OBRAS DEL AUTOR

miércoles, marzo 15, 2023

De lo colectivo falso a la comunidad

 Bueno, como anticipo de  lo que escribiré, citar la consabida idea de que la realidad es construida en gran manera por nuestro propio pensamiento. Pero ahora no voy a referirme a ello, sino a algo para mí novedoso.

Y es que observamos un colectivo de criaturas como número de individuos por separado, sin discriminar si son comunidad o no. En una segunda fase podemos ya fijarnos si forman algún tipo de comunidad, es decir, en cierto modo una sociedad, pero... igual que con la realidad (ver el artículo anterior de este mismo Blog ¿Qué me dijo mi mascota?), ¿no será nuestra consciencia, nuestro pensamiento, nuestra propia mirada los que de alguna forma establezcan el vínculo para que esos elementos formen una comunidad?... Para cada uno de tales individuos, unos pueden ser ajenos a los otros, pero nuestra mente parece como si "construyera" el vínculo que los une o los hace ser "comunidad".

Muchas veces consideramos una agrupación  de seres, al menos en su calificación como colectivos comunitarios, sin embargo en sí (para ellos) puede ser un colectivo "falso". Los vínculos, a fe cierta, los crea nuestro pensamiento, nuestra mente, pues así aparecen en nuestro interior adjunto a un "sentimiento" que avala esa comunidad... y ese sentimiento interno propio, ¿no pudiéramos transmitirlo a los teóricos componentes de tal colectivo...? La conexión más elemental y profunda entre todas las consciencias del universo (creencia oriental) obra a favor de tal hipótesis. ¿Cómo podría ello ser posible?

Imaginemos que en el colectivo que estamos analizando exista alguno de esos elementos que está en la misma situación antedicha, es decir, que mentalicen de igual forma y sientan en su interior que nosotros mismos pertenecemos a una comunidad: ¡Una acción reflexiva amparada por el símil de las neuronas espejo, por ejemplo! ¿Se produciría ese cierto empoderamiento de "dar vida comunitaria" a nuestro colectivo?... Y dando la vuelta al razonamiento: ¡También nosotros podríamos ser capaces de hacer comunitario (una sociedad) un colectivo ajeno de individuos!

Parece como si las sociedades necesitasen de un cierto reconocimiento por nuestra parte "para que lo pudieran ser"... Si el colectivo apuntado fuésemos nosotros mismos en el reflejo de un espejo, el "sentimiento interno" señalado anteriormente sería el "pegamento" necesario que nos definiría como sociedad: ¡De lo colectivo falso a la comunidad!


P.D. El reconocimiento de las sociedades de insectos, aves, etcétera, de la naturaleza ¿sería la prueba de lo expuesto respecto al paso de individuos (colectivo) a comunidades o sociedades superiores al de la suma de sus partes (individuos)?

El deseo, nuestra voluntad, ¿puede incidir en la potenciación del nivel vital y mental de otras consciencias? ¡Una sugerencia asombrosa, a la vez que intrigante y misteriosa!

martes, marzo 14, 2023

¿Qué me dijo mi mascota?

 "El mundo adquiere su auténtico valor tras su paso por el tamiz de la conciencia humana".

¿Qué puedo extraer de mi relación con mi querida mascota?

No sé por qué, pero siento que dicha relación en cierto modo puede extrapolarse a mi relación con otros seres, no sólo con la criatura con la que estoy en ese momento estableciendo la relación: ¡Es como si esa relación se extendiese más allá, hacia prototipos más generales, a la totalidad de los otros perros o gatos, no sólo al mío!

Pienso que igual se presenta ante otras criaturas, otros seres. Por ejemplo, mi relación con ese pobre de la esquina: ¡Creo que me dirijo de forma un tanto abstracta o metafórica, a los otros pobres! ¡La pobreza en general!

La admiración por una rosa en particular, puede extenderse a mi relación con otras flores, a la belleza en general: ¡Al menos mi espíritu se eleva en tal dirección!

Cada caso particular me permite dirigirme a tales casos generales, a conceptos más amplios... El lenguaje, al poner nombres a las cosas en origen, ¿no seguiría tal correlato?

Yo hablo, me entiendo con mi mascota, le miro a los ojos y no sólo lo veo a él, sino a otros perros, a otros gatos, y mis sensaciones, creo, serían aplicables a los mismos...



