OBRAS DEL AUTOR

martes, noviembre 30, 2021

Recapitulación y conclusiones I (Consciencia y sensación)

 En este pequeño trabajo he tratado de presentar la evidencia del monismo en un tema tan comprometido como el presente, que a mi modo de ver no es más que el fruto de una inevitable evolución que desde los tiempos de Descartes se ha ido produciendo hasta nuestros días. Descartes expuso claramente, en su momento histórico, una hipótesis revolucionaria en el campo de las ciencias y la filosofía, la del dualismo alma-cuerpo, zanjando una cuestión que permanecía en el ambiente y que era lo que podía permitir el grado de conocimiento científico de aquel momento (no se podía ir más allá), ante la evidencia de cualidades tan distantes y hasta contrapuestas, que se adivinaban en la materia (inerte y sentiente por un lado; cuerpo y alma por otro). Era inimaginable, entonces, que ambas cosas fueran simplemente dos estados distintos de la materia, obviamente porque la ciencia estaba en su desarrollo a años-luz del que disfrutamos en la actualidad.


El mundo clásico del espacio y el tiempo absolutos de la física newtoniana, no podía siquiera imaginar que ese tiempo y espacio formaban conjuntamente un nuevo elemento llamado "línea del universo", que se mantenía incólume ante el relativismo de aquellos otros, y que solo se modificaba por los efectos gravitatorios del tensor masa-energía. Ni por asomo podía imaginar que la masa adornada de la propiedad de la inercia no era más que energía muy concentrada, de acuerdo con la magistral fórmula e Einstein, E= mc²... Y en esa época pensarían que no estamos en nuestro sano juicio, al establecer en nuestra vida cotidiana los extraordinarios eventos que suponen asumir las sorprendentes propiedades (acción "fantasmal de Einstein" debida al "entrelazamiento cuántico", la superación de barreras del "efecto túnel", etcétera) de la teoría Cuántica.

Indudablemente, ha habido una formidable evolución de la ciencia en todos los campos: informática, neurociencia, física fundamental, etcétera, etcétera. En mi opinión, esta evolución ha podido, ahora sí, disolver, como esfumándose, aquel dualismo cartesiano, ante el monismo que promulgo y que parece despuntar cada vez más claramente en el ambiente científico... Sí, ahora sí, la materia puede explicar cuantos fenómenos observamos, para ser exactos, la materia-energía... Las diferentes cualidades (qualias) que se observan, no proceden de mundos diferentes, sino de uno solo, el de la Física, el de la materia-energía, que está "empoderada" con todas estas cualidades o propiedades referidas. Dicha materia-energía no solo posee las propiedades que hasta ahora se le suponían (Física clásica), incluida la portentosa Mecánica Cuántica con sus paradójicas propiedades, sino que contiene, a saber, un estado que posee la extraordinaria propiedad de la "sensación" (materia sentiente) y su complementaria consciencia (voluntad, libre albedrío, etcétera).

(Continuará en la última entrega del ensayo Consciencia y sensación)

lunes, noviembre 22, 2021

Materia sensible

 Las condiciones necesarias para la materia sensible, o signos claros para adivinar su existencia en un sistema material, son las siguientes:

a) Existencia de un campo electromagnético abrazando el conjunto.

b) Feedbacks o retroalimentaciones consustanciales al sistema, en un movimiento continuo de vaivén entre entradas y salidas.

d) Dominio de la cuántica en lo más esencial de sus procesos.



b) Retroalimentación

La segunda condición necesaria que nos desvela igualmente la experiencia, es la reflexión que supone la retroalimentación o feedback existente en casi todos los subsistemas del cerebro, entendida como que las salidas u outputs se redirigen hacia las entradas o inputs, controlando en cierta forma sus comportamientos, algo que se encuentra en todos los sistemas complejos de la ingeniería, la economía o la misma biología.

 En mi ensayo, "Consciencia y sensación", se describe el concepto de la automática llamado "retroalimentación". Solo decir que para Artur Rosemblucth "el comportamiento controlado por realimentación negativa (homeostasis), aplicada a un animal, al ser humano o a las máquinas es un principio determinante".

La reflexión sobre sí es imprescindible para el conocimiento de uno mismo, del Ser en sí, condición obligatoria para el posterior hecho de la sensación, sobre una sensibilidad de la materia-energía que se vuelve sobre sí misma.

En mi obra "El cierre del círculo" me extiendo sobre el aspecto metafísico de esa reflexión.

Todo sistema, estructura, posee información, pero la sensación constituye una información un tanto especial, es una información "personalizada", y todo ello por la retroacción, la retroalimentación o los distintos feebacks que originan una suerte de "círculos" (los outputs regresan como inputs), y la información afectada "vuelve sobre sus propios pasos", lo que constituye la base sustancial de la "sensación", de la "sensación" de la propia estructura, y con ello un conjunto de nuevas cualidades relacionas con ella aparecen: Voluntad, consciencia, inteligencia, etcétera.

