicidad como el único modo de la realización propia".
"El cerciorarse de la realidad se expresa, pero no se realiza, mediante el pensamiento".
"La filosofía no puede producir el mito. Pues en él está, si está él ahí, la realidad misma: la filosofía únicamente puede jugar con mitos y adivinarlos indirectamente".
"En general se puede decir: aquello que se puede contar únicamente como historia, es la realidad".
"En el filosofar experimento la realidad de la trascendencia, sin mediación, mediante sí mismo, como lo que yo mismo no soy". (De la obra "Paradigma". Ver "Simbiotica´s Blog")

martes, mayo 05, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (JASPERS II)

En su libro "Psicología de las concepciones del mundo", Jaspers analiza las diversas visiones del mundo en figuras representativas. Distintos caminos del pensar, según él, se reflejan en la práctica de la vida, pues la visión del mundo sobrepasa el carácter de generalidad vigente de la concepción científica del mundo: las visiones del mundo son posiciones de la voluntad que se basan en decisiones existenciales.
A nivel planetario Jaspers ve sólo dos alternativas: una es el Weltimperium o "imperio mundial" basado en un poder central, y otra un "orden mundial" (Weltordnung), que asegure la unidad de la Humanidad prescindiendo de aquella unidad de poder. Él se pronuncia por esta segunda opción, siguiendo así las enseñanzas de su maestro Kant, que en sus escritos se había inclinado a favor de una estructura federal como el modelo más conveniente para la regulación de las relaciones entre los Estados. En su obra "La bomba atómica y el futuro de la Humanidad" escribe: "Es necesario crear una situación de paz mundial basada no en el miedo sino en el Derecho. Sin la paz mundial es inevitable el hundimiento de la Humanidad".
Al igual que hemos hecho con otros filósofos, a continuación vamos a entresacar, como muestra de su fino pensamiento, algunos párrafos de su obra "Filosofía de la existencia".
"La verdad de la existencia se acredita como auténtica conciencia de la realidad".
"... la verdad se define formalmente como la revelación de lo otro que nos viene al encuentro..."
"El rasgo esencial de la razón es la voluntad hacia la unidad".
"La razón penetra donde la unidad es destruida siempre, para recoger en la ruptura una verdad de ésta y para impedir que con esta ruptura sobrevenga un quebranto metafísico, es decir, el desgarrarse del ser mismo. La razón origen del orden, acompaña a todo lo que rompe el orden".
"La razón es, por tanto, la voluntad de comunicación total".
"La razón es la penetración continua hacia lo otro".
"Por tanto, la razón es la posibilidad, común a los surgimientos originarios, de desarrollarse, de abrirse, de devenir puros, de que se expresen y se pongan en relación".
"La razón, ligada a la existencia, por la que está producida y sin la que perecería, posibilita, por su parte, la verdad de la existencia que se realiza y que se manifiesta".
"Aunque la razón no produzca nada por sí misma, y sin embargo, puede, estando presente en el corazón íntimo de todo lo abarcador, despertar al todo, efectuar su realización y llegar a ser verdad".
"La razón es, en el abandono de todo saber bien determinado, la condición de toda otra verdad".
"La razón -como existencia- existe mediante un salto fuera de la cerrada inmanencia del ente. Parece una nada frente a los fenómenos inmanentes, como es el intelecto".
"La razón es "mística para el intelecto", que se desarrolla también en todas sus posibilidades para crearse su propia comunicabilidad".
"Buscamos entonces la realidad de nuestro propio ser en el ser mismo de nuestra esencia independiente".
"La auténtica realidad es el serque no puede pensarse como posibilidad".
", lo real es lo que hace oposición a todo ser pensado".
"El pensar no puede alcanzar la realidad por sí mismo. Encalla en la realidad".
"También la realidad del pensador mismo precede a su pensar. Somos los dueños de nuestro pensamiento". (De la obra "Paradigma". Ver "Simbiotica´s Blog").

martes, abril 28, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (JASPERS I)

KARL JASPERS (1882-1969)


Nace en Oldenburgo y muere en Basilea. Estudió medicina y trabajó desde 1909 en la Clínica Psiquiátrica de Heildelberg. De 1916 a 1920 fue profesor de psicología en la Universidad de Heildelberg, y desde 1920 Catedrático de Filosofía en dicha universidad. En 1948 se instaló en Basilea, en cuya universidad fue profesor hasta 1961.
Desde 1931 Jaspers estudió la obra de Kierkegaard, pero su punto de partida fue Kant. Según Habernas el existencialismo jaspersiano es un "neokantismo", sin embargo tomó de Kierkegaard la "reflexión sistemática y metódica a partir de la experiencia personal". Como Kant, Jaspers niega la posibilidad del conocimiento absoluto, pues la "cosa en sí" o verdad última es inaccesible a la mente humana. Ese muro infranqueable que separa al sujeto de la verdad objetiva convierte la vida en trascendencia, que no es revelación de una verdad metafísica, sino búsqueda incesante de una orientación en medio de la más radical inseguridad.
También como Kant niega que la existencia de Dios puede demostrarse con argumentos lógicos, ya que Dios no es "revelación", sino "ocultación".
Aunque Jaspers parte de la experiencia personal, su sistema de pensamiento no es una variante del subjetivismo o de la filosofía del yo, puesto que es la comunicación con los otros donde cimenta el sentido de la vida individual. "Ser sí mismo es sólo real en comunicación con otros sí mismos". (Reschenschaft und Ausblick).
Una comunicación intersubjetiva no es un simple contacto en el plano de la convencionalidad, sino que tiene como supuesto previo la toma de conciencia de la persona como ser en sí. Y la comunicación tampoco ha de entenderse como una superación definitiva de la soledad: es un proceso dialéctico que contiene esa alternancia, como momentos constitutivos, tanto el principio de la soledad como el de la comunicación. "Yo no puedo llegar a ser yo mismo sin entrar en comunicación, y no puedo entrar en comunicación sin estar solo". (Philosophie).
Para Jaspers el ser humano enfrenta el mundo con diferentes actitudes: objetivas, que llevan a lo asequible, al movimiento, a la comprensión de su situación y la elección de sus posibilidades; autorreflejadas, que están referidas a cuando nos vemos a nosotros mismos, con nuestras particularidades, nuestro mundo o vida vivida; y entusiásticas, que se refieren a cuando la mirada y la reflexión apunta a lo ilimitado.
En opinión de Jaspers, las imágenes del mundo nos conducen a la comprensión del mundo y a la percepción de la fuerza que encierran para el alma humana. Y estas imágenes pueden ser: sensitivo-espaciales, como la de Giordano Bruno; anímico-culturales, como las que se describen por la historia de las culturas, y la metafísica del propio mundo. Con esta última imagen del mundo percibimos que el mundo busca la totalidad y lo último. De esta forma, Jaspers arriba a la vida del espíritu, afirmando que mientras las imágenes del mundo son "abstracciones que aíslan lo que de hecho existe junto, que tratan como elementos autónomos lo que tiene existencia solamente en servicio o como fenómenos de fuerza", su posición es más profunda que tal imagen del mundo, pues concibe que la esfera del espíritu es más abarcadora, ya que comprende la totalidad de la vida humana. La vida del espíritu llevaría al hombre a llegar a ser sí mismo y la auto-conciencia y la experiencia de la voluntad acontecen en la reflexión, por lo que: "cuanta más conciencia, tanto más sí mismo".
(De la obra "Paradigma", publicada en Biblopia.com)

domingo, abril 26, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (SCHELER)

MAX SCHELER (1874-1928)


