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viernes, octubre 18, 2024

Conservación de la Evolución

 El nuevo dogma: "La Evolución actual debe de ser conservada a toda costa".

El pesimismo acerca de la capacidad del ser humano para realizar tal misión, me ha sugerido el alumbramiento de una nueva sociedad separada de la humana actual tras una Transición hacia seres alejados del cainismo que la acompaña.

Dada la magnitud de las amenazas que se ciernen sobre el mantenimiento de seres inteligentes en nuestro inmediato hábitat (planeta Tierra y Sistema Solar), debido a diversas causas, muchas de ellas provocadas por el propio hombre (apocalipsis nuclear, amenazas biológicas globales o químicas, cambio climático, etcétera) o ajenas (caída de meteoritos gigantes, etcétera), no queda más remedio que buscar salidas mucho más realistas para la preservación de la vida, del hombre o de las posibles civilizaciones inteligentes más cercanas. Por mucha convergencia que exista en la evolución de la vida, los 4500 millones de años que se necesitaron para alcanzar el nivel evolutivo actual lo hace irrepetible. Lo más sencillo y viable: la conservación de la Evolución. Y ello requiere la toma de conciencia fehaciente y en consecuencia la aportación de los medios que la puedan hacer posible.



En esa dirección quiero hacerme eco de algunas de las medidas que antaño ya se tomaron pero que requieren un nuevo impulso mucho mas global. Me refiero particularmente a iniciativas como la tomada por Noruega con su Banco Mundial de Semillas de Svalbard o Cámara Global de Semillas, situada en la isla noruega de Spitsbergen, a 130 metros sobre el nivel del mar, construida a prueba de erupciones volcánicas, terremotos de hasta 10 grados en la escala de Richter, a salvo de la radiación solar, y asegurando el posible fallo eléctrico gracias al permafrost (suelo congelado) que hace posible el mantenimiento de las semillas a una temperatura ambiente de -18 grados centígrados o una temperatura natural entre -3 y -6 grados centígrados. Por eso ha sido llamada la "Cámara del fin del mundo".

Todo ello asegura la conservación de una muestra de semillas selladas herméticamente en una bolsa de aluminio con capacidad para 4,5 millones de muestras (en el 2020 ya se habían almacenado 1.074.537 muestras), a salvo de catástrofes naturales o conflictos bélicos.

En ese mismo orden de cosas hay que aplaudir la construcción y desarrollo de los diversos bancos de germoplasma animal de muchos países, pero la conservación de la Evolución debe de dar bastantes pasos más para asegurar no solo la conservación de los distintos genomas de todas las especies vivas del planeta para su uso futuro por el hombre, sino para la posterioridad, para que cualquier criatura inteligente pueda en el futuro utilizarlos, y hasta para que autónomamente la propia vida pueda renacer de sus cenizas, salvando así a la Evolución de ese paréntesis temporal al que aludí: esos fantásticos 4500 millones de años.

Habría que fomentar grandemente la labor de la UNESCO en aras de la Gobernanza mundial, ahora sí, en bien de un fin tan noble como este, continuando y desarrollando sustancialmente las iniciativas que suponen los tratados internacionales sobre los recursos filogenéticos para la alimentación y la agricultura (TRFAA), o la plataforma intergubernamental científico-normativa sobre diversidad biológica y servicios de los ecosistemas (IPBES). Los ocho principales convenios relacionados con la diversidad diversidad suscritos por este organismo no son nada desdeñables, pero hay que ir mucho más allá.

En ese camino me encontrarán y en el fomento de tales iniciativas. La conservación de la Evolución debe de ser un tema prioritario.

sábado, diciembre 16, 2023

¿Eres Tú, o soy yo? Naturaleza prodigiosa

 El Arnoya y Allariz: la ribera fluvial más bucólica y hermosa de la sempiterna Galicia.



El lago "verde" portugués, el río Cávado y Villarinno da Furna.

Lobios, Riocaldo y el Parque Peneda-Gerês, la raya mágica galaico-portuguesa.

La "Festa da Historia" de la tierra del ribeiro: Ribadavia.

Las sierras de Peneda, Basteiro y Laboreiro, Melgado, Celanova y el "pulpo a feira".

El romántico palacio portugués de Pena, la Serra de Sintra, el Monte de la Luna: el entorno de Sintra.

Puertollano, Alcalá de Calatrava y los conos de los volcanes extinguidos.