Recapitulando y resumiendo, yo diría que la "energía" posee un estado concentrado al que llamamos "materia", constituida por la información, que en el aspecto sensible, constituye el "yo", y que supone una "consciencia". Así que la evolución, a través de estructuras cada vez más complejas, hace posible la transformación de la energía en consciencia.

(De la obra del autor Consciencia y sensación)

viernes, noviembre 12, 2021

Sensación

 Ahora sí, tengo que exponer el porqué hago tanto hincapié en la "sensación" y no el la "conciencia", tan en boga en los último años, y que acapara en gran medida el esfuerzo de numerosos equipos científicos. Sencillamente, creo que lo más básico es la "sensación", puesto que sin "sentir" no puede haber consciencia de nada; lo primero es la "sensación" y a ella me remito.

Según Antonio Damasio: "Evaluamos nuestro entorno y juzgamos nuestra experiencia conforme a un aglomerado de razón y emoción". Y también: "Las emociones son los resortes de nuestra conducta, sin emoción... no hay mucho". Y continúa: "Todos los recuerdos que tenemos son recuerdos emocionales, positivos o negativos".

Y "sentir" requiere una reflexión hacia sí; no un movimiento pasajero que cruza sin detenerse en algo, menos en su esencia, en la propia energía que representa el campo electromagnético "que necesita esta sensibilidad".


Dediqué una obra entera, "El cierre del círculo", a encontrar, aunque fuera vagamente, lo que es el Ser. Me refiero a la vivencia del ser vivo, que en su interior anida un espíritu que solo puede definirse cuando se "cierra el círculo". Así, en mi otra obra "Accesible e inaccesible" exponía:

"La esencia de la sensación es la misma radicalidad del Ser: es hija de la partición o cuantificación del Ser (su transformación en una secuencia de presentes). La esencia de la sensación hunde sus raíces en la misma esencia del Ser: ¡Las sensaciones del yo son las sensaciones temporales del Ser, dicho esto de forma impropia, porque el Ser no está circunscrito al tiempo (ni siquiera al mismo universo).

Como la sensación va unida a un determinado "cierre del círculo" la semejanza en las estructuras materiales (representaciones) es la ley que rige, también en las sensaciones; la semejanza en estructuras va acompañada de semejanzas cualitativas entre sensaciones correspondientes (las que acompañan a cada uno de los distintos "cierres del círculo" comparados)."

Claro que inmediata a la sensación aparece la consciencia, pero la consciencia puede referirse a cualquier cosa, no necesariamente a sí mismo. Y la sensación, no necesariamente precisa la "consciencia de sí"... La sensación puede ser mentalmente inconsciente.

Una vez establecidas las premisas básicas, conviene perfilar las circunstancias más evidentes que acompañan a aquella materia-energía que consideramos sentiente, viva.

Hay un amplio consenso respecto a lo que consideramos seres vivos, dejando a un lado aquellos cuyo reconocimiento presenta aspectos dudosos, como pueden ser los virus...

Es, pues, conveniente para caminar con pie seguro, que nos circunscribamos a seres cuya empatía respecto al ser humano no está en discusión; sin ir más lejos, los, propios mamíferos.

El campo mental de aves, mamíferos y otros animales está más que comprobado en la evidencia de la existencia de ondas cerebrales que pueden medirse en sus cráneos. Ciñámonos, pues, a ellos.

(De la obra "Consciencia y sensación" -Introducción-) Consciencia y sensación

martes, noviembre 09, 2021

Los límites del reduccionismo

 Aplicar el reduccionismo a situaciones o entornos donde no es apropiado, conlleva errores que en bastantes ocasiones pueden llegar a trastocar en gran medida el asunto de que se trata.

Una de las situaciones se refiere a la "qualia", sobre todo cuando se aborda desde la orilla de la pura materia (inerte), y se quiere reducir a ella todos los aspectos de la "qualia" (sensación, consciencia, etcétera).

Y es que hay cosas "irreducibles", pues su esencia es completamente diferente a la primera... Entiéndaseme bien, aunque la "qualia" pudiera ser una propiedad (cualidad) de la materia-energía, tal propiedad es "irreducible" a otras como la inercia, el espín o cualquier otra de las bien establecidas por la Ciencia hasta ahora.

Y no vale hablar de "isomorfismos"(Max Tegmark), lenguaje matemático, a aplicar por semejanza, por ejemplo en la psicofísica de la ley de Weber-Fechner.

