miércoles, junio 11, 2025

Unicidad/individualidad/identificación. Psicología de las profundidades.

 Como continuación del  artículo "Criatura humana", publicado en el Blog del autor "Elimperiodelaverdad", amplío la visión de lo establecido en relación a la "durée" de Bergson.

En este artículo hago hincapié en dos visones/sensaciones distintas, una desde fuera de la criatura en sí, y la otra desde dentro.

Resumiendo y atañéndonos al propio fenómeno vital de la psiquis, la mente de la propia criatura humana, es curiosa la diferencia entre las dos sensaciones: totalmente distintas, según el observador externo al fenómeno, y la sensación interna, mental, psíquica del sujeto en cuestión.

Todo tiene que ver con lo que llamo la "responsabilidad" inherente al sujeto. ¿Quién en su sano juicio "no se hace responsable", es decir, no se considera, en el recuerdo, el artífice de su pasado?

En el pasado somos nosotros claramente quienes "balbuceamos" en nuestras acciones, siendo protagonistas de lo que consideramos nuestras acciones, es decir, la expresión de nuestro libre albedrío en aquellos momentos... Y es indiferente que tal "libre albedrío" sea real o fruto de una ilusión... Para nosotros la sensación es la misma. Ello significa que aún cuando los recuerdos no son exactamente un reflejo del verdadero pasado que ocurrió en su momento (numerosas causas tienen que ver con tal circunstancia), en el recuerdo se vive como si existió realmente como ahora lo imaginamos. Y es que claramente, el cuerpo, sus células componentes no son las mismas ahora que en esos momentos del pasado... es más, se produjo una renovación completa de ellas, lo que sucede cada cierto tiempo, lo que incluye a las neuronas, causantes y protagonistas de tales recuerdos. Y, como dije, es sumamente curioso que aunque aquel verdadero agente de la acción en el pasado, es materialmente distinto al de ahora, nosotros en el presente, no obstante, nos consideramos el mismo sujeto, es decir, en cierta forma y muy vivamente, nos identificamos con el mismo. Y todo este proceso es el que asegura la unicidad, la individualidad de cada criatura viva a lo largo del tiempo: el sustento de la "durée" de Bergson.

Y ahora, mirando, observando todos estos sucesos o comportamientos desde fuera, la extrañeza es mucho mayor, pues los cambios físicos de la criatura son más evidentes: a veces no parece la misma persona al cabo de los suficientes años.

Y para más inri, si queremos expresar más nítidamente el proceso, imaginemos que en cada una de las etapas vitales, la indumentaria exterior del sujeto la cambiamos radicalmente... El resultado es que el individuo en apariencia tan distinto, en el fondo es el mismo individuo, tiene su propia individualidad, es único.

Volviendo al sentimiento interno de permanencia, está claro que la criatura se considera la misma a lo largo del tiempo, tiene su propio yo: existe una identificación de su yo a lo largo de todos sus pasados... Y aunque, como he dicho, materialmente su composición material es distinta (células diferentes), su cuerpo es distinto, hay un hilo conductor básico que hace que se produzca tal identificación.



Todo esto forma parte de lo que se llamaba antes "Psicología de las profundidades", los tres conceptos básicos freudianos: yo (ego), ello y superego... Y las consecuencias ya establecidas por los psicólogos clásicos sobre las neurosis, etcétera, etcétera. Este tipo de enfermedades mentales corroboran esa identificación del sujeto consigo mismo en las diferentes etapas temporales.

El añadido que propongo en todo este estado de la cuestión es que ese "hilo conductor" que acompaña a la unicidad, la individualidad, y que produce una  cierta identificación entre todos los teóricos sujetos va a caballo de la propiedad cuántica del entrelazamiento. Esta sería la base material (física) que haría posible el proceso al que llamamos mente (psiquis).

La "durée" de Bergson tendría una base muy sólida, y el individuo establecería así su prominencia sobre el tiempo físico, transformado ya en tiempo vital.

viernes, abril 18, 2025

El problema de la unicidad, de la individualidad biológica

 Hay una intuición fundamental en todo ser vivo, experimentada claramente en nosotros mismos, el sentimiento más íntimo de todo ser vivo: su ser-mismo, su propia naturaleza, la consideración de ser una individualidad, igual a sí misma sin solución de continuidad a lo largo de toda la vida. Subjetivismo puro que forma parte de la intuición más fundamental del ser humano.

Lo curioso es que la ciencia ha ido demostrando sucesivamente, y durante un período bastante largo, que físicamente, exteriormente, el cuerpo que sustenta a esa criatura cambia continuamente; no somos igual que ayer, que años anteriores, semanas, meses, ni lo seremos en el futuro, mas psicológicamente no manifestamos, en lo más profundo, tales cambios: retrotrayéndonos en el tiempo, seguimos considerándonos el mismo sujeto (responsable de sus actos) en la juventud, en la adolescencia, en nuestra edad adulta y en la vejez. ¿Tal vez, como la continuidad que apreciamos en una película, cuando en realidad ésta se compone de secuencias sucesivas y distintas?

Son clásicas las discusiones respecto al tiempo entre dos genios de distinto ámbito: Einstein (físico) y Bergson (filósofo). Sus sentidos del tiempo, básicos para el tema que nos ocupa, eran radicalmente distintos. En el primero, considerado como una dimensión más aunque distinta al espacio, y sujeta a la dualidad espacio-tiempo que aparece en su teoría relativista. En el segundo, basado en el concepto de duración (durée) que explicitaré con más detalle posteriormente. 

Gonzalo Herranz, de la Universidad de Navarra (Unidad de Humanidades y ética médica) en el Simposio de la Universidad Austral del Buenos Aires del 26 de octubre de 1995, sobre "la individualidad del embrión humano", dice:

"La estabilidad es una propiedad de la individualidad, cada ser vivo es un individuo diferenciado en su especificidad y unidad, es decir, está originariamente individualizado desde su concepción hasta la muerte".

"Todo ser vivo se genera como un todo".

Abordar el tema de la individualidad biológica remite, irremisiblemente, al citado Henry Bergson, y su concepto de duración (durée).



Para Bergson las características de la durée son las siguientes:

. Es cualitativa, a diferencia del tiempo del reloj, que es externo y medible.

. No hay dos momentos de duración idénticos.

. El tiempo auténtico nada tiene que ver con el tiempo que consideramos cotidiano y de la ciencia.

. Se vincula estrechamente con una nueva concepción de la libertad.

. Apegarse a la duración nos libera de la dependencia de los seres y las cosas.

. La duración es una teoría del tiempo y la conciencia.

. El tiempo caracteriza la experiencia subjetiva de muchos momentos conscientes.

. El tiempo se encuentra en constante movilidad y se interpreta como unidad y multiplicidad.

. Algo dura en tanto que pasa y permanece, y la vida pasa, pero de tal modo que no es el tiempo que pasa por ella.

Para Bergson la duración es el tiempo auténtico. La durée es un dato inmediato de la consciencia que se manifiesta como una fluencia en la que no hay posibilidad de una sucesión de estados, ya que toda sucesión implicaría una ubicación en el espacio.

La realidad entera es duración (élan vital o impulso creador -Evolución creadora-)

"Se puede cuantificar un estímulo, pero no una sensación".

"En la vida real de la conciencia domina la irreversibilidad", sin embargo, el tiempo finito es reversible.

"Mientras la dimensión psíquica es propiamente la totalidad de lo vivido, pura espontaneidad y creatividad, el cuerpo se centra en lo presente y está orientado hacia la acción".

"En cuanto que todo es duración, invención, impulso, energía creadora, todo es conciencia". ("Intuición de la duración").

Por último, vuelvo a recalcar aquí mi hipótesis acerca de la aparición de las sensaciones en la criatura viva, como consecuencia de la "identificación" de nuestra propia voluntad con el puro pensamiento del campo mental, que origina la disociación en sensaciones internas y signos externos, estos últimos sí campo de estudio de la ciencia, lo que aplicado a lo que nos ocupa -intuición de la individuación, sí-mismo-, la sensación que aparece en la "identificación" con el "pensamiento íntimo" de nuestra propia realidad, origina el sentimiento esencial de la propia naturaleza, el sí-mismo, hilo que continúa a lo largo de toda nuestra vida, desde nuestro nacimiento al óbito, una sensación de continuidad íntima, de reconocimiento de nuestra individualidad en todo momento, pura intuición, aún cuando nuestra apariencia, que alcanza hasta la continua renovación de nuestras células componentes a lo largo del tiempo, externamente -signos- aparente lo contrario.

El hilo conductor de todos los momentos presenciales sucesivos lo achaco a la llamada "Ley de semejanza" que expuse en escritos anteriores: "Existe una continuidad en cuanto al sentimiento de identidad cuando exista una cierta semejanza entre las partes materiales que componen el cuerpo a lo largo del tiempo". Esta semejanza se evalúa y estudia, o puede estudiarse por procedimientos puramente científicos -estructura de su configuración química,  etcétera-. (La conexión empática entre gemelos, siameses, etcétera, podría ser un aspecto colateral nada independiente de lo expuesto).

Como conclusión, la filosofía que acompaña al concepto de duración de Henry Bergson es un fuente ineludible para el estudio de la individualidad en las criaturas vivas.

miércoles, marzo 26, 2025

Mecanismo o Metafísica (MoM) de la sensación

 La "aparición" de la sensación.

Colateralmente, el concepto de sensación puede ser abordado desde infinitud de puntos de vista, mas no es esta variedad el propósito del que escribe, es decir, no ir analizando uno a uno los incontables campos donde puede circunscribirse la sensación; por ejemplo, la sensibilidad en general y su relación con los distintos sentidos humanos: vista, oído, gusto, olfato y tacto. 

