Una nueva teoría que afecta a la Cuántica y la globalidad del hecho científico es el objeto de este artículo que se desarrollará en tres partes, siguiendo el siguiente esquema:
I. El observador HC
II. El Idealismo Analítico de Bernardo Kastrup
III. Materia y consciencia: las dos manifestaciones del universo
I. El observador HC
Parece mentira que con tanta alusión en la Física al observador, no se haya producido el estudio en profundidad de este agente principal de la Cuántica... Se afirma y se niega continuamente el papel de la consciencia en relación a la realidad (es un problema, ni mucho menos resuelto de la MC). Un tema peliagudo que se une a la irresoluble cuestión de la propia esencia de la consciencia... Un quebradero de cabeza para los científicos ("el problema difícil de la consciencia").
Si tanta importancia tiene la cuestión, a favor o en contra, ¿no es hora de abordar seriamente el significado y el papel de este observador, al que aludimos siempre en los experimentos de la MC?
Pero, en primer lugar, ¿a qué tipo de observador nos estamos refiriendo? ¿Quién es realmente el protagonista o el agente de la observación, la medida?
¿Es lo mismo un observador humano que un instrumento mecánico o físico al que se le atribuyen las mismas aptitudes prácticas?
Pues bien, en mi opinión, hay un enorme error en el que inciden continuamente los investigadores que proyectan experimentos cuánticos, y es que confunden e igualan los anteriores... Rotundamente niego la mayor: el experimentador humano y su medidor instrumental no son lo mismo... Al final de la cadena, un humano levanta el "acta notarial" que ¡certifica la medida!
Desde tal punto de vista, pues, el problema del observador (de la medida) se reduce al de la consciencia, su significado, su esencial naturaleza.
Y tan así lo veo, que afirmo que el observador consciente posee un estado único que es su "interioridad", que no está sometida al vaivén de estados que supone la llamada "superposición de estados", tal como presupone en general el propio mundo cuántico en todo "objeto" material , de acuerdo con la función de onda cuántica de Schrödinger. Esta "interioridad" es un estado único que no mide el propio sujeto o individuo: ¡no hay medición, porque es un estado único basado en la "intuición" y la "sensación" interna! Precisamente, esta anulación de la supuesta "superposición de estados", sería el elemento claramente definitorio de la consciencia.
Yo llamo a este observador humano (extensible a otros seres vivos, quizás no a todos) "el sometido a la propiedad del Hecho Consumado", resumiendo HC, es decir: Observador HC.
Nuevamente y como gran simplificación, el observador HC es el dotado de consciencia, y de igual forma, la consciencia, al menos en lo que se refiere a la medida, solo "habita" en el observador HC.
¡Aquí tiene el científico la posibilidad de avanzar en el esclarecimiento y explicación de lo que es y supone ese fenómeno tan extraordinario de la consciencia!
Asignar a cualquier instrumento de medida construido por el hombre la propiedad esencial de la observación es un absurdo... El instrumento, como tal materia inanimada, sí está sometido a la "superposición de estados" (los suyos), y es necesaria la participación de una consciencia para la "decantación" de un estado (o un colapso de la función de onda como predice la clásica interpretación de Copenhague de la Cuántica).
De un plumazo, la paradoja del gato de Schrödinger, y su derivada "el amigo de Wigner", dejan de serlo: "Una consciencia (el observador humano) decanta un estado que se hace realidad por su intercesión, cosa que un observador teórico instrumental (aparato) será incapaz de realizar, ¡si una mente humana no da constancia de tal medida!"... Un observador humano exterior a tal hecho, no puede incluir en el sistema conjunto, objeto de medición e instrumento, al observador humano interior (el sistema inicial).
Con referencia al problema del observador y lo observado conviene traer ahora a colación, lo que nos dice la propia Wikipedia dentro de la conocida interpretación de la Mecánica Cuántica Relacional (MCR).
Consideremos el observador O, midiendo el estado del sistema cuántico S. Se asume que O tiene información completa sobre el sistema, y que O puede anotar la función de onda, l ψ>, describiéndolo. Al mismo tiempo, hay otro observador O´ que está interesado en el estado de todo el sistema O-S, y O´ tendría también información completa.