Sabemos que dicha ley es una relación cuantitativa entre la magnitud del estímulo físico y su percepción subjetiva. Esta ley fue emitida por Ernst Heinrich Weber en 1860 a través de su libro Elemente der Psychophysik y elaborada en su forma actual por Gustav Theodor Fechner. En esencia nos dice que "si un estímulo crece en progresión geométrica, la percepción evoluciona en progresión aritmética". Así que la relación entre el estímulo y la percepción corresponde a una escala logarítmica. O sea, existe una relación entre la magnitud objetiva de un estímulo físico y la percepción cognitiva de dicho estímulo. Nuestra capacidad de apreciación de un cambio se basa en el "valor relativo de la variación respecto al valor de partida".

También, hay que distinguir entre percepción y sensación. Una sensación no implica necesariamente que la persona se dé cuenta de lo que la estimula, sensorialmente.

la sensación se transforma en percepción cuando tiene algún significado para el individuo. La percepción aumenta o se fortalece conforme se enriquece la experiencia  y la cultura del sujeto.


Aunque existe una relación entre el estímulo y la percepción-sensación, como dije, no puede aventurarse una especie de isomorfismo que los "iguale" en su esencia. El estímulo es "esencialmente físico", y la sensación, aunque ampliamente modulada de acuerdo con la ley psicofísica de Weber-Fechner, posee una esencia "irreducible" a cualquier otra propiedad o cualidad material.

Su irreducibilidad se ve claramente reflejada en la teoría de Tononi sobre la consciencia -Teoría de la Información Integrada o IIT.

A saber, la medida de la irreducibilidad del repertorio de estados del sistema, o cantidad de consciencia, según IIT, se denomina Φ (phi) y se mide en bits, usando herramientas matemáticas como la divergencia Kullback- Leibler o la distancia del movedor de tierra (EMD), aunque resulte computacionalmente intratable para sistemas suficientemente complejos como el cerebro humano. Y es que para IIT la experiencia subjetiva es un hecho fundamental e inapelable.

-La divergencia de la información es una medida no simétrica de la similitud o diferencia entre dos funciones de distribución de probabilidad.

-La EMD es la medida de la distancia entre dos distribuciones de probabilidad sobre una región D o métrica de Wasserstein (coste mínimo de convertir una pila de arena en otra).

El antirreduccionismo de IIT guarda paralelismo con el monismo de doble aspecto y el dualismo de propiedades, ya que asevera que la subjetividad es un propiedad abstracta fundamental como la carga o el espín -inherente en mayor o menor medida en todas las cosa propiamente dichas.

No busquemos la explicación de la consciencia en un reduccionismo a partir de las propiedades físicas conocidas de la materia. La "qualia" tiene entidad propia: ¡es la propiedad que hace que la materia-energía "sienta", se centre en sí misma!

lunes, noviembre 01, 2021

La consciencia y la sensación como "propiedades" de la materia: ¡Un nuevo estado!

 Conocemos como estados de la materia al sólido, al líquido y al gaseoso, a los que habría que añadir el plasma, el condensado de Bose-Einstein, el condensado de Fermi, el supersólido (Helio-4) y los estados de alta energía.

Ahora bien, la materia-energía, en términos relativistas del tensor debido a Einstein,  podemos considerar  también que posee otros "estados más básicos" aún: la energía como tal, y la materia que es energía sumamente concentrada, base de la energía nuclear, de acuerdo con la conocida fórmula, E=mc². Desde tal punto de vista, hay que considerar otro tipo de estado básico de la energía-materia, la "materia sentiente" que constituye el sistema de partículas que constituye el "cuerpo" de los seres vivos.

Es una forma o estado de la materia-energía que se presenta cuando se dan ciertas condiciones mínimas necesarias.


 Tales condiciones, a saber, 1) la existencia de un campo electromagnético intracraneal (en seres craneados), 2) profusas retroalimentaciones, y 3) dominio cuántico en los niveles más básicos, hacen posible la existencia de la "sensación" en un sistema de partículas, y con ello la "vida".

Hasta ahora las cualidades que se definían a partir de la consciencia y la sensación, parecían distinguirse con facilidad de la que poseía lo que denominamos "materia inerte" (la materia estudiada hasta ahora por la Física, adornada de la propiedad característica de la "inercia"). Se construían así dos mundos aparentemente distintos, casi opuestos, base del cartesianismo de Descartes: mundo material (cuerpo) y mundo espiritual (alma, qualitas). Pues bien, la Ciencia es ya suficientemente madura para establecer el "monismo" de considerar solo la existencia de un solo ente, la materia-energía y no los dos del dualismo cartesiano.

La materia es única, pero posee tres formas o estados básicos: energía que podríamos considerar simple; materia a secas; y "materia sentiente". ¡Consciencia y sensación, y todas las "qualias" definidas no son más que propiedades de la materia-energía, cuales la inercia, la temperatura, etcétera!

Una descripción de tal hipótesis aparece en la nueva obra de este autor: "Consciencia y sensación", publicada en la plataforma de Bubok. Consciencia y sensación