El puente de la Mocha, Valdemaqueda, Robledo de Chavela y las tierras bañadas por el río Cofio.

El bosque encantado de Cañada Mojada (Peguerinos).

Los pazos de Lobios -casa do Curro- (Ourense), el río Limia, el antiguo poblamiento romano bajo el embalse de Las Conchas y la antigua tribu de los Galegos.

Compostela (Ourense) en los años gloriosos, y Aceredo, el pueblo que reaparece sobre las aguas del pantano.


(Entresacado de Simbiotica´s Blog)

lunes, noviembre 06, 2023

Cosmovisión (2ª parte)

 El "mundo de cualidades" que define la segunda manifestación de la naturaleza, posee el mismo "prístino" origen que el material de la primera manifestación. Desde el presumible Big Bang, vigente en la primera manifestación, con la creación del espacio y el tiempo, también aparece la segunda manifestación del universo, dotada de pocos elementos aún, entre los que se supone estaría la sensación/sentimiento de "pertenencia" de las primeras agrupaciones materiales y que desembocaría en la vida que ahora conocemos. Y así fue posible la evolución en el mundo material de la primera manifestación que fue acompañada por un incremento parejo de los elementos de la segunda manifestación.

Resultado, el mundo de cualidades con, únicamente, "potencialidades" (posibilidades) de elementos que podrían a aparecer, se fue completando con nuevos elementos, desde la potencia al acto, que "alumbrarían" las sucesivas estirpes de de seres vivos que irían a apareciendo en el mundo de la primera manifestación en su complejidad creciente, impulsada por la evolución.

Este es el cuadro global completo. Y lo más especulativo acompaña al origen y al posible final de todo ello. El origen o Alfa se refiere, y así prefiero expresarlo, a "lo  que hubiere" antes del Big Bang descrito por la ciencia: nuevos ciclos, ad eterno, que desembocasen el los llamados Big Crunch, todo ello en lo que se refiere a la primera manifestación; o ciclo único, desde un Alfa a un Omega; y aún más, simplemente un Alfa extendido hasta el infinito temporal.

Particularmente, me inclino más por un Alfa y un Omega, definidos en cada período o ciclo del mundo, pero el "eterno retorno" no es descartable.



Lo importante es que esos Alfa y Omega tienen una correspondencia en la segunda manifestación. Al principio del tiempo (Big Bang) los elementos del mundo de la segunda manifestación son escasos, y sucesivamente son creados nuevos elementos que lo van llenando... Ahora, tal manifestación solo se expresa en los "Kuerpos", o complejos sistemas materiales que acompañan a los seres vivos (vida en el sentido más amplio posible).

Así que en el Alfa, espacio y tiempo (energía) son creados. En el Omega, el mundo de la primera manifestación se diluye por autodestrucción, según el Big Crunch o el Big Rip (gran desgarramiento), y el fin paralelo de la segunda manifestación le acompaña. Igual que en el Alfa, "lo que hubiere", que según el Oriente sería el Tao, para otros la Nada, o también el Caos, se transforma en los dos mundos de la primera y segunda manifestación, en el Omega vuelven a "diluirse" en la "indiferenciación", similar a lo que he definido como "lo que hubiere".

El tiempo (igual el espacio) rige en el mundo de la primera manifestación (movimiento), no en el de la segunda. Quiero decir que los "elementos" de la segunda manifestación son "imperturbables" (fuera del tiempo), pues aquí el cambio no es posible, naturaleza "ad eterno", así que el elemento de la segunda manifestación que representa la individualidad/unidad es imperecedero, hasta el expresado Omega, hito sobre el que tenemos un desconocimiento completo, terreno propio de las creencias religiosas.

El especulativo Dios de las mismas se "escondería" detrás de las leyes existentes (en ambos mundos) en el universo.

¡Eso es todo!

martes, agosto 10, 2021

El arboreto "Pazos" y la avifauna de Peguerinos (Ávila)

 A las 8 de la mañana ya están pajarillos y otras aves de más envergadura, haciéndose cargo de las "viandas" que ante la mirada "inquisidora" del pequeño petirrojo, ponemos puntualmente.

Sí, el "petirrojillo" era el primero que a un brazo de mí, impacientemente esperaba su alimento... La mansedumbre, el bien estar, su amigable mirada me acompañan todas las mañanas... ¡Ojalá esto sea para siempre, en ese presente eterno que siempre anhelamos...!