Nace en Munich. De madre judía y padre alemán, se convirtió al judaísmo al contraer matrimonio. Estudió en las universidades de Berlín, Heidelberg y Jena.
Se vio influido por el pensamiento de Dilthey (vitalismo historicista), Nietzsche (vitalismo irracional) y Eucken (vitalismo espiritulista), pero fundamentalmente por su maestro Husserl con quien trabajó en Göttingen de 1909 a 1913. Del propio Husserl tomó la pasión por salir al encuentro de "las cosas mismas", aplicando la descripción fenomenológica. Scheler aplicó el método a áreas que todavía no habían sido exploradas por los fenomenólogos, como la vida ética, la emocional, la religión, etc.
Sus obras más importantes son: "Esencia y forma de la simpatía", "El formalismo en la Ética y la ética material de los valores", "De la revolución de los valores", "De lo eterno en el hombre","Escritos sobre Sociología y teoría de la Cosmovisión", "Las formas del saber y la formación", "Las formas del saber y la sociedad" y "El lugar del hombre en el Cosmos".
La trascendencia mayor de su obra se refiere a sus reflexiones sobre los valores ("axiología"). Husserl había puesto el énfasis en la reflexión sobre los objetos intencionales de la razón (las ideas); Scheler lo puso sobre la intencionalidad de las emociones y sus objetos intencionales (los valores). A los valores sólo se puede acceder por la intuición emocional, pues la razón es ciega para el valor.
Para Scheler los valores son siempre los mismos, no cambian, pues hay un "cosmos objetivo de valores", por eso se opone con firmeza a la pretensión de Nietzsche de "crear valores". Scheler opina que lo que cambia es nuestra percepción de los mismos, porque cada época, cada cultura, decubre unos valores e ignora otros.
Scheler nos dice que los valores están ordenados jerárquicamente. Primero están los religiosos (sagrado/profano), luego los espirituales (bello/feo, justo/injusto, verdadero/erróneo), luego los de la afectividad vital (bienestar/malestar, noble, innoble) y en último lugar los valores de la afectividad sensible (agradable/desagradable, útil/dañino).
Lo importante sería vivir en armonía, no optando por unos valores y renunciando a otros, pero hay que vivir los valores inferiores de un modo tal que se encuentren ordenados a los superiores.
La intención de Scheler fue superar el dualismo y la ruptura generados por la falsa opción entre vitalismo y racionalismo.
(De la obra "Paradigma" publicada en Biblopia.com).

martes, abril 21, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (Y HUSSERL V)

Estas vivencias no forman una mera "serie", sino que las unas se van constituyendo a partir de las otras. La constitución de las vivencias es genética: constitución es génesis trascendental. Esta génesis tiene tres aspectos. En primer lugar, un ego no puede tener en un momento una vivencia cualquiera. Dadas unas vivencias, el ego no puede tener sino aquellas que sean compatibles con las anteriores. La compatibilidad constituye un carácter formal de las vivencias en cuanto a vivencias. El primer carácter de su determinación es, pues, la coposibilidad con las vivencias que se han tenido "ya". Y este "ya" expresa la temporalidad de la constitución vivencial.
Pero hay un segundo aspecto en la determinación constituyente: la génesis constituyente es sistemática. Las vivencias constituyen sistema: es el sistema de la conciencia. Dentro de las vivencias compatibles, las vivencias son función unas de las otras: cada una determina intencionalmente las siguientes. Esta determinación y no el fluir psíquico, es lo que constituye el carácter unitario de la conciencia.
Finalmente, como esta funcionalidad sistemática es temporal, la génesis trascendental es de carácter histórico: es una historia trascendental del ego.
La fenomenología al reducir toda la realidad a fenómeno, renuncia a explicar; se limita a comprender. Por tanto, en la génesis trascendental no tengo causas, sino algo completamente distinto: motivos.
Al sistema de vivencias determinado por la evidencia es a lo que Husserl llama Razón.
Toda esta idea de la constitución es una nueva idea de la subjetividad. Frente al subjetivismo psicológico y antropológico, la subjetividad que Husserl concibe es radicalmente distinta: el sujeto no hace el objeto, ni es éste una mera representación mía. Tampoco se trata de un sujeto trascendental en el sentido de Kant: porque, ya lo dijimos, el sujeto no impone sus formas al contenido del objeto. Tampoco se trata de un usual objetivismo. Primero, porque no se trata de una objetividad de los conceptos, sino de todo correlato intencional, y segundo, porque este correlato no es algo que simplemente "está" constituido ante la conciencia, sino que lo está porque la conciencia misma es constituyente. La subjetividad es constituyente. Y este es un nuevo concepto del sujeto. Subjetividad es un hacer que las cosas se vayan manifestando, dándose a la conciencia tales como son en sí. Se trata de un hacer desde mí mismo, pero de un hacer manifestarse. Desde el sistema de mis vivencias, el mundo se va constituyendo y queda constituido como sentido de mi ego en él.
La evidenciación fenomenológica deja a las cosas tales como son. Y si son irracionales, las deja en su irracionalidad. La evidencia de que algo es irracional es para mí la razón de su irracionalidad. Lo irracional, pues, tiene su puesto en la filosofía de Husserl, a la que él llama idealismo trascendental.
(De la obra "Paradigma" publicada en http://www.Biblopia.com/)

viernes, abril 17, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (HUSSERL IV)

Toda conciencia, además de manifestar su objeto, es un "yo puedo" hacerlo más manifiesto. La conciencia no sólo manifiesta, sino que hace manifestarse al objeto. Este "poder" es de índole intencional. No es el poder tener intención, sino el tener la intención de poder tenerlas. El "poder" (können) intencional es esencial al yo; todo yo es no solo un "yo intuyo", sino un "yo puedo intuir". Y es que todo objeto, además de darnos lo que actualmente nos da, es algo que por su propia índole prefija sus manifestaciones ulteriores. Dicho en otros términos: junto a las intenciones "actuales" hay las intenciones "potenciales", que prefijan los sentidos implícitos que competen a cada tipo de objeto determinado. La intención actual prefija las intenciones posibles, y a su vez cada intención posible prefija el curso de ulteriores intenciones actuales. De esta suerte, cada intención y cada intuición es a un tiempo el correlato de un "yo puedo". El carácter sistemático de las vivencias intencionales tiene como correlato objetivo la estructura sistemática del objeto y de su conexión con otros objetos. Y este sistema objetivo es lo que propiamente constituye la esencia, el ser, del objeto.
Este poder de variación del objeto puede aplicarse a éste de las maneras más diversas, incluso en forma meramente imaginaria. Para la conciencia fenomenológica, un objeto imaginado es susceptible de darnos conciencia de lo que es él, al igual que un objeto percibido. La imaginación es, para Husserl, una "cuasi-experiencia".
En la fenomenología constituyente Husserl aborda el problema decisivo de la "constitución" de la conciencia. En ella el sujeto, el ego, nos abre el área de lo objetivo: el ego es subjetividad trascendental. He aquí el problema filosófico radical: la subjetividad, el ego, como constitución trascendental de la objetividad. Al problema del objeto de la filosofía, Husserl respondió con el concepto de reducción. Al problema de la posibilidad de la filosofía, Husserl respondió con el concepto de intuición. Al problema de la cuestión radical de la filosofía responde con el concepto de constitución.
El tiempo es un "ahora" en que tengo la intención del antes y el después. Por esto mientras la conciencia fluye en durée, el tiempo mismo no fluye, sino que es fluencia, el ámbito temporal constituido por la intención del ahora. Solo la durée así "abarcada" en la mismidad de una intención del "ahora" es tiempo.
El tiempo, así fenomenológicamente entendido, es la forma de la constitución. Y en esta forma se constituye tanto la posibilidad de tener noema objetivo, como el sistema de las vivencias mismas.
La unidad del tiempo como estructura intencional de un mismo "ahora", hace posible que, a pesar de la instantaneidad fluente de la conciencia, tengamos intencionalmente el ámbito de una presencialidad permanente. Lo que pasó y lo que aún no es, es presente de un mismo ahora, el mismo ahora que constituye el sentido de la intención por instantánea que sea. La temporalidad hace posible que a pesar del fluir del término de cada intención puntualmente considerada podamos, sin embargo, hablar de un mismo objeto. Sólo por la temporalidad puede haber un objeto que sea "el mismo" para mí. La temporalidad funda, pues, la presencialidad y la mismidad del objeto.
Esta temporalidad fenomenológica es la forma de la constitución no sólo del objeto, sino también de las vivencias mismas en cuanto vivencias mías. No es que sólo cada vivencia sea mía, sino que la serie entera de vivencias en cuanto serie es "mi" Vida vivencial, la vida de un mismo yo, que es justo el mismo gracias precisamente a esta identidad temporal. En el tiempo fenomenológico se constituye, pues, la identidad formal del yo en mis vivencias. El ego no es un soporte extrínseco de las vivencias, sino que es su polo subjetivo. El problema de la constitución es, sobre todo, el problema de como se va constituyendo la serie de vivencias del ego.
(De la obra "Paradigma", de Alejandro Álvarez Silva, publicada en Biblopia.com)

martes, abril 14, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (HUSSERL III)

