OBRAS DEL AUTOR

martes, febrero 20, 2007

Palabras de mi jardín (y XVIII)

La semilla (De "El jardinero" -Tagore-):

Hermano mío, no hay nadie que sea eterno, y nada supervive. Acuérdate de esto y alégrate.
Nuestra vida no es sólo un fardo que hemos de soportar durante muchos años; no es nuestra senda el único camino largo. No hay ningún poeta que tenga la obligación de cantar los cánticos antiguos. La flor se marchita y muere; pero quien se adornaba con ella no ha de estar siempre lamentándolo...
Hermano mío, acuérdate de esto y alégrate.
Se producirá un silencio completo y esa será la mejor de las músicas. Va la vida declinando hacia occidente hasta quedar ahogada en las sombras de oro. Se ha de sacar al amor de sus juegos para que pruebe el agrio vino del dolor, para que ascienda al mundo de las lágrimas... Hermano mío, acuérdate de esto y alégrate.
Cortemos presurosos nuestras flores pra que no las robe el viento a su paso. Hierve nuestra sangre y se ilumina nuestro mirar hurtando besos que se ajarían si nos acordáramos de ellos. Nuestra vida es ansiosa y nuestro anhelo poderoso, porque el tiempo está doblando a muerte como una fúnebre campana.
Hermano mío, acuérdate de esto y alégrate.
No podemos abarcar las cosas en un momento, destrozarlas, tirarlas al suelo. Pasan las horas presurosas emboscando los sueños. La vida, que es tan larga para el trabajo y el aburrimiento, sólo nos regala un día para el amor.
Hermano mío, acuérdate de esto y alégrate.
La hermosura no es tan grata porque el cambiante ritmo de su baile se acompasa con el de nuestras vidas. Apreciamos el saber porque no tenemos tiempo suficiente para abarcarlo todo. Todo se ha hecho y acabado allá en la eternidad, pero las flores de la ilusión terrena están siempre fragantes gracias a la muerte.
Hermano mío, acuérdate de esto y alégrate.


"Elogio a la temporalidad"

El jardín (AAS):

Ansia, anhelo, hermosura, ilusión, saber... ¡hijos del tiempo, saludad a la muerte que os ha hecho ser!...
¿No es hermoso el renacer, la nueva vida?... ¡Da gracias a la muerte!
¿No es tu vida un ansia, un anhelo, una ilusión, un movimiento, y lo eterno está quieto?... ¡Da gracias a la muerte!
¡Deja pasar y saluda, alma humana, a tu muerte engendradora y a su amado compañero, nuestro antiguo padre el tiempo!