Lo dicho, se busca únicamente lo esencial: explicar la aparición de las sensaciones en la criatura, en especial lo que perciben los seres vivos en su interior, y que en nuestro caso nos hace verdaderamente humanos.

Sabemos, sin temor a equivocarnos que el cerebro es el órgano básico capaz de "soportar" tal privilegio, por su capacidad neuronal muy por encima de los demás órganos del cuerpo; y en él se circunscribe el "campo mental". Podríamos considerar, a grosso modo, el cerebro, el campo mental, como la compleja máquina capaz de elaborar "pensamientos" continuamente, tanto en el estado de vigilia como en el sueño.

Pues bien, quiero emitir la hipótesis, por evidente que parezca y hasta en apariencia intrascendente, de que nuestro yo, si queremos nuestra voluntad, es capaz de inmiscuirse con asiduidad, "meterse literalmente" en los pensamientos, hasta llegar a una "identificación" plena con los mismos, y esa identificación supone la aparición de las propias sensaciones, acompañadas de los distintos signos identificativos externos. Y precisamente dichos signos son lo único que la ciencia estudia en neurociencia (neurotransmisores, potenciales eléctricos, etcétera).

Mi hipótesis es que la identificación entre los pensamientos y nuestro yo (voluntad, individualidad, etcétera) se refleja o se traduce en dos elementos: lo que llamamos sensaciones, algo interno (el sí mismo), y los signos externos, campo de la neurología.

Lo que reflejo en el siguiente diagrama: 



Algo en apariencia intrascendente por lo evidente que es para nosotros, y a lo que no habíamos dado la menor importancia por natural, representa curiosamente el meollo de la cuestión para poder abordar la metafísica de la sensación, del mecanismo que la hace posible, que explica la aparición de "la qualia", la mente humana con sus facultades "inmateriales" de voluntad, libre albedrío, individualidad, etcétera. 

Además, este proceso nos indica que tales propiedades o facultades "inmateriales", no poseen la misma "jerarquía", o el mismo nivel, puesto que, por ejemplo, la voluntad de la criatura propicia las distintas sensaciones según su implicación o grado de identificación de los distintos pensamientos.

Para hacer más claro el paisaje, imaginemos a un matemático escribiendo en una pizarra los distintos teoremas que va exponiendo en ella en la elaboración de un resultado buscado. Su cerebro trabaja elaborando las fórmulas, y su implicación es, como la de las personas o alumnos que le rodean, es decir, como observador, sin más sensación interna que quizás la "admiración" hacia el profesor. Pero qué diferentes son las sensaciones de alguien con un terror nocturno, cuando su imaginación, creando imágenes, pensamientos, le hace vivir (sentir) dentro de ese entorno terrorífico.

Los grados de implicación, por consiguiente, son muy variados, y así las sensaciones correspondientes.

Esta dinámica capacidad de pensamientos e ideas solo atañe a las "vivificadas" con el proceso de identificación.

Tal esquema tan sencillo, expuesto en el gráfico anterior implica, no obstante, poder explicar otros hechos singulares que atañen a los recuerdos.

Por la conexión entre signos y sensaciones (debido a la identificación), la aparición de ciertos signos evocan antiguas sensaciones que se presentaron en un entorno pasado determinado, lo que en el gráfico he denominado evocación. Nos hace recordar el pasado, primero la sensación en esos momentos, y después el episodio vivido en ese pasado (camino inferior de la flecha retrógrada).

También, directamente nuestra voluntad puede volver a reconstruir (recordar), signos y sensaciones de hechos pasados (línea de la flecha de en medio), sin seguir la pauta marcada en la primera línea.

El motivo del artículo, vuelvo a recordar, es la emisión de la hipótesis propuesta, nada más, acerca, como hemos visto, de la "aparición" de la sensación en la criatura viva, lo que en su ampliación en escritos anteriores definí como la segunda manifestación de la naturaleza (a parte de la manifestación de lo material con sus propiedades físicas).

* Ver la obra del autor "Superego" en la librería digital LULU.

miércoles, marzo 12, 2025

El abrazo humano hacia las criaturas

 Podría decirse que estamos ante una cuestión religiosa, mas no es esto lo que quiero transmitir. Amor, compasión, misericordia, distintas acepciones alrededor del meollo de la cuestión. En mi opinión no hay que acudir a ninguna concepción religiosa para abordar el tema. Busco la mera objetividad que acompaña al ser humano desde el principio de los tiempos. ¿Moralidad?, seguramente sí, pero no quiero acogerme al significado que ello representa en la fe religiosa, precisamente porque creo que no es necesario. ¡La religión es otra cosa, y necesita su propio espacio!

A la criatura humana hay algo más básico que le incita al comportamiento respetuoso y afectivo hacia las demás criaturas, y hacia sus semejantes. La empatía tiene mucho que ver. El hombre creció mentalmente, y no solo el hombre, gracias a la imitación, a la par que al mismo tiempo empezó a sentir con la imitación lo que podrían sentir las otras criaturas, y lo interiorizó. Quiero decir que el hombre es capaz de abstraerse de lo que le rodea, pero tal sentimiento egoísta le incomoda. Aunque pudiera sentirse satisfecho en tal situación, algo en el fondo le atrae a salir de sí, de buscar la felicidad de los otros (claro está mientras no le perjudique a él, lo que tiene mucho que ver, por supuesto, con la envidia). Hablamos de criaturas que podríamos decir, en su sano juicio.



El salto hacia una religiosidad, un polo primario también en el hombre, en teoría podría hacerle feliz, salvarle en cierto punto de su angustia existencial, pero inmediatamente, como ser social su mirada se dirige al otro, en primer lugar a sus semejantes, y en su evolución, también hacia las demás criaturas vivas.

No es preciso, por consiguiente acudir a la religión: el humano es un ser social dotado de la empatía suficiente para querer el bien de los demás, una especie de cielo en la Tierra, utopía a la que siempre aspiró, pero que la realidad tozudamente le ha negado.

Todo esto constituye el andamiaje humano que teóricamente y objetivamente podría hacer posible ese "abrazo humano hacia las criaturas" expresado en el título. ¡La felicidad completa del espíritu lo reclama, y es verdaderamente objetivo y cierto!

viernes, enero 03, 2025

"El interrogante"

 ¿A quién y qué hay que preguntar?

¿Ateísmo o fe religiosa?

¿Dios o ausencia del mismo?

¿Son ciertas tales dicotomías o hay algo más?

¿Es la ciencia un ídolo de barro a este menester?... Quiero decir: ¿La ciencia está más cerca de los presupuestos ateos que de los religiosos?

¿Será cierto eso de que la interrogación, la pregunta, dice mucho de las respuestas?

Los dogmas, la fe, consustanciales con la religión, ¿son un "asidero" necesario para la tranquilidad del espíritu?... O, ¿hay que desecharlos, en aras de la cruda verdad o realidad?

Resulta que la ciencia, tan privilegiada en estos tiempos, ¿no pasa a adquirir en su adhesión indiscutible aires de nueva religión? ¿Qué es si no la cienciología?

A mi parecer, hay un gran defecto dentro de la llamada comunidad científica... y desde el mismo posee apariencia de intransigencia cuasi religiosa, tal nueva inquisición... Se echa de menos en ella la apertura de las mentes a más amplios horizontes, a una libertad de expresión y pensamiento mucho mayor...

Desde luego, denota mucha más madurez la apertura de horizontes en pos del infinito... ¿No deberíamos ser mucho más maduros, admitiendo más posibilidades, dejando a un lado oscurantismos, ridículas magias por ridículas, que debieran haberse desechado lustros atrás?... No vaya a ser que, como admiten algunos, la religión de ahora haya pasado a ser la ciencia, con sus mismos defectos.

Es inadmisible que algo como el mundo de cualidades, que nos rodea y representa para el hombre (y los demás seres vivos) su más genuina naturaleza, sea en más de una ocasión desechado al ser tachado de algo ajeno a la ciencia, alegándose su falta de reproducción en experimentos controlados por el científico, lo que le hace ser sospechoso por su aparente subjetividad, que en opinión del último le retrotrae al tiempo del espiritualismo o de la magia... Ese verdadero atentado, como separación, metafóricamente hablando, de tales hechos de todos los demás, por otro lado evidentes para cualquier mente abierta, ciertamente va en contra de la propia ciencia bien entendida; estaríamos, pues, ante un sectarismo ideológico, casi religioso.



Aprovechando la ocasión, quiero hacerme eco de las últimas teorías científicas acerca del "encaje" entre las dos teorías físicas más importantes de la Física actual: la Relatividad y la Cuántica.

Parece que en la busca  de la Teoría del Todo, que comprendería dentro de sí a las anteriores, aún cuando su búsqueda es intermitente y no cesa, su desarrollo no acaba de cuajar, aún cuando se estima que algunas, como la Teoría de Cuerdas se  acercarían un tanto... En vez de ello se entrevén otras posibilidades, como que la "decoherencia" que aparece en el microcosmos de la Cuántica con la complejidad de los sistemas, conduciría con naturalidad al mundo macroscópico de nuestro entorno ordinario (*).

Si fuera así, ambas teorías, la que rige en el microcosmos de lo cuántico, y la que domina en el macrocosmos, la relatividad general einsteniana, tendrían su propios dominios, sin necesidad de un solape que constituyera una sola teoría.

En mi visión, los últimos y más pequeños constituyentes del universo son cuánticos. Sobre ellos, la decoherencia produciría el espaciotiempo cuatridimensional en el que vivimos, sin solución de continuidad. Parece como si sobre las teorías iniciales que construimos con nuestro entendimiento, es decir, la mente en un cierto nivel, sobre ellas, una vez establecidas, vuelven a construirse otras nuevas con los cimientos de los anteriores conceptos: ¡Sería la mente nuestra señora que en su creación de nuevas teorías y conceptos se asimilaría al propio creador del mundo, del universo!