No tengo que conocer, visitar, a otras mascotas, la mía es como si representase a todas ellas... por lo menos en algún sentido: su "alegría", su "dolor"... Y lo mismo puede aplicarse a otras circunstancias del entorno, y fuera de él: al pobre que está al otro lado del mundo, al dolor que sienten las criaturas ante la tragedia de la guerra, ante la enfermedad, etcétera... Un caso particular, una sensación determinada, hace elevarnos a tales casos generales, a la totalidad del mundo en sí... Cada una de esas partes nos lleva, o nos puede llevar a lo común, a lo general: ¡el conocimiento de un parte del universo, puede hacernos conocer su globalidad!

Cuando actúo en bien de solventar alguna deficiencia, creo que ello me lleva a resolver algo más global.

No sé tampoco por qué imagino que mi relación con mi mascota, el cariño que le tengo, es el cariño que desparramo alrededor de otros animales, y lo mismo con los humanos... Y de igual forma su reflexión sobre mí, e decir, esa "reacción" del mundo sobre mí, fruto de tales acciones, también serán generales, no la simple reacción de la criatura/agente con la que me estoy relacionando... Así, y ahondando más en la idea, la relación con un "colectivo" de individuos, o elementos vivos, en mi consideración sobre su sociabilidad, en la relación mutua que se constituye entre ellos, ¿es capaz de "aumentar" el grado de sociabilidad, de acuerdo con mis deseos?: ¿Son un conjunto de elementos totalmente individuales, o mi sensación de la existencia de una comunidad en ellos es capaz de de "dirigirlos" en tal dirección?... ¿Simples figuraciones mías o reconocimiento por parte de esos elementos de la posibilidad cierta de poder llegar a esa sociedad/comunidad?... Creo que de alguna forma, aquella extensión de lo particular a lo general puede incidir en la transmisión de ese deseo dentro de la colectividad, en su implantación.

¡Ya hace mucho tiempo que el sabio indio sentenció que las consciencias pertenecen a una misma Consciencia Universal!

sábado, marzo 11, 2023

Impronta universal: el "continuo vida-muerte"

 El pensamiento oriental no es ajeno a la idea de la inescrutable y profunda relación entre todas las consciencias de los seres vivos, algo que en cierta forma radica en el fondo de algunas de las teoría científicas más modernas relacionadas con el sorprendente y a veces paradójico mundo de la cuántica; eso sí, depende de las interpretaciones de algunos de sus defensores, lo que constituye una idea que ahora mismo  no puede considerarse disparatada, aunque sorprendente pero, cómo no, posible.

También, las ideas revolucionarias sobre el espacio y el tiempo que aportó la teoría relativista, permite afirmar que pasado, presente y futuro no son lo absolutos que creíamos, pues lo que en ciertos sistemas unos hechos aparecen en el pasado, lo son en el futuro en otros, según el estado de movimiento de los mismos. En cierta forma, por consiguiente, pasado, presente y futuro aparecen ya perfilados en la totalidad del universo, con lo que cierta conexión entre la totalidad de hechos, acontecimientos o historias parece entreverse.

Quiero creer, entonces, que la historia de una criatura viva, el conjunto de sucesivos presentes que han ido constituyendo en el tiempo lo que llamamos "su vida", es algo único, permanente dentro del vaivén de la historia universal, algo consustancial con su esencia, una donación de su existencia. De igual forma, podemos considerar la muerte un instante más de esa epopeya: el final de esa vida. Desde tal punto de vista, vida y muerte están conectadas: ¡una unidad de destino en la historia universal! Para mí, una "impronta universal", y como tal un continuo vida-muerte: ¡la muerte está indubitadamente unida a la vida, una prolongación de la vida!... Más allá de la conclusión del óbito, desde allí una continuidad de lo vital. La esencia de la criatura es extensiva, como componente de la historia universal, a toda la eternidad de la dimensión tiempo... Nada fenece del todo, la huella del continuo vida-muerte es la impronta eterna de la esencia de todo ser vivo... y esa pertenencia al universo todo, sería el trasfondo de la creencia oriental en la conexión profunda entre todas las consciencias del orbe, las existentes hoy y las de todas las épocas pasadas y futuras.



Ni que decir tiene que para los más allegados a esos difuntos, la conexión con ellos es una sensación innata a la que no queremos renunciar: ¡una necesidad perentoria para la superación del duelo!... Sería subjetivo si no se acercase a la realidad apuntada de la "Impronta" en el universo de ese "continuo vida-muerte" de cada criatura.

¡La muerte no es el final!