La conciencia no sólo tiene un objeto, sino que hace que haya objeto intencional para ella, y lo hace desde ella misma. No es que la intentio produzca desde sí misma el contenido del objeto; sería un subjetivismo que Husserl rechaza enérgicamente. Pero lo que la intentio, y sólo la intentio hace, es fundar la posibilidad de la manifestación del objeto intencional tal como éste es en sí mismo. La intencionalidad es el fundamento de la posibilidad de toda manifestación objetiva para mí. La intentio, pues, el "de", es respecto del objeto no una mera correlación subjetiva, sino un a priori de su manifestación. Esta es la creación de Husserl: La intecionalidad no es sólo "intrínseca" a la conciencia, funda desde sí misma la manifestación de su objeto. Y este fenómeno de intencionalidad es lo que temáticamente llama Husserl vivencia.
Precisamente porque la conciencia es intencionalidad, tiene como término suyo un objeto que es su intentum propio, lo que Husserl llama noema.
El noema no es "contenido", sino mero "término" intencional de la conciencia, algo que es manifiesto en ella, pero que no es ella misma ni parte de ella. Este término intencional tiene tres caracteres. Ante todo, lo que acabamos de decir: es algo "independiente" de la conciencia. En la conciencia se nos manifiesta su noema tal como es en y por sí mismo, es decir, con plena objetividad. Objetividad no es realidad, pero el noema no puede darse sin la conciencia.
La conciencia como intentio y como intentum no es sólo de índole cognoscitiva; todo modo de conciencia tien su noema propio. Así, el modo de conciencia que llamamos "estimar" tiene como correlato noemático, objetivo e independiente de ella, el "valor".
La aprioridad de la intencionalidad consiste concretamente en que la intentio es lo que abre el área del sentido objetivo del noema, el cual es, entonces, el sentido objetivo de la intentio. La conciencia es un acto que desde sí mismo abre el área del sentido; es, como dice Husserl, un sinngebender AKT. El sentido del noema no depende de la conciencia sino del noema mismo. Pero que el objeto sea sentido noemático, eso se debe a la conciencia. Y en esto consiste el sinngebender AKT, el acto de "dar" sentido. La unidad del sentido objetivo del noema es justo lo que, según Husserl, es el "ser". Ser es unidad de sentido objetivo. El noema, el puro fenómeno, es ser como esencia. Pues bien, la esencia de la esencia es "ser" como sentido objetivo. Como tal, el ser se funda en la conciencia misma.
La intención de un objeto inmediata y originariamente dado a la conciencia es lo que Husserl llama intuición. Como Husserl ha puesto "entre paréntesis" todo el mundo real, la intuición es entonces pura y simplemente el ver lo manifiesto originalmente manifestado, y tan sólo en cuanto manifestado, es decir, como mero correlato intencional de la conciencia pura.
La intuición directa y originaria de lo dado en cuanto dado, y sólo en cuanto dado, es una evidencia absoluta de lo que "es" lo dado.
Para Kant, el principio supremo es el "yo pienso", una facultad ciega de síntesis. En cambio, para Husserl, el principio radical de la filosofía es una intuición evidente y evidenciadora.
(De la obra "Paradigma", editada en "Biblopia.com")

lunes, abril 06, 2009

FILOSOFÍA ALEMANA (HUSSERL II)

La actitud que Husserl propugna se cifra en un solo concepto: reducción, reducción a fenómeno puro.
Lo que desde el tiempo de los primeros griegos hasta nuestros días constituye el "qué" de algo es lo que se ha llamado su "esencia" (Wesen). Y la esencia es aquello que una cosa "es". Esencia es el ser de las cosas. Por esto el resultado de la reducción fenomenológica es el descubrimiento de la esencia, del ser. En su doble dimensión eidética y trascendental, el fenómeno puro es esencia, es ser: ser hombre, ser piedra, etc. A cambio de haber colocado entre paréntesis la realidad de las cosas sustentada por la creencia fundamental, lo que hemos cobrado es nada menos que el ser mismo de las cosas, su esencia. Y éste es el objeto de la filosofía. El ente de Aristóteles, el objeto de Kant, el hecho científico de Comte y el hecho inmediato de la conciencia de Bergson, ceden el paso, por reducción a fenómeno, a la pura esencia, al ser como esencia.
Toda realidad de hecho es relativa a su esencia, pero en cambio la esencia misma no es relativa al hecho. Puesto en suspenso el carácter de realidad, tenemos ante nosotros algo absoluto. Todo relativismo viene de la realización fáctica de la esencia.
En absoluto no sólo este objeto, sino su manifestación para la conciencia. Cuando percibo algo como realidad, cabría siempre la posibilidad de un error, de una alucinación o ilusión. Pero si suspendo este carácter de realidad, entonces me quedo con lo percibido tal como se manifiesta y en tanto que se manifiesta es una conciencia. El posible carácter alucinatorio o real del objeto de la percepción es perfectamente indiferente. La conciencia en reducción se basta a sí misma; es el único ente que no necesita de ningún otro para ser. Es, pues, el único ser absoluto.
La conciencia es, en su pureza primaria, un nuevo "darse cuenta" de algo: la conciencia es siempre y sólo "conciencia-de", precisamente en cuanto puro darse cuenta de algo. Reducida la actividad mental a este momento de puro darse cuenta, me hallo instalado en la conciencia pura. A esta conciencia pura es a la que es manifiesto el fenómeno o esencia.
La conciencia pura, la "conciencia-de" es algo que sólo es conciencia en cuanto lo es "de" algo. Toda conciencia está dirigida hacia algo. Y este dirigirse hacia algo es lo que desde tiempo inmemorial venía llamándose intencionalidad.
La intencionalidad ante todo es ese momento según el cual la conciencia es algo que sólo lo es "de" otro algo. En este aspecto la conciencia es un intentio, o como dice Husserl, es una noesis. La cuestión está en cómo entiende Husserl este intentio. Por lo pronto, no se trata de una "relación" entre un acto y su objeto; no es un acto concluso frente al objeto, sino que sólo es conclusa como acto en su referencia misma a éste. Dicho en otros términos: el "de" no es una relación de la intentio al objeto, sino que es la estructura misma de la intentio. En su virtud, toda conciencia envuelve intrínsecamente la "existencia intencional" de su objeto. No se trata de una existencia y de un objeto reales, sino de algo distinto: de una existencia y de un objeto intencionales.
(Copyright 2009 -De la obra del autor "Paradigma"-)

viernes, abril 03, 2009

LA FILOSOFÍA AL ENCUENTRO. (Filosofía alemana)