¿Qué digo, pues?... En el fondo la "Consciencia" es esa fantástica creadora, la mente, en esencia nuestro espíritu creador, un agente del mundo de cualidades, al que tanto parece "despreciar" el aquelarre científico, incapaz de bajarse de su pedestal.

¡Yo le llamo "el interrogante", pues es a quién y qué hay que preguntarle! Ni el dios de las sagradas escrituras, de los libros sagrados, ni de la ciencia con su sectarismo, ¡la consciencia es "el interrogante" al que debemos acudir! 


(*)  Eugenio M. Fernández Aguilar en la revista "Muy Interesante" de 30-12-2024.

"Vivimos un espejismo cuántico: Usan símbolos numéricos para modular como emerge nuestra realidad desde las posibilidades del mundo cuántico.

La decoherencia cuántica actúa como una aguja de tejer: desde el desorden de una madeja enredada hasta una bufanda bien tejida."

Referencia: Physical Review X, 14 (4), 04104

https://doi.org/10.1103/PhysRevX.14.041027

Strasberg, P., Reinhard, T.E.& Schindler, J (2024).

"First principles Numerical Demostration of Emergent Decoherent Histories."

domingo, octubre 27, 2024

La noticia: ¡Esperanza!

 La noticia:

China se está preparando para el fin del mundo. Ha comenzado a probar sus comunicaciones llevadas a situaciones extremas.

(Leer la noticia en la web de "La vanguardia" )



La esperanza:

Cina, como adelantada tecnológica de estos tiempos, está encargando a sus científicos, ante la no desdeñable posibilidad de una conflagración mundial, la forma de preservar en principio sus medios de comunicación, de interrelación, para que no queden destruidos en una debacle nuclear u otros acontecimientos catastróficos, como llamaradas solares potentísimas o impactos de asteroides gigantes. Es una noticia que aunque posea visos de un adelantamiento al respecto sobre sus competidores ¿occidentales?, encierra en sí la posibilidad de avanzar, aunque sea colateralmente, en la protección a medio plazo de la civilización, que es lo que prioritariamente a todos nos interesa, en la protección en el futuro de la vida, de la evolución. Es, por consiguiente, un primer paso que contiene la esperanza del aumento de la conciencia global en tal sentido, aunque su básico interés para los que han tomado tal iniciativa, sea adelantarse a sus adversarios. Aquí habría que decir aquello de que "no hay mal que por bien no venga".

En fin, ¡aplaudamos la iniciativa!

viernes, octubre 18, 2024

Conservación de la Evolución

 El nuevo dogma: "La Evolución actual debe de ser conservada a toda costa".

El pesimismo acerca de la capacidad del ser humano para realizar tal misión, me ha sugerido el alumbramiento de una nueva sociedad separada de la humana actual tras una Transición hacia seres alejados del cainismo que la acompaña.

Dada la magnitud de las amenazas que se ciernen sobre el mantenimiento de seres inteligentes en nuestro inmediato hábitat (planeta Tierra y Sistema Solar), debido a diversas causas, muchas de ellas provocadas por el propio hombre (apocalipsis nuclear, amenazas biológicas globales o químicas, cambio climático, etcétera) o ajenas (caída de meteoritos gigantes, etcétera), no queda más remedio que buscar salidas mucho más realistas para la preservación de la vida, del hombre o de las posibles civilizaciones inteligentes más cercanas. Por mucha convergencia que exista en la evolución de la vida, los 4500 millones de años que se necesitaron para alcanzar el nivel evolutivo actual lo hace irrepetible. Lo más sencillo y viable: la conservación de la Evolución. Y ello requiere la toma de conciencia fehaciente y en consecuencia la aportación de los medios que la puedan hacer posible.



En esa dirección quiero hacerme eco de algunas de las medidas que antaño ya se tomaron pero que requieren un nuevo impulso mucho mas global. Me refiero particularmente a iniciativas como la tomada por Noruega con su Banco Mundial de Semillas de Svalbard o Cámara Global de Semillas, situada en la isla noruega de Spitsbergen, a 130 metros sobre el nivel del mar, construida a prueba de erupciones volcánicas, terremotos de hasta 10 grados en la escala de Richter, a salvo de la radiación solar, y asegurando el posible fallo eléctrico gracias al permafrost (suelo congelado) que hace posible el mantenimiento de las semillas a una temperatura ambiente de -18 grados centígrados o una temperatura natural entre -3 y -6 grados centígrados. Por eso ha sido llamada la "Cámara del fin del mundo".

Todo ello asegura la conservación de una muestra de semillas selladas herméticamente en una bolsa de aluminio con capacidad para 4,5 millones de muestras (en el 2020 ya se habían almacenado 1.074.537 muestras), a salvo de catástrofes naturales o conflictos bélicos.

En ese mismo orden de cosas hay que aplaudir la construcción y desarrollo de los diversos bancos de germoplasma animal de muchos países, pero la conservación de la Evolución debe de dar bastantes pasos más para asegurar no solo la conservación de los distintos genomas de todas las especies vivas del planeta para su uso futuro por el hombre, sino para la posterioridad, para que cualquier criatura inteligente pueda en el futuro utilizarlos, y hasta para que autónomamente la propia vida pueda renacer de sus cenizas, salvando así a la Evolución de ese paréntesis temporal al que aludí: esos fantásticos 4500 millones de años.

Habría que fomentar grandemente la labor de la UNESCO en aras de la Gobernanza mundial, ahora sí, en bien de un fin tan noble como este, continuando y desarrollando sustancialmente las iniciativas que suponen los tratados internacionales sobre los recursos filogenéticos para la alimentación y la agricultura (TRFAA), o la plataforma intergubernamental científico-normativa sobre diversidad biológica y servicios de los ecosistemas (IPBES). Los ocho principales convenios relacionados con la diversidad diversidad suscritos por este organismo no son nada desdeñables, pero hay que ir mucho más allá.

En ese camino me encontrarán y en el fomento de tales iniciativas. La conservación de la Evolución debe de ser un tema prioritario.

viernes, octubre 11, 2024

La "Transición" humana

 Continuando con la nueva orientación que quiero transmitir en mis escritos, una moralidad global que hunde sus raíces en la protección de los logros habidos en la Evolución, quiero expresar mi convencimiento de que el humano no es, ni debe ser la "cumbre" de dicha Evolución, su abanderado. El motivo es su falta de ejemplaridad y su nula eficacia hasta el presente en el arduo desempeño de la defensa de la vida, de toda la vida que requiere una escrupulosa defensa de todas las especies, del orden imprescindible necesario para salvaguardar todo lo más que se pueda a las mismas. Claro, desde el punto de vista estricto de la lucha de las especies por sobrevivir, necesaria históricamente para el progreso de la evolución biológica, sometida en gran manera al puro azar, y que ha sido imprescindible para llegar hasta aquí, el hombre no debería intervenir, mas los cambios tan lentos e imprevisibles, faltos de inteligencia, que ahora sí poseemos, aconsejan acometer un cambio en el ritmo de la Evolución; ¿Evolución "truncada", pues? Tal vez... pero la Evolución necesita ahora "incorporar" la "inteligencia" en "sus" decisiones. ¿Estaríamos, entonces, jugando a ser dioses?... No diría lo contrario, puesto que ahora nuestra responsabilidad al respecto es bien visible.



Mas hay un "pero", por cierto con notable identidad. Un "pero" respecto a nuestra capacidad para cumplir tal misión. Y el "pero" es: ¿Si no somos capaces de asegurar como humanidad nuestra propia supervivencia, cómo podemos salvaguardar la de todas las demás especies?... ¡El hombre está "rebasado", incapaz de semejante obra!... El hombre precisa, como estirpe, de una "Transición" hacia una humanidad pacífica, conservacionista, ausente de odio, que mire más allá del estricto planeta que nos dio origen, en resumen: ¡Arreglar las cosas en nuestro íntimo hábitat para trasladarse más allá de sus fronteras, transformándose, ahora sí, también, en una criatura "extraterrestre" que abandere la evolución de la vida, expansionando su campo mental! ¿"Transición"?, sí... Y como Transición, y necesariamente, deben de fenecer las antiguas (y actuales) costumbres del odio, la lucha fratricida, el egoísmo, la soberbia, el ansia de Poder, y las tendencias negativas hacia la autodestrucción... Dejar, pues, esta civilización que camina irremisiblemente hacia la hecatombe, la desaparición de la propia humanidad, un retroceso evolutivo que necesitaría nuevamente de una eternidad de azarosos hitos para volver a llegar hasta aquí, el grado de evolución en el que nos encontramos.

La civilización humana presente está demostrando su ineptitud frente al desafío tan extraordinario que tenemos por delante: ¡Esta civilización, pues, debe de ser sustituida por otra tras la imprescindible Transición hacia el nuevo orden! (La "Transición" española, salvando las distancias, representa un hito en la política: ¡El "harakiri" de los representantes del Poder de aquel momento, hizo posible el advenimiento de un sistema democrático!)

Las élites mundiales deberían abrazarse en un proceso de tal tipo, iniciando la Transición que nos llevaría al "transhumanismo de una nueva civilización".

¡La suerte está echada, destrucción o Transición!

martes, octubre 08, 2024

¿Evangelio para la sociedad actual?

 Cambio de rumbo. Sí, hablo para mí. Las prioridades, el entendimiento global sobre lo que me rodea, la evolución de los acontecimientos... Todo ello me lleva a este cambio de dirección en el planteamiento de mis escritos.