No sé si esta es la mejor forma de acompañar en su ajetreada busca de alimento, a toda la avifauna que rodea "Pazos"... Bueno, el calificativo de "arboreto" es la forma cariñosa de expresar los sentimientos que en nosotros produce nuestro querido jardín... aunque si no por su extensión, sí por su variedad merece tal calificativo: pinos varios (nigra, albar, piñonero), abetos, cipreses, cedros, arizónicas y otras coníferas, junto con árboles de fruto (manzanos, perales, ciruelos, cerezos, melocotoneros), y árboles de sombra (chopos, acer), sin despreciar a castaños y nogales, más otras especies arbustivas y de flor, lucen las credenciales de un verdadero arboreto...

Pero no son las plantas lo que protagoniza el artículo, sino "mis" queridas aves, no por pertenencia, sino por el amor y cariño que mutuamente nos profesamos...

Son las 8, y aparte del citado minúsculo petirrojo, la colonia de gorriones y acentores que asiduamente nos visitan, nos insuflan la alegría del nuevo día que la naturaleza nos vuelve a regalar...

Y poco más tarde aparecen pinzones y pequeños insectívoros que no desdeñan las migajas que se les ofrecen. En los árboles y setos herrerillos, reyezuelos, mosquiteros y carboneros con sus peculiares cantos, contribuyen al entorno. También colirrojos, bisbitas y ruiseñores no extrañan el lugar...

Y qué decir de las aves de mayor entidad, que además, por lo que consumen, son los principales beneficiarios del banquete. En primer lugar urracas (una familia), de inmediato rabilargos (una familia más numerosa), y cómo no, la gran familia de tordos: mirlos, zorzales (de tres tipos); también el estornino negro que cría en uno de los alerones de la casa.

Esporádicamente nos visita la magnífica oropéndola (el pájaro de oro), y más asiduamente la abubilla... El picapinos menor es otro de los visitantes, así como los arrendajos.

Y en los cielos, al acecho, no faltan aves rapaces, oteando sus posibles piezas (aún me agradece aquella abubilla que en perjuicio del halcón, liberé de las garras de este último). Los buitres (negros y leonados) habitan un lugar más elevado de los cielos en busca del ganado ya sin fuerzas para vivir...

Mención aparte habría que situar a los grandes competidores de mi mujer en la recogida de recursos: las chovas (piquirrojas y piquigualdas) que se comen cerezas, fresas y moras, y los piquituertos, ávidos comedores de piñones.

Las noches, indudablemente gozarán de la presencia de otros seres alados como murciélagos o rapaces nocturnas, que desconozco...

¡La avifauna de Peguerinos, tan abundante en este Parque Natural de la Sierra de Guadarrama, es el tesoro más hermoso que debemos conservar!

sábado, junio 12, 2021

La miríada de entornos vitales

"Los dioses como la expresión de entornos vitales"

El "mundo" de la novela nos revela diversos entornos donde los personajes experimentan su andadura vital, y donde circunstancias y sujetos se entremezclan, constituyendo una realidad cierta o imaginaria (¡qué más da!), construida por el autor de la novela... Para mí, estos representan distintos "entornos vitales" que subtienden mundos posibles, cuando no reales extraídos de la experiencia.

Y ciñéndonos al "yo y sus circunstancias", como diría Ortega, de cada uno de nosotros, todos nos expresamos, nos desarrollamos, en suma, vivimos dentro de uno de tales entornos... Y todos son igualmente válidos, respetables y reconocidos, sin que ninguno de ellos obvie a los demás.

El mundo en el que se desarrolla la novela "Cumbres borrascosas" de Emily Brontë, es tan real y verídico como el que nos rodea a cada uno en su circunstancia vital propia.

¡Qué nos importa que la borrasca que se ciñe sobre nuestra cabeza, con sus nubes negras, ventiscas y lluvias, sea una leve distracción para los pasajeros que surcan el cielo por encima, sobre el mar de nubes de algodón que ellos observan!... El entorno emocional, vital de la tierra bajo la borrasca, y del cielo sobre las nubes, no se entorpecen mutuamente... ¡Y uno no empequeñece al otro!... La inteligencia es capaz de comprender y enmarcar los dos en una evidente realidad... Y el segundo, más reciente en el imaginario social, no quiere decir que represente la verdad: ¡los dos son verdad y realidad!