En sucesivas aportaciones, revisaremos de forma global la obra de varios filósofos alemanes que, a mi parecer, representan la cumbre de la filosofía occidental, y que pueden constituir la base sobre la que construir el Paradigma que no hemos empeñado en intentar construir. (Ver la obra del autor "Paradigma").
EDMUND HUSSERL I (1859-1938)
Estudió Astronomía, Matemática, y también Filosofía con "su genial maestro" Franz Brentano, que le incitaría al desarrollo de la fenomenología. DE 1901 a 1916 fue profesor en Gottinga, y después en Friburgo hasta 1928. Fue un verdadero buscador de la verdad, nunca satisfecho con el resultado de sus indagaciones, en su mayor parte publicada después de su muerte. Se consideraba como " perpetuo principiante".
Su obra está dedicada a explicar, partiendo de la conciencia, el mundo fenomenológico en sus múltiples manifestaciones. Como su maestro Brentano, Husserl mantiene la tesis de que la conciencia significa siempre intencionalidad o "conciencia" de algo. La conciencia aprehende (erfassen) los fenómenos externos por medio de la Wesenschan o "intuición esencial", concepción que Husserl expone en sus "Investigaciones lógicas", que aparecen entre 1901 y 1902 y que le darían notoriedad.
Husserl tiene especial cuidado en liberar a la lógica de la psicología. En sus palabras: "La Psicología se ocupa de la conciencia empírica, la Fenomenología de la conciencia pura". (De su obra, "Philosophie als strenge wissenschaft" -"La filosofía como ciencia rigurosa"-).
El filósofo rechaza la filosofía basada en concepciones ideológicas, por eso se distanció no solo del psicologismo, sino también del historicismo hegeliano y neohegeliano, el naturalismo, el realitivismo, el empirismo, el pragmatismo y el escepticismo.
En su opinión, toda realidad objetiva está no solo vinculada a la conciencia, sino que está constituida por ella. Para él, el mundo objetivo no es nada, si no adquiere esencialidad o significación a través de la intencionalidad o trascendencia subjetiva.
Husserl, igual que Kant, define la fenomenología como una "ciencia apriorística" anterior a los hechos. Nos dice: "La fenomenología excluye los resultados del conocimiento obtenidos por las ciencias empíricas". Cree que el paso previo para eludir el conocimiento vulgar o inmediato y ascender a un modo superior de conocimiento es la llamada "reducción eidética" o "epoché", que Husserl la explica como un "desconectar" la realidad (Auschalten), una puesta entre "paréntesis" (In Klammer setzen"). Al ser la intencionlidad común a toda conciencia, Husserl se ve obligado a trasladar el problema de la verdad a la intersubjetividad y el "mundo de la vida", no logrando superar el hipersubjetivismo de su sistema de ideas.
Poco antes de su muerte reconoce no haber alcanzado la meta que se había trazado. Así escribe resignadamente en "Crisis" (1935): "El sueño de la Filosofía como ciencia seria, apodíctica y rigurosa ha tocado a su fin.
La fenomenología de Husserl fue criticada y desechada posteriormente por Derrida ("El problema de la génesis en la filosofía de Husserl") por el problema de la génesis (noción fundamental en la fenomenología husserliana), que para Derrida consiste en que tanto la temporalidad como el significado deben ser generados como actos previos del sujeto trascendental, pero la subjetividad trascendental debe ella misma ser constituida por un acto de génesis. Por tanto, la noción de génesis en el sentido fenomenológico subyace tanto a la temporalidad como a la atemporalidad, la historia y la filosofía, lo que para Derrida es una "tensión" que ve finalmente sin solución.
No obstante, por la importancia sobre los planteamientos acerca de la construcción del Paradigma, seguiremos desgranando los pensamientos de Husserl. (Copyright 2009).

domingo, marzo 29, 2009

LA REALIDAD FÍSICA, por Alejandro Álvarez Silva

La realidad es onda de probabilidad y partícula (ambas). (Dualidad onda-corpúsculo).
La medida tiene que ver con la partícula, es decir, con la interacción, y la interacción es un intercambio de partículas.
La historia (la vida biológica, etc.) sólo puede escribirse sobre sucesos, que realmente son medidas (el suceso está determinado, que en esto consiste una medida). Por consiguiente, como sólo podemos tener constancia de las medidas (sucesos), es como si "nuestra" historia (todas las historias) estuviese construida solamente sobre una parte de la realidad, la que tiene que ver con el suceso, la medida, la partícula que macroscópicamente es lo cotidiano, por eso a esta "cotidianidad" ordinariamente llamamos realidad, pero como vemos, ésta no es la realidad total, la realidad verdadera, que es un aglomerado de solidez-partícula, y evanescencia-onda de probabilidad. (La realidad es discreta, indeterminada).

lunes, marzo 09, 2009

OPERADORES CUÁNTICOS DE CREACIÓN Y ANIQUILACIÓN, por Alejandro R. Álvarez Silva.

Como sabemos, el estado de un sistema cuántico se describe por medio de la función de onda, pues ésta contiene en sí toda la información físicamente de interés, al poder calcularse a partir de ella el valor esperado de cualquier variable dinámica, gracias al amplio uso que se realiza de los operadores matemáticos hermíticos que tienen la propiedad de que sus autovalores son siempre reales. Así lo son todas las magnitudes físicas, llamadas observables.
En Cuántica son de amplio uso los operadores de creación y aniquilación, que son utilizados para "crear" o "destruir", respectivamente, una partícula (fotón, bosón, electrón, etc.) en el estado i en un sistema cuántico determinado.
La integridad de este artículo puede leerse en BIBLOPIA (http://www.biblopia.com/).

domingo, febrero 15, 2009

El porqué de las dimensiones "extra"

http://personales.ya.com/casanchi/fis/porquedimensiones01.pdf

En este artículo se trata de explicar el porqué el físico tuvo que ampliar el número de dimensiones, aparte de las tres espaciales y el tiempo, como artificio matemático que diese explicación a los fenómenos observados en la naturaleza.

El trasfondo físico de la geometría relativista einsteniana

http://www.textoscientificos.com/fisica/articulos/trasfondo-fisico-geometria-relativista-einsteniana

En este artículo se trata de explicar cuál es el verdadero trasfondo que subyace en la formulación geométrica de la Teoria de la Relatividad General de Albert Einstein.

miércoles, diciembre 17, 2008

BOSÓN DE HIGGS


El bosón de Higgs no es más que una "etiqueta" o bandera sobre la que quiere acogerse la propia justificación de los fantásticos gastos en medios y personal realizados por el CERN para construir el engendro tecnológico que supone el LHC (Large Hadron Collider). Ahora bien, el avance que se espera obtener en investigación básica y aplicada, que incide directamente en las mismas fronteras de la Ciencia, sí justificaría este desembolso.
Pero, ¿cuál es en realidad la importancia de la búsqueda del bosón de Higgs?...
Una "justificación física de esta importancia" aparece en el artículo: "Bosón de Higgs: Justificación física". El artículo puede leerse libremente en: "Geothesis.com, "Textoscientificos.com", "Biblopia.com" o "Simbiotica´s" (http://simbiotica.wordpress.com/).

lunes, diciembre 08, 2008

SIMBIOTICA

En la propuesta que llamamos "Simbiótica" nos adentramos en el mundo que se alimenta simbióticamente de la Ciencia y la Filosofía, dando a la primera una orientación que adorna a la pura materia de propiedades emergentes, y a la segunda de unos cimientos fuertes que parten de la propia Ciencia.
También quiere ser, al mismo tiempo, una propuesta para el renacimiento de la Filosofía, pues se establece en un campo extensivo y paralelo al de la Ciencia, dejando a un lado la propia Filosofía de la Ciencia y la Metafísica.
Gracias a "Simbiótica", la Ciencia logra desembarazarse de su tradicional materialismo intrínseco, pues como hemos dicho anteriormente, en ella la materia aparece adornada con nuevas propiedades emergentes.
Si queréis simpatizar con esta línea de actuación o aportar vuestro granito de arena, ver la página situada en el link del título.

jueves, noviembre 27, 2008

El cañón del Río Lobos


La ermita del cañón del Río Lobos
Por qué mirar los misterios más allá de nuestra vista, en lo más lejano, en recónditos mundos, si lo más bello, adornado con el más refinado misterio, lo tenemos ante nuestros ojos. En estas fechas una escapada a este singular lugar abrirá nuestro espíritu a horizontes más sugerentes, fuera de las preocupaciones cotidianas.

domingo, noviembre 23, 2008

NUESTRA HERENCIA



IMAGEN PARA EL
RECOGIMIENTO
(Ribadavia -Ourense)

lunes, noviembre 17, 2008

TEMPORADA DE SETAS


Tiempo de setas en la sierra de Guadarrama
Nueva temporada de setas en la zona de Peguerinos y Santa María de la Alameda (2008).
La afluencia de "seteros" este año está alcanzando un nuevo récord. Para los rezagados, aún están a tiempo.