Para analizar este sistema formalmente, consideremos un sistema S que puede tomar uno de los estados designados por I ↑> y l ↓>, ketvectores en el espacio de Hilbert Hs. El observador O desea realizar una medición en el sistema. En el momento t1, este observador puede caracterizar el sistema de la siguiente manera:
|Ψ>= ∝|↑>+β|↓>,
donde |∝> al cuadrado y | β > al cuadrado son probilidades de encontrar el sistema en los estados respectivos, que obviamente suman 1. Para nuestros propósitos, podemos suponer que en un solo experimento, el resultado es el estado propio | ↑ >. Entonces, podemos representar la secuencia de eventos en este experimento, con el observador O haciendo la observación de la siguiente manera:
t1 → t2
∝ | ↑ > + β | ↓ > → |↑ >
Este sería el caso A. Y sería la descripción del observador O del evento de la medición. Ahora bien, cualquier medición es también una interacción física entre dos o más sistemas. En consecuencia, podemos considerar el producto tensorial del espacio de Hilbert Hs⛒Ho, donde Ho es el espacio de Hilbert habitado por vectores de estado que describen O. Si el estado inicial de O es |init>, algunos grados de libertad en O se correlacionan con el estado de S después de la medición, y esta correlación puede tener dos valores: | O↑> o | O↓>, donde la dirección de las flechas en los subíndices corresponde al resultado de la medición que O ha hecho en S. Si ahora consideramos la descripción del evento de medición por el otro observador, O´, quien describe el sistema combinado S+O, pero que no interactúa con él, a continuación se da la descripción del evento de medición de acuerdo con O, de la linealidad inherente al formalismo cuántico:
t1 ⟶ t2
(∝ | ↑ > + β | ↓ >) ⛒ | init> → ∝ | ↑ > ⛒ | O↑> + β | ↓ > Ⓧ | O↓ >
Este sería el caso B.
Así que si no hay variables ocultas u otros factores, los dos observadores O y O´ darían relatos diferentes de los eventos t1 y t2.
Una opción para solucionar esto sería otorgar un estatus preferido a un observador o tipo de observador en particular, lo que intentaremos a continuación al introducir los observadores citados anteriormente, HC.
Hay una clara diferencia entre la medición (interacción física) que realizan directamente sobre S los observadores HC, y la pseudomedición (sin interacción) que realiza O´ sobre la medición verdadera de O.
No puede haber una medición simultánea verdadera de O y O´. Si HC está en O, su medición es verdadera. Si HC está en O´ sería una pseudomedición (por no haber interacción según lo observado en la medición de O, por la propia definición de MCR). Pero si hay interacción de HC en O´, no puede aplicarse el caso B.
En el caso de la existencia simultánea de HC en O y O´, solo vale la medida de O, caso A. O´ realizará una medida verdadera de del sistema O-S, sin que perciba ninguna correlación entre O y S, es decir no aparecerán | O↑> y | O↓>.
De ahí los resultados tan paradójicos de muchos experimentos cuánticos, al tomar como válidos observadores puramente materiales como electrones y sobre todo cuantos de luz, fotones, que no son en absoluto HC.
En conclusión, la MCR sería válida si introducimos el concepto de observador HC, lo que permitiría o se asemejaría a la interpretación cuántica clásica de Copenhague.
En consecuencia, consciencia y HC (observador) son indisolubles, mejor, son lo mismo: ¡Este salto conceptual, en mi opinión, es trascendente! Viene a cuento, siguiendo con mis apreciaciones, la valentía intelectual de Albert Einstein, salvando por supuesto las distancias, de erigir y aceptar de forma rotunda las nociones de espacio y tiempo relativos que aparecían en sus fórmulas de la relatividad especial... Se requiere mucha valentía intelectual para asumir ese trascendental cambio en el mundo newtoniano, ese salto abismal en las concepciones más básicas, obra de un genio adornado de las convicciones más profundas en sus propias capacidades intelectuales... De igual forma, esas convicciones tan fuertes le apartaron del posterior desarrollo de la Mecánica Cuántica, en su suposición de la existencia de variables ocultas y la "acción fantasmal".