Haciendo mi pequeña historia. Hace años escribí una obra de la que me sentía muy orgulloso: "Melodía en las estrellas". En ella vaticinaba la evolución de la sociedad mundial hacia un futuro, desde luego, mucho más feliz del que se presenta hoy ante nuestros ojos. La base era que existía por entonces una nación cuyo imperio (USA), sin pretenderlo, establecía de hecho un orden mundial dado su poderío, pero que en los siguientes años se deterioraría hacia momentos de gran zozobra, que por fin acabarían en una sociedad casi idílica gobernada por prohombres más cercanos a un tipo de filosofía mística que guiaría a los habitantes de la Tierra; lo dicho, un futuro feliz, tan lejos de las siniestras profecías que aparecían en obras como "1984", o "Un mundo feliz" de Huxley.

En verdad que erré, y en fallos gruesos que trastocan grandemente tan prometedores planteamientos.

Evidentemente, factores muy importantes trastocaron mis previsiones. Y es que algunos de ellos han evolucionado en pos de buscar una primacía que yo no acerté a adivinar en lo fundamental. Lo cierto es que se ha visto crecer desmesuradamente el poder tecnológico hacia armas de destrucción masiva, como las termonucleares, la velocidad hipersónica de misiles y aviones, el peligro de las armas biológicas, y hasta el sectarismo ideológico. El Islam representa una de esas fuerzas emergentes que pretende invadirlo todo. Los nacionalismos exacerbados (China, Rusia, etcétera) representan un peligro multipolar basado en las nuevas armas. Epidemias, contaminación global, ¿cambio climático?, son otros factores que enturbian el panorama. 

El reloj hacia la destrucción humana completa se ve, por consiguiente, muy cerca del punto final del no retorno.

Así que mi visión actual sobre el destino de la humanidad ha pasado de la esperanza idílica que presentaba en "Melodía de las estrellas", a un pesimismo que en verdad me remueve el alma.



Cierto que el destino individual de cada uno de nosotros está escrito en molde en los avatares de la historia, en nuestra irremisible muerte, pero aspiramos a que todo lo demás que nos rodea perdure (hijos, criaturas, naturaleza, etcétera), el mismo destino del ser humano.

Así que ahora persigo dos metas principales. Una, el enfrentamiento y conocimiento de mi más cercano e indudable destino que representa mi cierta (nuestra cierta) muerte, en la preparación hacia ese indudable destino que para mí representa más una liberación, un acompañamiento a la formidable Potencia que nos dio nuestro existir.

La otra meta tiene que ver con la herencia que dejamos aquí al irnos; lo particular (nuestro entorno inmediato) y lo general, el destino de la humanidad en conjunto. Al ser humanos, nuestros sentimientos nos inclinan a la salvaguarda de nuestra herencia como especie, la salvaguarda de los valores humanos, la estirpe humana, precisamente para que no exista un retroceso en la Evolución. Dentro de esta última el azar tiene una importancia trascendental; desde este punto de vista, es casi un milagro el haber llegado a construir la vida, el ser humano, la mente, el observador que se hace eco de toda la Creación.

Por ello considero totalmente obligatorio el intento de conservar la estirpe humana, lo que ello representa en la evolución de la mente y la vida, y en ello estimo la moralidad que debe hoy prevalecer en nuestra sociedades. Así que visto el caos actual, los peligros que se ciernen sobre la civilización, sobre el devenir humano, mis nuevos artículos se dirigirán prioritariamente a aportar mi granito de arena a la preservación de nuestra herencia humana, en cuanto me sea posible.

Tristemente estamos más cerca de la destrucción, de la hecatombe que de cualquier otro destino más halagüeño. ¡Luchemos para que tales presentimientos no se cumplan!

martes, octubre 01, 2024

¿Cómo "desalojar" a un dictador y su Régimen? III

 Una vez establecido el tiránico poder (no quiero dar ejemplos evidentes en lo que nos rodea), ¿qué podríamos hacer para "desalojar" al dictador?

Se hace necesario un cambio drástico de actitud de las democracias occidentales... Los intereses materiales, aún cuando son lícitos, para estos casos necesitan un gran sacrificio por parte de las naciones libres... La militancia en orden al fin deseado debe de ser mucho más evidente: las relaciones comerciales deben resentirse a plazo inmediato y medio. El bien común lo hace preciso, para eliminar ese cáncer que puede infectar a los demás y que debe extirparse de raíz. Es incomprensible que se siga comerciando con esas dictaduras "como si no pasara nada"... Si tales regímenes persisten en su actitud "deben cambiar de bando": ¡Pasarse al bando de los regímenes autoritarios (Rusia, China, Venezuela, etcétera)! ¡Es un sacrificio necesario, aunque doloroso...! ¡El ejemplo tiene más poder que cualquier otra consideración!

Por supuesto, y además, el fomento de la subversión dentro de tales países ya infectados de "autoritarismo" es un arma que no debe dejarse de lado, en bien, en primer lugar, de sus propios pueblos.

Triste conclusión, dura pero necesaria... El subvertir el llamado orden (en este caso, el mal) se antoja una obligación necesaria para el ciudadano en aras de la libertad... ¡Que la "comodidad" de la dejadez, el "amodorramiento" de la llamada sociedad del bienestar no impida la necesaria reacción!

El globalismo representado por la agenda 2030, ahora la agenda 2045, en amplios sectores provoca desasosiego, pues se ve como un atentado a la propia idiosincrasia de pueblos y naciones, el mundo tradicional... ¡Ojo!, que para luchar contra males generales como epidemias, amenaza nuclear, superpoblación, etcétera, esa "globalización", o cierta "gobernanza mundial" puede ser positiva, pero se deben de tomar precauciones importantes, pues la tentación del totalitarismo (en el límite, la tiranía) puede ser demasiado fuerte para que los poderes a los que llamamos fácticos aprovechen la ocasión... ¡Hay que "curarse en salud"!, al menos no dar lugar a que ciertos países justifiquen sus agresiones hacia otros en base a esa defensa de la identidad de pueblos y sus costumbres.



La ONU requiere una amplia reestructuración: entrada de nuevos países en el Consejo de Seguridad y un mayor poder de decisión y actuación, aunque la prudencia como virtud no es nada desdeñable.

Mas, sigue planteándose, como advertencia, la sempiterna cuestión de ¿cómo "desalojar" al dictador y su Régimen?

domingo, septiembre 29, 2024

¿Cómo "desalojar" a un dictador y su Régimen? II

 Continuando la serie, claro que hay factores que favorecen claramente la perpetuación de comportamientos democráticos en la sociedad. De libro es que la educación en valores, el auge de las clases medias, las religiones maduras y evolucionadas, el fortalecimiento de las familias, de la moral y la ética social, etcétera, favorecen el asentamiento de las ideas democráticas de igualdad, respeto y conservación de los derechos humanos. El ecologismo, bien entendido, va en la misma dirección.

Todo ello hace que las sociedades sean menos proclives a la difusión de toda clase de políticas autocráticas. La tiranía es el caso límite, pero hay fuerzas ya no nacionales, sino globales que podrían someter a la humanidad a tales excesos, muy bien reflejados en la ya clásica obra "1984" debida a George Orwell, o la también clásica "Un mundo feliz" de Aldous Huxley que presenta una distopía feliz bajo un poder totalitario que hace consumir al ciudadano el llamado "soma", en resumidas cuentas, el hedonismo en la sociedad de consumo.

Todo ello favorece, en el buen sentido, el alejamiento del común de las indeseadas tendencias al autoritarismo y la autocracia... Pero no es suficiente. Habría que buscar un antídoto mucho más potente. Ahora bien, lo que pretendo en estos artículos es encontrar algo más concreto, "el desalojo del Poder del dictador".

Merece la pena que divaguemos un tanto sobre el tema, que entre todos busquemos, nos esforcemos en hacer realidad lo que se nos antoja casi como una utopía... ¡Cuánto lo agradeceríamos hoy para nuestro viejo terruño, verdad!

¡Ay Venezuela, trayéndonos la "peste" que carcoma todos nuestros cimientos!... ¡España no es Venezuela!... ¡Ingenuos!

Los recientes acontecimientos en este adorable país (Venezuela), en los que el "pucherazo" ha sido la evidencia más nítida, obliga al menos a las democracias occidentales a tomar medidas mucho más coercitivas, más efectivas, más allá el Tribunal Penal internacional, si no las democracias no serán creíbles, dada su patente ineficacia... ¡Tanto hablar de "globalización", hasta en la propia ONU, y tanto consensuar medidas intrascendentes!... Una agrupación mucho más fuerte de países democráticos occidentales se hace necesaria, y no debe de ser una simple alianza militar como la OTAN... Hay que armarla suficientemente desde el punto de vista moral, para que sea mucho más efectiva. Y es que el "ejemplo" siempre ha sido un "móvil" mucho más poderoso que la simple agrupación de intereses materialistas a la que nos tiene acostumbrado el puro capitalismo.



¡La democracia debe de ser lo suficientemente poderosa para imponer sus criterios!

(Seguirá la serie)

jueves, septiembre 26, 2024

¿Cómo "desalojar" a un dictador y su Régimen? I

 ¡Ahí es nada!... Resolver este problema requeriría un compendio exhaustivo de todas las circunstancias que rodean al Poder... Política, sociología, etcétera, rebosan informaciones, opiniones, ideologías y tantas y tantas cosas que podrían hacer perder al estudioso el "hilo" de ese fin propuesto.

La historia, las historias permiten extraer experiencias válidas para el que lo sepa leer.

En estos casos, más importante es extraer el "trigo de la paja" que acumular la cosecha sin una limpieza previa. También la navaja de Ockhan puede ser bastante útil para la búsqueda de la "piedra de toque" que de la clave.

