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miércoles, enero 04, 2023

Causalidad

 Según el físico David Bohm se podría mantener la causalidad y la realidad misma (algo en suspenso dentro de la mecánica cuántica) a través de la no-localidad. En su teoría se salva la causalidad del universo a través del entrelazamiento cuántico o una interconexión de los fenómenos a distancia, apelando a una especie de variables ocultas, o sea, el extraño comportamiento a nivel cuántico podría explicarse como efectos visibles de una "totalidad implicada", en la que cada átomo estaría de alguna manera conectado a los otros átomos del universo.

Y bien, aunque las teorías de Bohm no fueron muy bien recibidas por la física contemporánea, recientemente han sido revividas por la escuela apellidada "mecánica cuántica emergente", donde las partículas son entendidas más bien como fenómenos resonantes entrelazados con un campo de punto cero. La aparente aleatoriedad de los fenómenos se debería a que cada fenómeno es modificado por otros fenómenos distantes que lo causan, como si fuere a través de variables ocultas. Y a fin de cuentas, la teoría de Bohm implica que cada fenómeno existe en una red de total interdependencia con todos los otros fenómenos.



En la teoría de la vacuidad, la realidad física es posible solamente por que no existen partículas determinadas de manera local y sí una "interconectividad cuántica". El campo vacío o campo cero es un especie de mar de infinita energía potencial, con una infinita "creatividad" y de ésta emergen todos los fenómenos que surgen y desaparecen a cada instante.

Así que la "mecánica cuántica emergente" explica la causalidad en términos del mundo que observamos y, sin embargo, existe un plano en el cual no hay causalidad, en lo que Bohm llamaba "totalidad implicada", la profunda unidad de todos los fenómenos en su potencial infinito.

Y todo ello viene a colación porque la mecánica cuántica debe lidiar con la paradoja de que en la realidad última no puede haber causalidad y, sin embargo, debe defender la existencia de la causalidad en un plano relativo, en el que ciertas acciones producen efectos que conducen hacia la misma. De alguna forma, lo relativo y lo absoluto deben convivir.

Todo esto debería tener profundas implicaciones en la misma creación el universo y sus instantes iniciales: su conexión íntima en su totalidad sin necesidad de otras hipótesis ad hoc, mucho mas extendidas. ¡Una nueva física quizás se vislumbra!


Artículo de referencia: "El extraño hecho de que la causalidad no existe a nivel cuántico, pero sí en la realidad ordinaria", por Luis Alberto Hara.

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