miércoles, noviembre 12, 2008

UN NUEVO HUMANISMO (y V)

UN NUEVO HUMANISMO (y V)
Después del estructuralismo se abrió la posibilidad a nuevas alternativas, pero también, y a la vez, acechaban otros peligros. Tras largos años de realtivismo cultural que dejaron desarmado el pensamiento racionalista y democrático, ha venido el auge de la sin razón del fanatismo y la violencia de los fundamentalismos religiosos, raciales y étnicos, que tanto de Oriente como de Occidente, y bajo el nombre de "multiculturalismo", defiende anacrónicas y arcaicas formas de vida.
Es preciso que frente a los dogmáticos fundamentalistas, se vuelva a reivindicar la libertad de expresión, el diálogo democrático, etc. Y contra el relativismo se debe admitir que no todas las opciones tienen la misma validez; valores como la libertad, la igualdad y los que se establezcan en "el paradigma" a construir, están muy por encima de otros.
Hay injusticias particulares, pero para encararlas primero hay que creer en la justicia como un valor universal. Las libertades individuales y los derechos humanos, al relativizarlos, como dijo el propio Lévi-Strauss, corren el peligro de dejar de ser inalienables.
Aunque el mismo concepto de humanismo ha sido muy "manido" a lo largo de los años, al ser apellidado sucesivamente de clásico, moderno, cristiano, ateo, socialista, marxista, etc. encontramos en el humanismo defendido por Juan José Sebrelí en su obra "El olvido de la Razón", una base interesante para construir "el Paradigma". Sebrelí concibe el humanismo como "una forma de antropología filosófica que afirma el desarrollo histórico y la autonomía del hombre con respecto a toda entidad sobrehumana, sea ontológica, religiosa, social o política". Y lo vincula "al conocimiento racional, la moral laica y el sistema político democrático que garantiza las libertades individuales y los derechos humanos", adscribiéndolo "a una concepción universal y progresiva de la historia".
También es útil para la construcción del Paradigma, la filosofía que propone el autor de "El olvido de la Razón": "Una filosofía opuesta al relativismo y al nihilismo como al dogmatismo y al autoritarismo", que "tenderá a una sistematización abierta e incompleta", que vaya aproximándose de forma gradual a un conocimiento objetivo, en un progreso continuo hacia un absoluto que nunca se alcanzará del todo "porque su plenitud significaría el fin del pensamiento y el fin de la historia".
Sí debemos tener una convicción profunda en el destino de la humanidad, en lo que he denominado la "estirpe humana", a cuya preservación nos debemos todos, sin olvidar, por supuesto, el bienestar de las demás especies, en una armonía en que la reciente concepción ecológica nos ha situado: ¡el hombre y su entorno, su circunstancia, son una misma cosa!
Este humanismo de nuevo cuño que nos acerca a las estrellas bebe de muchas fuentes... pero debe seguir "la herencia de Platón": ¡Es el espíritu, el arcaico y novísimo espíritu, el que volverá a guiar sus pasos!
(De la obra "Paradigma". Copyrigt 2008)

viernes, noviembre 07, 2008

UN NUEVO HUMANISMO (IV)

UN NUEVO HUMANISMO (IV)


Para Teilhard, entre el animal y el hombre no hay sólo una diferencia de grado, sino de naturaleza; cada especie tiene una esfera psíquica apropiada determinada por el lugar que cada especie ocupa en el árbol de la vida.
El padre Teilhard utiliza el término "previda" para referirse al episodio "inorgánico" del cosmos, teniendo el sentido de anticipación de la llamarada vital que en el futuro avasallará el interior de esas partículas. En ellas ya existe la llama de la vida, el fluido vital, ese "élan" bergsoniano que se exteriorizará en el momento preciso. Y es que la Materia guarda en sí misma todas las potencialidades de la vida.
Para Teilhard, la inteligencia humana está ya bastante prefigurada en la preinteligencia que representa el instinto. La Materia es la matriz del Espíritu, pero la Vida no forma parte de la esencia de la Materia.
Teilhard llama "las libertades" al contenido consciente que habita en el interior de la Materia. También supone que vivencias y percepción constituyen las notas básicas de la "inteligibilidad".
La Materia crea la ilusión de la diversidad, de la multiplicidad, cuando la auténtica realidad es el Espíritu, el ser, que es la Unidad. El camino de la consciencia, del psiquismo, es la condensación, la concentración en sucesivas síntesis.
A la energía del cosmos, el padre Teilhard la identifica con el amor. Cuando las personas acceden a la cumbre del Ser Personal, no disminuyen su onticidad, como piensan los panteístas, diluyéndose en el ser divino, sino que acentúan su autoposesión.
Para el padre Teilhard el Espíritu es un fenómeno, y gracias al Espíritu, el Universo desde su origen hasta el presente, cobra una nueva fisonomía, la de la coherencia.
La Evolución es la energía que transforma el fenómeno a lo largo del tiempo y el espacio. Pero la concepción dinámica del ser que preconiza el padre Teilhard tiene que ser armonizada, por encima de cualquier cosa, con la ontología del ser creado.
El factor tiempo, para Teilhard, se ha incrustado en la esencia del ser, dotándolo de movimiento, de energía.
La energía cósmica, centralizada en el hombre, tiende hacia el Pleroma, o unión ultraenergética con lo Uno, pero sin posible confusión, puesto que el Punto Omega absorbe, sin diluirlo, lo personal, a través de un movimiento, de una energía, de las cosas, el hombre hacia el Omega; movimiento al que llama "amor". Amor que consiste en un mirar de todos, la Humanidad, en la misma dirección (Punto Omega).
Teilhard nos dice que el Autor de la creación es Dios, por lo que en este sentido, es el Alfa. Pero también Dios es la culminación de la Evolución, el Omega. Es, pues, Principio y Fin. Así que, el Mundo es lo que queda encerrado en ese "entreparéntesis" que es Dios.
El tiempo aparece, así, como el nuevo "demiúrgo" de un crecimiento permanente, gracias a la integración que de él hacemos. Nosotros mismos lo incorporamos como duración, en el curso de nuestra vida.
La concepción cósmica global de Teilhard de Chardin, pues, es la de un Universo en continuo crecimiento o enriquecimiento ontológico, evolucionando apoyándose en el sustrato de su estructura atómico-molecular, y centralizado y dirigido en y para el hombre respectivamente. Humanización del cosmos o cosmización del hombre, quien da al primero el sentido direccional ascendente que marca el itinerario del Alfa al Omega.
La imagen sublime del Universo teilhardiano entroncado en el mismo Dios, posee un indudable atractivo. La Materia, la Nada (sin "espiritualización" alguna) se va empapando del Espíritu, en su lento caminar hacia la Unidad Suprema.
Partiendo de todas esta ideas es fácil adentrarse en una especie de "nuevo humanismo", que seguramente marcará nuestro futuro, dirigiéndonos, sin solución de continuidad, hacia "el paradigma" que buscamos.

sábado, noviembre 01, 2008

UN NUEVO HUMANISMO (III)

UN NUEVO HUMANISMO (III)