En primer lugar, estamos en el siglo XXI y la tradición democrática que proviene de los griegos no parece aún dominar en todo el orbe... Yo diría que todo lo contrario, hay como un retroceso que va inclinándose hacia las "autocracias" en el mejor de los casos, cuando no a una tiranía pura y dura, verdaderamente vergonzante.



La moda de las sociedades democráticas "aparentes" parece perdurar..., así sistemas comunistas como los del antiguo "telón de acero" se autoproclamaban "repúblicas democráticas", y hoy día las sigue habiendo con profusión: China, Cuba, Rusia, etcétera, con la variante de los populismos comunistas tipo Venezuela, o la anterior Argentina.

¿Cuántos estados miembros de la ONU pueden hoy considerarse democracias?... El panorama es descorazonador: ¡sistemas autoritarios y autocracias son mayoría!... Así que la solución a la pregunta, ¿Cómo "desalojar" a un dictador?, tal como están las cosas, se antoja una verdadera utopía.

Claro está y visto lo cual, parecería que el único cambio político al respecto en las naciones, solo podría provenir de un "golpe de estado", y así lo ha sido en más de uno de los países del continente africano, y del asiático... Una secular tradición que también alcanzó  países sudamericanos.

Tal "método", si queremos llamarlo así, no es el tema y la razón principal de este artículo, por una simple razón: ¡la "imprevisibilidad" de tales acontecimientos! Además, si el cambio solo se traduce en la sustitución de un dictador por otro, no merece siquiera nuestra toma en consideración.

Bueno, voy a matizar más; hoy en día no han sido calificados como "golpes de estado", procesos que en realidad lo son, aunque con distintas características que los clásicos: no suelen ser cruentos; no precisan de una "algarada" militar; parten de sistemas considerados democráticos, articulando un desarrollo legislativo que supone el desmantelamiento desde dentro del régimen anterior, por procedimientos contrarios a lo estipulado en su Constitución.

Se han sucedido históricamente ejemplos recientes de todo ello. Sin ir más lejos: nacismo, fascismo, peronismo, chavismo, etcétera. Y ya Estados de la vieja Europa parecen salpicarse de tal denostada tendencia. 

Esa evolución hacia regímenes autocráticos, sí es la principal preocupación del que escribe, en el intento de deshojar la margarita de la incógnita de ¿Cómo "desalojar" a un dictador?, y el añadido de "su Régimen". Y hago esta salvedad, puesto que no sólo la muerte de un dictador supone un cambio drástico de política (en verdad, la favorece, aunque no del todo); se requiere además de un período transitorio, que evolucione hacia la verdadera democracia.

El ejemplo de la modélica "Transición española" fue un hito, que no puedo dejar de citar.

Ciñéndonos al caso español, triste sería que esa modélica transición se viera truncada por una vuelta hacia atrás de mano de "resentidos" sectores de izquierda que, además, se autoproclaman "progresistas": ¡Vaya progresismo!


¿Quieren acompañarme en esta inmersión histórica y de futuro en busca del "desalojo" del dictador y su Régimen?

¡Será el propósito de las siguientes entregas!

lunes, septiembre 09, 2024

¡Adiós democracia, adiós!

 España 2024.

En política ha habido, hay y habrá de todo, mas lo que corresponde en cada momento es "atajar" los posibles excesos... y hoy por hoy es la "autocracia".

"Golpes de estado" los ha habido siempre y los seguirá habiendo... claro, ciertamente no está de moda ahora el televisivo golpe a lo Tejero. Hasta en esto se ha "progresado": "la ironía se sobreentiende".

El procedimiento actual de golpe de estado en el mundo (en especial, en occidente) es el chavismo y sus distintas variantes. El primer claro ejemplo de esta "disfunción" democrática -paso de una democracia a un totalitarismo- fue el ascenso del nacismo-fascismo, o socialismo nacional. Después, puede citarse el peronismo argentino, y luego el social-comunismo bolivariano.

Históricamente, se fueron alcanzando cotas de mayor libertad en la política, a grandes rasgos, desde la democracia griega de las polis (gobierno por el pueblo), al salto hacia la revolución francesa (separación de poderes, etcétera), y la socialdemocracia. Mas llegaron los populismos totalitarios, inaugurados por el absorbente comunismo estalinista, y a la par y en oposición, el fascismo y el nacionalsocialismo.

El estrepitoso fracaso del comunismo soviético (caída del "muro de Berlín"), hizo concebir nuevas vías a un marxismo (dictadura del proletariado) agonizante.

América fue el espacio donde la semilla comunista fue encontrando un filón: peronismo, revolución cubana, etcétera. ¿Una reacción frente a los continuos golpes de estado militaristas en Argentina, Chile...?

Sí, los golpes de estado patrocinados por la burguesía y el estamento militar, habían pasado de moda: demasiado costosos, de mal gusto ¿tal vez?, o demasiado evidentes ante las cámaras de televisión, o los nuevos medios de comunicación...

El comunismo internacional debía encontrar nuevas vías que abanderaran sus ya fallidas justificaciones (lucha de clases, etcétera), y las encontraron en el movimiento ecológico, el feminismo radical...

El ascenso del nacismo en el siglo XX enseñó la vía eficaz para la destrucción de la democracia desde dentro de aquel capitalismo occidental que se había apuntado un tanto frente al desmoronamiento del Imperio comunista (Gorbachov).

Se vieron las grietas, los peligros que en sí, en su interior, poseían los sistemas democráticos occidentales (el ejemplo de la Alemania de Weimar fue paradigmático). ¡Había que aprovecharlo!

Los golpes de estado debían seguir esa vía: ¡Desde la democracia para hundir la democracia!

Claro está, el otro mundo, el del liberalismo radical, también evolucionó al unísono. ¿Qué son si no las leyes LGTBI, la agenda 20-30, o el mismo movimiento Woke?

Paro la opinión pública es tan importante en democracia (votos) que se necesita del convencimiento de las masas, de un populismo que busque la sencillez, lo asequible en asuntos que en realidad son complejos. Y cuál es la forma más fácil de convencer que la utilización de la propaganda, el medio más eficaz en esa labor (el nacismo dio lecciones -Goebbels).

También había que atacar a cada uno de los pilares de la democracia, como "la libertad de expresión": contra dicha enfermedad (en sus principios), colocar su antídoto, en este caso, el "delito de odio". Es decir, una completa transmutación de los valores hasta entonces reconocidos. 

Estamos ante un tiempo favorable a demagogos y oportunistas que en algunos casos rayan en el "trilerismo" político.

En el tablero mundial (fuera del propio mundo occidental) aparecen nuevos elementos o fuerzas que sobresalen sobremanera: el despertar de China, el imperialismo ruso, la religión islámica al tratar de afianzarse sobre el cristianismo, y otras fuerzas emergentes aún sin definir claramente.

Pero continuando con el hilo de este artículo, seguiré con lo que nos atañe más directamente.

En América el peronismo ha llenado épocas que han llegado hasta nuestros días, hasta el ascenso de Milei.



La revolución cubana, los movimientos imitadores de Centroamérica, y el chavismo han sido y son los nuevos ensayos comunistas para la toma del poder, que en realidad han consistido en verdaderos golpes de estado, que como dije anteriormente no siguen aquellos basados en el poderío militar y policíaco (asonadas militares).

Ahora se precisaba del engaño, de procesos más sutiles, disfrazados de un "hazmerreir" progresista, lo más atávico de las costumbres humanas antaño proscritas.

El engaño usa de:

-Medios de comunicación afines.

-Nuevos significados de las palabras, vocabularios.

-La mentira como sistema.

-La destrucción de la separación de poderes (la víctima la justicia de todos).

-La colonización del Estado.

-El ataque sistemático a la Jefatura del Estado (Monarquía).

-La denigración del oponente político para impedir la alternancia en el poder.

-Ataques furibundos a la tradición judeo-cristiana, eliminando los clásicos asideros del ciudadano, base de las sociedades occidentales.

-Empoderamiento del movimiento separatista para implantar un régimen "plurinacional".

-Una nueva interpretación de la Constitución del 78 que supone un cambio de Régimen, demoliendo los ideales de la llamada Transición.

La "partitocracia" es un mal en sí mismo, con el sectarismo que la acompaña y el liderazgo de alguien que concentra todos los poderes.

Así son los nuevos golpes de estado: ¡Se ensayó en Venezuela y en otros sitios!  Se pretende tristemente que desde la punta de lanza española se impregne a todo el continente.

Desde el Tribunal de la Haya y otras instancias mundiales, habría que crear un delito fundamental, dado el cariz que están alcanzando los acontecimientos autocráticos, llamado: ¡Delito contra la convivencia! En él quedarían incursos todos aquellos que atenten políticamente contra la separación de poderes, abusos de poder, tendencias autoritarias, etcétera, y que sean cometidos por políticos que de forma grave han atentado contra la convivencia de los pueblos, sin prescripción posible, al que se someterían aún después de haber finalizado su mandato por haber atentado gravemente contra los bienes públicos, los derechos humanos o cualquier abuso de poder.

España 2024.

¡Adiós democracia, adiós!

viernes, septiembre 06, 2024

Vírgenes católicas

 La riqueza de la imaginería española es proverbial. Los pasos de la Semana Santa de España son suficientemente conocidos en todo el mundo. Hay maestros indiscutibles que crearon esas imágenes para la posterioridad (Francisco Salzillo, Gregorio Fernández, Alonso Cano, etcétera).

Cierto que el turismo hizo el resto en ese conocimiento, pero sus raíces son muy profundas y se retrotraen a cientos de años atrás, siendo consustanciales a la idiosincrasia de cada uno de los pueblos que conviven en la Península.