Y extendiendo más la metáfora: la nave espacial que continuamente da vueltas alrededor del planeta Tierra, y cuyas vistas impresionan al astronauta, no entorpece la visión y emoción sentidas por las criaturas que se estremecen en el suelo ante un huracán, u otra catástrofe climática...

Para cada uno de tales personajes, su "entorno vital" es lo que cuenta... Y remontándonos a los hechos históricos, cada una de las etapas humanas, de cada pueblo o sociedad distinta, poseía y posee su "propio entorno vital"... tan representativo, tan sustancial en su vivir que como mínimo requiere "respeto y consideración": ¡cada una es en sí un entorno vital!

Y es que, ahondando en el camino, en el fondo hasta los "dioses" de cada uno de esos pueblos y sociedades, ¿no son, en resumen, la expresión de uno de esos entornos vitales?



No quiero extenderme más en el tema, pues sería muy prolijo describir los innumerables tipos de "entornos vitales". Y aprovechando la sensibilidad presente hacia la vida natural, pensemos que cada criatura viva, que posee sentidos tan distintos en cuanto a cantidad y cualidad, en realidad posee su propio entorno vital específico, muy diferente al que percibimos los humanos. Por consiguiente, no puedo más que pedir para cada uno de ellos: ¡respeto y reconocimiento!

miércoles, octubre 14, 2020

Celanova, la primera visita

 Solo sé que ella era alemana y él gallego... Ahora, ¡qué bien se había adaptado ella a la vida en Galicia!... Su numerosa prole así lo atestiguaba. Poseía la familia una taberna-restaurante a la entrada de Celanova. No me pregunten el nombre, hace muchos años que no vamos, pero en aquellos días éramos asiduos al local cada vez que íbamos a Galicia y pasábamos por allí. Toda la familia colaboraba en el negocio y nosotros nos sentíamos a gusto por su amabilidad, y su forma de "hacer en la cocina"...

Celanova es un bonita ciudad del sur de Ourense, de amplia tradición que se remonta a los tiempos de San Rosendo, el obispo que lo era todo en su tiempo, y que fundó allá en el siglo X el famoso Monasterio de San Salvador, de lo más representativo de la arquitectura monacal gallega y que alberga en su patio interior la antiquísima capilla mozárabe de San Miguel.


Mi familia, mis hijas Alejandra, María Dolores, Sara y su novio, me acompañaron para la "toma de posesión", es decir, "conocer" la casa que había comprado en Aldea de Abaixo (Ramirás). Celanova era paso obligado, y cabecera de la región donde se asentaba la casa... por eso visitamos esta población con frecuencia. En esta ocasión, era la primera vez que mis hijas la visitaban. Desde Madrid (donde vivíamos) había que remontar la autovía A-6, desviarse hacia la autovía de las Rías Baixas (A-52), y en Ginzo de Limia tomar la carretera que iba a Celanova. La entrada en el pueblo por esa carretera tenía un fuerte desnivel con marcadas curvas que, ¡cómo no!, provocaron el mareo de la más pequeña, Alejandra.

¡Lo que es la vida!, resulta que en Celanova nació mi padre (así lo atestiguaba su DNI), mas creo que sería por casualidad, pues mi abuelo era Guardia Civil y los cambios de destino eran frecuentes.

La explanada (la Alameda) donde se asentaba la Feria de carácter semanal de Celanova era muy amplia, con grandes árboles que proporcionaban una agradable sombra... Se llenaba de mesas de madera, abundantemente ocupadas por lugareños que daban buena cuenta de las costillas y el "pulpo a feira", regados con abundantes "ribeiros" y otros vinos de la región... ¡Y como lugareños "adoptivos", no éramos ajenos a tales manjares!

Pues bien, todo les causó a mis hijas una inmejorable impresión. Desde la casa, hasta las márgenes cercanas del Arnoia... para la pequeña, "llenas de serpientes de agua", con los consiguientes sustos que dieron con ella en el agua en más de una ocasión, convirtiéndose en el hazmerreir de los "rapaces" que la observaban...

En fin, hicimos un recorrido de reconocimiento por los lugares más característicos del entorno, entre los que se encontraba la judería de la vecina Ribadavia.

Creo que para mis hijas esta vista les fue tan agradable como a mí. ¡Qué años!