El hombre como persona trasciende los mismos límites espacio-temporales que le contiene, poniéndose en comunicación con lo supracósmico, o el Espíritu que mora en la bóveda de lo Absoluto.
La Reflexión es el tránsito entre un psiquismo inconsciente, a uno consciente, en donde las propiedades psicofísicas, psicoquímicas y neuronales, no sólo son ya fuentes, sino puentes o instrumentos, de otra actividad más elevada, la del espíritu por medio de la Reflexión.
Para Teilhard, la vida cósmica, la vida orgánica y la vida reflexiva, son tres estados que se unifican o reúnen en un cuarto y decisivo que es la vida metacósmica, donde la trascendentalidad es su nota más característica.
El padre Teilhard descubre un sentido de "convergencia" en la Evolución, y este nuevo sentido hace que el hombre no se considere "extraviado" en el concierto cósmico, sino más bien, como una "flecha" direccional de la Evolución.
Para Teilhard, el hombre es necesario para la Evolución, y por ser necesario, la Evolución preparó el terreno para su aparición, así que, a la fuerza, la Evolución tenía que desembocar en el hombre.
La "ontogénesis de fondo" lleva a toda la Materia hacia lo más complicado y lo más consciente, en la llamada ley de la "complejidad-conciencia" formulada por el padre Teilhard y que indica que a mayor complejidad mayor conciencia.
La conciencia ha evolucionado a partir de una fase difusa, apenas perceptible, hasta su radicación en el ser humano. En el hombre se ha encontrado consigo misma, se ha convertido en consciente, en conciencia reflexiva, de ahí que el hombre no sólo "sabe", sino que "sabe que sabe".
El hombre, lentamente, comienza a encontrarse con los otros hombres, a correflexionar. El yo empieza a descubrir al tú, el uno al otro. Comienza una leve, pero ascendente, solidaridad. Es la malla que cubrirá paulatinamente la Tierra.
Para Teilhard, el contacto comunitario, la solidaridad, el sentirse parte de un todo, al que llamamos "Humanidad", permite "sentir" la cercanía del "tú". Es como si la vinculación al Ser no fuese más que una vinculación a un ser.
Teilhard define la Noosfera como "una membrana continua de lo Pensante alrededor de toda la Tierra", es la materia altamente espiritualizada.
El "yo" de cada uno de nosotros, aún, no se siente comprometido con el "otro", no es un "tú" frente al "yo", dualidad esencial para que exista el verdadero diálogo, pilar de la Humanidad.
Según el padre Teilhard, entre el "yo" y el "tú" (prójimo) debe existir una corriente de amor, gratuito, desprendido, pero, también trascendente, que no se detenga en el prójimo, sino que continúe hasta el verdadero destinatario del mismo, Dios.

martes, octubre 28, 2008

UN NUEVO HUMANISMO (II)

UN NUEVO HUMANISMO (II)


Otro eje fundamental, a mi modo de ver, en la construcción del Paradigma es la cosmovisión del científico y filósofo jesuita francés Teilhard de Chardin (1881-1955). La intuición que refleja su pensamiento es fruto de una meditación en su interioridad, que puede sernos muy útil.
De forma muy resumida haré un bosquejo de sus ideas, tomado de mi obra "El parto de Dios".
La Ciencia debe convertir a la realidad, en su dualidad espíritu-materia, en su objeto, integrando en una unidad tanto el objeto como el sujeto. La materia espiritualizada, sublimada, humanizada es el núcleo de las cosas, conformadora de la Totalidad, es la materia integral.
La Evolución es el desdoblamiento de esta materia integrada, su paulatina y creciente espiritualización y sublimación hasta la confluencia en la punta de flecha de la Evolución: el Hombre.
La potencia reflexiva que adorna al hombre es un estado superior que la Evolución ha alcanzado. Y es que el hombre no sólo da sentido a lo demás humanizándolo, sino que puede autocontemplarse, descubriendo el mundo de la conciencia consciente.
Un principio esencial del ser es que aspira a continuar siendo, a "permanecer" en el ser. Pero, también aspira a "seguir siendo", y sobre todo, seguir siendo... más, o sea más de lo que ahora es. Solo un ser perfeccionante, evolucionante, puede satisfacer esa necesidad interna de ser continuamente más. Esa aspiración a ser cada vez más, es un ansia de querer enriquecer continuamente su ontología u onticidad.
Para Teilhard, el mundo lleva el sello del Espíritu, disimulado entre los fenómenos físicos. Por eso el ser humano siente una especie de ligazón que le ata al Universo. El hombre, pues, es una realidad vinculada al Universo.
En el ente del hombre confluyen el ser con su absolutación (el hombre no "casi es", sino que "es" ser - ser pleno) e intemporalidad, y el tiempo que es consustancial al Universo. Es decir: lo absoluto que es el ser y lo absoluto que es el tiempo. Ambos parecen unificados en él.
El padre Teilhard dice que la energía físico-química, cósmica del principio, la energía biológica posterior, ha sido sustituida en el hombre por el amor, síntesis de la pasión y la emoción.
Para Teilhard, el amor es la búsqueda de lo otro, para su encaje con lo amado. El Proceso de Personalización finaliza en el tú a tú con el Espíritu, con la adquisición de una nueva conciencia humana. En su opinión, personalidad e individualidad son opuestas en el hombre; en el punto Omega, la individualidad se apaga, mientras que la personalidad brilla aún más.
Espiritualidad y libertad son las cualidades que describen a la persona. El hombre evoluciona aflorando el espíritu en su esencia; gracias a la libertad, el ser personal crea, pues su vocación es la de crear.
El hombre descubre su interior por la reflexión, mediante la introspección, descubriendo que está compuesto por ser y no ser. Onticidad y nada conviven, pues, en él. El choque entre estos dos factores ocasionan dolor, sufrimiento, angustia existencial. Según Teilhard, la nada siembra la duda, la vacilación, la temporalidad en la precaria onticidad humana.
Para Teilhard, el mal es la inclusión de la nada en el ser, la precariedad óntica de la realidad humana, que no tiene otra solución, otro antídoto, que la inmortalidad, permanencia garantizada en el ser, participando en la eternidad de Dios, máxima garantía de la inmortalidad. La Evolución se desenvuelve a partir de la Materia, y dicha "cosmogénesis" es irreversible, dirigiéndose a una meta, al absoluto, la Divinidad, porque, como movimiento que es, ha de tener un principio y un fin.
Para Teilhard, la Materia es precaria, paraíso negativo del mal y la nada, puesto que la Materia está lejos del ser. Pero la realidad surge de la materia, como el hombre, por ello, participa de las mismas miserias que la Materia, pero también de sus grandezas, de su espiritualización, que permitirá su futura armonización con el Espíritu. Ambos extremos se fusionarán en una eterna y celestial simbiosis, el Punto Omega.

miércoles, octubre 22, 2008

UN NUEVO HUMANISMO (I)

UN NUEVO HUMANISMO (I)


Como siempre se dijo, la "necesidad" obliga a los hombres a unirse, la necesidad o algo percibido por todos como un peligro. El hombre actual, antes que tarde, se transformará en "hombre galáctico", y entonces los sobresaltos, además de los ya conocidos (terrorismo, amenaza atómica, cambio climático, etc.), pueden venir "del exterior", oportunidades y peligro a la vez, como se presenta en cualquier aventura. Ese reto magnífico de la aventura espacial, a la que el hombre no puede sentirse ajeno, pues supondría un suicidio a un plazo medio, será el aglutinante del género humano, de la estirpe humana, y sobre él debe edificarse "el Paradigma" que tenga como primera característica, una vez más "por necesidad", su "constancia" a lo largo de grandes períodos de tiempo, como amortiguación ante los peligros de "autodestrucción" que últimamente ha representado el desbocado desarrollo de la Tecno-ciencia.
En la obra del autor "Paradigma" se establece la tesis de la conveniencia de seguir lo que habiamos denominado "la herencia de Platón" y no la llamada "herencia de Aristóteles", para alcanzar el paradigma buscado.
El repaso a la pura filosofía, en la que el genio alemán destaca sobremanera, es una herramienta que considero básica para el objetivo propuesto. No obstante, se sugieren y se ponen sobre el papel unos puntos básicos en la dirección de la recuperación del camino hacia la "interioridad", en los que la "ontología del ser" es parte principal. Creo que formará parte sustancial del Paradigma de la sociedad venidera el auge de la Meditación, el desarrollo de nuestra autoconciencia. (Ver la obra del autor "Ciencia y meditación" -Editorial "Letra Clara").
Además, creo que una serie de "lemas" podrían formar parte del Paradigma:
Es preciso ir hacia la preeminencia de la individualidad sobre el puro gregarismo.
El amor debe siempre prevalecer sobre la compasión.
En ese desarrollo de la autoconciencia, la libertad en las estructuras sociales es básica para que estas últimas permitan el fomento, fortalecimiento y crecimiento de las "potencialidades" individuales.
El respeto a la idiosincrasia de cada pueblo, a su cultua, religión y costumbres debe ser prioritario.
Una permanente lucha contra todo lo que suponga alienación de las mentes, como las realidades artificiales poporcionadas por los distintos tipos de droga, debe formar parte de nuestra "moralidad".
Otras cuestiones también pueden aportar su grano de arena a la "construcción del Paradigma".
De la obra de Julián Fernández Gutiérrez "¿Qué es lo ultrahumano?", entresacamos algunas:
"El arte, todas las manifestaciones de éste así como la moral y la filosofía, como las religiones, han sido estimulantes, vamos a decir así, del sentimiento. Todo el problema de la Creación es entendimiento y, por ello, las mentes intuitivas de las generaciones anteriores se dirigían a potenciar éste. Porque si reparáis en otra cosa, al lado de los constructores de religiones, de aquellos hombres grandes sentidores alrededor de cuyo núcleo se construyeron las religiones y los conceptos morales ha habido otros sentidores de parecida categoría que han sido los artistas todos, y cuya misión consistió en ir introduciendo en el mundo un poquito de sentimiento, ir haciendo sentir a la humanidad. Ese Miguel Ángel, Beethoven, Wagner, Goya, El Greco, Goethe, Cervantes, Homero, Shakespeare y tantos otros (no puedo meter a todos) han ido derramando, con sus creaciones, el presupuesto, las bases, para que la humanidad fuera sintiendo."
Y también: "Sólo permanece la idea, esa vibración impalpable". "Todo el mundo ha tenido razón, su razón".
"Cada filósofo es una singularidad y que el ve la vida desde un punto de vista suyo".
"No somos más que materia pura, desde que nacemos. Mera materia, sí; así de claro como dicen los de la orilla opuesta. Pero esto es lo más maravilloso y, al mismo tiempo, divino. Que esta materia piense, que esta materia sienta y que esta materia accione".
"No es el alma que escapa cuando mueres, en cada instante ha escapado algo de ti mientras estás vivo".
"Pero ya saldrán otros humanos mejor dotados para ir perforando, ampliando, esta brecha de dotar al mundo de una nueva filosofía que, en realidad, tiene que ser una ciencia trascendente, sólo eso. Con esto es suficiente".
(De la obra "Paradigma". Copyright 2008)

