De nuevo una bonita excursión que no nos llevará más de 50 kilómetros de recorrido (100 ida y vuelta) desde Peguerinos.
La ruta, partiendo del pueblo de Peguerinos, nos lleva directamente al cercano pueblo abulense de Las Navas del Marqués (unos 11 Km). Desde allí, por la C 505 en dirección a Ávila capital, tras pasar por la Ciudad Ducal (un paraje pintoresco y excepcional, marco de numerosas películas), nos internamos en lo que se denomina la Tierra de Pinares. El primer pueblo Navalperal de Pinares, y a solo 7,5 kilómetros La Cañada. Desde allí se divisa el Alto de Valdelavía y el inicio del espléndido valle que forma el río de la Gaznata, construido sobre una formidable falla.
No obstante, debemos desviarnos a la izquierda, en esa población, tomando la carretera Av-307, en dirección a Cebreros. A unos 10 Km, tomamos a la derecha la carretera Av-503 que nos lleva por un recorrido muy pintoresco a la localidad de San Bartolomé de Pinares, ya en el propio valle.
Desde San Bartolomé se inicia la verdadera excursión que recorre todo el río de la Gaznata, dejando a la derecha las localidades del Herradón y Santa Cruz de Pinares. Inmediatamente se llega, tras bajar unos kilómetros bastante escarpados por la Av 306, al propio lecho del río. Desde lo pinos iniciales la vegetación se va haciendo más variada, la que corresponde a ambientes más cálidos: encina, vid, etc. Las riberas de los arroyos son un prado continuo que dan su sustento al ganado lanar y vacuno. También algunas huertas aparecen de vez en cuando. La fauna y flora todavía conservan su prístina naturaleza.
Pero lo que nos va a llamar más nuestra atención y dedicación consistirá en la localización de los abundantes indicios mineros que acompañan estas tierras y que en gran parte permanecen ahora en el olvido. El río de La Gaznata desemboca en el término del Barraco (el pantano del Burguillo), enfrente del magnífico valle de Iruelas.
Como es sabido, los alrededores del Barraco (que se prolonga hasta el término de Hoyo de Pinares) son ricos en tales indicios mineros. Aunque muchos de los enclaves llevan decenios abandonados en relación a tales menesteres extractivos, algunos han sido objeto reciente de estudios que valoraran la presencia de oro y plata, al objeto de la posible rentabilidad en su explotación.
Y es que abundan sulfuros asociados a diques y filones de cuarzo que rellenan fisuras producidas en el granito, con buzamientos casi verticales, en direcciones generalmente NE a SW, y longitudes que a veces pueden llegar a varios centenares de metros.
Geológicamente estos terrenos se enmarcan dentro de la Zona Galaico-Castellana de Lotze (1945), la Galicia Occidental-Duero Inferior de Ribeiro (1970), o en la Zona Centroibérica de Julivert (1972), concretamente en el Dominio del Complejo Esquisto Grauváquico (Martínez Catalán, 2004).
Los materiales aflorantes que constituyen el Sistema Central en la zona, son granitos hercínicos emplazados en los metasedimentos del Complejo Esquisto Grauváquico y rocas metamórficas.
Los indicios principales se sitúan a lo largo del río de La Gaznata. En particular, a unos 6,5 kilómetros desde San Bartolomé y a ambos lados del río se localiza la antigua mina de Santa Cruz (ver en el título un reportaje de la misma que corresponde al Blog Simbiotica). Dos kilómetros abajo, siguiendo el curso del río aparece la mina Majalbuey y a continuación la de Cerrillo Altio.
De lo que no hay ninguna duda es que el recorrido por este extraordinario valle os sorprenderá por su bucólica belleza y contraste.
La vuelta por el mismo camino, o si queremos desplazandonos por la carretera Av 306 hasta el Barraco, y de allí a Cebreros y Las Navas del Marqués por el Hoyo de Pinares.
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