Y es que el "mundo de cualidades" en cuanto a las "esencias" correspondientes a los seres vivos, en virtud de la evolución, del azar y la necesidad, no está preconcebido de antemano, es un mundo abierto hacia el futuro en el que tiene mucha influencia la casualidad. Como consecuencia, las "tendencias o instintos" que aparecen en todas las criaturas del Universo no están "escritos" con anterioridad en dicho Universo por una supuesta criatura superior, pues dependen muy mucho de lo que "ocurra" a lo largo de la evolución, es decir, de las criaturas que van apareciendo, y por tanto, éstas son verdaderamente las creadoras del mismo Universo, del mismo posible Dios... De alguna forma, son las "responsables" de su propio destino.
Ahora bien, recapacitando en profundidad sobre todo lo que acabamos de expresar, se cae en la cuenta que la posibilidad apuntada de los "nexos afectivos" en la constitución del órgano adolece de una serie de defectos que es necesario subsanar. El problema nace al considerar las líneas evolutivas "truncadas", pues al no aparecer conectados el efecto futuro (consecución del órgano) con el efecto precursor (al truncarse la evolución en esa línea), no hay continuidad de "nexos afectivos", aún cuando, lógicamente, los "sentimientos" o "instintos particulares" en líneas paralelas deberían ser idénticos, tanto en individuos pertenecientes a una línea truncada como en los de una línea de éxito. Evidentemente, el "sentimiento positivo" no sigue una cadena de "nexos afectivos". Hay, pues, que buscar otra posibilidad. Además, los "aciertos inmediatos" no tienen por qué ser precisos, se acercan o se alejan de un cierto modelo, pero no son únicos, existen varias posibilidades.
Lo más acertado que se nos ocurre es pensar que la consecución de un "logro" en el campo de las esencias debería conducir no sólo a la satisfacción (sentimiento positivo) en la criatura en la que se produce, sino que, también, ello debería originar una "perturbación" en el Universo. Pero, ¿en qué consistiría esta perturbación? La "perturbación" consistiría en una "impronta instintiva" creada en el "mundo de cualidades" que, como siempre, necesita del receptor adecuado para que se transforme en un estímulo o en una tendencia instintiva en dicho receptor. Esta "impronta" es captada por cada receptor de forma diferente, según su "complejidad organizativa sustancial". Algunas estructuras "reaccionarán" (sentirán) ante esta "impronta", otras no. Es necesaria una cierta "afinidad" entre las estructuras" o las "esencias" del receptor y la que ha producido dicha "impronta".
Estas "improntas instintivas" existen en el Universo siempre, si alguna vez a lo largo del tiempo fueron creadas.
En este momento, convendría aclarar, que lo que anteriormente expresamos acerca de los "nexos instintivos" sigue teniendo validez, excepto su contribución a la creación de los órganos futuros.
Resumiendo, existen dos clases de relaciones entre las diferentes "esencias" existentes en el Universo. Una, la que acabamos de citar de las "improntas instintivas" por la que cada "esencia" perturba todo el Universo al ser creada, de forma necesaria e imperativa para todas las demás, con las características anteriormente apuntadas. Y otra, la de los "nexos afectivos, que require de una atención por parte de receptor y emisor, y que es voluntaria (aparición de la libertad) para ambos. La primera tiene más que ver con los estímulos, con los instintos. La segunda va más unida al afecto y hasta al amor. La primera arrastra o rechaza, la segunda identifica, une.