Dentro de la inconmensurable variedad de figuras del elenco español, y dejando a un lado la singularidad de la espectacularidad de la citada Semana Santa española, voy a referirme sólo a la imaginería que atañe a la Virgen María. Es tal la abundancia de imágenes distintas de vírgenes de los pueblos de España que casi se identifica una en cada pueblo... Mas, sin exagerar, sí son las comarcas, como ampliación del estricto municipio, quienes poseen en su seno la imagen de una de esas vírgenes, que en sí no son más que una condensación de la propia idiosincrasia de cada sociedad, en base a una "devoción popular" fielmente expresada.

Claro, por eso la inocencia del niño (y no sólo de ellos) se asombra en primer lugar de cómo un mismo personaje puede adoptar tan variadas fisonomías, y en segundo, cómo tales pueden identificarse tan fielmente con el ideal de muchacha que las gentes del pueblo imaginan en cada uno de esos lugares, por supuesto, bellas, puras, jóvenes, etcétera... Así que, ¿no parece "superfluo" la creación de tantas figuras distintas de la imaginería?

Pecado..., ¡nada más blasfemo para el devoto religioso que semejante tropelía!... ¡La Virgen, su Virgen, está tan identificada con la devoción popular que ya forma parte intrínseca de sus más acendradas creencias!

Y es tal la fortaleza de ese sentimiento que raya a veces en el sectarismo, religioso en este caso, pero casi similar al deportivo, y hasta el ideológico o político.

Desde tal punto de vista, la supuesta calificación de "superfluo" es de lo más erróneo... Todo lo contrario, esta imagen sobre la Virgen denota una clara superposición sobre la "devoción popular": ayuda a comprenderla, va unida al sentimiento más profundo de cada componente social de la gente, y ayuda a la agrupación social de los individuos de una comunidad.

Todo esto entronca bastante, aunque con menor significado, con lo escrito en su día por Jung sobre los símbolos y los arquetipos.

Esta verdadera "materialización" del personaje expresada en la imagen, claramente va en contra de la indecidibilidad de Alá, de ahí su prohibición en el islam.

Y en tal orden de cosas, por el contrario, en la tradición oriental, el mandala es el símbolo que representa una idea abstracta basada en unas creencias profundas.

Resumiendo: Estimo que la imagen (imaginería), en este caso de la Virgen, es la "materialización concreta" de cada devoción popular.

miércoles, septiembre 04, 2024

EVOLUCIÓN

 En primer lugar hacer referencia a dos verdaderos monstruos del episodio evolutivo: Charles Darwin y Alfred Russell Wallace.

Este último tuvo un amplio campo de trabajo, tanto en el río Amazonas como en el archipiélago malayo. Su nombre ha quedado grabado en nuestros días por su identificación de la llamada línea de Wallace que señala una línea geográfica que divide a Indonesia en dos zonas, una relacionada con los animales comunes en Australia, y otra en la que las especies son en gran parte de origen asiático.

Wallace y Darwin son abanderados de la evolución, aunque según los historiadores de la ciencia existen claras diferencias entre ellos: "Darwin enfatizó la competición entre individuos de la misma especie para sobrevivir y reproducirse, mientras que Wallace dio una mayor importancia a la influencia del medio para forzar a las especies a adaptarse al entorno local". (Wikipedia)

Como sabemos, tanto Darwin como Wallace propusieron que la selección natural era el mecanismo básico responsable del origen de nuevas variantes genotípicas y en última instancia, de nuevas especies. Al mecanismo de cambio Darwin lo conceptuó como evolución biológica. Su combinación con las leyes de Mendel se denomina síntesis moderna o "teoría sintética". Según la misma, la evolución se define como un cambio en la frecuencia de los alelos de una población a lo largo de las generaciones. Y tal cambio puede ser causado por diferentes mecanismos, tales como la selección natural, la deriva genética, la mutación y la migración o flujo genético.

Actualmente la evolución como propiedad inherente a los seres vivos no es materia de debate en la comunidad científica, sin embargo, los mecanismos que explican la transformación y diversificación de las especies se hallan bajo intensa y continua investigación científica.



Dentro de los diferentes tipos de evolución que se han considerado (divergente, paralela, reticular, convergente, etc.), y sus implicaciones tanto filosóficas, como sociales y religiosas, me gustaría poder añadir ciertos matices que acompañarían a las ideas ampliamente expuestas en artículos míos anteriores, como suponen la existencia de las dos principales manifestaciones del universo (primera y segunda manifestación).

A grandes rasgos, mi tesis sobre la evolución se resume en el hecho de que "dicha evolución es hija tanto del azar, como de la libertad del ser vivo, y del devenir del mismo universo (los distintos niveles creados dentro de la segunda manifestación)". Ello supone el no dar prioridad, como muchos alegan, a una u otra de tales causas. No simplemente "azar y necesidad" como se afirmó con asiduidad, sino, sobre todo, debido al impulso interno de cada ser (quizás la voluntad de Schopenhauer, la voluntad de dominio de Nietzsche, las pulsiones de Freud, etc.), dentro de las vías o canales señalados por la segunda manifestación con origen en la propia naturaleza o raíz de la potencia suprema (el propio Dios o Criatura Suprema) que son los polos que conducen toda la evolución universal. Evidentemente, todo ello constituye en el fondo una clara cosmovisión, en la que no se da prioridad a una evolución dirigida, ni a una causalidad azarosa sin sentido o errática, sino a un compendio de todo ello, en el que cada uno de los factores poseen su parte de realidad. Y dentro de los conceptos a desechar se incluyen algunos de los más santificados por la neurociencia, tales como la negación del libre albedrío, la causación puramente material de la mente (neurotransmisores en exclusividad), etc.

En tal cosmovisión, como matriz marco de la evolución, caben tanto el libre albedrío, como las circunstancias del medio, la expresión clara de las leyes físico-químicas, y los designios del devenir temporal del universo.

¡La evolución está abierta a todo, y no da prioridad absoluta a ninguno de los agentes aludidos!

martes, abril 16, 2024

domingo, abril 07, 2024

Hecho consumado e idealismo analítico (Final)

 III. Materia y consciencia: las dos manifestaciones del universo

Las críticas al materialismo en la obra de Kastrup ("Pensando la ciencia"), aunque duras y agrias en ocasiones, tienen bastante parte de verdad teniendo en cuenta el movimiento claramente pendular de la cultura occidental que ha existido a través de los siglos, precisamente en estos temas que atañen a la dicotomía cuerpo-mente, desde los tiempos del medioevo con los escritos de San Agustín, de Tomás de Aquino, la revolución de Descartes y los siguientes embates del marxismo más atroz, y el más reciente asentamiento de un marxismo práctico que situó al materialismo en los mismos frontispicios de la ciencia, a lo largo de los siglos XX y XXI. Es por eso, plausible en cierto modo que los amigos del idealismo, en este último movimiento pendular, exageren ahora en algunos casos la preponderancia del idealismo de la consciencia sobre la materia.

Yo me sitúo casi en el centro de tales especulaciones, pues sin volver a la filosofía "descartiana", sí introduzco en mis planteamientos, no faltaba más, los conceptos cuánticos más recientes, intentando resolver así, una vez más, el "problema difícil de la consciencia".

De esta forma, adopto algunos de los planteamientos del idealismo analítico de Bernardo Kastrup, aunque rebajando un tanto sus pretensiones globalistas; aún así, considero que la mente seguramente configura en gran medida la realidad, pero no del todo. Creo que no se identifica exactamente la materia con las cualidades  de la experiencia, es decir, el mundo material no es en su totalidad el contenido de la percepción, porque lo material es necesario e imprescindible para evocar lo que siente el cerebro, o sea, para que se manifiesten las cualidades en el cerebro. Y es que la evolución en lo material, hace manifestarse al mundo cualitativo en el cerebro.

El idealismo, no obstante, considera que hay "algo ahí fuera", a lo que llama la naturaleza experiencial, una actitud mental transpersonal que sería el universo inanimado, que no posee un estado definitivo antes de ser observado. Por la disociación la consciencia global formaría múltiples alters (como tú y como yo).

No estoy de acuerdo en la afirmación absoluta de que las propiedades físicas resultarían de una interacción entre nuestros propios procesos mentales y los procesos transpersonales dentro de los cuales vivimos, al menos no completamente. Sí considero que tales interacciones constituyen el proceso de observación o medición, que en mi opinión decanta una de las posibilidades superpuestas "de ahí fuera", lo que constituye un "hecho consumado" (para mí, una creación de realidad, llamada suceso o acontecimiento). Traigo a colación aquí la importancia de este "hecho consumado" que avalaría mi propia teoría del tiempo creativo -leer al respecto lo apuntado a lo largo de Simbiotica´s Blog).

Esta última modulación o punto de vista se aparta de la teoría del idealismo analítico, y su consecuencia es que de la forma descrita se va construyendo el mundo físico de realidades que observamos a nuestro alrededor, partiendo de una base inicial, sí física, que habría que estudiar a fondo y que representa el meollo de la creación inicial del universo que desconocemos hoy por hoy, por más esfuerzos que la ciencia actual aplica a su discernimiento.

Quiero creer también, al igual que el idealismo analítico, que cada ser vivo, junto con el universo inanimado como un todo, es una entidad consciente. Adopto, como ya he expresado, la idea de la existencia de los procesos mentales transpersonales que fundamentan en parte al universo inanimado y que no implican necesariamente metacognición (la capacidad "humana" para evaluar explícitamente nuestra actividad mental). El sujeto o criatura que la tiene, además de tener la experiencia, sabe que la tiene, lo que permite, como en el caso humano, la deliberación, el pensamiento y la planificación. Por ejemplo, los procesos mentales puramente instintivos, pese a ser conscientes, carecen de metacognición. Por eso considero, también que, dado que las leyes de la naturaleza se antojan estables y predecibles, la actividad mental transpersonal que subyace en el universo inanimado (materia) es instintiva, no metacognitiva. En mi opinión, aquí intervendría el azar, pues parece que la consciencia universal no tendría necesariamente un plan, sino que puede estar haciendo lo que está haciendo sólo porque tiene la disposición innata a ello.

