Ante tantas crisis de fe, de creencias, de empacho informático que conduce al nihilismo, en nuestra época debe de darse especial prioridad a una fe especial, un camino: "el afianzamiento de la creencia en sí mismo".
Nacimos solos y solos nos iremos. Tu trascendencia vital requiere el reforzamiento de lo que somos en lo más íntimo, nuestra naturaleza, único bagaje que poseyéndolo en el presente nos acompañará en los últimos instantes de nuestra presencia en este mundo, y no sabemos si más allá.
El incremento exponencial de noticias (fakes o no), informaciones de todo tipo que nos abruman, más allá de ser algo positivo, actúa en nuestra contra. Es más, se necesitan potentes filtros que mantengan a salvo nuestra intimidad, nuestra propia naturaleza.
Tantos hilos desde los que tirar, y que tiran, a su vez, de nosotros hacia rumbos imprevisibles, que desde luego no juegan a nuestro favor, sino que obedecen a intereses espurios, hacen que cada vez con más urgencia se deban interponer los acotamientos necesarios en pos de la claridad de ideas que hagan posible el alumbramiento del verdadero camino en el que proseguir.
Es preciso, como decía Nietzsche, un aislamiento, un rechazo a todo lo conocido, un abandono de los maestros que de siempre han llamado nuestra atención; en su propuesta, el maestro debes de ser tú, en el nivel que te corresponda, pues solo debes dar cuenta ante ti, presentando orgullosamente ante la historia, el universo todo y en especial a tu consideración el comportamiento que tu mismo has elegido, sin interferencias mezquinas de cualquier clase.
Estamos en tiempos en los que se antoja imprescindible, elegir el camino que te conduce a ti mismo, aceptándote en todos los extremos lo que tu eres según tu conciencia. El filósofo transgresor de todo lo anterior a él así nos lo recomienda, es más, nos lo exige desde la fuerza de nuestra propia voluntad.
El que escribe eligió su camino ya desde hace algún tiempo, por lo que toda filosofía, toda ciencia, aún teniéndolas en cuenta, las somete a una estricta revisión, advirtiendo que solo el ejemplo de los hechos, y no de las ideologías o palabras ajenas, en ningún modo pueden sustituir esta búsqueda propia de la verdad.
¡Apúntate a los que buscan su propio destino y que depositan mansamente a la extinción de su propio periplo vital, sus propias conquistas vitales como donación a la Consciencia del Universo, lo más sagrado y querido de su propia naturaleza!

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