viernes, octubre 10, 2008

AMOR Y CREACIÓN (y III)

AMOR Y CREACIÓN (y III)


La afirmación de ser Dios, siempre hay que referirla al llamado "Cuerpo Místico" (concepto que gusta usar a este autor, pero que puede asimilarse en verdad a la "Unidad múltiple", todo un misterio que supera nuestra misma inteligencia y que es patrimonio del Ser Supremo), así que no es que nos "identifiquemos" con Dios, sino que formamos parte de Él -su Cuerpo Místico-; si queremos, mejor, es una "identificación" referida a la "Unidad múltiple".
El enfoque anterior nos da unas perspectivas muy amplias, ayudándonos a resolver cuestiones fundamentales que en muchísimas ocasiones han inducido a error (aún a quien escribe), por ejemplo, en lo concerniente a la separación entre animales y otros seres "inferiores" con el hombre en lo que supone el grado de "dignidad suficiente" para la aparición de la Moral, y el acceso al mismo Paraíso. Gracias al citado enfoque quedan obviados los tabúes tan manidos de la imposibilidad del alcance celestial de tales seres "inferiores". La realidad es que tanto seres humanos, como los demás seres participan de o en dicho "Cuerpo Místico".
El error de muchas religiones (entre ellas las hinduistas) ha sido considerar que mientras el Ser no se deifique (identificación con Dios) no puede unirse a Él, de ahí el Samsara y la cadena de reencarnaciones (hasta que en una de ellas -en un tiempo, tal vez prácticamente infinito- pueda alcanzarse la Iluminación).
La clave está en los diferentes "lugares" del "Cuerpo Místico" en que queden "incluídos" cada uno de dichos seres, mucho más "relacionados" con el polo de la emoción-sensación que el de la información-representación. (Todo Ser es un aglomerado de sensación y representación).
Habría que recordar, en honor a situar cada cuestión en su punto justo, que algunos seres (por ejemplo, las mascotas), tiene un "encuadre" en el Cuerpo Místico muy "mediatizado" por los propios seres humanos con los que están íntimamente relacionados -es a través o por intermedio de los mismos que se "engarzan" con la divinidad.

martes, octubre 07, 2008

AMOR Y CREACIÓN (II)

AMOR Y CREACIÓN (II)


La Creación, pues, fue inevitable. Una vez que Dios apareció, la Creación fue inmediata. Lo mismo acontece respecto a nosotros y nuestros "actos creativos". Ahora bien, ¿cuáles son los límites de esa "correspondencia"? Dios nos creó por amor, pero ¿cuánto amor "debes" desarrollar hacia tu creador en aras de la justa correspondencia?... En mi opinión, viene definida por aquel mandato: "Ama a tu prójimo como a ti mismo"... Si a "tu prójimo" lo identificamos con Dios (el prójimo, internamente es distinto de Dios, pero "desde el exterior" -lo que nos atañe- es como el propio Dios; Dios "mantiene", como si duplicase, nuestra naturaleza, para darla, o para que ocupe "el hueco" en el universo de interrelaciones que es el mundo material), debemos a amar a Dios lo mismo que te amas a ti mismo. ¡Esa es la relación o equivalencia entre amores!... Si lo más prístino del amor es el narcisismo inicial (nuestra identidad), la identidad en la correspondencia indica que dada la variabilidad de los objetos externos (identificados externamente con Dios) y la imposibilidad de su variación a nuestro antojo, es preciso que seamos nosotros internamente los que cambiemos al unísono, para que así "nuestros objetos internos" (nuestro Ser) coincidan con los externos: el mundo o Dios. Todo en clave de amor o apego.
Por consiguiente, nuestro trabajo debe ser de "modelación" de nosotros mismos, armonizándonos con el mundo "sustentado" por Dios. La creación de Dios, el acto divino, requiere por justicia, nuestra voluntad de realización de acciones armónicas con el entorno de nuestro mundo, nuestro universo.
Nuestro "estar en el mundo" no es independiente de todo lo demás, es decir, no podemos erigirnos como creadores independientes, asumiendo el papel del propio Dios. Nuestro "estar en el mundo" tiene que ver indefectiblemente con nuestra propia creación. ¡La aparición desde la Nada, no es una donación gratuita, conlleva el acto libre de la inmersión en Dios! (Como componentes del Cuerpo Místico, somos el mismo Dios, por ello la afirmación anterior es lo mismos que decir que Dios libremente elige ser Dios, así, por este acto de voluntad -diferida- Dios elige crearse -a sí mismo- de la Nada).
Prácticamente, la ética que trasluce todo esto es el acatamiento de la voluntad de Dios en todas sus manifestaciones.
El deseo "unilateral" (el que nace por un impulso interno, no como "pulsión" interna del amor a Dios) es, por tanto, rechazable y no lícito para toda criatura temporal y limitada como nosotros. Lograr o alcanzar tal tipo de deseo (el amor a Dios), debe ser la consecuencia de la reiteración y el empeño en el amor de Dios, para que adopte las características de un hábito que nos acompañe a lo largo de nuestra cotidiana existencia.

miércoles, octubre 01, 2008

AMOR Y CREACIÓN (I)

AMOR Y CREACIÓN (I)