Estoy de acuerdo con el aserto, también de la MCR (Mecánica Cuántica Relacional), de que las cantidades son útiles para describir diferencias relativas entre cualidades ya conocidas de manera experiencial, pero que fallan rotundamente si se ocupan de las cualidades mismas.

La materia, según el idealismo analítico son los estados experienciales transpersonales (la apariencia extrínseca -imagen- de la experiencia interna en el caso de los seres vivos).

En cierto modo sí me acerco a la idea (salvando las apreciaciones anteriormente expuestas) de que el universo es una construcción mental desplegada en la pantalla de la percepción.

Una vez reflejadas todas mis objeciones respecto al idealismo analítico de Kastrup, y subsiguientemente, a partes de la interpretación cuántica de la MCR, las  que, por otra parte, me han sido útiles para la construcción de mi propia teoría, es hora de exponer esta última, al menos de forma concisa, aquello que constituye, a mi modo de ver, una visión global del universo en su totalidad, una verdadera cosmovisión.

No es corta mi pequeña historia en busca de la aclaración de temas tan peliagudos, como la resolución de las paradojas cuánticas o la incógnita del significado y naturaleza de la consciencia (conciencia), por eso escribí, precisamente, una pequeña obra, "Consciencia y sensación", que curiosamente, aunque los "efectos" serían los mismos, el planteamiento parece opuesto al que asumo ahora; en ella me decantaba por el poder de la materia, todo poderosa, en la que además de las propiedades físicas conocidas de la misma, poseía otras propiedades tildadas de cualitativas, como el sabor, las sensaciones, la psiquis, etcétera. Pues bien, fruto de todo el replanteamiento expuesto en este artículo, y en otros que aparecen en Blogs de mi autoría, como "Simbiotica" o "El Imperio de la verdad", vuelvo a dar un paso más allá en mis especulaciones y, subsiguientemente, vuelvo a construir una teoría que, como movimiento pendular, se decanta por la prevalencia del idealismo de la mente sobre el mundo de la materia, pero en realidad no es tan así, simplemente he trasladado  el mundo de cualidades (mente, sensación) fuera de la frontera material, constituyendo un mundo aparte, que no chocaría con el problema filosófico de envergadura que representa la transmutación de las propiedades físicas en las cualidades que son en sí, mente, sensación, etcétera. (Algo que sí barruntaba en la teoría defendida en la obra "Consciencia y sensación".)



De este modo y con carácter definitivo (irónicamente, por ahora) esta nueva teoría establece que el universo global posee dos tipos de manifestaciones: la primera, o material (mundo físico); y la segunda o mundo de cualidades (mente, sensación, etcétera).

Las características de los dos tipos de manifestaciones aludidas constituyen el meollo de la serie de artículos que publiqué recientemente en este mismo Blog y en los citados anteriormente, que llevan por títulos, por ejemplo: "Las dos claves del universo", "Psiquis, mente y consciencia", y un largo etcétera. Realmente se engloban en mi obra: "Confesiones", aparecida en Simbiotica´s Blog.

Sin más pormenores y como resumen, diría que la cosmovisión que propongo, basada en la existencia de la primera y segunda manifestación del universo, afirma que el Cosmos, provendría de un estado inescrutable, anterior al universo que conocemos y que algunos filósofos orientales asignaban a una Nada metafísica a la que llamaban Tao, mas este no es el objeto de este artículo, sino el intento de explicación del universo en el que nos encontramos y en el que cotidianamente vivimos. Para no extenderme más, recomiendo al respecto el artículo: "Cosmovisión, el sentido del universo", que aparece en mi obra "El Desprendimiento".

Pues bien, partiendo del inicio del universo (Big Bang), la subsiguiente formación de estrellas y galaxias, la aparición de la vida y la psiquis de las criaturas vivas, la evolución consiguió crear en su seno criaturas conscientes como el ser humano que, claramente, son observadores privilegiados del "cuadro general de la Creación" (y no entro en la cuestión de la naturaleza de la criatura creadora, o del agente creador del universo, llamemos como lo llamemos -vuelvo a recomendar el artículo citado antes-, o si el universo tiene la potencia suficiente para existir eternamente).

Opino que la mente de esos observadores han sido y son capaces de "crear realidad" a través de la decantación de las "posibilidades superpuestas del ahí fuera", o  el sustrato de los "procesos mentales transpersonales que patrocina el idealismo analítico, y que no posee un estado definitivo antes de ser observado.

De esta forma, la evolución en lo material en la que participan parcialmente (a partir del azar y la necesidad) las consciencias de los observadores (seres vivos), va configurando estructuras materiales, entre ellas los cuerpos de los seres vivos conscientes (primera manifestación), "necesarios e imprescindibles" para que en ellos (en sus cerebros) pueda manifestarse el mundo de cualidades de la segunda manifestación. En otras palabras, la evolución en lo material hace manifestarse el mundo cualitativo en el cerebro. Esto último produce paralelamente la aparición de nuevos elementos de la segunda manifestación, que al igual que en el idealismo analítico constituyen esos "alters" que propone.

Así que, en cierto modo la evolución darwiniana (biológica), ha sido y es "necesaria e imprescindible" para el nacimiento de nuevos elementos de la segunda manifestación, aunque conviene aclarar rotundamente que de estos razonamientos no se deduce, en ningún modo, que las cantidades reflejadas en el materialismo, producen o sean capaces de dar a luz cualidades, un problema filosófico irresoluble: al contrario, la potencia de la actividad mental transpersonal, en su disociación como producto de la interacción entre nuestros propios procesos mentales y los procesos mentales transpersonales, el agente de tales, si queremos llamarlo así, emergencias, claramente está dentro del mundo de cualidades (segunda manifestación). Existe, pues, una "continuidad" dentro de este mundo, tan natural como pensamientos o sensaciones, ambas cualitativas, que no es la infranqueable brecha entre mente y no mente.

Así, la aparición de estos nuevos elementos de la segunda manifestación (cualidades) equivale a una verdadera creación. Existirían, por consiguiente, globalmente, dos tipos de creaciones: la de la materia-energía del inicio del Big Bang, y las de cada ser vivo como elemento de la segunda generación ("alters"). Lo que no impide que tales "alters" puedan, dentro de su "unicidad" como individuos, estar compuestos del conjunto de cualidades que lo constituyen, y que son a su vez elementos de la segunda manifestación.

Hay implicaciones metafísicas al respecto, por ejemplo en cuanto al devenir de esos elementos de la segunda manifestación, como las criaturas o seres vivos, que se "apoyan" en el elemento material que constituye su cuerpo (primera manifestación); al óbito, fuera ya del andamiaje espaciotemporal que promovió la evolución material darwiniana, ¿su pertenencia a la segunda manifestación le asegura una existencia "ad eterno" (fuera del tiempo?); seguramente sí, pero elucubrar sobre ello nos haría adentrarnos en los terrenos un tanto movedizos de la religión.

Hasta aquí la teoría; las consecuencias habría que analizarlas, un vez asentada la misma, en un próximo futuro.

¡Si lo escrito amplía el horizonte de nuestros pensamientos, mi principal deseo, que sea para el lector lo más provechoso posible!

jueves, abril 04, 2024

Hecho consumado e Idealismo Analítico (Continuación)

 II. El Idealismo Analítico de Bernardo Kastrup

Un resumen de los planteamientos de Bernardo Kastrup expuestos en su obra "Pensando la ciencia".

El idealismo analítico postula un campo transpersonal de la actividad mental más allá de nuestras psiques personales.

Hay un mundo mental ahí fuera, igual que nosotros somos intrínsecamente mentales. Ver las cosas de esta manera sortea por completo el problema difícil de la consciencia, puesto que ya no necesitas salvar la infranqueable brecha entre la mente y la no mente, entre la cualidad y la cantidad, ahora todo es mental, cualitativo, y la percepción no consiste más que en modular un conjunto (personal) de cualidades para ajustarlo a otro (transpersonal).

Al no ser capaces de reconocer la naturaleza (los materialistas) de su propia consciencia a través de la introspección autorreflexiva, mezclan la materia con las cualidades de la experiencia. Piensan que el mundo material es el contenido de la percepción. (No es así, pero lo material es necesario, imprescindible para evocar lo que siente el cerebro).

* Notas propias al respecto: Esta es la conexión que elimina el problema difícil de la consciencia. La materia es necesaria e imprescindible para que se manifiesten las cualidades en el cerebro. La evolución en lo material, pues, "atrae" o hace manifestarse al mundo cualitativo - en el cerebro, por supuesto. El mundo cualitativo puede llegar al Omega -Dios-, gracias a la evolución en lo material -la evolución de la vida.

 Continúan las afirmaciones de Kastrup:

Para un idealista, sólo hay mente, siendo la materia nada más que el aspecto de ciertos procesos mentales desde un punto de vista determinado.

El fundamento de la existencia es la consciencia fenoménica.

En mi opinión, ese "algo ahí fuera" es la naturaleza experencial, esto es, consiste en actividad mental transpersonal. Dicha actividad mental sólo se nos presenta como el universo inanimado.

Lo que hay ahí fuera, sea lo que sea, no tiene, más allá de la actividad mental individual un estado definitivo antes de ser observado.

El entorno en sí mismo no comprende objetos con posición, forma, etc. precisos, sino que consiste en posibilidades o tendencias superpuestas.

Por disociación, la consciencia animal formaría múltiples alters desunidos como tú y como yo; esto es, la vida es la apariencia de un proceso disociativo a un nivel universal cuando se observa desde el otro lado de su límite disociativo.

