OBRAS DEL AUTOR

sábado, febrero 20, 2021

Las claves del fenómeno cuántico (VI)

 "En busca de la verdadera Teoría Cuántica"


El segundo descubrimiento al que me refería en la entrega (V) del presente artículo, expuesto en la revista del MIT, Technology Review, hace referencia a la sugerencia y después confirmación de que el proceso fotosintético es también un proceso cuántico.

"Así lo puso en claro un estudio realizado por investigadores del Departamento de Energía del Lawrence Berkeley National Laboratory.

Como sabemos, la fotosíntesis consiste en una serie de proceso por los que las plantas y cianobacterias captan energía luminosa, transfiriéndola a los centros de las reacciones moleculares, convirtiéndola en energía química de forma casi instantánea y con una eficiencia de prácticamente el 100%.

Y es que obtuvieron evidencias directas de que la coherencia cuántica electrónica ondulatoria juega un importante papel en tal proceso de transferencia energética.

Según el primer responsable de la investigación, Graham Fleming, las características ondulatorias del fenómeno de coherencia cuántica podrían explicar la gran eficiencia de la fotosíntesis, al poderse probar simultáneamente todos los caminos o posibles vías de energía potencial antes de elegir el más eficiente de ellos.

El equipo de Fleming consiguió detectar, por medio de mediciones electrónicas espectroscópicas a una escala de femtosegundos (un femtosegundo es la milbillonésisma parte de un segundo), señales cuánticas u oscilaciones electrónicas coherentes, tanto en moléculas donantes como receptoras, generadas por excitaciones energéticas inducidas por la luz. Y tales oscilaciones se encuentran y se interfieren, formando movimientos ondulantes de energía (superposición) que exploran todas las vías de energía potenciales de manera simultánea y reversible, eligiendo las de mayor eficiencia energética.

Estas investigaciones han sido posibles gracias al desarrollo de una técnica denominada espectroscopía electrónica de dos dimensiones, que permite observar el flujo de excitación energética provocada por la luz en complejos moleculares y con una asombrosa resolución temporal.

Tales experimentos han demostrado que los procesos de transferencia energética implican una coherencia electrónica mucho más intensa de lo que se esperaba, lo que significa que tal proceso es mucho más eficiente de lo que clásicamente se imaginaba."

Por último citar que la hipótesis Hameroff-Penrose especula que el soporte físico de la sensibilidad-conciencia en los seres vivos debería hallarse en las propuestas cuánticas más primigenias de la materia.

Si tal hipótesis se cumpliera, sería más fácil entonces entender que las propiedades de campo de la materia fueran el soporte de las propiedades holísticas del psiquismo y, al mismo tiempo, su indeterminación fuera igualmente un soporte apropiado para la indeterminación, apertura, libertad de la vida y del hombre.

En sus palabras: "La materia tiene la propiedad de producir sensación, la única forma de explicar por qué el universo ha producido la vida y el hombre".

La hipótesis Hameroff-Penrose supone que nichos de materia en estado cuántico -¿bosónica?- se hallarían en el interior hueco de los microtúbulos -estructuras filamentosas formadas en el citoesqueleto de todas las células con variadas funciones evolutivas. 

Una de estas funciones sería producir sensación y estados de conciencia. Por acción a distancia no local (los llamados EPR) entrarían en interacción por coherencia cuántica, formando sistemas complejos de neuronas en el cerebro.

Tal actividad cuántica estaría relacionada con las redes neuronales microscópicas, y la bioquímica interior a la neurona, de una forma ascendente (por ejemplo, ante una imagen exterior), y descendente ( por ejemplo, cuando el pensamiento está dirigiendo el movimiento).

A partir de los experimentos descritos y otras evidencias, puede deducirse, entonces, que los fenómenos cuánticos aparecen en los procesos vitales, pero ¿la propiedad vital de la psiquis puede, igualmente, influir sobre la materia? Es decir, ¿cómo desde las "cualitativas" expresiones de vitalidad como la voluntad, la acción, la sensibilidad puede incidirse sobre la materia, el mundo físico, el mundo cuántico?

En tal caso, la voluntad, la acción humana, consecuentemente, al menos esa mente humana, debería incidir de forma fehaciente sobre los acontecimientos físicos, que como tales se configuran en tiempos concretos, acontecimientos o sucesos sobre los que la mente, la psiquis debe dejar su impronta constatable, o sea, medible o con posibilidad de medida.

En mi opinión, el siglo XX, desde el punto de vista científico, es de una trascendencia notable, no tan solo por haber visto el nacimiento de la teoría relativista de Einstein, sino mucho más por el desarrollo del paradigma cuántico; si no me equivoco, si la relatividad supuso cambios trascendentales en nuestros conceptos de tiempo, espacio y gravedad, el mundo de la cuántica supondrá el desvelamiento del misterio profundo de la vida, la mente y la conciencia.

Cierto que mucho espero de la cuántica, más si la teoría conocida sobre la misma no fuera suficiente, habrá que dilatar sus límites hasta alcanzar tales objetivos. Fruto de este nuevo enfoque, de esta nueva visión, se irán desvelando las claves que, andando el camino, y sin el rechazo al andamiaje teórico de la Teoría Cuántica conocida, podrán conducirnos a esta Teoría Cuántica ampliada, remozada en sus más básicos principios.

Nuevas entregas irán apareciendo en la serie.