viernes, febrero 29, 2008

ACERCA DE LA EXPANSIÓN CÓSMICA

ACERCA DE LA EXPANSIÓN CÓSMICA

Algo tan conocido años antes de la famosa fórmula einsteniana de equivalencia entre la masa y la energía, E=m*c al cuadrado, como la dualidad onda-corpúsculo, por obra y gracia del prestigio intelectual de Albert Einstein o la tremenda fuerza de una explosión nuclear, provoca un hito en la ciencia del todo inmerecido por su poca novedad, siendo como es una reedición de lo anterior. Diríamos que el mérito habría que buscarlo entre el grupo de físicos y químicos que hicieron posible la comprensión de ese extraordinario fenómeno que es el de la naturaleza dual de la luz como onda y corpúsculo a la vez. Y decimos que hay una estrecha conexión, más bien una identificación entre los pares de conceptos onda-corpúsculo y energía-materia por lo siguiente. La energía, cuya mejor identificación es la radiación, está unida estrechamente a la noción de onda. Todo corpúsculo, por otra parte, posee las propiedades más evidentes de eso que llamamos materia. No hace falta, pues, especular más sobre el tema. Eso sí, cupo a Einstein cuantificar (formular) la equivalencia o relación entre unas y otras.
La dualidad onda-corpúsculo es básica en mecánica cuántica, puesto que la onda es consustancial a la radiación (sin detrimento, no obstante, de la onda que acompaña a toda partícula en su movimiento) y el corpúsculo es sinónimo de materia. Así en la cuántica se dice que la onda se "resuelve" (la onda de probabilidad), se materializa o pasa a ser "determinista" al quedar "elegida" una de las posibilidades (interpretación de Copenhague), algo a sí como la entrada en la "realidad" de la energía, gracias a su "corpuscularidad" o materialidad.
Observamos, pues, que hay un trasfondo "filosófico" totalmente dispar entre energía-radiación-onda y materia-corpúsculo. Esta última está unida a lo que en términos humanos o para nuestra mente llamamos "realidad". La onda-radiación-energía define sólo posibilidades, probabilidades: es "algo" indeterminado.
La dualidad onda-corpúsculo, tan difícil de asimilar en principio por nuestra mente, no obstante, induce menos a error que la famosa fórmula anterior de Einstein de equivalencia entre masa y energía. La luz podía conducirse (comportarse) como onda o como corpúsculo, pero no eran equivalentes los conceptos, pues sus propiedades eran muy diferentes (además, uno excluía al otro). Sin embargo, la pretendida equivalencia entre masa y energía einsteniana no es tal. La archiconocida fórmula (E=mc2) simplemente indica cómo se relacionan ambas, en ningún modo es una equivalencia, puesto que presuponer la misma es cometer un error tan tosco que incide directamente en lo que llamamos "realidad". Dicha equivalencia significaría una identificación entre determinación (realidad, materia) e indeterminación (posibilidad, probabilidad, energía).
Materia y energía son "sustancialmente" distintas. El tensor energía-momento de Einstein junta en una misma magnitud la energía y la materia, lo que puede ser indiferente en cuanto a su aplicación en relatividad general, pero no en otros ámbitos en los cuales dichos conceptos poseen papeles radicalmente distintos.
Por ejemplo, existe un problema cosmológico en la teoría estándar que reside en el concepto de expansión cósmica. Dicha expansión viene dada por la relación de Hubble, v=Hd, ahora bien, esa expansión o dilatación del espacio debe tener un límite a distancias no cosmológicas, pues si hubiese una dilatación, también, del "metro" con el que medimos, nunca hubiese podido medirse, ni siquiera percibirse esa dilatación o expansión cósmica, ya que "relativamente" las distancias cósmicas y no cósmicas conservarían sus proporciones a lo largo del tiempo. Indudablemente nuestro metro "de medir" no sufre este proceso de dilatación. ¿Y qué es nuestro metro de medir sino las distancias o proporciones de la materia que nos rodea (dimensiones del protón, del electrón, es decir, de la propia materia)?... Así que la materia debe conservar sus dimensiones o constantes físicas a lo largo del tiempo, sin participar en dicha expansión cósmica. La materia, pues, unida íntimamente a "nuestra realidad" posee características constantes con el tiempo. La radiación, la energía, el mismo espacio (cosmológico) sufre la dilatación de la expansión cósmica. Por ello la radiación que proviene de todo el espacio por su "dilatación" tiene una tendencia al corrimiento hacia ell rojo.
La gravitación, unida a la relatividad einsteniana, está inmersa, al igual que la métrica del espaciotiempo, en esa dilatación cósmica; ¡podría, por ello, la constante de gravitación verse involucrada en un proceso de cambio con el tiempo!... Pero esa sería otra cuestión distinta a la que nos ocupa en este artículo.
¿Puede sernos interesantes todas estas ideas para encontrar un vínculo o conexión entre la "teoría de la materia", a la que identifico con la física cuántica, propiciatoria de la "realidad" como interrelación entre el mundo submicroscópico y el macroscópico, y la gravitación o teoría, a nuestro juicio, de la radiación-energía?
La gravitación ejerce su dominio desde lo más pequeño a lo más grande, por su "control" sobre la métrica del mismo espaciotiempo, o de las dimensiones "marco". La cuántica domina particularmente sobre lo pequeño, lo microscópico, lo subatómico.
¿No será la expansión cósmica "la expresión" o manifestación de la teoría que conecta las anteriores ambas teorías gravitatoria y cuántica?
La expansión de Hubble en cierta forma se opone a la gravitación. Es un proceso de expansión no de contracción (gravitación). Ahora bien, la contracción-gravitación abarca la gama completa desde lo más ínfimo hasta lo mayor, lo cósmico. Sin embargo, el ámbito de la expansión de Hubble tiene el límite por abajo en la cuántica, en la materia cotidiana que nos rodea... Ésta no se ve afectada por la misma... Así que la expansión actúa sobre el espaciotiempo-energía-radiación pero no sobre la materia (cuántica). ¡La expansión dilata el "espacio" entre "ciertos objetos", que son los más "definidos", aquellos "dominados" por la cuántica, la pura materia, dejando "incólumes" los mismos!... Así que la expansión de Hubble -unida, si se confirma sin ningún género de dudas, a la aceleración de la misma en una especie de "quintaesencia"- sería la clave para la conexión entre la teoría cuántica y la gravitatoria. En nuestra opinión, la expansión de Hubble, junto con la denominada "energía oscura" no sería asimilable a la constante cosmológica de Einstein que aparece en su relatividad general, sino más bien a otra "fuerza" contraria a la misma gravitación (una especie de "quintaesencia") que tiene la particularidad de que aplicada a la "pura materia" (la definida en los términos anteriores, relacionada íntimamente con la física cuántica) es capaz de "anular" la influencia ejercida por la gravitación en dimensiones cosmológicas, de forma tan perfecta que desaparece todo atisbo de gravitación en la métrica del espaciotiempo, originando un universo plano en todo momento, a lo largo de la historia completa del universo (no sería necesaria la inflación). En otras palabras, gravitación y mundo cuántico estarían "unificados" en lo que podríamos llamar una especialísima "quintaesencia", cuyo efecto más evidentes es la expansión cósmica.