Las propiedades físicas resultan de una interacción entre nuestros propios procesos mentales y los procesos mentales transpersonales dentro de los cuales vivimos. Esta interacción es lo que los físicos llaman observación o medición, lo que amplifica cognitivamente una de las posibilidades superpuestas de ahí afuera y conduce a la impresión de que habitamos un mundo físico determinado. Así pues, el mundo físico no es más que una imagen en la mente individual del observador, cada uno de nosotros percibe su propio mundo físico, definido por el contexto de sus propias observaciones.

Mantengo que sólo hay una consciencia animal.

Desde el interior (1ª persona) cada ser vivo, junto con el universo inanimado como un todo, es una entidad consciente.

Desde el exterior (2ª o 3ª persona) nuestras respectivas vidas interiores se presentan con la forma de aquello a lo que llamamos "materia" o "cualidad física".

La "materia" -toda materia- es simplemente el nombre que atribuimos a la apariencia de la vida interior consciente desde el otro lado de su límite disociativo. Éste es el motivo que hya correlaciones tan estrechas entre la experiencia interior y las pautas mensurables de la actividad cerebral.

Los procesos mentales transpersonales, que sustentan y sirven de fundamento al universo inanimado, no implican necesariamente metacognición. La metacognición es nuestra capacidad humana para evaluar explícitamente nuestra propia actividad mental, lo cual requiere algo más que la pura consciencia fenoménica. Una experiencia es metacognitiva si, además de tener la experiencia, el sujeto sabe que la tiene. La metacognición permite la deliberación, el razonamiento y la planificación. Los procesos mentales puramente instintivos, por otra parte, son aquellos que, pese a ser conscientes, carecen de metacognición. Dado que las leyes de la naturaleza se antojan estables y predecibles, la actividad mental transpersonal que subyace en el universo inanimado es instintiva, no metacognitiva.

En opinión del autor, la consciencia universal no tiene necesariamente un plan; puede estar haciendo lo que está haciendo sólo porque tiene la disposición inmanente a ello.

La "materia" es la etiqueta útil que ponemos a los contenidos de una modalidad particular de la experiencia: la percepción.

Pienso que los contenidos de la percepción -me refiero a las disposiciones particulares de las cualidades perceptibles, como el color, el sabor, el olor, etcétera- no son más que representaciones o fenómenos del mundo tal cual es en sí mismo. Lo que he estado llamando "apariencias extrínsecas" son equivalentes, al menos en gran parte, a las "representaciones" de Schopenhauer y de los "fenómenos" de Kant.

De acuerdo con el idealismo analítico, el andamiaje del espacio-tiempo y las percepciones básicas que lo pueblan son mecanismos cognitivos que hemos desarrollado como especie, no existencias independientes, por eso están integrados en el organismo.

A diferencia de las percepciones básicas (píxeles), esta narrativa interior se transmite por la cultura y la educación. Es precisamente una de esas historias vinculadas a la cultura la que conduce hoy a la mayoría de las personas a mirar al mundo exterior y ver objetos discretos hechos de materia fuera de la mente.

Las cantidades son útiles para describir diferencias relativas entre cualidades ya conocidas de manera experencial, pero falla por completo al ocuparse de las cualidades mismas.

Sostengo que el mundo exterior está construido por estados experienciales transpersonales que se presentan a nosotros en forma de lo que llamamos "materia". La materia, por tanto, no es sino la apariencia extrínseca -la imagen- de la experiencia interna. En los seres vivos, la "materia" que constituye su cuerpo es la apariencia extrínseca de sus estados experienciales individuales (siendo esta la razón por lo que las partes mensurables de la actividad cerebral se correlacionan con la experiencia interna). En el caso del universo inanimado, la "materia" es la apariencia extrínseca de los estados experienciales transpersonales.



Para Zeilinger "no tiene sentido suponer que lo que medimos [esto es, observamos] en un sistema posee realidad [independiente].

A continuación Kastrup expone diferentes opiniones al respecto.

"La física cuántica se despide de la realidad" (Cartwrigt, 2007).

"Algunas predicciones de la MC son incompatibles con la no contextualidad (independencia respecto a la observación), incluso para una amplia e importante clase de teorías no locales" (Leggett, 2003).

Resultados experimentales de los que se informó en el 2007 (Gröblacher) y el 2010 (Romero) han confirmado estas predicciones. Reconciliar estos resultados con el actual paradigma requeriría una redefinición profundamente contraintuitiva de lo que llamamos objetividad (¿realidad?). (¿Hay que ignorar estas anomalías?).

Tomados en conjunto estos experimentos, indican que el mundo cotidiano que percibimos no existe hasta que es observado, lo que a su vez sugiere que la mente desempeña un papel fundamental en la naturaleza.

Y recientes experimentos parecen haber demostrado el aspecto central y definitorio de la MCR (Mecánica Cuántica Relacional) de Carlo Rovelli (1996), que el mundo físico, en efecto, depende del observador de manera análoga al movimiento (Proietti et al, 2019; Emerging Technology from de arXiv, 2019).

El mundo consiste en una superposición unitaria de potencialidades (en la medida en que las personas pueden saber, antes de ser representado a través de la percepción consciente). Esta superposición -indivisible, puesto que el entrelazamiento cuántico impide que los elementos de la superposición sean describibles separadamente unos de otros- es incompatible con la existencia de objetos individuales separados y de eventos con propiedades determinadas.

* (Nota propia: ¿Explicaría esto la unicidad del ser vivo, de la segunda manifestación del universo? - Ver la parte III de este artículo).

La decoherencia no obvia ni excluye la posibilidad de que la consciencia sea la agencia que hay detrás del colapso de la función de onda.

Aunque no hay duda de que cada organismo -de acuerdo con la MCR- pueda habitar su propio mundo de percepciones, "los organismos están rodeados por un entorno común de pensamientos, lo que evita el solipsismo, al menos en esencia". (Afirmación de Richard Corn Henry de que "el universo es por entero mental". Revista Nature 2005).

El problema es que la teoría cuántica contradice nuestra comprensión intuitiva de lo que significa real. De acuerdo con la teoría, si dos partículas reales A y B son preparadas de una manera especial (se supone entrelazadas, en mi opinión), lo que Alicia ve cuando observa la partícula A depende de cómo Bob observa al mismo tiempo la partícula B, aunque ambas partículas -así como Alicia y Bob- están separadas por una distancia arbitraria (para mí, esto es normal, considerando que A y B  tienen una realidad compartida debido a su entrelazamiento). Según el razonamiento expuesto por Kastrup, esta "acción fantasmal a distancia" (Einstein) contradice o bien la causación local, o bien la misma noción de que las partículas A y B son "reales", en el sentido de existir con independencia de la observación.

Pero resulta que ciertas propiedades estadísticas de las observaciones (Leggett, 2003) -confirmadas experimentalmente (Cartwrigt, 2007)- indican lo último: que las partículas no existen con independencia de la observación. Y puesto que la observación consiste en última instancia en lo que se aprehende en la pantalla mental de la percepción, la consecuencia puede ser que "el universo es por entero mental".

La raíz de todas estas incertidumbres filosóficas es la suposición no examinada de que sólo existen las cantidades físicas.

Según Andrei Linde "nuestro conocimiento del mundo no comienza con la materia, sino con las percepciones".

En ausencia de un absoluto, de un sustrato independiente del observador, el mundo físico de la MCR sólo puede ser los contenidos de la percepción. Pero para Bernardo Kastrup, junto con los contenidos de la percepción también hay, desde luego, categorías mentales no perceptivas, como los pensamientos.

La mecánica cuántica no predice pensamientos, sino sólo el despliegue de la percepción. En opinión de Kastrup, todas las cantidades físicas que se despliegan en la pantalla de la percepción pueden surgir como relaciones entre pensamientos. Esta línea apunta a la mente como el sustrato primario de la naturaleza, cuyos estados discernibles constituyen la información.

Entonces, el pensamiento -cuyas características ambigüedades tal vez sean lo que los estados de superposición cuántica representan en última instancia- subyace en toda la naturaleza, no sólo en los organismos vivos.

El mundo físico de un organismo observador puede surgir de una interacción -una pauta de interferencia- entre los pensamientos de este organismo y los pensamientos transpersonales que subyacen en el universo inanimado que lo rodea.

Una de las implicaciones teóricas más extrañas de la mecánica cuántica es que observadores diferentes pueden dar cuenta de manera diferente -aunque con idéntica validez- de la misma secuencia de eventos.

Para Kastrup las cantidades físicas se limitan a describir nuestras percepciones y, por tanto, depende de cada uno de nosotros como observadores.

En los últimos años, el grupo de Donald Hoffman en la Universidad de California, en Irvine, ha mostrado que nuestro aparato perceptor no ha evolucionado para representar al mundo verídico, como es en sí. (Pero sí para la supervivencia). Si viviéramos el mundo tal y como realmente es, estaríamos abocados a una rápida extinción (Hoffman, 2009; Hoffman y Singh, 2012).

El universo es una construcción mental desplegada en la pantalla de la percepción. Es a este universo mental al que nos está conduciendo la Física, no a los aspavientos ni a los juegos de palabra del realismo de la información.

Solo hay una salida razonable: considerar nuestras percepciones como un panel de indicadores que proporcionan la información más importante, aunque sea de manera indirecta, sobre el universo mental de ahí fuera.

El futuro de la física -y de toda la Ciencia- es la mente; no solo la individual, la del lector o la mía, sino la mente como la esencia transpersonal que confiere a la materia su realidad interna. Ahí radican las soluciones a los enigmas de la mecánica cuántica, al problema mente-cuerpo y a las, por lo demás, extrañas conexiones entre las matemáticas y la física. ("Universo matemático" de Max Tegmark).