"Los dioses como la expresión de entornos vitales"
El "mundo" de la novela nos revela diversos entornos donde los personajes experimentan su andadura vital, y donde circunstancias y sujetos se entremezclan, constituyendo una realidad cierta o imaginaria (¡qué más da!), construida por el autor de la novela... Para mí, estos representan distintos "entornos vitales" que subtienden mundos posibles, cuando no reales extraídos de la experiencia.
Y ciñéndonos al "yo y sus circunstancias", como diría Ortega, de cada uno de nosotros, todos nos expresamos, nos desarrollamos, en suma, vivimos dentro de uno de tales entornos... Y todos son igualmente válidos, respetables y reconocidos, sin que ninguno de ellos obvie a los demás.
El mundo en el que se desarrolla la novela "Cumbres borrascosas" de Emily Brontë, es tan real y verídico como el que nos rodea a cada uno en su circunstancia vital propia.
¡Qué nos importa que la borrasca que se ciñe sobre nuestra cabeza, con sus nubes negras, ventiscas y lluvias, sea una leve distracción para los pasajeros que surcan el cielo por encima, sobre el mar de nubes de algodón que ellos observan!... El entorno emocional, vital de la tierra bajo la borrasca, y del cielo sobre las nubes, no se entorpecen mutuamente... ¡Y uno no empequeñece al otro!... La inteligencia es capaz de comprender y enmarcar los dos en una evidente realidad... Y el segundo, más reciente en el imaginario social, no quiere decir que represente la verdad: ¡los dos son verdad y realidad!
Y extendiendo más la metáfora: la nave espacial que continuamente da vueltas alrededor del planeta Tierra, y cuyas vistas impresionan al astronauta, no entorpece la visión y emoción sentidas por las criaturas que se estremecen en el suelo ante un huracán, u otra catástrofe climática...
Para cada uno de tales personajes, su "entorno vital" es lo que cuenta... Y remontándonos a los hechos históricos, cada una de las etapas humanas, de cada pueblo o sociedad distinta, poseía y posee su "propio entorno vital"... tan representativo, tan sustancial en su vivir que como mínimo requiere "respeto y consideración": ¡cada una es en sí un entorno vital!
Y es que, ahondando en el camino, en el fondo hasta los "dioses" de cada uno de esos pueblos y sociedades, ¿no son, en resumen, la expresión de uno de esos entornos vitales?
No quiero extenderme más en el tema, pues sería muy prolijo describir los innumerables tipos de "entornos vitales". Y aprovechando la sensibilidad presente hacia la vida natural, pensemos que cada criatura viva, que posee sentidos tan distintos en cuanto a cantidad y cualidad, en realidad posee su propio entorno vital específico, muy diferente al que percibimos los humanos. Por consiguiente, no puedo más que pedir para cada uno de ellos: ¡respeto y reconocimiento!