El amor es una necesidad: ¡No es el origen del amor una correspondencia!
Pero al igual que el origen del amor es unilateral, "se ama", la no correspondencia posterior produce dolor en esa reflexión "posterior" del amar: ¡He aquí el origen del odio!
El amor, pues, es como una "extensión" del yo propio, en forma de "apego". Se tiene apego a algo y por eso se le ama: ¡Se necesita amar! Y es que amar es "vivir verdaderamente", no es vivir con la pasividad que conduce al vacío, puesto que amando se "crece", se siente el significado de la vida... Todo Ser, por consiguiente, necesita amar en principio, y aún más que ser amado... La necesidad de amar es prioritaria a la necesidad de de ser amado... Mas una y otra necesidad están muy cerca, pues hay un continuo "movimiento" de reflexión entre ambas, de forma que la falta de la segunda puede llegar a apagar fácilmente la primera... Pero, repetimos, lo primario es la necesidad de amar, y es tanta esa necesidad que el rechazo producido por el "no ser amado", "trastoca" el "objeto" de aquel amor (no se ve igual que antes), y como consecuencia "apaga" el amor, y ese desaire, la imposibilidad del desarrollo de la complacencia en el amor, es un desengaño tan "vívido" que se transforma en odio.
La vacuna contra tal odio, entonces, es la correspondencia en el amor.
Lo anterior, que podría tacharse de banal, no lo es para el "acto creativo", puesto que toda creación parte de un "acto de amor". El amor es el móvil, por ello se crea... No para que lo creado (los seres) alabe a su creador, sino que es una "inmanencia" del creador, una necesidad interna, de expansión del ser interno hacia afuera en forma de amor. Ahora bien, posteriormente, en la observación de la obra creada (reflexión), son otros los sentimientos.
Si el amor nace como una fuerza de adentro hacia afuera, no se ve que sea lo más original "el objeto" del amor, es más, no existiría tal objeto de ese amor si dicho objeto no fuera algo interior al Ser, es decir, una "expansión" del sí mismo hacia el exterior del Ser... Con ello, sí aparecen los objetos, primariamente "equivalentes" al "objeto interno" por puro narcisismo, pero, posteriormente, y de inmediato como objetos independientes que por tal "empiezan a desviarse de esa primera impronta". Y ya transformados en "objetos" (externos al Ser) de ese amor, sólo pueden seguir sustentándose como tales por "correspondencia". La "transformación propia del objeto" como ente transitorio, requiere que los "inputs" recibidos por el Ser (creador), en las sucesivas retroalimentaciones de la correspondencia, no lleguen a "traspasar los límites" definidos por la propia "relación de ese amor", en cuyo caso se produciría el rechazo propio del odio.

sábado, septiembre 27, 2008

LA ATEMPORALIDAD DEL SER (y III)

LA ATEMPORALIDAD DEL SER (y III)


Corolario: "Los seres no están en una reencarnación, en la rueda de las reencarnaciones, como resultado de no poseer la "potencia" suficiente para alcanzar la divinidad... Todo lo contrario, los seres están "dentro de la divinidad" siempre, y no necesitan de esa rueda o cadena de reencarnaciones, ni siquiera el Ser más "insignificante", menos complejo o menos desarrollado".
Al morir cualquier Ser, lo único que queda descompuesto con su cadáver son los "nexos" de conexión con los demás seres, que igual que él están en "período de autocreación". Pero el Ser "completo a su muerte" es imperecedero y parte intrínseca de Dios en la llamada Unidad Múltiple... ¡Identificación sin pérdida de personalidad!
Cabe entonces una verdadera rectificación a nuestra postura expuesta en obras anteriores a "Superego", puesto que no "eleva de nivel" un ser superior a los inferiores (permitiéndoles así entrar en lo que llamábamos Cuerpo Místico). Ese "nivel" lo tenía ya cada Ser, mejor, más que nivel, la "potencia" de la atemporalidad dentro del "Cuerpo" del mismo Dios, de la Unidad Suprema. La finitud, la caducidad de los seres es ficticia... ¡La muerte es la liberación de las cadenas-nexos (universo físico material), que se esfuman para cada Ser como un mal sueño!
La llamada "quiebra de la evolución" (que establecimos en ensayos como "Nada y Dios", etc.) ha de ser interpretada ahora en el sentido de que es la autorreflexión del hombre la que le hace no ascender a la eternidad (algo sustancial para todos los seres), sino consciente de su papel como hijo de Dios en el universo material y por ello copartícipe en su labor creativa: ¡Nos hemos hecho creadores!
La pervivencia y reiteración en la idea de reencarnación es una reminiscencia como meme de la filogenia humana, revivida por los procesos de "rememoración del nacimiento" y otros anteriores.
El universo es movimiento continuo, y la agrupación momentánea o temporal del sistema que forma el cuerpo de un Ser, tarde o temprano, en su movimiento se deshará, se descompondrá, pero esa sólo es la "vestidura" del Ser (aunque una vestidura tan especial que le ayuda a autocrearse). En el mundo de los seres no existe el tiempo, y por tanto el movimiento, así que no hay posibilidad de descomposición, entre otras cosas porque el Ser se alimenta de amor y el amor no es un compuesto.

miércoles, septiembre 24, 2008

LA ATEMPORALIDAD DEL SER (II)

LA ATEMPORALIDAD DEL SER (II)


Mas este "paralelismo" entre universo y Dios, no puede extenderse de igual modo al caso humano, al espíritu humano, por cierto, error muy frecuente que ha contribuido en gran medida a la confusión de ideas del momento actual.
El espíritu del hombre no es su presencia material en el universo, ni tan siquiera el conjunto de su historicidad (desde el nacimiento a su muerte).
"El universo no hace limitado a Dios", ni siquiera el conjunto ilimitado de posibles universos... Ambos serían infinitos, ilimitados.
Pero el hombre en su historicidad es limitado, acotado, finito... y, ¿quién dice que el espíritu humano sea finito?... Aquí el paralelismo falla. La materialidad del universo no "parece" acotar el Espíritu de Dios... Mas la "materialidad" de la "historicidad" del cuerpo humano, sí acota el espíritu humano, lo limita... ¡El espíritu humano sobrepasa con creces los límites de la materialidad del cuerpo!
El espíritu humano en su "interioridad profunda" es parte de la subjetividad absoluta de Dios, y por tanto, atemporal (fuera de la materialidad del espaciotiempo). Ello equivale a una "deificación" del mismo: ¡una subida de nivel desde lo limitado, lo finito, a lo infinito temporal de lo atemporal!
La esencia humana (el espíritu humano) necesita de su presencia en el universo para su "autocreación", presencia finita, material, de toda su historia... La presencia en el universo es finita, pero crea una naturaleza, una esencia que no lo es... El nivel finito de la presencia del hombre (todo es finito dentro del universo material), no significa nada más que el "entrecruzamiento" necesario, o los nexos entre los distintos seres para que pueda ser posible la autocreación de su naturaleza, pero esos nexos no son la "sustancia" del espíritu, diríamos que verdaderamente no tienen nada que ver... Y es que, ya no el hombre, sino todos los seres son en su interioridad profunda atemporales, como "componentes" insustituibles de la "Subjetividad Absoluta". (Realmente todos los seres en conjunto "equivalen y conforman" la Subjetividad Absoluta -es la propia definición de esta última).

viernes, septiembre 19, 2008

LA ATEMPORALIDAD DEL SER (I)

LA ATEMPORALIDAD DEL SER (I)


La maravilla del universo provoca tal admiración que incita a identificar al mismo con la fuerza que lo hizo posible (aún cuando para algunos dicha fuerza reside en sí mismo), así se produce una identificación entre las mayores potencias posibles: Dios y el universo. La Ciencia es (veladamente) uno de los sostenes de tal postura; por ello y para no suponer la existencia de tal Criatura (y es que en el fondo la Ciencia es profundamente materialista, atea), se trata de imaginar un sistema o una teoría en la que no sea necesario un "motor inicial", por el contrario, todo sería producto del "puro azar", y este azar es, por supuesto, totalmente "materialista"... Más, el cómo se llegó a ese punto, llamémosle vacío primordial, o cualquier otro supuesto origen deducido del simple azar, ni siquiera se aborda, simplemente se obvia del entorno de la Ciencia.
Y en verdad pudiera identificarse ese universo, que considerado en conjunto, en toda la flecha del tiempo -pasado, presente y futuro- es prácticamente infinito en el tiempo, e infinito en el espacio, al poder aparecer nuevos big bangs en cualquier localización ( o lo que pudiese asimilarse a tal), con la infinitud del mismo Dios; más si consideramos el maravillosos ajuste entre todas las constantes y magnitudes físicas. Pero Dios, una vez establecido tal paralelismo (con el que, digamos desde ahora, no nos sentimos identificados), no sería el universo "presente" actual, sino todo el universo (sumado a todos los posibles universos) histórico pasado y el del futuro.